-Gracias. – Dije sonriendo al chico que me ayudó a subir el autobús que la empresa a la que recién me integraba.
-No es nada, estoy para servirte.
-¿Puedo ocupar cualquier asiento?
-Por lo general la Jefe de Relaciones, Susana Marlow, es quien asigna los lugares
-Es mi primer día y no sé cuál pueda ser mi lugar.
-Umm… siéntate en este, detrás de mí, por lo general siempre va vacío, a nadie le gusta sentarse detrás del conductor.
-Muchas gracias, eres muy amable… soy Candy
-Candy, soy Archie
-Es un gusto conocerte… Tenía cierta incertidumbre por ser mi primer día; no sabía cómo sería esto del día motivacional
-Te divertirás, muchos lo esperamos con gusto.
-Ya veo… entonces tomaré mi lugar
-Es lo mejor porque ya vienen lo demás y cada quien ocupará el suyo.
Pasé inadvertida por mis nuevos compañeros laborales. El viaje duraría un aproximado de 1.25 horas.
La persona que ocupó el asiento vacío a mi derecha en cuanto se sentó sacó su móvil y se puso sus auriculares, así que lo descarté para poder charlar mientras duraba el viaje.
El bullicio de mis compañeros poco a poco fue perdiendo intensidad conforme avanzábamos el trayecto hasta que el silencio reinó por completo.
Recargué mi frente en la ventana del bus, contemplaba el paisaje hasta que los ojos comenzaban a cerrarse. Me acomodé como tres veces hasta que noté que a mi compañero de asiento le incomodó mi atrevimiento.
Luché tanto por no dormir. Me había levantado a las 6:00 a.m, siendo sincera no pude dormir bien debido a los nervios de mi primer día de trabajo. Cuando me contrataron fueron muy claros y específicos que no podía faltar a este evento ya que era el mejor momento para que me integrara a la empresa y a mis compañeros.
Al llegar a nuestro destino, el bullicio resurgió entre los presentes, me había puesto de pie pero mi compañero no se movió sólo permaneció, al igual que yo, observando el descenso de nuestros compañeros, al final de toda la larga fila de personas él se dispuso a bajar de la unidad, Archie me aventajó y fui la última al abandonar el bus.
Le agradecí de nuevo su caballerosidad al darme la mano para descender -¡Qué tipo más extraño!
-¿Quién?
-Él- dije señalando con mi mirada –No me dirigió el saludo, ni por educación pero sí respondía el saludo de los demás… ¿A caso esperaba que yo le saludara?
-Él así es, pero es muy buena persona.
-Seguro que sí - respondí con ironía.
-Vayamos con Susana Marlow, para que te asigne tu grupo.
-¿Participarás en las actividades? Si es así, quiero estar en tu equipo
-Me siento alagado, pero no es decisión mía que estés en mi grupo…
Al llegar hasta donde se encontraba la Jefe de Relaciones, Susana Marlow, Archie se presentó y saludo con un fuerte abrazo a un hombre mayor que sobresalía en elegancia ante todos; me guiñó un ojo y se retiró en compañía de aquél señor.
Me di cuenta que no era la única recién contratada, al menos habíamos diez más –Ustedes son los empleados de nuevo ingreso y les pediré que se enumeren del uno hasta el cinco para entregarles la cinta que les identificará al grupo o equipo al que pertenecen.
-Cuatro-Deseaba en el corazón y con toda la mente que estuviera en el mismo equipo de Archie. Recibí mi listón amarillo y me uní a otro compañero, al menos nos comenzábamos a identificar y no había tanta tensión.
Caminamos, como grupo, detrás de Susana, reconozco que teníamos nerviosismo y estábamos expectantes porque desconocíamos a nuestros compañeros empresariales.
-Candy me siento un tanto nervioso
-Ten calma, Jimmy, no creo que nos vaya tan mal y si no nos gusta pues renunciamos y ya
-¿Hablas en serio?
-Claro que no, es para que te relajes
Al menos Jimmy y yo estaríamos en el mismo equipo, teníamos alguien en quien confiar, él en mí y yo en él. Llegamos hasta unas mesas puestas ocupadas por los compañeros que ya tenían más tiempo en la empresa; pasé mi mirada entre todos buscando a Archie sin éxito.
Susana nos presentó ante todos hablando con mucho ánimo y seguridad en su voz. A mitad de su pequeño discurso, se hizo presente el señor elegante con quien Archie se había retirado… en ese momento me enteré que él es el dueño de tan prometedora empresa: Richard Grandchester.
-Sean todos bienvenidos a este día de campo. Para la familia Grandchester tiene un gran significado que este año también nos acompañen. Ahora les presentaré a sus nuevos compañeros, y como saben, es un gran gusto y satisfacción que se sumen más personas a la gran familia empresarial que representamos… -Alternó con Susana mientras nos presentaban y nombraban el puesto al que nos integraríamos a partir del día lunes.
-Candice Ardley - Mencionó Susana
-Mercadotecnia – Dijo Richard, di un paso al frente, puse mi mejor sonrisa y levanté la cinta amarilla que sostenía y mi equipo palmeó con euforia, al menos me dieron la seguridad que seríamos buenos compañeros. Jimmy fue el último en ser nombrado.
Pasé la vista por mis compañeros y Archie no estaba entre ellos. Jimmy y yo hicimos buena mancuerna y nos divertimos mucho. Ambos teníamos buena condición física y en varias actividades fuimos quienes tuvimos qué correr, hacer relevos… fue un día lleno de risas, intercambio de datos y muy cansado.
Tuve la oportunidad de platicar con Richard Grandchester cuando tomaba mis alimentos de la gran mesa buffet que habían preparado para nosotros.
- Dime, Candice, ¿A qué se dedica tu padre?
