¡Hola a todos por aquí! tal vez hayan escuchado y/o leído esta historia, una historia abandonada y que sinceramente es mi favorita así que me dije "súbela otra vez, no seas floja" y aquí estoy, retomando no solo este hermoso fic, sino que también retmando esta página y mi vida de escritora que abandone varios años. Pero considere injusto mantener esta historia en la sombra, una historia que he estado imaginando y escribiendo durante más de 5 años y de la que debo aclarar no he avanzado mucho jajaja pero si más que en otras tantas que tengo.
Esta dividida en 2 partes y su verdadero nombre (del conjunto) se llama "Lágrimas de Lys" en honor del libro "A Game of Thrones" del fabuloso escritor George R. R. Martin. La primera parte es "Caramelo" y la segunda "Veneno" y sí, pensé en subirla con su nombre oficial, pero me arrepentí porque "¡QUÉ! ¿TENGO UNA HIJA?" fue su primer nombre y le tengo un gran cariño, además de que es más atractivo como título.
En fin, espero disfruten de la historia y si veo que va avanzando bien, subiré la segunda parte de forma simultanea a esta :D
La mayoría de los personajes presentados en esta historia no me pertenecen, así como el universo Fullmetalero son creación de nuestra querida Hiromu Arakawa; todos los demás han salido de esta mente revuelta, sobre todo mi querida niña Mimust (luego sabrán porque Mimust) que es y siempre será mi personaje inventado favorito (junto con Edelyn... pero esa es otra historia)
¡QUÉ! ¿TENGO UNA HIJA?
Capítulo 1: ¿Quién eres tú?
Ya había amanecido, el famoso Alquimista de la Llama se levantó un poco perezoso, se estiro mientras volteaba a ver a la 'mujer de esa noche', tenía un bien formado cuerpo, cabello largo y castaño… ella era linda pero demasiado empalagosa.
Bostezó mientras se dirigía al baño, abrió la llave para que una agua tibia brotara, se quito su ropa y se coloco debajo de la regadera, empezó a pensar mientras el líquido semi-caliente recorría su espalda… era la mujer de esa noche, era la mujer en turno, luego iría a su oficina y al regresar lo haría solo o en compañía… el día era tan impredecible. De pronto sintió una sensación de desconsuelo, soledad para ser más precisos, sonrió un poco mientras abría unos ojos que mostraban cierta tristeza, ese gesto era inusual en él… ¿Qué más daba? La vida era una y había que vivirla al máximo aunque después de un tiempo despertarás y te encontraras completamente solo… después de todo siempre había sido así, sin una familia que te esperara, sin una familia a la cual proteger, solo existían él, sus sueños y sus subordinados y para su vida eran lo más importante, pero en esta ocasión se sentía diferente, el sentimiento solitario se mostraba más doloroso, más fuerte, como una puñalada en el pecho; reclino su frente en la pared del baño mientras nuevamente cerraba sus ojos.
Pasaron unos cuantos minutos cuando finalmente se decidió a salir, una bata blanca cubría su cuerpo mojado, las gotas de agua aún resbalaban de su cabellera oscura, la 'chica' se encontraba ya vestida y lista para dejarlo, le sonrió y como respuesta ella lo beso para luego ser acompañada a la puerta, coqueteo un pequeño rato y finalmente cerró la puerta mientras una mueca de fastidio se reflejaba en su pálido rostro, miró el reloj, aún faltaba un par de horas para que empezará su horario laboral… y no pensaba llegar temprano, no sería Roy Mustang si lo hiciera, sonrió pícaramente mientras pensaba esto.
Se preparo un poco de café después de vestirse, le quedaba media hora… se reclino en el respaldo de la silla pensando en mil excusas ridículas y divertidas para contárselas a su Teniente y así poder librarse del seguro sermón y el regaño de esta por llegar tarde, aunque sabía de sobra que nunca aprendería. Lo disfrutaba, realmente lo disfrutaba, era la única parte del día que realmente le gustaba: estar con su escolta personal.
Escucho unos leves toquidos en la puerta, realmente muy suaves, no le dio mucha importancia y siguió tomando su café, a los pocos minutos esos golpecitos se volvieron más fuertes, eso le hizo molestarse pero tampoco le dio importancia seguramente sería un animal hambriento que quería comer o algo así, poco después volvieron a sonar esos molestos "ruiditos", completamente irritado se dirigió a la puerta y la abrió bruscamente.
"Disculpe Señor, ha llegado un telegrama para usted" dijo un oficial del Cuartel Central, un poco extrañado Mustang recibió el sobre, rara vez llegaban notificaciones a su casa, tras cerrar la puerta regreso a su antigua posición abriendo el sobre lentamente hasta encontrar una noticia que lo dejo sin aliento.
