Harry Potter, sus personajes y universo, no me pertenecen, pertenecen a La Reina JK 3
Bienvenida, Granger
¿Qué está pasando? Trato de abrir los ojos y no veo la manera. Trato de ser consiente de mi cuerpo y lo noto pesado, sin forma. Recuerdo mi entrenamiento: para esto estoy preparada- o al menos eso me han hecho creer por tres años. Así que… ¿Cómo abro los ojos?
SIETE MESES ANTES
Claro que extraño mi casa. En parte muero por regresar, sólo en parte. Después llegan los vociferadores de papá regañándome a distancia, de mamá peguntando por tonterías y de mis hermanos felicitándome por mi decisión, excepto Ron. Sí, todo eso me recuerda que: entre más lejos, mejor.
No es como que no quiera a mi familia. De hecho la amo, con todo mi ser, simplemente sucede que no congeniamos, ya no. Si estamos en la Madriguera, como todos los años pasados, no pasa menos de diez minutos en los que yo ya quiero golpear a alguien. ¿Qué sucedió? Fred se fue.
No, no es culpa de nadie. Pero así sucedió y no se puede cambiar, Fred ya no está con nosotros y hasta ahora parece que George tampoco. Su cuerpo sigue consumiendo el pay de melaza de mamá, pero se niega a salir de su habitación, estoy segura que ya creó un baño ahí adentro.
Sí, las cosas se vinieron abajo después de la Guerra. Estábamos felices de estar vivos y todo eso, claro está, pero después de unos meses, cuando el trío de oro volvieron a partir en busca de más aventura, la Madriguera cayó y por el momento, sigue sin ver la luz.
Sí, claro que me enojé que no me llevaran con ellos esta vez, sin embargo entiendo que todo el mundo está casado con la caza de mortífagos y creen que los únicos capaces de realizarlo serán ellos, por lo que solo a ellos los dejar ir por el mundo (muggle y mágico) patrullando las calles. Las cartas de Hermione me comentan todo y lo agradezco. Mucho.
No, ya no estoy con Harry. De hecho, creo que después de ese beso desesperado a la mitad de la batalla, nada sucedió, o al menos nada relevante. ¿Qué se puede hacer cuando tu enamorado de la vida está casado con la justicia y es un héroe mundial? Pues nada realmente, solo aceptar que no, nada pasará más allá de un beso desesperado y un "te amo" apenas audible.
No, tampoco tengo pareja. Vivo en Francia y soy feliz por aquí, lo más feliz que puedes ser estando en Francia, siendo inglesa, la ex de un héroe mundial y cuñada de una campeona de Beauxbatons (porque parece ser que Fleur aquí no es Fleugggg). Para muchos, en un principio tenerme entre ellos era una gran novedad, la gente no paraba de darme las gracias (como si realmente yo hubiera hecho algo) pero ahora no soy más que una pelirroja que resalta en los días nublados, así como los soleados; no entienden qué hago aquí, jamás seré más para ellos que un misterio, según dicen en Brujas Unidas, aunque a mi parecer, mi historia tiene de misterio lo que los muggles de magia.
Pero aquí estoy, a kilómetros de distancia de mi verdadero hogar, teniendo insomnio y por ende tratando de sacar la receta del pay de melaza para perder el tiempo que mis ojos decidieron utilizar a las tres de la mañana. Sé que mañana por la mañana estaré de malas y esto habrá sido la peor idea de todas, pero al menos podré comer rico. O eso espero.
Dejo de pensar en todo lo que mi vida se ha convertido en los últimos tres años para darme cuenta que mi celular- invento muggle que mi padre me ha obligado a utilizar ya que me encuentro "eternamente distanciada de ellos"- lleva treinta minutos sonando con el mensaje aparentemente urgente de Hermione. No solo mi corazón da un vuelco enorme, dado a que ella nunca hace ese tipo de cosas, sino a que la última carta mencionaba que se encontraban en Rusia, lo cual sonaba bastante frío, doloroso y peligroso. Abro el mensaje y logro leer:
Ginny,
¡Mañana iré a Francia! Bueno, realmente en unas horas, llegaré al Ministerio por la mañana. Sé que no tengo derecho a cambiar tus planes, pero te extraño y necesito un descanso de los chicos para tener una plática contigo. Si puedes avísame, estaré una hora esperando tu mensaje, después apagaré esta cosa el demonio.
