Hola he aquí el segundo año, los dos o tres primeros capítulos van a ser un poco flojillos y cortos porque aún no están en Hogwarts, igualmente espero que os gusteJ

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Rose:

Hace dos días habíamos llegado mis padres, mi hermano y yo de unas vacaciones en Suiza y ahora decidimos pasar las dos últimas semanas de verano antes de que empiece un nuevo curso. Desde que llegamos a La Madriguera pidiéndole a mis padres si podíamos invitar a Scorpius a pasar esas dos últimas semanas, mi madre decía que sí, aunque no se la veía del todo convencida, pero mi padre decía que no y era una lucha perdida.

-¡Papá por favor!-le supliqué mientras veía como jugaba al ajedrez mágico con Hugo.

-Rose ya te dije que no-dijo sin apartar la mirada del tablero.

-¿Por qué no?-pregunté sentándome en el sofá y cruzándome de brazos.

-Ehh… Porque tus abuelos no quieren.

-A mí no me importa-dijo la abuela que estaba subiendo las escaleras con un cubo lleno de ropa.

-Ron deja a Scorpius venir-dijo mi madre-Albus vendrá mañana y estarán los tres juntos.

-Mione es que…

-¡Ronald!-le gritó con tono mandón mi madre.

-Vale… envíale una carta-dijo mi padre rendido.

-¡Bien!-grité subiendo las escaleras que me llevaban al cuarto que anteriormente era el de mi padre. Cogí una pluma y tinta y me puse a escribir.

Querido Scorpius.

¡Hola! ¿Qué tal las vacaciones? Acabo de volver de Suiza y quería preguntarte si podrías pasar estas dos últimas semanas aquí en La Madriguera, mañana viene Albus con sus hermanos solo estaremos, tú, Albus, James, Lily, Hugo, mis padres, tío Harry, tía Ginny, mis abuelos y yo. ¡Me encantaría que vinieras! Te echo de menos.

Rose Weasley

La releí un par de veces y se la di a mi lechuza Keyra, era una bonita lechuza marrón que me compraron mis padres en Suiza, y salió volando por la ventana, me quede mirándola hasta que la perdí de vista entre las nubes.

-¿Rose?-me llamó mi padre-¿puedo pasar?-me preguntó abriendo la puerta.

-Claro papá-le contesté-¿Qué pasa?

-Estás muy mayor-me dijo sentándose en mi cama.

-Papá tengo doce años-le dije riéndome y sentándome a su lado.

-Ya lo sé pero es que vas a empezar tu segundo año en Hogwarts y yo a tu edad luché contra arañas y salvé a tu tía-me dijo riendo.

-Pero es que estaba Voldemort, papá-le dije.

-Ya lo sé pero has crecido muy rápido, me acuerdo de cuando eras una bebecita de ojos azules y pelirroja-dijo apretándome las mejillas y dándome un beso en la frente.

-Papá sigo siendo pelirroja y con los ojos azules-le afirmé rodando los ojos.

-Ya lo sé mi amor, pero es que estás creciendo mucho y muy rápido, me recuerdas a tu madre cuando tenía tu edad.

-¿Sí?-le pregunté con tono de desilusión, nunca me gustó que me compararán con mis padres, yo no soy ni tan estudiosa como ella ni tan irresponsable como mi padre.

-Sí-me dijo afirmando con la cabeza.

-Papá ¿a qué vino esta charla?-le pregunté frunciendo el ceño.

-Nada solamente quería decírtelo, te quiero mucho hija-me dijo dándome un beso y levantándose de la cama.

-¿Paso algo?-le pregunté preocupada y cogiéndole del brazo antes de que se fuera por la puerta.

-¿Qué? No, claro que no.

-¿Seguro?-le volví a preguntar desconfiada.

-No en serio-me dijo antes de salir por la puerta e irse.

Scorpius:

Estaba tumbado por la tarde en mi cama con el libro de "Historia de Hogwarts" leyendo sobre Los Fundadores de Hogwarts y de la leyenda de La Cámara de los Secretos hasta que una lechuza marrón me interrumpió mi lectura.

Cogí la carta que traía y en ella pude reconocer la desordenada letra de Rose y sonreí, le di una golosina a la lechuza y me dispuse a leerla, en ella ponía que si quería ir a La Madriguera estás dos últimas semanas y que mañana iría Albus.

Salí de mi habitación y me dirigí hacia el salón donde estaban mis padres hablando y tomando té, me acerqué a ellos y me senté en el sillón verde que estaba en frente de ellos.

-Papá, mamá-les llamé-Rose me envió una carta preguntándome si quería ir mañana a La Madriguera a pasar lo que queda de verano allí, ¿puedo ir?-le pregunté sonriéndoles.

