La insoportable humanidad del ser
Nota: Esto ocurre después de la batalla de Manhattan cuando Thor se lleva a Loki a Asgard como prisionero, ocupo mayormente el canon de la película más datos de comics y relaciones con obras literarias.
Disclaimer: El universo de Avengers, Loki, Steve Rogers, todo pertenece a Marvel y esto lo hago por divertirme y para divertirlos a ustedes.
1. Solo en el camino
Hay tierra por todos lados, el sol pega fuerte o tal vez es su nueva sangre caliente que lo está sofocando. La sangre de un humano.
Mira hacia adelante y ve unas casas pequeñas y pobres eirigirse. En el otro lado, a su espalda, ve pasar un camión que raja el silencio y entonces decide irse a hacia el camino; ese camino puede llevarlo a alguna parte. Aunque cualquier lado sería una parte, después de todo no tiene donde ir, no hay nadie esperándole.
Dice que está en la ruta 68, es un camino angosto de dos vías y dice que la velocidad máxima es de 50 km/h. Loki no se maneja con el sistema de medición de este planeta pero apostaría – por los pocos vehículos que ha visto pasar, que es algo lento.
Siente deseos de sacarse la ropa; es muy gruesa, muy pesada. Un pantalón de cuero y la parte de arriba igual, básicamente lo mismo que usaba en Asgard pero sin su casco, sin la capa, sin su báculo y – sobre todo - sin su magia. Sigue caminando sin saber a dónde, por cuánto tiempo o cuánto esfuerzo su cuerpo débil de humano va a resistir. Un sonido de motor ruge a sus espaldas, se da vuelta a ver el vehículo y nota que no es grande, es como una especie de caballo de metal, arriba va un hombre con casco que comienza a disminuir su velocidad al verlo solo en la carretera.
-Buenas tardes, ¿Está perdido, puedo ayudarle?-
Loki no sabe qué decir, tiene la garganta seca. El hombre se saca el casco y entonces ve su rostro y una ola de pánico se apodera del asgardiano; cómo primer instinto de supervivencia – que seguro es humano – da la vuelta y comienza a caminar rápidamente hacia adelante.
-¡¿Loki?!- exclama el hombre y el aludido quiere decirle cualquier cosa de vuelta, porque su inteligencia es la única arma que le queda y entonces se da cuenta de otro detalle. Se toca la garganta, abre la boca, hace el esfuerzo, una, dos, tres veces. El capitán Rogers ya se ha bajado de la moto y camina hacia él y Loki solo atina a saltar el cerco de madera y correr internándose en la tierra, los arbustos secos. El capitán Rogers lo imita, mucho más rápido que él y a los dos segundos ya está pegado a sus talones. Loki piensa que su pecho explotará, que sus pies le van a fallar, que su cuerpo seguro debe ser el más frágil de todo Midgard porque sino no se explica cómo los humanos pueden vivir así.
La mano amplia del capitán Rogers le agarra el hombro y lo hace perder el equilibrio, es afirmado. Loki aprieta los puños hasta el punto de hacerse daño y su perseguidor le obliga a mirarle.
-Loki, eres tú ¿Qué haces acá?-
El asgardiano abre la boca, una, dos, tres veces. Sale aire, su pecho se agita, y Steve está seguro de que debiera salir algún sonido de allí, pero no pasa nada aparte de la expresión de pánico que se apodera del rostro del que alguna vez se proclamó dios y señor de la Tierra.
Odín le había dicho que sería despojado de sus privilegios - de su título nobiliario – y sus poderes – llámese la magia – nunca pensó que su voz se incluiría en esa lista, aunque pensándolo bien, siempre se había dicho – se le había recriminado incluso – que una de sus principales armas era el don de la palabra. Frigga le había abrazado una última vez, había metido unas joyas en su bolsillo y le había dicho que intentaría revertir su vulnerabilidad; Loki ni siquiera tuvo tiempo de preguntar, de replicar algo cuando fue lanzado por el bifrost hacia Midgard.
-Te hice una pregunta y creo que después de lo que has hecho en mi ciudad, tienes el deber de responderla- Rogers puso el tono de súper soldado, la expresión seria y asertiva. Y Loki deseó poder contestarle con algún comentario desdeñoso, pero solo logro sisear un sonido rabioso herido que le hizo comprender al capitán que ese silencio era más que una defensa voluntaria.
-¿Puedes hablar?
Loki gruñó o lo intentó, pateó el suelo y luego dejó caer los brazos a los lados, impotente.
-Este tiene que ser otro de tus engaños- recordó de pronto el soldado, a la defensiva, apretando el agarre de su brazo. Loki expresó la molestia - el dolor - en su brazo en la contracción de su rostro, ceño decaído, párpados apretados, boca contraída. El capitán se dio cuenta y aflojó el agarre cambiando su expresión demandante por una de preocupación. El rugido del estómago del asgardiano interrumpió lo que pudo haber sido un silencio realmente incómodo.
Loki miró su vientre como si no reconociera su propio cuerpo y Steve casi esbozó una sonrisa.
-Ya ha pasado la hora de almuerzo, justamente yo estaba buscando un lugar donde comer, vamos – impuso caminando, aun agarrando al asgardiano. - Súbete, móntate acá – dispuso Rogers palmeando un sitio en su máquina de hierro.- Mira, me temo que no te puedo dejar solo acá, una porque no confío en tí y porque se ve que no tienes idea de dónde estás- Loki miró al cielo en un gesto torturado y se subió a la maquina – Agárrate de mi o te puedes caer y ponte este casco-
Al ponerse en marcha, al menos el calor insoportable se disolvió en el golpe del viento contra su ropa. Se agarró torpemente de la chaqueta de piel del capitán y trató de olvidar quien era y con quien estaba para disfrutar esa sensación de libertad mientras durase. Era como volar.
Lamentablemente no duró demasiado, encontraron pronto una especie de posada dónde habían muchos vehículos, algunos conectados a unas mangueras. Rogers se bajó, indicando a Loki que lo imitase y aseguró su máquina en un costado de un local. Habían varios hombres comiendo y bebiendo y Loki pensó que era por mucho el lugar más vulgar que había tenido la desgracia a de conocer. Se ubicaron en una mesa que estaba desocupada pero aún tenía platos sucios. Loki se arrinconó contra su silla como si temiese pegarse un mal al tocar los objetos de la mesa. Una mujer maciza con una bandeja recogió los platos y vasos sucios y luego volvió a limpiar la mesa con un paño húmedo. Steve la saludó con una sonrisa y ella le devolvió el gesto, como fascinada con los dientes blancos del capitán. Loki rodó los ojos. Siempre se sintió cabreado con los gestos de cortesía.
La mujer preguntó que querían y el capitán contestó:
-Dos hamburguesas y dos sodas; no, mejor dos botellas de agua- cuando la mesera se retiró, Rogers puso atención en el gesto interrogante de su compañero – rehén-. El capitán parecía curioso y aun desconfiado con la situación, pero aún así le había pedido comida. Loki no entendía si era una costumbre midgardiana alimentar a los prisioneros antes de llevárselos a sus celdas a enfrentar torturas o si solo era una cortesía de ese hombre anticuado. Ni siquiera intento disimular su asco al ver la apariencia de la comida, una masa, un trozo de carne, unas verduras dentro; se veía como una mezcla repugnante y sin embargo las entrañas le pedían a gritos comer algo. Rogers no se perdió detalle de la forma en que el asgardiano tomó la comida con la mano, imitándolo y dio un mordisco.
La expresión de placer con los ojos cerrados y la media sonrisa, sí fueron totalmente involuntarios. El capitán pareció satisfecho con su reacción y Loki siguió comiendo, derramando un poco del contenido, ensuciándose los dedos y sintiéndose terriblemente decadente. Era el hambre. Era la humanidad.
-Veo que te ha gustado-
Loki exageró un gesto de asco y el capitán Rogers solo soltó una risa divertida.
Luego de eso el capitán hizo preguntas, pero Loki se mantenía impasible, demostrando y enfatizando que no podía comunicarse, a veces solo asentía o negaba con la cabeza y fue así que el capitán Rogers se enteró de que no podía volverse por sus medios, de que estaba desarmado, de que había sido castigado por Odín, que no sabía qué hacer ni a dónde ir y, ya sea por caridad o porque realmente quería asegurarse que todo era cierto- o por llevarlo prisionero - el capitán lo hizo subirse a su máquina de nuevo y lo llevó – luego de interminables horas de viaje – a su hogar.
En el camino Loki prefirió ignorar los escombros de la ciudad de Manhattan porque le recordaban que por ese error – el error que cometió al ser derrotado – estaba en la penosa situación actual. Se detuvieron en una calle opaca, sin las luces de la ciudad que él había destruido Se bajaron frente a un edificio de seis pisos y subieron escaleras hasta el tercero. Loki debió reconocer que estaba un poco cansado con todo lo que había sucedido en el día.
El hogar de Rogers era un lugar insípido y sin lujo alguno. Algo de baja clase, pero no tenía más opción así que se quedó parado en la sala esperando cualquier designio.
-Te pasaré algo de ropa, probablemente te quedará grande pero es lo que hay, puedes ocupar la ducha si quieres ¿sabes ocupar la ducha?-
Loki negó con la cabeza y entonces el capitán le hizo una señal para que lo siguiera tomó una perilla parecida a la de una puerta u la giró haciendo salir el agua como una lluvia de un tubo que estaba más arriba. Todo mecánico, sin magia. Loki debía reconocer que los humanos suplían sus deficiencias con ingenio.
-Acá controlas la temperatura, acá tengo un jabón nuevo, en el mueble hay toallas limpias y te dejaré la ropa en mi habitación, la puerta de enfrente, cuando estés listo vienes a la sala, prepararé la cena y luego... luego veremos lo que hay que hacer-
Loki siguió las instrucciones a regañadientes pero debió admitir que el agua corriendo por su espalda le pareció un regalo después de todo lo que había pasado en el último tiempo. Estaba seguro que estaba constantemente siendo vigilado por su anfitrión, decidió que no dejaría que eso lo importara, se tomó su tiempo para asearse y vestirse. Su cabello largo y negro pesaba húmedo en sus hombros y nuevamente lamentó no tener magia para secarlo. Las ropas ofrecidas por el capitán efectivamente le quedaban anchas, pero no largas. Ahora que no era un ser superior podía darse cuenta que tenían la misma estatura.
Se corrigió en seguida. No importaba que hubiese pedido sus poderes y su voz, él seguía siendo superior, en todo.
El olor de la comida llamó su atención y debilitó su voluntad, a pies descalzos se aproximó hacia donde Rogers ponía la mesa y le indicaba donde sentarse. Se sintió inspeccionado, nuevamente esa mezcla entre curiosidad y desconfianza sobre sí, le devolvió la mirada por un momento a su anfitrión, captor, enemigo... Loki también tenía dudas. Prefirió no seguir atormentándose con su futuro porque sea como sea no era auspicioso.
Tal vez sería tomado prisionero en las dependencias de S.H.I.E.L.D., tal vez el capitán se tomaría la justicia por sus manos, tal vez sería abandonado a su suerte al día siguiente y tendría que aprender a descifrar por si mismo los misterios de este nuevo mundo, sea como sea, estaba solo contra todo. El tic tac del reloj se imponía en la sala; Rogers ya no quería seguir en sus infructuosos deseos de establecer comunicación con él, o tal vez tampoco sabía cómo comunicarse fuera del contexto de tener que dirigir una batalla. Era muy posible que, aparte de compañeros de armas, Rogers tampoco tuviese a nadie, ¿Qué estaba haciendo solo en esa carretera de todos modos?
Loki había llegado allí porque no tenía opción pero el capitán parecía estar huyendo de algo. Loki sabía muy bien descifrar cuando alguien quería evadirse aunque al capitán parecía gustarle la gente, por el modo en que había establecido conversación con la cocinera en el cuchitril de la carretera.
Volvió a concentrarse en la comida y mientras transcurría el tiempo con el repiqueteo de los cubiertos sobre los platos y sin mirarse, Loki se dio cuenta de una de las primeras condiciones del ser humano: Se organizan en sociedad para acompañarse a estar solos.
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No sé cuantos capítulos tendrá, hasta ahora tengo unos 9 bosquejados, intentaré ser periódica.
Desde ya agradezco sus comentarios como críticas y sugerencias.
