Han pasado ya dos años desde la muerte de Quinn, ya nada fue igual, sus amigos terminaron el instituto realizando una ceremonia póstuma, en donde le entregaron el diploma de grado a su madre, el llanto fue masivo aquel día.

Lucían, decidió entregarse a la policía cuando se enteró de que su pequeña Lucy había fallecido. Lo trasladaron a una cárcel de máxima seguridad en Texas.

Shelby por iniciativa propia había decidido cambiarle el nombre a la niña colocándole Bethany Corcoran Fabray. Judy fue la encargada de reconocer la niña para que llevase el apellido. Su relación era bastante estrecha, la reconocía a ella como su abuela y a Frannie como su tía, como también reconocía como tíos a los amigos de Quinn y como hermana mayor a Rachel. La pequeña les daba ratos de felicidad, felicidad que había sido apagada aquella mañana en donde un automóvil acabo con la vida de Lucy Quinn Fabray.

-¿Si te digo que si dejaras de molestar? – una morena se encontraba enfadada caminando por su departamento, suspiro de alivio cuando recibió la respuesta – te veré a las 8

-¿Weston sigue molestando? – la latina preguntaba mientras aplicaba abundante mantequilla en su tostada.

-Sí, ya no sé cómo más decirle que no estoy interesada en él – arrojo con frustración su teléfono sobre el sofá que adornaba la sala.

-Así que aceptaste salir – mordió su tostada – eso es bueno, es hora de que sigas adelante.

-Siento que la estoy traicionando por esto – se sentó frente a Santana con la mirada baja

-Quinn estaría feliz de que continúes con tu vida

-Pero no dejo de amarla Santana, no puedo dejar de amarla – sollozo fuertemente – será mejor que me vaya a clase, necesito distraerme un poco.

-Claro, yo iré al supermercado a comprar unas cosas que necesito – termino su tostada antes de mirar el reloj, son las diez y media así que espera que la morena volviera para salir del departamento.

Santana caminaba por el supermercado que queda en Broadway comprando comida para los próximos días, al vivir con dos Divas, tenía que mantener el lugar con comida, mientras buscaba queso vengano, algo llamo su atención. Una chica rubia, a su lado izquierdo estaba buscando aparentemente yogurt, mientras escuchaba música por sus audífonos blancos, que sobresalían entre su cabello. Al sentir la mirada de la chica latina, se giró hacia ella, mientras Santana trataba de recordar cómo se respiraba, por Dios ¡Esa chica es idéntica a Quinn! Le grito su mente. La rubia únicamente le sonrió y se alejó de allí dejándola al borde de un ataque de pánico. Cuando su cuerpo le respondió, salió corriendo por el supermercado pero ya no la encontró ¿Habría sido una ilusión óptica? ¿Su subconsciente le estaba jugando una mala pasada?

-Debo alejarme definitivamente del hobbit – sacudió la cabeza mientras regresaba por su carrito – ¡Dios! – Sus manos temblaban – debo dejarla descansar en paz – tomo el carrito y continuo con sus compras aun si poder dejar de pensar en su amiga.

En silencio, pago los productos y en un taxi llego hasta el departamento en donde se encontró con Kurt, sentado en el sofá leyendo con suma atención una revista de modas

-Has vuelto – fue su salido, pero al ver el estado de la chica se preocupó - ¿Estas bien?

-¿Crees en los fantasmas?

-¿Qué? – estaba confundido con su respuesta.

-Hoy me pasó algo curioso – camino hasta la nevera y saco una de las cervezas que aún quedaba, se reprochó mentalmente no haber comprado más.

-¿Qué te paso? – La observo detenidamente hasta que la latina se sentó en el sofá del frente en completo silencio – ¿Santana?

-Estaba en el supermercado – comenzó a relatar mirando un punto muerto mientras bebía su cerveza – y una chica rubia estaba a mi izquierda – Kurt en otra ocasión habría hecho alguna broma, pero esta vez solo se mantenía en silencio – algo hizo que volteara a verla, era una rubia un poco más alta que yo – miro al chico por primera vez – cuando ella se giró, todo mi cuerpo se congelo Kurt – el chico se sorprendió, rara vez lo llamaba por su nombre – esta chica era idéntica a Quinn

-San…

-Y yo… - dejo la cerveza en la mesita y se levantó de la silla – ella me sonrió y se marchó de allí, cuando pude reaccionar – miraba por la ventana las calles de nueva york – fui a buscarla pero ya no estaba – se giró para encarar al chico que ya estaba de pie – no sé si fue real, o producto de mi mente.

-San yo…

-Sé que es imposible de que sea Quinn – tomo su cerveza y se la bebió de un solo trago – pero si me desestabilizo

-Ya lo veo, pero San – el chico se acercó lentamente – dicen que en el mundo hay personas que se parecen a otras, seguro que fue eso

-Si tienes razón – razono un poco – de pronto fue una chica rubia y mi mente la asocio con la apariencia física de Quinn

-Puede ser

-Pero fue raro – sacudió la cabeza – en fin, no demora en llegar el Hobbit, tiene una cita con Weston

-¿Al fin acepto salir con él?