-Claro que sí hijo-me dijo mi madre a la vez que mi padre decía:

-De ninguna manera-dijo impasible sin sacar la mirada de su ejemplar del "Profeta".

-¿Por qué no papá?-le pregunté mientras le suplicaba con la mirada a mi madre de que le convenza y ella me asintió con la cabeza.

-Porque me niego a que vayas de nuevo a esa casa-dijo aun sin levantar la mirada.

-Papá son mis amigos-le insistí.

-Scorpius hijo vamos a la cocina un momento-me dijo cogiéndome del brazo y llevándome con ella hacia la cocina.

-¿Qué pasa mamá?

-Escríbele a tu amiga de que si que vas-dijo pero al ver mi cara de duda añadió- no le digas nada a tu padre ya lo convenzo yo, vas por la mañana díselo en la carta-me dijo antes de sonreírme e irse por la puerta hacia de nuevo el salón.

Me fui a la habitación contento y sorprendido, cogí un pergamino, pluma y tinta y me puse a escribir:

Querida Rose.

¡Hola! ¡Sí que me dejan! Voy por la mañana sobre las doce o por ahí.

Estoy deseando veros, os eché mucho de menos.

Scorpius H. Malfoy.

-Para Rose y rápido Kyrlia-le dije a mi lechuza blanca que salía volando por la ventana.

Rose:

El cementerio. Otra vez.

Lucius Malfoy apuntaba a Scorpius con su encorvada y vieja varita, con una mirada de locura y satisfacción en sus grises ojos.

Lucius Malfoy dijo algo aunque no lo pude oír, estaba como sorda, de su varita salió un hechizo rojo hacia… mí.

El hechizo dio contra mí, me caí y sentí un dolor insufrible en mi cuerpo no lo aguantaba quería suplicar que me matará pero no podía hablar, era frustrante.

De repente el dolor paró y yo volví a respirar, los restos de las lágrimas de dolor quedaron secas en mi rostro.

Lucius Malfoy volvió a pronunciar un hechizo que esta vez sí pude oír bien

"Avada Kedavra" y salió un rayo verde de su varita pero esta vez no me dio a mí, Scorpius se había interpuesto entre el hechizo y yo.

Su cuerpo cayó sin vida en el húmedo césped.

-¡Rose!-oí que me gritaba una voz que no provenía del sueño-¡Rose!-me volvió a gritar.

-¿Qu…Qué pasa?-pregunté temblando y sudorosa, abrí los ojos y vi a mi primo Albus con su pelo negro más corto y sus ojos verdes brillando igual que siempre aunque esta vez con un atisbo de preocupación.

-¿Qué te pasaba?-me preguntó-estabas gritando y retorciéndote.

-Nada una pesadilla-le dije levantándome de la cama y bostezando.

-Va a venir Scor hoy a las doce-me dijo enseñándome un trozo de papel en el que distinguí la cursiva letra del rubio.

-¿Qué hora es?-le pregunté.

-Las once y media-contestó dejando la carta encima de mi mesa.

-¿¡Las once y media!?-le grité saltando de un brinco de la cama-¿¡Por qué no me despertasteis antes?!-preguntó alterada.

-Yo acabo de llegar y me mandaron despertarte, no me digas nada-dijo saliendo por la puerta-y apura que va a llegar en cualquier momento-dijo justo antes de salir.

Escogí la ropa que me pondría, me duché, me vestí y salí corriendo hacia la sala principal de La Madriguera y vi que eran las doce y cinco Scorpius vendrá ahora pensé y vi que en la chimenea salían unas llamas verdes que traían consigo a un chico más alto de lo que recordara, rubio y con ojos grises junto a una mujer no muy alta castña pero con reflejos rubios y de ojos grandes y verdes.

-¡Scorpius!-grité pero antes de que le diera un abrazo, él se me adelantó y me apretó contra él.

-Te dije que vendría a visitarte-me dijo en un susurró y recordé cuando le pregunté si vendría a verme en verano.

-Hola Señora Malfoy-saludé a la mujer que nos miraba con una tierna sonrisa.

-Querida llámame Astoria no Señora Malfoy-me dijo dándome dos besos en cada mejilla.

-Rose ¿qué es ese alboroto?-preguntó mi madre desde la puerta-Hola Astoria-la saludó mi madre y como hizo la madre de Scorpius conmigo, mi madre la saludó con dos besos-¡qué despiste no me di cuenta de qué hora era!-dijo mi madre mirando el reloj que estaba en su muñeca y frunciendo el ceño.

-No se preocupe fue culpa nuestra, me costó convencer a Draco-dijo riendo-hijo toma tu maleta, el treinta y uno de este mes vengo a buscarte-le avisó-pórtate bien-le ordenó antes de darle un abrazo y desaparecer por la chimenea.