Te quiero,
Herms.
Siempre me dan mucha risa sus mensajes, ya que tan acostumbrada a escribir cartas, su formato no era necesariamente un SMS. Me apuro de teclear:
Bienvenida seas, Granger, yo también te extraño. Tengo clase y entrenamiento mañana, pero pasaré por ti primero. No cambiaré mis planes, simplemente formarás parte de ellos. Te quiero, besos. ¡Buen viaje!
El olor me devuelve a la realidad: mi pay está a punto de quemarse, así que corro, apago el horno, abro la puertilla y puedo escuchar perfectamente a Molly diciéndome "no, hija, jamás debes de sacarlo enseguida, se caerá" así que, a distancia, la obedezco y mantengo mi pay en el horno hasta el día siguiente. Sin darme cuenta, me quedo dormida en la silla "esperando" esos cinco minutos que la voz fantasma de mi madre me pidió esperar.
Despierto adolorida del cuello, el cual masajeo con mis manos frías a causa de dormir en una silla incómoda y sin calefacción. Busco con los ojos acostumbrándose a la luz la razón de mi despertar repentino, encontrándome con el mismo aparato de la noche anterior. Con la misma situación: mensaje urgente de Hermione Granger.
Ginny,
Te adoro, pero no planeo ser parte de una clase de box o algo similar. Te veo en la entrada a de la AFA a las 8:45 ¿o tienes clases antes? Avísame, igual me aparezco y ya no tienes que venir a buscarme. No he dormido mucho, así que agradecería que pasáramos por un café o algo similar.
¡No puedo con las ganas de verte!
Hermione.
Veo la hora y una maldición se escapa de mis labios. No sólo son las 8:20 de la mañana, sino que en 20 minutos, ni con magia, logro preparar la clase de hoy, así que vistiéndome lo más formal posible sin despertar muchas sospechas, me aparezco directamente en la entrada Internacional de los Trasladores, ignorando su propuesta de no pasar por ella. Justo en el momento en el que recuerdo que no respondí a su mensaje, veo como una manada de periodistas se conglomeran alrededor de un pequeño café, frente al Ministerio. La veo, con una mascada en el pelo y unos lentes oscuros, al puro estilo paparazzi y con un café en la mano. "¿De qué sirve tener permisos ilimitados para usar multijugos si no los usa cuando se necesitan?" Me pregunto rodando los ojos. Antes de que ella piense hacer lo mismo que yo, me aparezco a su lado, asustando a todos.
Ella me ve… ha pasado tanto. Son pequeños segundos en los que nos quedamos estáticas, viendo cómo hemos cambiado en estos años, ella sigue con esa belleza intacta y justicia en los ojos, los cuales están más cansados que nunca, me responde la mirada y me pregunto qué verá en mí y los cambios que he tenido. El sonido de una fotografía siendo tomada me devuelve a la realidad y decido tomarla de la mano y desaparecernos juntas.
-¡Ginny, sabes que eso puede ser peligroso!- me grita inmediatamente después de que aparecemos en la Academia Francesa de Aurores.
-No son tan tontos como para agarrarse de nosotros, créeme. Y en el peor de los casos, cuando te están siguiendo y llegas aquí, ellos rebotan, es lo hermoso de la AFA ¡te cuidan hasta de los stalkers!- ella ríe y no puedo evitar hacerlo con ella- deja de regañarme y abrázame, tonta.
Siquiera he terminado de mencionar la petición y ella me rodea con sus brazos. Aspiro su olor y me entierro en esa melena suya tan enredada. Siendo como me estruja con amor y suspira lentamente, como si entre más largo fuese el suspiro, más se redujera el tiempo en el que hemos estado separadas.
-Es bueno verte, Hermi.
Cuando nos separamos, la veo secarse una lágrima. Está roja y sé que definitivamente no está bien, pero antes de que pueda preguntarle a qué se debe, ella lo comenta:
-Ginny…- su voz suena cortada, cargada de emociones pero no logro entender si son de tristeza o de felicidad- … Estoy embarazada, Ginny…
La noticia me llega con una cubeta de agua fría, no necesariamente en verano. Comienzo a parpadear, tratando de entender todo lo que eso conlleva. Sabía que poco después de la batalla, Ron y Hermi habían comenzado a "salir", a estar juntos y unos cuantos meses después de eso, habían dado el gran paso. Pero ¿tener un bebé?
