N/A: Guess what? We are back! :D

Gosh ¿Cuánto tiempo ha pasado? SIGLOS!!!

Pero estamos de regreso eh y con las pilas cargaditas lalala :D

Aclaramos algo, este fic NO es la secuela de Just Like Heaven, es uno completamente distinto, el otro vendrá cuando logremos los 20 comentarios que queríamos en el ultimo cap y como aun faltan cinco… hahaha, la verdad es que ni siquiera hemos pensado aun en ese, porque nos enamoramos de este, en fin algún día llegara el otro ;D

El titulo, se debe a la super hiper cool canción de Paramore "Stuck on you", dios como los amooo, debo admitir que dije "compli subiré el fic mañana" y luego me di cuenta ¡¡Aun no tenia nombre!! ¬¬ pero ya está solucionado el problemita, de las tres opciones que teníamos esta pega ;D

Saludos

Kata&Mara

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Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Fox, Hart Hanson, Stephen Nathan y Kathy Reichs. Si Bones fuese nuestro claramente no estarían leyendo este fic, LO ESTARÍAN VIENDO POR SU TELEVISOR.

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Se percató, evidentemente, de aquella piel clara, tersa y suave; de algún lunar oscuro y escondido entre los omóplatos de su espalda; de una línea bien contorneada que dibujaba su columna vertebral… Había sido un momento, un solo momento de confusión y se encontró allí, en el despacho de Temperance, sin llamar. Y entonces quedó anonadado. Aquel sutil movimiento de sus brazos ejecutado para cambiarse la blusa hizo que un escalofrío lo recorriese. Callado, tímido, ofuscado…y quizás en estado de shock, no podía hacer nada más que observarla, nada más que desearla, nada más que deleitarse, hasta que ella se dio la vuelta y sus pensamientos se desvanecieron a causa de una simple y significativa mirada.

-¡¡Booth!! ¿Qué haces…aquí?-

-S…sien…lo…- buscaba las palabras adecuadas, por ahora perdidas en cualquier rincón de su desorientada mente.

-¿Si…?- insistió Brennan.

-Esto…yo…tú…nosotros… tenemos un caso- logró decir, lanzando un suspiro de tranquilidad a la vez que se sentaba sobre el sofá.

Ella clavó su vista en él. Ni un parpadeo. Solo una sonrisa. Una sonrisa y un roce, un magnífico intercambio; situaciones que son hechos, hechos que crean situaciones.

-Espérame en el coche.-

-¡Claro!- dijo Seeley atropelladamente, impaciente por escaparse de aquella incómoda circunstancia.

-Ah, Booth…- su apabullada cara lo dijo todo- No te preocupes.-

-¿Qué? ¿Por qué? ¿De qué?-

-Seguro que en tu situación, también me habría quedado sin palabras.- y sonrió.

En la calle hacía frío. No se recordaba una época como la que ahora estaban atravesando. Tanto la nieve como el viento hacían la conducción muy difícil, por no decir imposible. Las carreteras a penas eran transitables. Y por eso, Temperance se preguntaba cómo iban a llegar a la escena del crimen; puesto que en esas circunstancias un trayecto de quince minutos podía convertirse en una larga hora de espera. Llenó su bolso con chocolatinas, zumos, agua mineral, un par de sándwiches, y algunos caramelos. Booth la esperaba en el vehículo con la calefacción encendida; se frotaba las manos e intentaba localizar una buena emisora de radio. "Se esperan fuertes nevadas al norte y sur-este de Virginia, también en Washington y Philadelphia..." Y se abrió la puerta.

-¡Huesos!- murmuró sobresaltado.

-¿Qué pasa?-

-Me has asustado.-

-Mira- le enseñó el contenido de su bolso con una sonrisa de satisfacción.

-Mmm ¿comida?-

-Recursos.-

-¿Para qué?-

-Pues para no morir de hambre si nos quedamos atascados en la nieve, entre la noche y las bajas temperaturas, y a cientos de kilómetros de cualquier lugar donde refugiarnos.-

Seeley la miró con semblante divertido.