-Scorpius vamos al jardín que está Albus y los demás-le dije cogiéndole de la muñeca y arrastrándolo hacia fuera.

-¡Anda mira!-gritó James que estaba limpiando su escoba-¡es Mini Malfoy!

-¿Mini Malfoy?-preguntó Scorpius riéndose.

-Así es como te llama el padre de Rose-dijo Lily con su voz chillona desde atrás de James a lo que yo rodeé los ojos-no nos han presentado ¿verdad?-preguntó a Scorpius.

-No creo que no pero eres Lily la hermana de Albus ¿verdad?-le preguntó Scorpius.

-La misma-contestó la pelinaranja y se acercó a él y le plantó dos besos a Scorpius, a lo que yo correspondí frunciendo el ceño.

-¿Dónde está Albus?-le pregunté a James que estaba demasiado concentrado con su escoba.

-¿Eh? ¡Ah! Está ayudando al abuelo con unos objetos muggles-contestó.

-¿Vas a ir a la pruebas de quidditch?-le preguntó Lily a Scorpius.

-Sí, voy a apuntarme a guardián a ver si me cogen-contestó Scorpius, yo le miré sorprendida-¿qué?-me preguntó al ver mi mirada sorprendida.

-No sabía que harías las pruebas.

-¿Tú no las vas a hacer?-me preguntó Lily mirando a los ojos con una mirada maliciosa que la gente caracterizaría de tierna.

-Eh… no, no quiero no-dije bajando la cabeza.

-¿Por qué no si siempre animas al equipo y te encanta el quidditch?-me preguntó Scorpius mirándome a los ojos mientras yo tragaba saliva.

-Me…me gusta mi…mirarlo, eso sí, solo mirarlo-balbuceé volviendo a bajar la cabeza y jugando con mis manos.

-Pensé que te gustaría jugar-afirmó el rubio mirándome extrañado.

Albus:

Estaba ayudando a mi abuelo a arreglar una radio, la verdad a mí los objetos muggles no me apasionan tanto como a él pero sí que me gustan y disfruto ayudándolo con lo que no sepa, tener una tía con familia muggle ayuda mucho.

-Esto ya está Albus-me avisó el abuelo colocando el último cable de la radio-solo queda cerrar la tapa y ¡listo!-dijo entusiasmado cogiendo un destornillador-puedes irte si quieres por lo que oí tu amigo va a venir ahora-me dijo a lo que yo asentí le di un beso y me fui del garaje.

Pero antes de ir al jardín fui a la cocina a por unas galletas que preparó a la mañana la abuela, pero antes de abrir del todo la puerta vi a mi padre, a tía Ginny, tía Hermione y a tío Ron hablando.

-No podemos seguir así es peligroso-dijo tía Ginny.

-Ya lo sabemos Ginny, en el Departamento de Aurores hacemos lo que podemos-dijo tío Ron mirando a tía Hermione con cara de preocupado.

-¡No es suficiente Ron los niños casi mueren!-exclamó de nuevo tía Ginny.

-Ginny, amor tranquila, Ron tiene razón hacemos lo que podemos-dijo esta vez mi padre.

-Voy al salón no vaya a ser que llegué Scorpius y no haya nadie para recibirlo-dijo de repente tía Hermione levantándose y yéndose escaleras arriba hacia el salón.

-Estoy preocupado-dijo tío Ron resguardando su cabeza en las manos-sigue habiendo muertes de hijos de muggles o de muggles relacionados con magos, matrimonios, squibs y más. Siempre dejan la misma señal en un objeto muggle "Sagres Sucias: exterminación" ya intentaron atacar a Hermione una vez ¿quién dice que no lo vayan a volver a intentar?-explicó tío Ron haciendo que yo abra muchos los ojos y me empiece a preocupar.

-Ron no te preocupes vamos a evitar por cualquier medio que le pase algo, lo hicimos una vez-dijo mi padre sonriendo pero aun así estaba yo lo notaba preocupado.

-No solo me preocupa Hermione en esto-dijo otra vez mi tío-Rose y Albus son amigos del hijo de Malfoy-dijo a lo que yo fruncí el ceño-Lucius Malfoy odia a Draco Malfoy y por ende a Scorpius Malfoy, y por lo que hemos visto Rose y Albus nunca dejaran solo al hijo del hurón y eso me preocupa… y mucho-confesó bajando la cabeza y volviéndola a resguardarla en sus manos.

Hola, espero que este primer capítulo os gustara aunque no haya sido lo mejor, no se porque no quede del todo convencida y se que tarde un poquillo de más de lo que iba a tardar.

Aun así espero que la espera (¡viva la redundancia!) haya merecido al menos una décima parte de la pena xD

Besoss33

26-1-15