-Di algo, Ginevra, digamos que tu impresión no era la que esperaba para que fuese la primera…
-So-Soy ¿Soy la primera en saberlo? – alcanzo a decir.
-Sí, digamos que yo tampoco tengo mucho tiempo de haberme enterado- dice mientras de su bolsa saca un paquete abierto de prueba de embarazo desechable.
-¿Seré tía?- pregunto con la voz tomada, cayendo en ese gran hecho. Ella asiente, con los labios para atrás, apretados de la emoción, y los ojos llenos de lágrimas. Mis propios ojos son los que se llenan de sentimiento y sin darme cuenta, rompo la pequeña regla de no llorar en público.
La abrazo. Ella comienza a temblar de la emoción en mis brazos y a decir cosas inaudibles, que por conocerla, sé que van desde lo positivo hasta lo negativo. No sé cuánto tiempo estamos así, pero cuando nos separamos, ella está mucho más tranquila y solo puede mostrar la gran sonrisa en su cara.
-Lo siento, es que yo esperaba un "también te he extrañado estos tres años, Ginny querida" no un "estoy horneando a un pelirrojo"- digo, haciéndola reír fuertemente.
-Te he extrañado muchísimo estos tres años, Ginny querida- dice abrazándome fuertemente.
-Tiraste el palito ¿verdad? Eso solo es la caja…- digo señalando su bolsa, ella ríe dándome un zape.
-No sé cómo pasó- dice sonriendo.
-Pues mira, la verdad es que desde pequeña te tuvieron que haber dicho que si la abejita…—
-No, tonta- suelta una carcajada- es que… bueno, siempre nos cuidamos- dice apenada.
-Pues pasa el dato de la marca, para no comprarla.
-Nos cuidamos por medio de poción, pelirroja.
-¿Posición? Déjame decirte que eso no es algo que quiera saber de mi hermano, cuñadita- digo haciéndola enojar, pero aun con la sonrisa en la cara.
Comenzamos a caminar mientras ella me pone al corriente de bastantes cosas que no deseo saber acerca de Ron, pero que admito medianamente solo porque la idea de que un pequeño Weasley está creciendo dentro de ella.
-Te he extrañado tanto, Ginny- dice apretándome a su costado y yo hago una mueca. Comenzamos a reír abiertamente cuando alguien nos interrumpe:
-Weasley, ya vas tarde.
-Je peux jeter la clase, Trunke?- preguntó si puedo faltar a mi clase, esbozando mi mejor sonrisa, a lo que Hermione parpadea coquetamente sonriendo demasiado forzado. Él ríe negando- ¡Ash, te encanta fastidiarme!- respondo ya en inglés.
-Puedes traer a la muñequita de oro- giñe el ojo y ambas nos reímos fuertemente ante su muy marcado acento francés al hablar inglés.
Volteo a verla, la cual rondando los ojos asiente- Espera ¿qué clase es?
-Defensa personal. Anda, será la última vez que puedas patear traseros físicamente antes de que tu estómago se infle como globo.
-Uy… Espero que al menos sea divertido- le sonrio mientras jalo su mano para que entre a la siguiente hora más tortuosa de su vida.
La alarma que se activa cada que alguien intenta entrar a mi casa suena fuertemente y me despierta de golpe. Tomo mi varita, la cual estaba debajo de mi almohada, y me preparo para el ataque, cuando el celular muggle que tengo en la bolsa trasera del pantalón de ayer, comienza a vibrar. Veo la pantalla, es Ron.
-¿Qué sucede?
-¡Sucede que eres un imbécil que se ha quedado dormido y no quitaste la alarma! Casi me partes en dos, idiota.
-¿Fuiste tú?
-¿Quién más va a ser, cabeza dura? Todo el mundo mágico sabe que en tu casa sería un suicidio atacarte, solo yo, que te creo responsable y despierto a las doce de la tarde me atrevo a aparecerme en tu sala.