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Jean Havoc estaba molesto, el Comandante siempre lo estaba fastidiando, siempre le quitaba sus citas, sus prospectos, con una sonrisita de él y ellas iban a su pies, hace años que no lograba mantener una relación de más de 3 semanas con una mujer… era de suponer que aunque admirará a Mustang, también sentía odiarlo profundamente. Faltaba poco la hora de entrada, tomo su chaqueta no era necesario un abrigo el día anunciaba un día soleado y salió rogando, esperando que su 'Jefe' aún no llegará. Estefanía una chica de hermoso cabello largo y castaño a la que hace apenas un par de días cortejaba y que al parecer estaba correspondiendo a sus atenciones, había salida la noche anterior de brazo del comandante y no deseaba imaginarse en que quedo esa larga noche, aunque de sobra sabía la respuesta.
La rabia, los celos y el desprecio por su superior lo tentaban a darle un golpe en la cara pero tenía que tragarse su orgullo, podía ser reprendido por su osadía y por el momento eso no le convenía, a ninguno de los dos, Mustang tenía sueños muy nobles y metas admirables aunque en lo personal era un ser detestable, chica que veía, chica que le quitaba y eso llegaba a ser desquiciante. Por el momento debía calmarse, era lo único que podía hacer, quizá algún día se vengaría de todo lo que le hacía el 'Héroe de la guerra civil de Ishbal'.
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Roy llegó temprano a la oficina, como muy pocas veces lo hacía, Riza había sido solicitada desde muy temprano para realizar una inspección por la ciudad y esas inspecciones duraban casi todo el día, así que no tenía que preocuparse mucho por el trabajo, aunque el telegrama lo había dejado confundido.
El trabajo en el escritorio lo esperaba, Riza siempre atenta a los deberes, tomo el primer documento y empezó a leerlo cuidadosamente, no tenía nada más que hacer y un poco de trabajo no lo dañaría.
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Havoc llegó poco después de Mustang y para su suerte no lo encontró en el camino, se dirigía calmadamente a su lugar de trabajo pero una hermosa mujer lo detuvo
"Sargento qué bueno que lo veo" saludo Lizet la chica de recepción, sonrojado por el saludo repentino se rasco la cabeza "sabe, tengo que salir urgentemente solo un momento ¿podría quedarse en mi puesto mientras vuelvo? No será mucho lo prometo" dijo ella suplicante y Jean accedió sin discutir.
¿Por qué las chicas no lo amaban? Si era un amor, incluso se había quedado en la recepción para cubrir a 'Lizet' pero al parecer ese 'no me tardo' iba a durar bastante. Subió los pies al escritorio sin preocupación, los altos mandos estaban en la caso del Fürher, la situación en la ciudad era bastante pacífica y dudaba que alguien se atreviera a atacar el cuartel, sobre todo a sabiendas de la fama de su jefe, quizá por eso en ese día todos hacían lo que querían.
Leía el periódico sin mucha gracia, pensando más que nada en el momento de irse a su puesto, fue entonces que escucho una vocecita que no venía de su cabeza y bajando el periódico hecho un pequeño vistazo pero al no encontrar nada, volvió a su actividad. Un grito le hizo bajar los pies y el artefacto para asomarse detrás del escritorio, ¿cuál fue su sorpresa al encontrar a una pequeña niña d años parada con un coqueto vestido color azul cielo y un par de coletas como peinado, que sostenía entre sus manos una mochilita en forma de cabeza de conejo; tan tierna que podía derretir a un bloque de hielo?
"Oye, oye, oye, oye, oye" dijo ella repetidamente hasta que sintió que el aire faltaba en sus pulmones
Jean se levanto para ir hasta donde estaba la pequeña "¿Cómo entraste aquí?" pregunto sin saber cómo pudo pasar desapercibida ante los guardias
"Sargento, quisiera hablar con el Comandante Mustang" dijo un hombre mayor que al parecer acompañaba a la pequeña
"lo siento, pero sin una orden, no puede ver al Comandante Mustang" dijo Jean con seriedad
"Es importante" reitero el hombre preocupado
"lo siento, son las normas y no puedo hacer excepciones" mantuvo su posición ante la oculta suplica del hombre, no estaba en sus manos darle el paso, eran órdenes superiores y no era alguien de alto mando para contradecirlas
"entiendo" dijo el hombre cabizbajo "¿y si le digo que pasa, podrá usted darle el recado?" al parecer no se iba a ir tan fácilmente
"está bien" accedió, parecía inofensivo y dudaba que pudiera colocar una bomba en el cuartel
Después de que aquel hombre le contará la situación, Jean quedo tan frío como el hielo "yo le diré todo" alcanzó a decir antes que el Señor se retirará. Vio entonces a la pequeña sentada muy tranquilamente en una silla "espera un momento" le dijo antes de tomar el teléfono
"Señor" llamo a la línea personal del Comandante Mustang
"¿Havoc?" sorprendido Roy contesto el teléfono el cual pertenecía a la extensión de la recepción, la voz de su subordinado era inconfundible
"si soy yo… es que…"
"¿y Lizet?" interrumpió el Alquimista poniendo nerviosismo en su subordinado
"ella…" tartamudeó resoplando poco después
"entiendo… te ha chantajeado, ¿verdad?" eso fue como una patada en el hígado
"no es eso… sabe… aquí hay una linda 'chica' que desea verlo" dijo mientras miraba a la pequeña seguramente Roy se llevaría la 'sorpresita' de su vida
"¿en serio? Que tan linda" el tono de voz cambio notablemente a uno un tanto meloso
"yo diría que mucho más de lo que se imagina" sin apartar la mirada sonrió
"hazla pasar de inmediato" la tonada se normalizó
Jean colgó el teléfono y tras pensarlo unos momentos le dio la mano a la pequeña, la cual rechazó la atención caminando sola abrazando su única pertenencia, Havoc suspiró. Estaba realmente confundido.