-No te rías…-

-Que va, tienes razón. Es mejor estar prevenidos.-

-¿Te estás burlando de mí?-

El agente respondió la pregunta de la doctora con un pequeño golpecito en el brazo. Sonrieron. Y pisó el acelerador, dispuesto a arrancar.

Manhattan les esperaba, más concretamente el Central Park, donde habían encontrado un cadáver en descomposición, al parecer de sexo femenino. Había ligeras suposiciones sobre quién podría ser, sobre todo llevados por las pistas de la repentina desaparición de la esposa de uno de los magnates más importantes de Nueva York. Booth hacía sus conclusiones mientras Brennan indagaba de lleno en las primeras fotos recibidas de la escena.

-Esto va a empeorar…- dijo uno de los agentes del FBI, colocándose el gorro de la sudadera mientras se acercaba a los demás.

-Está muerta ¿Cómo puede empeorar?-

-Me refería al tiempo… ¿es usted la doctora Brennan?-

-Esta mujer lleva muerta aproximadamente unos cuarenta días. Aún queda bastante tejido, por lo que la Doctora Saroyan podrá hacerle un examen con más exactitud.-

-Sí, es ella- se introdujo Seeley en la conversación- En ocasiones le gusta hacerse la interesante.-

-No he venido aquí a hablar del tiempo, Booth.-

-Era una forma de presentarme.- expuso el agente de nuevo.

-¿Ha probado en decir su nombre, como todo el mundo?-

-Soy Ryan.-

-Booth, hay que llevar todo esto al Jeffersonian.- dijo la doctora, después de echarle un último vistazo al cadáver.

Una llamada al móvil de Brennan terminó con sus ilusiones de pasar la noche en el hotel plaza. La necesitaban en el laboratorio. ¿Por qué? Al parecer debía de supervisar unas pruebas antes de terminar una autopsia. Cuando se guardó el teléfono, miró a su compañero; entonces se dio cuenta de que él no había dejado de mirarla en toda la conversación. Se acercó cautelosamente y le metió la mano en el bolsillo del pantalón, mientras una sonrisa pícara inundaba su rostro.

-¿¡Qué estás haciendo, huesos!?-

-Busco las llaves del coche.-

-¿No sabes pedirlas?- puso su mano sobre la de ella, para que detuviera ese peligroso movimiento- ¿Para qué las quieres?-

-Voy a conducir. Volvemos a Washington.-

Y de nuevo aquella sonrisa. ¿Qué podía ponerle más nervioso que aquel simple, misterioso, especial, delicado y precioso gesto de su compañera? Temperance tampoco se quedaba atrás. Sacó la mano del bolsillo de Seeley, ya con el llavero enganchado entre los dedos, y mantuvo fija la mirada.

-¿No vas a quejarte?-

-Harás lo que te apetezca, diga lo que diga yo, ¿verdad?- ella asintió- Pues volvamos a Washington.-

Y en el coche, con la vista perdida entre los paisajes que los llevaban de vuelta a casa, el silencio era roto por el sonido de alguna canción especial.

Touch my skin, come back again…the sky is falling…

Otra mirada por encima del hombro les hace perder el sentido, la orientación, la noción del tiempo... cambiando escenas de lugares, por escenas de corazón. La mano de Seeley, dispuesta en el cambio de marchas, es ligeramente cubierta por otra. Un frenazo. Y, cómo no, una sonrisa.

-¿Ves por qué debería conducir yo? ¡¡Vas a hacer que nos matemos!!-

-¿Qué intentas, huesos? ¿Qué significa esto?-

-¿El qué?- realmente no sabía que quería decirle.

-La mano… tú… ¿me has acariciado la mano?-

Sí, y había sido sin darse cuenta. Un acto inconsciente, quizás de la parte de su cerebro que sí admitía sus sentimientos. Bajó la cabeza y se quedó callada.