-Ya no llores, Ron, ahorita la desactivo.
-Ya no llores, Ron- dice arremedándome con una voz bastante femenina- me darás de desayunar solo por eso.
-Tú no puedes vivir sin tu madre o Hermione ¿verdad?- digo mientras la desactivo.
-¿Cómo vivir sin ellas? – me dice cuando se aparece frente a mí con un tono dramático, poniendo su mano en su frente.
-Dependiendo de tu mejor amigo, al parecer- rio y él hace una mueca, dándome la razón- ¿a dónde fue Herms? Ya no supe…- digo distraídamente mientras comienzo a sacar unos huevos. Veo como Ron toma el control remoto de mi televisión muggle y comienza a cambiar canales.
Desde que empezamos a hacer misiones en ambos mundos, tivimos que adaptarnos a los apartados muggles más usados. Así que cosas como el celular, los carros-no-voladores, la televisión, hasta la cafetera, ahora eran algo común entre nosotros y el mundo mágico había creado unos cuantos canales para aquellos que siguieran nuestros ejemplos. En un inicio, nosotros no estabamos de acuerdo, pero el Ministerio insistió, así que no hubo mayor opción.
-La verdad es que no lo sé. Solo me dijo que tenía que ver unas cuantas cosas, pero quería parecer el novio relajado y no ponerme pesado.
-Eso quiere decir que no te quiso decir y no tuviste mayor opción que la de aguantarte… - mi tono es más bromista que serio, pero cuando Ron no contesta, volteo:- ¿Ron?
-Francia.
-¿Perdón?
-Hermione está en Francia…. con…- veo lo que él ve, buscando una explicación y lo encuentro en las noticias mágicas de la mañana, el único canal con el que estoy de acuerdo. En la pantalla dice: "Heroína y cuñada se encuentran en Francia". Puedo ver perfectamente a mi casi hermana, con un pañuelo alrededor de su cara y unos lentes de sol, tratando de escapar de la situación cuando se aparece junto a ella una radiante pelirroja. Está hermosa, así como la sonrisa que se le escapa al ver a Hermione.
-Ginny- su nombre se me escapa de los labios de la misma manera en la que ella se escapó de mi vida.
Después de unas horas de ver a Ginny patearle el trasero a ciertos muñecos e ilusiones de criaturas mágicas, puedo concluir que en un combate, esa mujer es mil veces mejor que yo, incluso que Ron. Despúes de la Guerra, muchas cosas en las academias de aurores habían cambiado. Ahora, el entrenamiento incluye cosas como defensa física, conocimiento del mundo muggle y hasta leyes mágicas. A mi parecer, mucho más completo y mejor.
Normalmente odio el sabor de la poción multijugos, pero ahora no me molesta tanto. Gracias al puesto que ocupamos en el mundo mágico, los chicos y yo tenemos ciertos "privilegios", como el uso de esta poción y la carga de bastantes cabellos distintos, para poder cambiar de identidad y ser quienes deseemos en cualquier momento, por seguridad, claro está.
Tuve que mandarle como tres fotografías mías a Ginny para que supiera bien quien parezco ser ahora. Se ha enojado, ya que en clase están prohibidos esos aparatos y ella lo ha tenido que mantener prendido por esto. Debo de admitir que aún no me acostumbro a saber que aquí, ella sea maestra de DCLAO. Beauxbatons jamás había aceptado a alguien que no fuese francés, sin embargo muchas cosas estuvieron a favor de ella: en primera, la relación políticamente familiar que posee con Fleur; segundo: su increíble habilidad como bruja y tercera, la carta de recomendación que nosotros firmamos. Claro, Harry no sabe que firmó eso, él cree que firmó para que ella entrara a la Academia de Aurores, ya que nadie- excepto Fleur y yo- sabemos que ella ocupa este puesto.
No sé cómo es ella de maestra, pero confiaría mil veces más en ella que en Snape para que le diese clase a la pequeña que vendrá en camino y por lo que vi en las clases que tuvo en la mañana, no dudo que sea excelente. ¡Merlín! Aún sigo sin creer que Ron y yo seremos padres. Las cosas sencillamente sucedieron muy rápido.