-Sí, hace rato acepto salir con él… de pronto fue eso lo que paso – Kurt la miro confundido – cuando Rachel acepto salir con él, me dijo que sentía que estaba haciendo mal, pues aun amaba a Quinn

-Bueno eso tiene sentido – volvió a tomar asiento – seguro tu subconsciente solo ve a Rachel con Quinn y es por eso que hoy creíste verla.

-Dios, debo alejarme de la enana antes de que me vuelva loca – camino hasta su habitación

-Probablemente – se burló antes de continuar con su lectura.

Horas más tarde entraba una morena apurada, eran las 6 y un poco más y aunque no le gustaba Brody, no le agradaba la idea de llegar tarde a una cita, por lo que tenía que apresurarse a ducharse y a vestirse elegantemente para lo que sería su primera y única cita con Brody Weston.

-¿A dónde te llevara? – le pregunto Kurt tomando un vaso de leche con chocolate

-A un restaurante en Brooklyn – respondió pintándose los labios – "The River Café" creo

-No he escuchado hablar de ese restaurante – el oji-azul se encogió de hombros – te ves sexy

Y realmente así era, Rachel llevaba puesto un vestido negro con un escote en V, a la vez que tenía una abertura en su pierna izquierda, su cabello perfectamente recogido dejando caer dos risos sobre su frente.

-Ya ha llegado Weston – Santana comía un pote de helado mientras observaba al chico, vestido de corbata esperando a la morena – la quiero aquí antes de las once – le advirtió en tono de broma, aunque él, no lo percibió de esa forma.

-Claro. Esta hermosa – le dio un beso en la mejilla a la chica antes de salir hacia su auto.

-Entonces…

-Un amigo logro conseguirme una reservación en el restaurante que te dije, así que será mejor que nos apuremos sino queremos perderla – desbloqueo el auto permitiéndole el paso – ¿Y cómo te ha ido? – le pregunto encendiendo el auto y arrancando hacia el restaurante.

-Bien, Nyada ha sido bueno conmigo – bromeo mirando por la ventana. Al ver que la chica no parecía querer conversar mucho, condujo en silencio durante varios minutos hasta llegar al restaurante.

-Muy bonito – murmuro la morena antes de salir del coche

-Tenía que traerte a un buen lugar, si quería que aceptes otra cita conmigo – sonreía mientras la chica se removía incomoda

-Claro… ya veremos

Ambos entraron al lujoso restaurante, el encargado dela recepción de las mesas, los ubico frente a la ventana que daba hacia el rio Hudson

-En seguida vendrán a tomarles la orden – les dijo un joven que no pasaba de los veinte años.

-Bueno y ¿Qué te parece? – le pregunto cuando el chico se marcho

-Es muy bonito y acogedor – observaba la mesa, que tenía velas, flores y luces que daban la sensación de ser una cena bastante romántica, un chico de aproximadamente dieciocho años tocaba el piano, dándole el toque definitivo a la velada – me gusta la vista – dijo desviando la mirada hacia la ventana, en donde ya se veía el atardecer.

-¿Puedo tomar su orden? – Aquella voz… su corazón se aceleró con solo escuchar esa voz, sus manos comenzaron a temblar, antes de obligar su cuerpo a girarse, tomo una gran bocanada de aire – O ¿Quieren ver primero la carta? – Rachel finalmente se giró y al ver a la chica, todo su mundo se detuvo.

-Primero la carta – pidió Brody sin percatarse del estado de la morena.

-Ya se los traigo – su sonrisa hizo que la morena comenzara a llorar silenciosamente

-¿Estas bien? – le pregunto al percatarse del estado emocional de la chica

-Sí… solo… esa chica se parece mucho a alguien que conocía – trataba de hablar sin que su voz se cortara.

-Tranquila, si quieres le preguntas como se llama y sales de dudas – le apretó la mano por encima de la mesa

-Aquí tienen – la chica volvía con dos menús – si me permiten recomendarlos, como entrada pueden pedir "Gruner Veltliner" un vino blanco Austriaco

-Si por supuesto danos una – pidió Brody con una sonrisa encantadora – y ahorita pediremos la cena mmm – dejo el tema abierto para que la chica dijera su nombre, ante la atenta mirada de la morena.

-Sarah, mi nombre es Sarah – se presentó observando a la morena – y seré su camarera esta noche – bromeo un poco – volveré en un momento con su vino, con permiso

-¿Sarah? Te suena el nombre - miro a la morena que tenía la mirada perdida

-No – negó buscando con la mirada a la camarera – Quinn… - susurro para ella misma – es imposible…


Bienvenidos a la segunda parte. Esta historia espero les guste y tratare de que no tenga mucho drama.

Esta tendrá una diferentes formas de narración, podrán encontrar capítulos en donde sea narrado en tercera persona, como capítulos completamente narrado por Sarah (Quinn), Rachel e inclusive Santana.

Espero les guste y sus comentarios son importantes para mí. El segundo capítulo ya esta terminado, así que... ustedes deciden.