This is only feeling with no thought… Is this love?

-¿Crees que queda mucho?- preguntó, aunque evidentemente sabía la respuesta, pero necesitaba una forma de evadir la situación tan incómoda que ella misma había creado sin querer.

-La verdad es que no lo sé, todo depende del clima, ya sabes… carreteras cerradas y eso- respondió casi automáticamente, sabía que ella estaba evadiendo el tema.

-Suerte que llevo provisiones- dijo inclinándose hacia atrás para buscar su bolso- Podríamos parar para comer algo ¿no?-

-claro, comeremos en el primer aparcamiento que se nos cruce- sonrió melancólicamente.

Diez minutos más tarde aparcaban la SUV a un costado de la carretera donde había un pequeño parquecito con mesas de picnic que ahora estaban algo cubiertas de nieve, el contraste era maravilloso por lo que después de unos minutos de incómodo silencio decidió hablar.

-¿Quieres que nos vayamos a sentar ahí?- le dijo indicando un banco bajo un árbol.

-Claro.-

Temperance acompañó a su compañero hacia el lugar que él le había indicado y disfrutaron allí de unas chocolatinas y un par de cervezas. El tiempo no acompañaba y de pronto, como si el cielo hubiera percibido su presencia, comenzó a llover. Se apresuraron hacia el coche pero pese a la rapidez, acabaron empapados entre los asientos de piel del vehículo de Booth.

-Sí que tenemos mala suerte- rió Booth- quería comer ahí, se veía lindo- le dijo mirándola fijamente a los ojos para no mirar su blusa que estaba completamente empapada.

-¿Mala suerte, Booth? La mala suerte no existe.- sonrió, dirigiéndose difícilmente hacia los asientos de atrás, creando una situación de roces complicados que a decir verdad hacían desvanecer el frio- Tengo algo de ropa en la maleta.-

Seeley abrió los ojos, asombrado. Suspiró con los ojos cerrados mientras ella escuadriñaba entre sus cosas.

-¿Piensas cambiarte acá?- le preguntó

-Tú también deberías, Booth. Así puedes coger un resfriado. Podría decirte el porcentaje exacto de posibilidades, pero…apaga esa luz, anda.-

-¿Cuál es la diferencia entre la luz apagada o encendida?- rió – Estamos en medio de la nada, nadie te verá-

-Entonces cierra los ojos- le susurró a centímetros de su oído.

-¿Y si no quiero cerrarlos?-

-Yo haré que lo hagas…- y con un ligero movimiento deslizó sus manos por el pecho de Seeley y comenzó a besarle el cuello con cierta ternura.

-Woooah Huesos, si me lo pides así claro que los cierro…- le tomo la cara entre las manos y la beso lentamente.

Ella rió mientras se colocaba como podía sobre él, pues el vehículo no dejaba demasiado espacio para nada.

-Pues bendita lluvia…-

-¿Ahora crees en Dios y en los pequeños milagros?- deslizó sus manos por su cintura hasta llegar a sus pantalones desabrochando despacio el botón.

-Ahora creo en que SÍ que hay que apagar esta dichosa luz…- murmuró, dejándose llevar por sus caricias.

-A sus órdenes jefa- trataba de apagar lo más rápido posible la luz pero las caricias de ella se lo impedían.

-¿Jefa? ¿Tanto es el mando que tengo sobre ti?-

-¡Hey Huesos! ¿Vas a cambiarte o no? Ya he apagado la luz y créeme… me estoy congelando-

-¿Eh? ¡Sí, sí! Perdona, Booth.- bajó la cabeza- Lo siento…-

-¿Pasa algo?- preguntó preocupado- Te noto algo distraída ¿No estarás enferma?- puso su mano en su frente tomándole la temperatura.

-Tranquilo. Estoy bien.- dijo- O eso creo…- susurró.

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Gracias por leer XD