"Entra ahí" le ordeno a la pequeña, mientras él se mantenía afuera de la oficina esperando la reacción de su superior, eso era algo que no debía perderse.
Con una rutina bien preparada de coqueteo Roy intento hacerse el interesante, si Jean había dicho que era muy linda, era porque era verdad, Havoc tenía buenos gustos. Giro su silla en dirección de la ventana con la intención de cuestionar a la 'chica' sin verla, para después darle la mejor mirada y la más seductora sonrisa de su repertorio.
"Dime, linda… ¿qué te trae por aquí? Una joven tan hermosa no debería caminar sola por central porque podrían robarse…" no termino la frase porque cuando giro la silla vio a una niña parada, mirándolo fijamente, por alguna extraña razón sintió nervios "¡HAVOC!" grito a los 4 vientos, su subordinado fue inmediatamente
"¿Qué significa esto?" notablemente molesto le lanzó una mirada fulminante al sargento frente a él
"Le dije que una 'linda chica' lo estaba buscando" con una sonrisa irónica dibujada en el rostro retó a su Comandante
"debiste ser más específico" tranquilizó la voz, gritar no era lo mejor, podía notar en el rostro de la niña un poco de temor
"lo siento… creí que con eso era claro" se podía percibir desprecio en sus palabras
"y ¿qué hace ella aquí?" ignorando el hecho de que su sargento se encontraba molesto, retomo su atención a esa 'personita' mirándola fijamente
"mmm quizá usted lo sepa mejor que nadie" cruzó los brazos
"¿yo? Por qué debería saber algo como eso" dijo Roy arqueando una ceja ¿qué le pasaba? ¿Cómo demonios iba a saber porque una niña estaba en su oficina?
Jean no dijo nada más y azotando la puerta salió diciendo a regañadientes 'idiota', por su parte Mustang se veía perturbado, la cita con 'esa chica' no era un motivo suficiente para despertar la ira de su subordinado ¿o sí?, dio un largo suspiro y con toda la intención del mundo se dirigió a la pequeña, con ánimo de interrogarla pero no logro hacerlo, sus ojos lo ponían nervioso, esos ojos muy azules y encantadores. No pudo articular palabra alguna por lo que resolvió regresar a sus labores aunque la presencia de la pequeña lo incomodaba, solo estaba ahí, sentada con la mirada baja sin hacer o decir nada.
Pasaron un par de horas en ese sepulcral silencio, no había avanzado nada en cuanto al papeleo solo jugaba con la pluma y veía de reojo a la pequeña que seguía en la misma posición, sintió un poco de lastima seguramente no había comido y sería un desalmado si no le ofreciera algo 'solo tiene 8 años' dijo para sí mismo. Se levanto de su silla caminando lentamente hasta llegar con la niña se aclaro la garganta para captar la atención de esta pero en cuanto sus 'ojitos' lo observaron se sintió cohibido ¿Por qué era tan difícil con ella si esas palabras las había utilizado miles de veces?
"oye… ¿ya comiste?" le pregunto sin tomar en cuenta lo seca de la pregunta, ella solo negó con la cabeza "vamos, te compraré algo" le tendió la mano y ella sonriente la tomo.
Era extraña la sensación, su mano apresada por una más pequeña presentía que se había enrojecido un poco al sentir su rostro caliente así que bajo la mirada. El comedor estaba vacío escogió una mesa y sentó a la niña mientras el pedía algo deseaba que alguno de sus subordinados apareciera para que le dijeran quien era la pequeña.
Un almuerzo ligero y un vaso de leche fue le llevo. Lentamente tomo la cuchara intentando partir un pedazo de carne de pollo, sin mucho éxito, Roy por su lado quiso hacerse el desentendido con el sufrimiento de su acompañante, pero se rindió y tomando el cuchillo y tenedor partió un poco de la comida, para sorpresa de Mustang ella abrió la boca, como si intentará que él le diera de comer se puso nervioso pero decidió acceder a la silenciosa petición, fue entonces que su corazón dio un vuelco. Y misteriosamente siguió repitiendo esa operación durante el tiempo que duro el almuerzo y sin percatarse, estaba sonriendo como hace años no lo hacía; esa niña le recordaba a alguien aunque no sabía con exactitud a quien.
