Allo(:

Como podréis notar ADORO a Severus Snape,

así que aquí va otra historia sobre él.

Después de ver su última peli, me siento inspirada (:

Espero que os guste,

y

como supondréis habrá LEMMON(:

porqué es Sev y punto hahah

Besito(K)

Con amor,

JeiCi

PD: el apellido se pronuncia Kein.

1. Regreso a Hogwarts

Caminar por los pasillos y alrededores de Hogwarts era algo que Júlia Caine echaba de menos, algo que le hacía sentir fuera de lugar.

Pero en aquel momento caminaba nuevamente por aquel inmenso campo siguiendo el camino que la llevaría, de nuevo, a Hogwarts.

Mientras caminaba, no podía no pensar en sus tiempos estudiantiles, evocaciones de su infancia en ese lugar. Nada había cambiando excepto ella, talvez, ahora era una mujer y no una adolescente, había madurado; no iba a estudiar, sino a trabajar, como profesora de pociones.

La enorme puerta de roble de la entrada principal al castillo estaba abierta, entró. Estaba tan nerviosa, hacía tanto tiempo que no veía a Severus, habían sido tan amigos antes, que le costaba creer que ahora lo reencontraría, después de todo lo que habían pasado juntos, le dolía pensar como había acabado todo.

El vestíbulo seguía tan mágico como siempre, sin alumnos ya que aún faltaban dos semanas para el comienzo de curso. Al lado de la escalera estaba Filch. Filch ya estaba en su época y no guardaba buenos recuerdos de él, aún tenía alguna marca de sus castigos.

-Hola profesora Caine, el profesor Dumbledore me ha dicho que la acompañe hasta la sala de los profesores, donde están todos ellos- dijo con su voz pastosa y sin vida- su equipaje ya está en su despacho.

-Gracias- le contestó Júlia, la cual no quería mantener ninguna conversación con él.

Caminaron por diversos pasillos del colegio, tan acogedores, tan suyos; le invadían los recuerdos. Llegaron a una pequeña puerta pintada de granate oscuro, nunca había entrado allí, pero la recordaba.

Filch tocó la puerta y entró seguido por Júlia.

La sala era muy acogedora, con las paredes y el suelo cubiertos de moqueta, grandes sillones con aspecto apetecible para sentarse, una enorme ventana con vistas al gran lago y estanterías sumidas en libros. Esparcidos por la estancia, estaban los profesores actuales, mirando a la profesora nueva.

-Júlia bienvenida de nuevo, que guapa que estás, ya eres adulta; ¡Ay de mi! Como pasa el tiempo, ayer mismo hablábamos con la profesora McGonagall de cuando estudiabas aquí, que recuerdos…- dijo un Dumbledore emocionado, acercándose a Júlia y abrazándola.

-Es un placer volverle a ver- dijo sinceramente ella.

-Pasa, pasa, te enseñaré a tus nuevos compañeros.

McGonagall, Hooch, Sprout, Flitwick, Hagrid, Trelawney…todos estaban allí, todos excepto el que ella deseaba tanto ver.

En aquel momento se abrió la puerta y entró, todos lo miraban; a Júlia le recorrió un cosquilleo de las puntas de los pies hasta la cabeza, era Severus Snape, y estaba allí, allí… A pesar de los años, Severus había mejorado con la edad, estaba mucho más atractivo de lo que Júlia podía recordar.

-Lo siento, no he podido llegar antes- se excusó.

La voz le había cambiado, como a todo adolescente que fue, pero no había perdido su punto seductor, hasta se había intensificado.

-Oh, Severus, te estábamos esperando para presentarte, aunque, sino me equivoco, ya la conoces, a la nueva profesora de tu antigua asignatura, Júlia Caine- le dijo Dumbledore agradablemente.

Snape posó la mirada en Júlia y sus fracciones cambiaron, denotaban sorpresa y felicidad; en su cara tan blanca se podía distinguir un pequeño tono de rojo.

Se acercó lentamente a ella, que estaba paralizada, habían pasado tantas cosas…, Snape la abrazó, apoyando su cabeza en su suave pelo.

Fue un abrazo tan cálido tan desesperado, que todos los profesores no pudieron contener un: oohh, que bonito.

Júlia le correspondió al abrazo, era tan reconfortante.

-Sev…-suspiró.

-No digas nada aún Juul, tienes todo un año para contármelo- le dijo Snape suavemente.

Se separaron, los ojos de Júlia estaban húmedos, pero evitó que las lágrimas le resbalaran por la cara.

-Después de una escena tan bonita como esta, necesito comer algo- dijo Dumbledore con una sonrisa en la cara.

Todos sonrieron y aceptaron la oferta, salieron de la sala dirigiéndose al Gran Comedor.

Júlia había pensado mil veces en su reencuentro, aún así, no podía articular ninguna palabra.

Snape caminaba a su lado, con su capa ondeando suavemente el suelo (Quien quisiera ser suelo para poder notar esa caricia).

-¿Nerviosa por empezar el curso?- le preguntó amablemente la profesora McGonagall.

-Honestamente, si- contestó Júlia con una sonrisa en la cara.

Se sentaron en la gran mesa que estaba llena de deliciosos manjares, a Júlia le tocó sentarse al lado de la profesora Sprout y de la profesora McGonagall.

Todos empezaron a hablar y ha comer, cada uno hablando con el de al lado de algún tema determinado, con armonía.

- ¿Así que tu y Severus ibais en el mismo curso?- le preguntó Sprout a Júlia.

-Si, aunque él iba a Slytherin y yo a Hufflepuff, pero éramos amigos-contestó.

-Si, aún me acuerdo que os castigué algunas veces por andar en deshoras por el castillo- dijo la profesora McGonagall alegremente.

-Si…que tiempos aquellos- dijo la aludida.

-¿Y hacía mucho que no os veíais?- preguntó McGonagall.

-Bueno, exactamente la última vez que le vi fue un año antes de que el-que-vosotras-sabéis subiera al poder- contestó Júlia.

-¡Eso es mucho tiempo!- comentó Sprout- ¿y porqué? Si erais tan amigos podríais haber seguido viéndoos.

-Los últimos meses las cosas se complicaron, mi padre no quería que fuese con gente como él, tan unida a los antiguos mortífagos; así que le dijo que yo me había casado un hombre rico que había pedido mi mano, cosa que no era verdad, y me envió lejos de él.

-¡Oh! Querida eso es terrible, no lo sabía- dijo McGonagall- Me preguntó si tu padre no te hubiese separado de él, si él hubiese llegado a no ser mortífago.

Júlia sonrió, no tenía respuesta para eso, aunque se lo había preguntado muchas veces.

Acabaron de comer y se despidieron, para volverse a encontrar por los pasillos.

-Júlia, debes estar cansada del viaje, te acompañaré a tu despacho, que está al lado de tus aposentos y te diré tus horarios y esas cosas- le dijo Dumbledore.

-Gracias. Bueno, entonces adiós- dijo Júlia a sus compañeros.

Antes de irse miró a Snape, que también la miraba, y se sonrieron.

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Espero que os haya gustado,

más adelante los nuevos capítulos.

Ciiiaaoo(K)

PD: Snape MOLA(: