CODE: DECISION

Este fanfic ha sido presentado

por Dimitrix Enterprises

y Dimitrix Inc.

CAPITULO 1: UN NUEVO Y PELIGROSO PRESENTE PARTE I

Un científico llamado Franz Hopper, trabajo en el estudio de crear una inteligencia artificial capaz de decidir los destinos de cada uno para así poder hacer un mundo en paz. La inteligencia se llamo: Decisión.

Durante ese tiempo, estuvo trabajando con otro científico llamado Richard Deckard, que producía la mayor empresa de biotecnologia de toda Europa.

Un dia, la maquina decidió que la única forma de hacer el bien, era utilizar un producto experimental que había creado. Pero resulto que aquel producto era un virus letal que se extendió por toda Francia en cuestión de minutos, convirtiendo a la gente en un tipo de muertos vivientes que esparcieron la enfermedad por todo el mundo.

La inteligencia Decisión, decidió que los servicios de Hopper ya no se necesitaban, así que lo expulso a la tierra de los infectados. Y durante este tiempo la enfermedad se ha expandido hasta provocar un caos mundial apocalíptico, ya casi no queda nada de humanidad en todo el mundo.

Mientras Franz Hopper, decidió el que la única esperanza de la humanidad que tenía, era que su hija buscase una manera de destruir a Decisión, su hija: Aelita Schaeffer.

DIEZ AÑOS DESPUÉS.

La enfermedad se expandió tanto hasta llegar a Estados Unidos, donde ahora reina el mayor numero de infectados de todo el planeta.

Un cielo rojo de sangre cubría el clima de Los Angeles, las calles estaban llenas de basura y trastos que ya no servían para nada, lo único que existía aquí, era la muerte.

Un perro estaba olfateando delante de los cadáveres de unos reporteros que habían muerto cuando su furgoneta choco con una farola, el perro se puso a olerlos sin parar, se estaba muriendo de hambre

De pronto se le acerco un hombre sospechoso, era un chico con la cara toda tapada para que no le metiese la sangre infectada, llevaba una chaqueta impermeable, una gorra negra, y un pañuelo que le cubría completamente la boca, aunque lo único que si se le notaba en la cara, era que llevaba unas gafas.

Ambos se quedaron mirandose.

De pronto el encapuchado saco un trozo de una barriga de chocolate que tenía en el bolsillo, el perro se le levantaron las orejas, luego al ver como reacciono el perro al ver el dulce supo como controlarlo, luego le tiro la barra de chocolate lo mas lejos posible para que lo persiguiese.

Inmediatamente el perro se puso a seguir el rastro de la chocolatina.

Ahora que el perro había dejado de husmear, se puso a hacer por lo que había venido a buscar.

Agarro el portátil que tenía uno de los muertos, se percato antes de que no estuviese vivo, porque se armaría un problema.

Volteo el portátil y observo el compartimento donde estaba colocada la batería del portátil, saco la batería y observo el numero de serie, la batería decía 150 hb, entonces saco el suyo portátil de la mochila grande que llevaba colgando, ahora saco la batería de su portátil y examino el numero de serie para compararlo con el otro, el suyo decía 200 hb, no servía la batería del otro portátil, necesitaba una batería de 200 hb para hacer funcionar el suyo.

Ya no había nada que mirar allí, ya había encontrado lo suficiente.

··

Fue andando por las estrechas calles de la ciudad, los negocios y tiendas estaban cerradas, taponadas con palos de madera para que ningún infectado pudiese entrar, pero eso no funciono y todos acabaron muertos hace mucho tiempo.

Sentía nauseas de cansancio, se estaba muriendo de sed, entonces observo un puesto de bebidas sin funcionar.

Se acerco al puesto, alrededor había un grupo de bicicletas que estaban amontonadas entre si tapando el paso, primero las quito de en medio y luego se puso a buscar la forma de sacar alguna posible bebida.

Antes observo que aquel puesto estuviese enchufado, dio un giro y observo que el cable estaba cortado, la maquina no servía, eso empeoraba las cosas, al ver que no podía sacarse fácilmente una lata de refresco, se le ocurrió utilizar la fuerza bruta.

Dio una fuerte patada a la maquina que la sacudió, no paso nada, decidió intentarlo otra vez pero ahora con mas fuerza, dio unas cuantas patadas con toda su furia para expresar el odio que tenía al fin del mundo, al perder a toda su familia, y al ser posiblemente el único humano vivo en la tierra.

Al final se canso, ya no pudo mas, no había remedio, como de agotamiento dio un golpe de puño a la maquina, entonces se oyó algo.

Justo cuando se dio por vencido, cayo una Coca-Cola en el hueco de la maquina, la agarro y noto que estaba fría, nadie la había tocado en varios años, tenía ganas de reirse de la realidad por haberle otorgado ese deseo, pero decidió gustarse por el refresco.

La abrió, salía gas de adentro, era increíble que estuviese fría en ese tiempo, para poder bebersela se tuvo que sacar el pañuelo de la boca mostrando ahora su verdadero rostro, era un chico rubio con aspecto de empollón. Inmediatamente se puso a beberse el refresco, estaba buenísimo, era lo mejor que se había servido en mucho tiempo, se quedo a gusto con eso.

··

Al cabo de un rato, al ver la tranquilidad que se estaba produciendo en el barrio, decidió sentarse en un banco y disfrutar de su refresco, era algo gracioso tener que estar sentado en un banco que ya nadie utiliza y disfrutar de una bebida que supuestamente ya no existe. Pero lo mas gracioso era que antes quería sacarse la lata utilizando dinero, cosa que ya no sirve para nada, el mundo esta muerto y esta pendiente de seguir utilizando las mismas normas de siempre cuando ya no hay nada en el mundo que le detenga de hacer lo que le da la gana.

Observo el paisaje, estaba todo tenido de rojo, no sabía porque en tanto tiempo tenía que volverse todo lúgubre y violento, podría al menos quedar algo de naturaleza verde, pero el virus lo inundo todo y lo volvió putrefacto, los arboles casi no muestran una señal de vida, es una suerte que sigan produciendo oxigeno, porque el único gas que expulsa ahora la nueva naturaleza, es el ardor putrefacto de la muerte, el tipo de muerte que anda con la pata coja por todas partes, volvió a echar otro sorbo a su refresco para hacer que se le ocurriese otra cosa mejor.

··

Al cabo de unos minutos termino su bebida, ahora que había descansado se propuso hacer lo que había estado haciendo todo el dia, buscar una nueva batería para su portátil, había mirado en todos los sitios de tecnología y no había nada que le sirviese, entonces se percato de un cibercafe que había al lado de donde estaba el lugar donde había cogido el refresco.

Se coloco delante de las ventanas para ver si había alguna amenaza dentro, los cristales estaban algo sucios, solo se podía que había algo de oscuridad dentro y que estaba todo montado un desastre, no parecía haber ningún infectado, decidió echar un vistazo dentro.

Se dirigió a la puerta, estaba cerrada con llave, y la única manera de abrirla era abriéndola desde dentro, solo había una manera, agarro un ladrillo y rompió el cristal de la puerta, se hizo un agujero, paso la mano por el hueco que hizo y pudo abrir la cerradura desde dentro.

Se metió en la cafetería, estaba hecho todo un lío, habían mesas tiradas por doquier, la comida y las bebidas putrefactas, lo único mas sospechoso de todo, era el cadáver de un hombre sentado en una mesa, parecía ser un infectado, observo detenidamente la cara del muerto, al parecer le habían disparado justo en el ojo derecho, si le habían disparado cerca de la cara, significaba que estaba muerto, porque a lo mejor llego al cerebro que es donde se produce el inicio de la enfermedad.

Ahora se puso a buscar un ordenador, reviso todas las maquinas que habían del lugar, no podía perderse nada en absoluto, hasta el mas mínimo reflejo le podría servir de esperanza para poder encender su ordenador.

Reviso por si acaso las maquinas tragaperras, a lo mejor las baterías servían para lo mismo, estaba todo lleno de cables que no servían, como no tenía donde dejarlos y tenía prisa decidió lanzarlos como si fuese un perro moribundo.

Aquellos pedazos de electrónica golpeaban el cadáver de al lado, fueron tan fuertes que despertaron al cadáver, el cuerpo no estaba muerto del todo, estaba vivo y apunto de zarparse al muchacho.

El chico cogió una linterna y empezo a revisar los sistemas a fondo, tenía una pieza que podía servir, pero estaba metida al fondo, le iba a costar algo sacarlo.

Estaba tan atareado con encontrar una batería, que no se percataba de que un muerto viviente se dirigía a zamparselo.

Al final pudo sacar la batería, le costo un poco pero pudo sacarlo fácilmente.

-Si -contesto alegrado.

Salió de la maquina tragaperra y se puso a revisar la batería.

El muerto viviente estaba justo al lado, de pronto hizo un gemido terrorífico que llamo la atención del muchacho.

El muchacho se volteo extrañado y observo que el muerto que pensaba tieso, estaba coleando y viviendo.

-No me jodas -dijo arrepentido por no haberle hecho un vistazo mejor al cadáver.

No sabía como matarle, así que utilizo lo mas cerca que tenía, que era la pequeña linterna, le golpe justo en el ojo dolorido, fue tan fuerte que se le incrusto la linterna en el ojo, luego cayo el muerto desparramado.

Se quito la sangre de la mano que se le había caído encima cuando le golpeo, observo estremecido como hizo para zafarse escaparse de una muerte segura como esa.

Pensó que ahora si estaría ya muerto, pero resulto que aún estaba consciente, empezo a levantarse ahora teniendo la linterna hincada en el ojo, aquel muerto viviente no se iba a dar por vencido.

No tenía forma de luchar ahora contra el tenía que escapar, guardo la batería en uno de los bolsillos y se puso a correr por el lado contrario a la puerta, su única manera de escapar esta bloqueada por aquel dichoso muerto.

Corrió por los pasillos de la cocina, pero había restos de comida tirados en el suelo que hacían que le dificultase seguir caminando.

El muerto lo tenía delante.

Al final salió de allí y encontró una puerta trasera, intento abrirla pero estaba cerrada, observo por detrás que tenía al muerto acercandose.

-Vamos, vamos -se decía mosqueado al intentar aflojar la cerradura.

Cada vez estaba mas cerca.

Al final tuvo la fuerza suficiente para poder abrir la cerradura, luego salió de vuelta a un rincón, inmediatamente cerro la puerta para que no saliese el muerto, pero no era suficiente, así que agarro un tubo de fierro y lo coloco atravesando el agujero del picaporte en forma de U vertical.

Parecía que funciono porque por detrás se oían los gemidos del muerto que quería salir. Se aparto el de en medio por si acaso, se llevo un susto de muerte, pensaba que no lo iba a contar, llevaba casi un dia de mala suerte, pero al final tuvo algo de suerte con algo, consiguió una batería para su portátil.

Ahora que ya había conseguido su objetivo decidió alejarse de aquel lugar y buscar un lugar para refugiarse.

De pronto alguien tan fuerte por la pierna que hizo que se tambaleara torpemente.

Observo que por detrás tenía a un muerto con los pies cortados, se arrastraba con su carne para intentar cogerle.

El intento alejarse para que no le mordiese, pero aquel muerto estaba decidido a comérselo o morderle

Al ver que no tenía oportunidad de zafarse, saco su revoler, antes examino de que tuviese balas, casi parecía no tener nada pero no tenía tiempo de fijarse por el interior del gatillo.

Le apunto a la cabeza del muerto y disparo, pero no había bala, siguió probando hasta que dio con el sexto agujero y pudo dispararle a la cabeza matándolo.

Ese si que estaba muerto del todo.

Se llevo otro gran suspiro, pensó que no lo iba a contar, hoy al final llevaba un dia de mala suerte, pensó que era mejor un dia de perros, porque hoy se había comportado casi como un perro.

Ahora intento de levantarse, pero de pronto observo que mas adelante, algo se acerco, el disparo de antes llamo la atención de otro muerto viviente, y este parecía mucho mas fuerte que los dos anteriores.

-Es que hoy quieren joderme -le reprocho al universo por tener que encontrarse con peligros de esa manera.

El muero se dirigía con mucha prisa hacía el, intento de dispararle pero se acordo de que ya no le quedaban balas, y no tenía tiempo de poner mas munición. Estaba perdido.

Justo cuando el muerto iba a atacarle, recibió un disparo por detrás tan grande que le perforo la cabeza por ambos lados.

Aquel muerto cayo desparramado contra el otro muerto, no sabía que paso pero luego lo descubrió, alguien vestido de la misma manera que el, todo de negro, le disparo al muerto con una extraña arma colocada en su muñeca.

El chico se quedo asombrado y extrañado a la vez, pensaba que estaba teniendo alucinaciones y que en realidad ya había muerto y se estaba imaginando cosas, aquel extraño encapuchado se quedo delante observándolo.

De pronto se volteo y le hablo a alguien:

-¡Oye tío, ven aquí! -le grito a alguien suponiendo que no estaba solo.

Entonces alguien mas apareció, al parecer su compañero, llevaba puesto el mismo atuendo pero el en vez de llevar un arma de muñeca como el que llevaba el otro, este tenía una espada colocada en la espalda, se notaba que era una katana, un arma japonesa de gran filo y que era capaz de cortar a cualquiera por la mitad.

Empezo a preocuparse de aquellos tíos, no sabía si eran amistosos o no. Empezaron a acercarse a el mirándole a través de aquella gafas negras de piloto de moto cross.

Entonces ambos se sacaron sus gafas y el pañuelo en la boca, mostrando su aspecto, el del arma en la muñeca, era un chico rubio con un aspecto de niño chulo o payaso, el otro era un chico de pelo castaño con un aspecto mas de persona seria.

Se quedo mirándolos sin saber que decir.

-¿Estas bien? -pregunto el rubio.

-Si -contesto tímidamente.

Luego hablo el castaño:

-¿Te ha mordido uno de esos o no? -pregunto verificando.

-No -contesto de la misma forma-. ¿Porque me lo preguntáis?

-Porque a lo mejor te ha entrado sangre infectada, y por si acaso, tendríamos que matarte, con uno de estos -le señalo el arma de su muñequera, era una especie de pistola pequeña y de aspecto electrónico.

-Ah -refuto sarcásticamente-. ¿Y que es eso?

-El juguete que utiliza para volarle la cabeza a los zombies -le contesto el castaño.

-O sea, ¿que utilizáis la típica palabra que usan los frikis amantes de los muertos vivientes? -Pregunto sarcásticamente.

Ambos se rieron por aquel comentario.

-Este tío me gusta llevemonoslo -le ordeno riéndose el rubio a su amigo.

-Pues si queréis arrastrame a vuestra guarida vais a tener que ayudarme -le ordeno ofreciéndoles que le ayudaran a levantarse.

El niño rubio le ayudo a levantarse.

-¿Como te llamas? -le pregunto por su nombre.

-Jeremy. Jeremy Belpois -le contesto.

-¿Eres francés? -le pregunto porque aquel nombre sonaba extranjero.

-Así es -aclaro Jeremy.

-Por dios fijate, he aquí a un francés, yo soy italiano pero medio noruego, y mi amigo es alemán, por dios es que como que ya no quedase ningún maldito americano en este dichoso país apartado de de la mano de Dios -divagaba el rubio porque no podía creerse que tuviese delante al primer francés visto en mucho tiempo.

-Bueno, ¿eso es un problema? -pregunto porque no sabía si era una amenaza o un comentario insulso.

-No, no es un problema, pero estamos tan intrigados por saber como es posible que siga viviendo tanta gente de otros países si en este país hay mucha mas gente que en ninguna otra parte -resumió para rectificarse.

Jeremy se sintió algo extrañado por aquel chico rubio, no sabía si era estúpido o se hacía el gracioso, pero al menos dejo que siguiese explicando cosas raras porque era lo mejor que había oído en todo un año de silencio y desolación.

-Bueno, ahora he dicho mi nombre, ahora vosotros tendréis que decirme los vuestros -pidió Jeremy para saber quienes eran las primeras personas que había visto en mas de un año.

-Yo me llamo Odd -se presento el rubio-. Y ese de ahí es mi mejor amigo Ulrich.

-Hola -se presento Ulrich el alemán.

-Encantado -saludo Jeremy.

-Bueno Jeremy Belpois -comento chistosamente-, dime, ¿que eras lo que estabas haciendo ahí dentro?

-Buscar una batería para mi portátil -le respondió.

-¿Y eso porque? -pregunto Odd suponiendo que ya nadie usaba nada de ordenadores.

Jeremy intento de decirles sobre lo que pretendía y cual era su misión, pero no sabía si confiar en ellos o no, eran las primeras personas que había visto en mucho tiempo, pero no sabía quienes eran o de donde venían, no podía decirles nada serio por el momento.

-Es algo complicado -le respondió tímidamente, fue lo único que se le ocurrió para usar como excusa.

-¿Complicado como sobrevivir tontamente a un muerto viviente? -pregunto sarcásticamente Ulrich.

-No me comporte como un estúpido, el problema fue que casi ya no me quedan balas -saco su revolver y les mostró el gatillo vacío, andaba corto de municiones.

-No deberías meterte en lugares oscuros así sin tener a mano un arma -opino Ulrich.

De pronto se oyeron los gemidos del muerto viviente que había detrás de la puerta.

Ulrich miro irónico a Jeremy, salto de una columna tirada en el suelo y se dirigió a la puerta cerrada, luego saco su sable preparandose para matar al muerto que había detrás.

-Yo que tu no haría eso -le comento para no hacer lo que pretendía hacer.

-Créeme, si yo fuese tu, lo haría -le comento sarcásticamente.

Abrió la puerta, inmediatamente apareció el muerto a punto de atacarle, pero entonces atravesó su espada a través de la barbilla y saliendo por la nuca, ahora si se murió el muerto, luego saco la linterna colocada en el ojo, tenía la punta embadurnada de sangre y carne muerta, luego se la entrego a Jeremy.

-Creo que esto es tuyo -se la entrego como un acto de ironía.

Jeremy la miro, así tal y como estaba ya no le servía.

-Me parece que no -decidió no agarrarla.

-Pues como tu quieras -como no la cogió, ya no servía y la tiro.

Jeremy se los quedo observando, no sabían que querían de el o esperaban que el dijese algo sobre ellos, decidió pasar de ellos y seguir con su misión.

-Mirad chicos, estoy orgulloso de veros, pero yo tengo una misión que hacer, y no puedo perder el tiempo, así que. Adiós.

Se puso a andar por el lado contrario a ellos marchándose en busca de algún lugar donde poder utilizar la batería.

-Si vas a hacerlo, será mejor que vayas con nosotros -sugirió Ulrich.

Jeremy se detuvo, no pudo ignorar el comentario del castaño, se volteo y lo miro con una expresión de extrañitud.

-¿Como? -pregunto extrañado.

-Se va a hacer de noche, y cuando hay oscuridad, los muertos salen en busca de cazar, no va a haber ningún lugar que sirva de refugio en este sector de la ciudad, así que el único lugar que te queda, es que vayas con nosotros a nuestra base -comento Ulrich acerca de la idea que tenía para el.

-¿Vuestra base?

-Bueno, mas bien es una base militar para supervivientes, ahí hay gente y comida, debería servirte algo de comida y munición si quieres vagabundear por aquí.

Jeremy se quedo pensando, decían que tenían comida y personas, lo que mas necesitaba en el mundo, estaba harto de estar solo, puede que no sean de confianza pero al menos tendría personas decentes con las que hablar.

-De acuerdo, solo por unos días -acepto la propuesta.

-Bueno espero que seas un tipo duro, porque en estos tiempos necesitamos hombres mas fuertes -opino Odd.

-Bueno, una vez hice saltar toda una sala en mi base utilizando etanol, eso vale para algo -comento Jeremy pareciendo obsceno.

Odd y Ulrich se miraron extrañados, no sabían de que iba aquel chico pero no parecía tener un compartimento adherente como de hombre macho.

-Ya veremos -opino disimuladamente Odd.

Luego ambos se pusieron a buscar el vehículo con el que habían hecho para llegar.

Salieron del rincón y se metieron en el otro lado de la calle, siguieron andando muy tranquilos hasta que Jeremy pregunto:

-¿Por cierto de donde venís? -pregunto ahora que se percato de que no sabía suficiente de ellos.

-Nosotros venimos de una base de cuarentena llamada Fort Kadic, esta mas allá de donde antes estaba el barrio de las casas de los famosos, después de que toda la ciudad ardiese algunos supervivientes empezaron a edificarlo todo para que fuese apto para este nuevo mundo, construimos bases, campamentos, campañas de cuarentena, todo para que sobrevivamos en este mundo lleno de muerte -resumió Ulrich toda la historia de los supervivientes y como se montaron sus propias formas de sobrevivir.

-¿Cuanto tenéis de gente? -pregunto de nuevo.

-Como unos cien, ha sido el mejor equipo de sobrevivientes que hemos encontrado -explico la cantidad de personas que tenían en la base.

Jeremy se quedo agusto con saber que había mas de cien personas viviendo en un lugar seguro, no soportaría pensar que todas las miles de personas en el mundo no se acabaron como de la noche a la mañana.

Siguieron avanzado por la calle envuelta en sangre, hasta que entonces Odd descubrió el vehículo con el que habían hecho para llegar.

-Ahí esta nuestro vehículo -aviso para Jeremy.

El rubio con gafas observo el vehículo que tenían, era un jeep militar con una rampa con rejas y bastante larga.

-¿Un jeep? -pregunto acerca de que le parecía extraño ver a ese tipo de coche funcionando todavía.

-Así es -afirmo Jeremy.

-¿Y como habéis hecho para que funcione? -pregunto extrañado.

-Pues por esto -señalo Odd abriendo la puerta del jeep.

Odd mostró a un generador de alta función conectado al motor del coche.

Jeremy lo observo, se quedo fascinado al ver ese generador.

-Un generador de clase X -no se podía creer que tuviesen ese tipo de generador, y funcionando todavía. Un generador de clase X era un nuevo que saco una empresa hace mucho tiempo, pero nunca pudo llegar al mercado porque entonces comenzó las matanzas de sangre provocadas por el virus

-Si, ha sido una suerte que hubiésemos encontrado este generador, sin el, no tendríamos nada de electricidad en la base -comento Odd metiendose en el asiento del piloto, el era el que manejaba el vehículo.

Jeremy se intrigo, no solo lo utilizaban para el jeep, usaban como generador de electricidad para la base.

-Espera, ¿me estas diciendo que utilizáis su potencia para daros electricidad en el campamento? -pregunto para verificar porque no se lo creía en serio.

-Exactamente -hablo Ulrich-, a veces hay que utilizar lo que tengas en mano para poder utilizarlo útilmente.

Le pareció que aquella frase ya la había oído antes, pero no se acordaba de que.

Luego se fijo que Ulrich se monto en la rampa del vehículo.

-¿Vienes o te quedas? -pregunto Ulrich para saber su decisión.

Jeremy se quedo dudando, no sabía exactamente si todo lo que le habían contado iba en serio, tenían un vehículo militar que funcionaba mediante un generador que supuestamente no existe, no sabía que hacerse con sigo mismo.

Odd coloco las llaves en el volante del jeep, el generador se encendió y empezo a meter energía al motor.

-¡Nos vamos a ir o no! -pregunto reprochando porque tenía ganas de salir de allí y volver al campamento.

Jeremy miro pensativo a los dos, tenía que tomar una decisión ahora.

-¿Que pasa? -pregunto Ulrich porque no sabía porque motivo le miraba así.

-¿Me prometéis que ese lugar es seguro? Pregunto Jeremy queriendo saber si aquel lugar era de confianza al igual que ellos.

-¿Co... -Ulrich se detuvo al notar aquella expresión de miedo en los ojos del rubio, sentía pudor al pensar que no eran lo que parecían, era algo muy normal que ocurre con los desconocidos, no sabes con quien estas tratando y te metes en una trampa, eso mismo le estaba ocurriendo a Jeremy.

Odd esta esperando una respuesta de su amigo, si no subía Jeremy lo dejaba tirado ahí mismo y dejar que se aguantase donde estaba.

-Te lo prometo -acordo Ulrich en un tono convincente.

Ahora si que se decidió, sonrío firmente y se subió a la rampa del jeep, Ulrich lo ayudo a colocarse, cerraron la verja y se empezo a mover el coche, Odd les estaba conduciendo a la base Fort Kadic, donde ahí habría comida, medicinas y armas, lo necesario para continuar su viaje. Esperaba que las cosas fuesen normales a partir de ahora, porque si no lo hubiese, iba a ser peor que el mismiso mundo.

··

Hicieron un largo viaje recorriendo por todo el distrito bajo de Los Angeles, atravesaron un puente con todos los coches incendiados, restos de cadáveres calcinados, se notaba en algunos que en un momento todavía seguían vivos e intentaron escapar, pero no pudieron por culpa de las llamas, mejor era eso que morir siendo devorado por un muerto viviente o zombie como les llamaban ellos que morir ardiendo, porque el fuego te pudre la carne y se queda enganchada, pero en cambió cuando un infectado te come la carne, la herida se infecta de tal manera que parece que estuvieses ardiendo por dentro, mejor muerte para el fin del mundo.

Salieron del puente y entraron en un distrito con aspecto de chatarrero industrial, habían pilas de coches quemados apilados como torres de bocadillos, no solo habían coches quemados, habían restos de otros vehículos que ya no se usaban, como autobuses, motos, hasta habían aviones militares de tipo caza, era una locura pensar que no todos los aviones cayeron en picado y sobrevivieron los restos para que se notasen a la perfección, que lugar de locos era ese.

-¿Que es este lugar? -pregunto Jeremy asomándose.

-Esto es lo que queda de esta parte de la urbanización -explico Ulrich-, cuando vinieron los muertos por esta zona, tuvieron que quemarlo todo para que no agrandase el virus, después de un tiempo, los supervivientes empezaron a montar todo para formar campos, bases y fortalezas para defenderse del virus, todo es ahora una chatarrería.

-Por dios -comento Jeremy asombrado por la fascinación de como la locura del virus pudo engendrar tanta violencia y destrucción en un dia.

Odd giro a la izquierda y toma una curva para poder girar por una esquina, estaba llegando al campamento, se estaban metiendo ahora por los lugares mas fortificados de la ciudad, lugares construidos con cualquier cosa para hacer una barrera para que no pudiese entrar ningún infectado.

Giraron a la izquierda y llegaron al campamento base, tenían delante una puerta de acero reforzada con todo tipo de artilugios pesados para hacer que las puertas fuesen lo suficientemente duras para soportar una horda o cualquier otra cosa.

El jeep a unos pasos de las puertas, arriba, un hombre armado con una escopeta de francotirador se asomo por delante de las terrazas que habían al lado de las puertas.

-¡Identifiquense! -ordeno el soldado, quería verificar si eran una amenaza o no.

Odd se asomo por la ventana de la puerta para mostrar su rostro.

-Somos nosotros Odd Della Robbia y Ulrich Stern, y traemos a un invitado -acordo Odd gritando para que se oyese su voz.

-De acuerdo, pasad, el comandante Morales os quiere en persona -acordo el soldado y se fue a abrir las puertas.

Las puertas se empezaban a abrir haciendo un ruido de cadenas y relinches mecánicos, Odd avanzo con el jeep mientras se abrían las puertas. Jeremy observaba a lo alto, una especie de torreta colocada en lo alto de una torreta, tenía un aspecto como de pelicula de ciencia ficción, puede que el mundo se hubiese ido al traste pero al menos había avanzado en tecnología lo suficiente para que cualquiera se defendiese.

Entraron en el campamento, dentro era todo un pueblo en vez de una base, había gente que pasaba de largo por todas partes, habían soldados que vigilaban cada una de las partes del refugio tanto dentro o por fuera de tierra, habían hasta comercios donde la gente se compraba hortalizas, frutas que estuviesen en buen estado.

Odd giro el jeep y estaciono el vehículo delante de un garaje. Apago el motor y ambos salieron del vehículo.

Un soldado se acerco hacía ellos, les ayudo a bajar un grupo de cajas de plata, echo un vistazo al nuevo amigo que se habían encontrado.

-Sargento Stern y Della Robbia -se presento el soldado delante de los dos.

-Sargento Lorry -se presento Odd haciendo el tradicional saludo militar.

Jeremy bajo del carro y se quedo fascinado, tanto que se olvido de los que tenía delante.

-Espero que hayan tenido un buen viaje -comento para saber como les había el viaje, ya que no hay muchas veces que todo haya salido bien.

-Si, ha salido a pedir de boca -comento irónicamente Odd.

El sargento Lorry se quedo mirando al extraño rubio con gafas que miraba con cara de fantasma.

-¿Quien es vuestro nuevo amigo? -pregunto Lorry para saber su identificación.

-Ese es Jeremy Belpois, es francés -explico Odd

-Es francés. Hala -dijo fascinado Lorry-, hacía tiempo que no escuchaba a algún francés decir...

Se oían las palabras en francés que decía Lorry, pero Jeremy estaba mas pendiente en examinar el ambiente, parecía un buen lugar donde sobrevivir el resto de tu vida, pero cada lugar siempre escondía su terrible secreto.

De pronto sintió un extraño golpe en los pies, alzo la cabeza y observo a una pelota que tenía delante, la agarro, estaba bastante sucia pero en buen estado, hacía tiempo que no veía una pelota en buen estado, aunque claro que no le servía porque nunca hacía algún deporte, de todas formas era fascinante.

-Me la pasas -dijo alguien con la voz de un niño.

Jeremy alzo de vuelta la cabeza y se percato de la presencia de un niño de seis años que tenía delante, aquel era el dueño de aquella pelota.

Jeremy se quedo pensando en que hacer, si devolvérsela de una patada o tirársela de manera simple. Al final decidió lo simple.

Le tiro la pelota con las manos y el niño la atajo, luego se fue contento y siguió jugando a chutar la pelota.

Jeremy río sonriendo, hacía años que no veía a un niño, y sobretodo a uno que sonriese, recordó un momento esa sonrisa, era la de un niño que sonreía porque todo le parecía feliz sin importarse del mundo en que vivía, quien no querría ser niño para así poder olvidarse de sus problemas. Decidió seguirlo para saber adonde iba.

Le siguió el rastro pero lo perdió, de pronto se detuvo delante de una campaña donde había un grupo de armas desarmadas sobre unas mesa de fieltro.

Eran armas de clase HUH, un tipo de armas que se utilizaron para la guerra en Corea para prevenir el ataque comunista a Estados Unidos en 2018, pensar que si no fuese por el virus estarían todos gobernados por el comunismo.

Agarro una de las piezas, estaba reluciente, muy reluciente, la habían limpiado hace no mucho, era increíble que estuviesen unas armas de ese tipo tan exageradamente limpias y relucientes de esa manera.

De pronto alguien le grito:

-¡Oye, que estas haciendo acababa de limpiarlo! -le reprocho una chica de piel morena, le cogió la pieza y empezo a limpiarla con un esparadrapo amarillo.

-Lo siento, no lo sabía -se disculpo Jeremy avergonzandose de su acción.

-¿No sabes que estas armas se desgastan fácilmente si no se limpian con frecuencia? -le pregunto reprochando porque no sabía si era un burro o un bruto.

Había leído algo sobre eso en alguna revista, hace ya tiempo.

-No me acordaba de que estas armas tuviesen esos defectos -comento.

-Pues deberías acordarte, estas armas son lo único mayor que tenemos para defendernos de esos hijos de puta muertos de ahí afuera -le exigió seriamente.

Entonces se acerco Odd.

-¿Hay algún problema Sam? -le pregunto Odd a la chica.

-Espera, ¿la conoces? -pregunto extrañado.

-Pues claro que sí, es Samantha Knight, la única novia que he podido conseguir en este dichoso mundo de mierda -explico Odd y luego se acerco hacía Sam para poder besarla apasionadamente.

Sam se quito a Odd de su boca para poder respirar.

-¿Alto ahí tigre, que querrás que me convierta en un zombie? -pregunto chistosamente, estaba encantada de verle.

-Si fueses un zombie yo no te mataría, te dejaría encerrada por tu propio bien -comento chistosamente y luego volvió a besarla.

Entonces Jeremy carraspeo rompiendo la situación feliz.

-¿Este es vuestro nuevo amigo? -pregunto Sam.

-Si así es, es Jeremy, es francés -explico Od.

De pronto a Sam se le agrandaron las hormonas en su cuerpo.

-Frances, que romántico -le estrecho los brazos a Odd a través de su cuello-, como me habría encantado que tu fueses francés.

-¿Para que? ¿Para poder cantarte a lomos de un carruaje? -pregunto chistosamente.

Sam río a carcajadas, nunca se aburría de los comentarios insulsos de Odd. Luego se puso ella a besarlo apasionadamente como hacía el.

Jeremy se quedo intrigado al ver la capacidad que tenía Odd de conseguirse una novia como Sam, en cambio el, nunca había hablado con una chica en años, y si encontrase a alguien, le pediría seguro que fuese su pareja.

De pronto se oyó la voz de Ulrich:

-¡Odd! -llamo Ulrich desde el otro extremo.

Odd se asusto con eso y saco su boca de la de Sam para poder ver que hacía su amigo llamándole en ese momento.

-¿Que pasa? -pregunto gritando debido a que estaba lejos.

-El comandante quiere vernos, y traete a Jeremy contigo -aviso Ulrich.

-De acuerdo, voy para allí en un instante -acordo Odd.

Luego Ulrich se fue volviendo al lugar donde se encontraba el jefe del lugar.

Odd asintió, tenía hoy un dia maravilloso y tenía que desperdiciarlo yendo a ver al pesado de su comandante.

-Te veo después -dijo Odd para que no se enfadase Sam.

-De acuerdo, pero no tardes mucho -le consolo Sam acariciando su mejilla, luego junto sus labios con los suyos.

Odd sonrío satisfecho, luego se separo de ella, agarro a Jeremy del brazo acompañándolo para llevarlo ante el comandante.

-¿Adonde vamos ahora? -pregunto Jeremy sin saber porque le agarraba de esa forma.

-A haber a nuestro comandante cojonudo -le explico sarcásticamente.

Ir a haber al jefe de la base iba a ser toda un agobio seguramente, cuando estas metido en una base de ese estilo, tiene a un comandante que en realidad es un gilipollas de las narices.

··

Cruzaron por unas esquinas del campamento hasta meterse dentro de una choza, habían dos soldados que vigilaban la puerta como si se tratasen de dos guardias londinenses.

-Descansen soldados -le ordeno Odd a los guardias.

Inmediatamente los guardias se separaron de la puerta. Ahora pudieron pasar.

Odd abrió la puerta y se encontró con Ulrich mostrando una cara de escepticismo.

-¿Esta de buen humor el jefe? -le pregunto.

-Solo con el nuevo -le contesto sarcásticamente.

Jeremy se extraño con aquella conversacíon, de que iba aquello.

De pronto Odd le miro con cara incrédula.

-Chaval, hoy estas de suerte -le contesto de una manera sospechosa.

Algo estaban tramando aquellos dos y no se notaba si se trataba de una broma o algo de lo que arrepentirse.

Ambos condujeron por dentro de la choza, estaba todo decorado con reliquias y medallas militares, era como estar en el ejercito de verdad.

Cruzaron a la izquierda y entraron en una oficina con papeles colocados por todas partes, delante había un escritorio con todo tipo de cosas de trabajo, había un hombre de aspecto obeso y vestido con un chandal con los tipos de colores del ejercito, verde marino, estaba agachado sin que se pudiese ver su rostro o cabeza, parecía estar revolviendo entre los cajones del escritorio al buscar algo.

-¿Nos llamo comandante Morales? -pregunto Odd con tono de orden.

-Si os he llamado panda de lunáticos -respondió amargadamente el comandante.

Jeremy se quedo nervioso, no sabía como iba a responder aquel comandante al verle si tenía esa pinta y ese tono.

Entonces el comandante alzo la vista, era un hombre como de treinta o cuarenta años para arriba y con el pelo como una mezcla de rojizo y castaño. Saco un puro del cajón y lo prendió con un mechero sucio y casi estropeado, se lo metió en la boca y empezo a fumar, echo un vistazo al nuevo superviviente.

-¿Eres el nuevo? -pregunto.

-Eh... Si -contesto Jeremy nervioso.

El comandante dio una calada al puro y resoplo dando una enorme bufonada de humo ensordecedor.

-¿Como te llamas? -pregunto amargadamente, fumarse aquel puro le daba una voz muy bronca.

-Jeremy, Jeremy Belpois -contesto dudando.

Odd y Ulrich miraron nerviosamente a Jeremy, el se estaba poniendo mas nervioso que ellos mismos.

El comandante no dijo nada durante un momento, solo se quedo callado y continuo fumandose su puro mientras ponía una cara amarga.

De pronto se río a carcajadas. Ambos se extrañaron, no se pensaron que reaccionaría de esa forma.

El comandante se levanto de su asiento y se dirigió a Jeremy para saludarle.

-Encantado Jeremy Belpois -le estrecho la mano-, es un honor tenerle aquí a bordo.

-El placer es mío señor -comento entusiasmado.

Odd y Ulrich se llevaron un gran suspiro, pensaron que el nuevo no lo contaría.

-Soy el comandante Jim Morales, jefe de Fort Kadic, posiblemente el mejor campamento de supervivencia que queda en este mundo. He servido y he luchado por mi país, estoy orgulloso de tener que ver a nuevos reclutas por aquí -se presento el comandante entusiasmado.

-Bueno señor, se que esta muy entusiasmado con verme pero...

De pronto el comandante se le acerco haciendo que le cortara la frase.

-Un puro -le mostró un grupo de puros que tenía.

-Lo siento señor, pero yo no fumo, es malo para el corazón, y usted no querrá morirse de cáncer de pulmón en tiempos como este -intento evitar que le diese uno.

-¿En serio? Que mariconada -dejo los puros en la mesa.

-¿No ira a fumarselos todos verdad? -pregunto para verificar de que el comandante no se estaba pasando con su salud.

-Así es, estos puros puede ser casi los últimos que quedan en el mundo y pienso utilizarlos todos hasta que me muera si es que es posible -resumió el comandante volviendose a sentar en su silla del escritorio.

-Ah ya veo -refuto Jeremy vergonzosamente.

Jim se dirigió de vuelta con Odd y Ulrich.

-Bueno par de payasos, ¿podrías decirme como habéis hecho para encontrar a este montón de mierda flacucha? -pregunto amargadamente poniendose en posición de amenazante pero exagerado.

-Nos lo encontramos enfrentadose a un muerto que estaba a punto de comérselo -explico Ulrich.

-Buah, ¿y lo mordío?

-Por casi -refuto Ulrich.

-Por favor, por casi una mierda -se levanto de nuevo y volvió a dirigirse hacía ellos-, muchachos, no sabréis cuantas personas se libran de ser mordidos por un chupasangre putrefacto, este de aquí, es un puto anti-mordidas de zombies, un puto anti-mordidas de zombies -admitió entusiasmado el comandante poniendose histérico.

Jeremy sonrío dudando, no sabía si sentirse halagado o conmovido por ese comentario tan fetichista.

-Hijo, no sabes con quien te enfrentas, te estas enfrentado a la madre naturaleza, y la madre naturaleza tiene un buen par de cojones debajo de sus pelotas retorcidas -le comento con un tono exagerado. Luego volvió a sentarse en su silla.

Jeremy miro a Odd y Ulrich, querían saber su opinión al respecto, pero nadie decía nada, tenía que ocuparse de su propia situación.

-Señor.

-¿Si?

Jeremy se quedo dudando, no sabía como decirle que ya tenía todo organizado.

-No se como decirle esto señor pero... se que esta muy entusiasmado con tenerme aquí delante y estar en el campamento pero..., yo tengo una misión muy importante ahí afuera, y no puedo quedarme aquí por el resto de mi vida -le explico detalladamente para que no se enfadase el comandante.

El comandante no dijo nada, solo se quedo mirándole pensativamente.

-¿Mas importante que ser uno mas del equipo? -pregunto murmurando.

-Si, comandante Morales -afirmo Jeremy.

De nuevo el comandante no dijo nada, solamente se quedo mirándole con una cara incrédula y apoyando la punta del puro en el cenicero de una manera nerviosa.

Jeremy no sabía que pensar, pensó que ya había estropeado todo y que el comandante se iba a cabrear de lo lindo.

Morales se acerco extendió los brazos a lo largo del escritorio.

-Ven aquí -le pidió con el gesto de moverle el dedo para que venga.

Jeremy se acerco un poco, pero no mucho por si acaso.

-Veras, nosotros aquí tenemos una regla muy estricta, cada persona que entra aquí, formara parte de Fort Kadic para siempre, y nunca mas saldrá bajo ninguna circunstancia a no ser que sea una orden mía, te quedaras a vivir aquí como una familia de todos estos supervivientes que ahí a lo largo de este campamento, así que, que quieres hacer ahora -le explico Morales poniendo un tono sospechoso.

Jeremy sabía que pretendía, quería hacer que todos permaneciesen encerrados para poder hacer sus trabajos de limpieza de muertos, como si fuesen esclavos.

-Lo siento señor, pero yo tengo mi propia misión -acordo Jeremy muy serio.

Jim se puso muy firme, puso una cara como de muy estricto.

-Mira Belpois, ¿sabes que vamos a hacer? -pregunto para que supiese lo que sugirió.

Jeremy volvió a acercarse a la distancia de antes.

-Te voy a dar la oportunidad de elegir, puedes esperar al menos tres días para decidir si te vas a quedar aquí o no, pero si eliges antes de esos tres días, podrás irte de aquí y hacer lo que sea que estés planeando en el exterior, ¿de acuerdo? -sugirió Jim poniendose en entredicho.

Jeremy se quedo pensando, puede que le diese esas opciones, pero en cierto caso, iba a hacer todo mentira, quería que se quedase porque era uno mas de todo el campamento, otro esclavo metido en el purgatorio.

-De acuerdo -acordo pero solo para seguirle la corriente.

Ambos se estrecharon la mano para confirmar el acuerdo, Jim sonrío incrédulamente.

Luego miro a los otros dos.

-Della Robbia, Stern, podrías llevar a nuestro nuevo amigo a conseguirle un lugar donde alojarse -le pido a los dos, ahora que iba a estar ahí unos días, tenía que tener una cama y un techo.

-De acuerdo señor -acordaron con tono de soldados.

Acompañaron a Jeremy a conseguir una habitación donde poder alojarse, ambos estaban demasiado callados para poder hablar de lo que paso, algo tramaba el comandante Morales y no era bueno, sabía que no debía confiar en los dos porque al final se metió en la telaraña de una araña, y una araña muy gorda.

··

Jeremy se hospedo en una habitación motel, era el único que podían haberles conseguido aquellos dos después de haberse mostrado tan amables al presentarles a su cabeza de chorlito comandante conojudo, se sentía mas a gusto cuando insultaba al comandante de Fort Kadic, así no tenía que pensar en la mala decisión que tomo.

-Toc toc -dijo alguien haciendo que tocaba la puerta en plan broma.

-¿Quien es? -pregunto para verificar quien había detrás de esa puerta.

-Soy yo, el soldado Della Robbia -se desvelo quien era el bromista de al lado.

-Pasa -le permitió dejarle entrar.

Se abrió la puerta y entro Odd sosteniendo una bandeja con unos trozos de sandia cortados en forma de sonrisa y con otros trozos de manzana cortados de la misma forma.

-Te he traído algo de comida -le mostró la bandeja con la fruta.

-No tengo hambre -contesto bruscamente Jeremy.

-Venga vamos, necesitas recobrar fuerzas, ahora eres uno de los nuestros -comento Odd para consolarle y hacer que comiese.

-No soy uno de los vuestros -contesto sarcásticamente apropósito.

Odd quiso ignorar aquel comentario, le apoyo la bandeja y espero a que cogiese algo. Parecía no reaccionar con nada, algo le pasaba desde que salieron de la oficina del comandante Morales.

-¿Que pasa, joven Einstein? -pregunto Odd agregandole un apodo.

Jeremy se extraño con eso, hacía tiempo que no escuchaba ese nombre, hacía años que nunca mencionaba nada sobre ese genio, era increíble que algunos se acordasen de el, de pronto se le abrió el apetito gracias a ese apodo que le dio.