Estoy segura de que será una pequeña, no sé bien porqué. Me gusta fantasear con el momento en el que ella nos elegió como padres… ta vez desde el primer beso, o la última misión…
Flash back
-Lo entiendo perfectamente, Señor Ministro, pero las cosas son un poco más complicadas…
-En verdad no veo la necesidad de que sean mis guardaespaldas, este país siempre se ha sido neutral en todos los aspectos, no entiendo porque me atacarían,
-Vámonos, Hermione, sino quiere entender, no es nuestro problema- me dijo Harry, bastante molesto.
Todo era un teatro. Realmente yo no creía que funcionara, fue idea de Ron. Lo amo con todo mi ser, pero muchas veces sus planes no eran los más funcionales, sin embargo está vez fue una excepción: todo consistía en fingir querer resguardar al Primer Ministro Suizo enfrente de algunas personas de las cuales sospechabamos, eran agentes encubiertos, haciéndoles pensar que este hombre poseía información importante acerca de uno de los mejores aurores en el mundo: Colín Straza.
Colín había atrapado más mortífagos que cualquiera en el último año. Un año después de estar patrullando el mundo, querían que se uniera al grupo y solo habíamos logrado que el Ministerio no lo hiciera asegurando que siendo cuatro, las cosas cambiarían para mal; sin embargo, poco después lo empezaron a atacar demasiado, por lo que hoy en día se mantiene en incógnito, pero a ojos del mundo, está desaparecido. En resumen: es un mago importante, lo suficiente como para que el "trío de oro" (como nos llaman hoy en día) esté interesado en información de su paradero.
Por lo que, el hecho de que alguien sepa algo acerca de él, sería un premio gordo para los mortífagos. Al ser rechazados, solo tuvimos que esperar bajo la capa de invisibilidad hasta pasada la medianoche para ver a tres "personas de confianza" que en realidad resultaron ser mortífagos, intentar secuestrar al Ministro.
Un plan que después de todo, funcionó.
-¿Ves, hermosa? No sólo tú tienes cerebro para esto- dijo Ron tomándome de la cintura, un día después cuando nos encontrábamos festejando. Lo besé como si no hubiera mañana, a lo que él respondió con una lujuria que pocas veces salía en público. Todos comenzaron a vitorearnos y Harry nos corrió a la habitación. Él se ve feliz por nosotros, hasta alzó su copa, incitándonos a retirarnos. Ambos accedimos sin rechistar.
Fin del flash back
Es el sonido de mi celular el que me despierta del recuerdo más delicioso de todos. Me pongo roja de solo pensar que me encuentro en público recordando a Ron en esas situaciones, así que comienzo a buscar el aparto, tratando de pensar en otra cosa.
-Hola, amor- siento perfectamente como mis mejillas enrojecen.
-¿Dónde estás?- pregunta seco, enojado, grosero.
-No me hables así, Ronald.
-Te hice una pregunta, Hermione.
-Estoy ocupada, te dije antes de irme.
-Te preguntaré una vez más, Hermione ¿dónde estás?- me puedo dar cuenta perfectamente que está enojado, ilógicamente un gran nudo se forma en mi garganta y no soy capaz de responderle- ¿Hermione?
-Ya sabes lo que estoy haciendo- él mantiene un silencio prolongado.
-¿Le has dicho?
-Sí…- se me quiebra un poco la voz. Aún no termino de saber que tan grande es riesgo que estamos tomando.
-¿Hermione, estás bien?- puedo notarlo preocupado, por lo que toso y hablo lo más fuerte y segura que puedo:
-Sí, estoy perfectamente, ya se tomó la decisión. Regreso en unos días- sin más, corto la llamada.
Antes de que pueda pensar en algo, veo como la puerta de los salones se abre. Es un castillo, bastante similar a Hogwarts, pero lleno de bellezas vestidas de azul. Ginny sale con una joven que seguramente se encuentra en los últimos años, se ve la admiración de alumna hacia maestra a distancia e instintivamente acaricio mi vientre.
-¿Señora Cheddar?- me dice Ginny cuando se acerca y la ñina se aleja con paso gracial.
-¿Cheddar? ¿Qué soy queso? ¡Sé más original!- ella explota en carcajadas, las cuales llaman bastante la atención. Inmediatamente se voltea y busca algún tipo de reproche, pero todas las alumnas parecen sonreírle amablemente.
-Tienes una playera que dice que lo amas- dice señalando mi ropa, yo ingenuamente volteo hacia abajo, topándome con su dedo en mi nariz.
-Ja-Ja, eres muy graciosa, me haces los días ¿eh?- ella me agarra del brazo, encaminándome a la puerta- ¿a dónde vamos ahora?
-Tengo algo que hacer, mamá.
-Yo quería ir a comer.
Ella me ignora olímpicamente y cuando llegamos a la orilla del castillo, el cual tiene muchos pegazos a su alrededor, nos desaparecemos.
Lo he pensado desde que en clase preguntaron por mi título de Auror. Mencioné que hace dos semanas comencé mi último año, por lo que pronto lo sería, pero Andrée, una pequeña muy inteligente se encargó de meter una idea en mi cabeza.
-Ginny ¿tienes la manía de desaparecer y aparecer a cada rato?- dice Hermione cuando llegamos al AFA.
-No, pero la verdad es que contigo cerca, los fotógrafos están en todos lados.
-Pero tengo otro aspecto.
-Ya no más- digo señalándola. Ella se mira y se asombra.
-No estamos en el Ministerio y los únicos lugares que hacen eso también son las academias de Aurores así que te pregunto ¿no ya habíamos estado aquí, Ginevra? ¡Quiero comer!- dice haciendo pucheros.
-Tu trasero suena, glotona- digo bromeando ante lo que ella me mira consternada. Señalo su teléfino vibrando en la parte de atrás de su pantalon- mientras contestas solo hablaré rápido con mi directora.
La noto nerviosa cuando mira la pantalla de su celular y mientras empieza a guardarlo, diciendo una excusa, lo tomo sin pedir permiso, veo el nombre de mi hermano y una foto en la que se ve bastante idiota.
-Es tu amorcito ¿por qué no le contestas?
-No es el momento, estoy aquí contigo.
-¿Él no sabe que estás conmigo?- alzo la ceja y ella desvía la mirada.
-No, no dije eso- dice desviando la mirada.
-No por nada llevo tres años entrenando, Hermione. ¿Qué no me estás diciendo?
-Oye… ¿el entrenamiento no dura solamente tres años? ¿Eso quiere decir que te gradúas?
-Hermione- sé que ella sabe que duran cuatro y sólo busca distraerme, así que la miro esperando una respuesta.
-Nada, Ginny, no seas paranoica.
Me quedo observando a mi cuñada. "No estamos en el Ministerio y los únicos lugares que hacen eso también son las academias de Aurores" Hermione es casi una auror gracias a todo lo que ha pasado al lado de mi hermano y Harry, es casi una maestra del disfraz y estoy segura que la botella que lleva en el bolso es de la poción que usó para pasar desapercibida en Beaubatonxs, entonces ¿por qué…? antes de poder completar ese hilo de pensamiento siento el aparato vibrar ya que está entrando otra llamada.
-¿Bueno?- pregunto al contestar.
-¿Hermio-?- dice la voz preocupada de mi hermano por el otro lado de la línea.
-No cabezota, soy yo, tu novia anda ocupada ¿qué necesitas?
-¿Ginny?
-No, Pie grande. Claro que soy yo, tonto- digo riendo un poco.
-¿Estás con Hermione?
-Eso tú ya lo sabías, de hecho las llamadas interminables que le has hecho han sido para rectificar eso.
-Pero…
-¿Qué? ¿No puede visitarme después de tres años sin vernos?
-No es eso, Ginny…
-Entonces deja que me visite felizmente.
-¿Por qué ella puede y nosotros no?
-¿Llamas para reclamar, pecoso?- digo ya cansándome.
-Solo te quiero ver, pelirroja.
Antes de responder a su pedido, el cual lo hace con una voz dolorosamente emocional, veo los ojos de Hermione, los cuales están expectantes y llenos de emoción, de vida. Suspiro, tomando la decisión.
-Lo harás, pronto- antes de decir esto, veo directamente a Hermione- iré a Inglaterra.
¡Hola!
Hace mucho que quería escribir esta historia y al fin me he animado. Espero que les guste y que se animen a comentar, que eso alimenta el alma :3
Nina.