Agarro uno de los trozos de sandia y empezo a comérselo a mordiscos, comía si fuese la primera vez que no comía nada tan bueno.

Odd sonrío, sabía exactamente que tenía hambre.

Jeremy se comió todo aquel trozo de sandia, no quiso mas y aparto la bandeja.

De pronto se oyó a alguien tocando la puerta, era Ulrich que estaba delante de la entrada.

-¿Puedo entrar? -pregunto para saber si estaba todo bien o no.

-Pasa -le permitió.

Ulrich entro y se quedo al lado de Odd observando al problemático Jeremy.

-¿Que pasa novato? -le pregunto Ulrich poniendo un nuevo apodo.

Le gusto mas el nombre de "Einstein" que el de "novato".

Jeremy se levanto y se puso de rodillas delante de ellos.

-Chicos, ¿que estamos haciendo aquí exactamente? -pregunto Jeremy con tono tímido y frío.

Ambos se miraron extrañados por esa pregunta.

-Pues sobrevivir -le contesto Odd irónico.

-A que, a los muertos, o a permanecer extintos -comento admitiendo una retórica verdad.

Ambos no sabían que contestar a eso, era algo confuso sobre que hacían aquí, pero por la forma en como lo pregunto resulto algo agonizante.

-¿Porque dices eso? -pregunto Ulrich queriendo saber a que se refería.

-Ese comandante no nos esta protegiendo, nos esta encarcelando porque no sabe vivir sin mas personas. Vistes como me miraba al decirle que quería irme -explico Jeremy la razón de porque se comportaba así.

-Te miraba así porque eras el primero que quería hacer algo diferente de lo normal -rectifico Ulrich.

-No, me miraba porque fui mas listo que los demás -admitió Jeremy.

Ambos se quedaron agonizando con eso.

De pronto Jeremy se bajo de la cama y se paro delante de ellos.

-Chicos, no puedo quedarme aquí, tengo una misión muy importante -exigió Jeremy porque quería que lo entendiesen de cualquier manera.

-¿Porque? ¿Cual es tu misión? -pregunto reprochando Ulrich.

Jeremy se quedo volviendo a pensar en eso, no podía confiar en ellos.

-Como os lo he dicho es complicado -siguió contando la misma historia.

Ambos se quejaron.

-Jeremy, ya nos hemos cansado de tanto secretismo, nos dices ahora cual es tu misión importante o le decimos al comandante lo que escondes -exigió Ulrich amenazandole porque ya estaba harto de le ocultase la verdad.

Ya no tuvo opción, estaba tan metido con ellos que no tenía otra opción que desverlarles la verdad.

-Veréis -se puso a explicar.

Los dos se pusieron escuchar.

-Hace una semana recibí un mensaje de una persona en Francia que decía que tenía la solución para acabar con el virus -resumió contando de que se trataba.

Ambos se quedaron agonizando, no podían creer que se tratase de eso, era totalmente imposible.

-¿Hay alguien que dice que tiene un antídoto? -pregunto Ulrich para saber si iba en serio o no.

-No lo se, justo antes de que terminase de decir eso, se me apago el ordenador y la batería quedo frita, no pude terminar el mensaje al completo, y durante todo este tiempo he estado buscando una batería para poder remplazar la de antes -explico que era lo que estaba haciendo antes y porque era tan complicado-, pero entonces cuando os conocí, cogí una batería de una maquina expendedora, y pensé que podría servir.

-Pues probemos ahora mismo -sugirió nerviosamente Odd.

-Si es verdad -se dio cuenta Jeremy.

Agarro el portátil y ambos se sentaron en la cama esperando que la batería funcionase. Salió una ranura de un compartimento en el extremo del portátil, ahí estaba colocada la batería que no funcionaba. Saco la batería y puso la nueva, se metió dentro de vuelta en el compartimento.

Esperaron a que funcionase.

Parecía que iba a funcionar pero no, en vez de eso apareció un cartel de color blanco diciendo: SIN SEÑAL.

-¡Que! -no podía creerlo, ni esa batería funcionaba.

-No ha funcionado -admitió Ulrich mosqueado.

-Hostia puta -se cabreo Jeremy y se acosto en la cama para no reprochar su semejante error.

-Tendremos que encontrar otra batería -sugirió Odd.

-Lamentablemente si -contesto Ulrich.

De pronto Jeremy se levanto poniendo una cara seria y sospechosa.

-¿Que pasa? -pregunto Odd al ver su atemorizante aspecto.

-Chicos, si vamos a tener que hacer esto, vamos a tener que hacer esto en equipo -resumió Jeremy sobre su plan-, esto, es la clave para detener esta matanza, si no arreglamos esto, perderemos la esperanza de recuperar nuestro anterior mundo, ¿estáis conmigo?

Ambos se miraron, tenía razón, ahora estaban juntos en esto.

-Como un equipo -contesto Ulrich.

-Como un equipo -contesto ahora Odd.

Luego ambos estrecharon sus manos formando una señal de amistad.

-Como un equipo -dijeron a la vez.

HACE UNA SEMANA

Una niña con el pelo de color rosa, corría atemorizada por un oscuro pasillo, algo la perseguía, encontró una salida metiendose en una sala, cerro la puerta reforzada.

Se acerco a una mesa de maquinas, conecto con mucha prisa su portátil, empezo a descargar un documento en otro llamado: DESCARGAS.

Los que la perseguían estaban casi a punto de entrar.

Llevo el documento a descargas, y luego activo el modo de grabación de cámara.

-A todo aquel que me escuchase, si es que me oyen, quiero que sepan que tengo la clave para destruir el virus, mi nombre es Aelita Schaeffer, y aunque parezca raro, soy la hija del hombre que provoco todo esto, pero no fue culpa suya, lo obligaron a hacerlo, se equivoco con lo que quería hacer, pero eso no lo hace culpable, esto de aquí, es el documento que contiene un virus que destruirá a la maquina que produjo el virus, una vez que este conectado en el generador central de Decisión, el virus empezara a comerlo y producirá otro virus que eliminara al anterior, si esto funciona, quiero que sepan que mi padre fue un heroe, adiós, y que la suerte os proteja -resumió la niña las instrucciones a seguir.

Metió el documento en descargas y empezo a descargase, estaba algo lento, al final pudo transmitir el mensaje.

-Si -dijo ella entusiasmada.

De pronto la puerta se abrió de un fuerte golpe y unas extrañas cosas fueron a por ellas.

-¡Nooo! -grito atemorizada dando un ensordecedor chillido de terror.

CONTINUARA...