-Mi padre, señor, murió cuando yo tenía 12 años, pero fue el mejor padre que cualquier niño hubiera deseado tener…
-Oh! Lo siento mucho… no quise ser indiscreto
-No se preocupe… ya no duele tanto, como al principio; mi madre se ha encargado de mis hermanas y de mi desde que papá faltó; la pensión con la que cuenta y su esmero han hecho de mis hermanas y de mí personas seguras, amables, trabajadoras y personas de bien.
-Me he dado cuenta, en tu desempeño en las diferentes actividades, que eres una persona muy sociable, que tratas de integrar a todo tu equipo, sabes tener iniciativa y eres apta para tomar decisiones, recién te vas integrando a la empresa e inmediatamente te integraste…
-Es muy amable al pensar así de mí, la verdad tuve temor al principio, temor a lo desconocido.
-Eso es normal, pero me ha gustado tu desempeño. Siéntete bienvenida.
-Muchas gracias.
Me sentí alagada por las palabras de Richard. Esboce una gran sonrisa porque vi a Archie dirigirse hacia nosotros; en realidad no lo había visto más que un par de ocasiones en las que competimos por la misma banderilla y en el "caza recompensas" –Hey! ¿Te estás divirtiendo?
-Mucho, gracias. –Respondí y le extendí un plato para que tomara sus alimentos.
-Veo que ya se conocen.
-Oh! Sí, señor, Archie condujo el bus en el que vine…
-¿Condujiste el bus?
-Sí, sabes que me encanta manejar y nunca dejo pasar una oportunidad para hacerlo
-Entonces ¿Tú no eres el chofer del bus?
-Candy, Archie es mi hijo y no me llames más "señor" te doy la confianza que me llames Richard –Al concluir su comentario se retiró con una gran sonrisa y un vaso de soda en su mano.
-¡¿Hijo?!
-Lamento si te hice creer que era alguien diferente.
-Está bien, no te preocupes, en realidad eso es muy, umm, amable de tu parte.
-Gracias. ¿puedo acompañarte a comer?
-Sólo si comes conmigo.
-Trato hecho.
Tomamos nuestros alimentos y teníamos dos opciones, ocupar un lugar en cualquier mesa que fue puesta con ese fin o hacer lo que muchos de nuestros compañeros, comer en el pasto. Optamos por la segunda opción y nos fuimos a sentar bajo la sombra de un hermoso cerezo.
-Soy la segunda de cuatro hermanas.
-Soy el menor de tres hermanos.
-Me encanta vivir, las oportunidades que te brinda la vida para ser alguien mejor cada día.
-Como ya sabes, me encanta tomar el volante y conducir. Me encanta la velocidad.
-Estudié en una universidad pública
-Estudié en Inglaterra
-Me encantan las patatas fritas con mucha salsa de tomate.
-Me gustan las frutillas.
-Me llevo bien con mis hermanas aunque en ocasiones no tenemos tiempo para pasarla juntas.
-Mis hermanos y yo somos muy unidos, aunque tenemos personalidades y gustos muy diferentes…. Emm, Candy…
-Sí…
-¿Puedo hacerte una pregunta muy personal?
-No, no tengo novio…
-Hey! No te iba a preguntar eso….
-¿Seguro?
Rió y pude ver una sonrisa muy similar a la de Richard, tan espontánea y genuina –En verdad… lo que te quería preguntar es ¿Qué pensaste de mí al saber que soy hijo del dueño de esta empresa?
-Que no estás feliz con tu vida y que intentas ser quien no eres
-¿En verdad?
-Claro que no!, en realidad pensé que eres una persona muy sencilla, simpática y amable.
Dejamos limpio el lugar a donde comimos y nos juntamos en grupo para escuchar las indicaciones de Susana Marlow para planear el regreso.
Todo el día había estado fantástico, cada actividad, las nuevas amistades, conocí a mi jefe directo… lo único de los días veraniegos es lo impredecible del clima. Richard se despidió de mí y abordó su bus, eso fue algo que me encantó de él y su hijo: su sencillez. Me despedí de Jimmy y en compañía de Archie caminé hasta nuestra unidad de transporte.
Al llegar intercambió un par de palabras con el chico que había sido mi compañero de asiento, que en el trajín de las actividades no me había vuelto a acordar de él. No quise verlo ni saber de lo que platicaban así que tomé la iniciativa de subir y tomar de nueva cuenta el asiento detrás de Archie. En esta ocasión fue diferente, al menos la mayoría de mis compañeros me dijo "bienvenida" y otros cuantos "bien hecho" ya que nuestro equipo ganó algunas de las actividades realizadas.
Archie fue el último en subir, indicar que saldríamos a la brevedad.
El chico que había charlado con Archie tomó su lugar junto a mí y comenzamos a avanzar. Al incorporarnos en carretera la lluvia comenzó a caer con más fuerza. Pegué mi frente a la ventanilla mientras veía la lluvia descender. Archie tomó el altavoz y nos mencionó que, debido a las inclemencias meteorológicas, el viaje se prolongaría más tiempo, nos rogó paciencia.
El tiempo pasó, la lluvia no cesaba y avanzábamos un poco lento, el cansancio acumulado y el frío me arrullaron hasta quedarme dormida.
Me sentía tan cómoda en mi lugar, sentía calidez y confort –Candy!
-Ummm
-Ya llegamos
Abrí mis ojos y tuve tanta pena que pude sentir cómo el color se subía por mis mejillas. Archie sonreía y ya no había nadie en el bus… solamente Archie, el chico que iba junto a mí y yo –Oh! Dios, lo siento tanto. –Me había quedado dormida y me había recargado en el regazo de mi compañero de asiento, por esa razón había conciliado el sueño sin ningún problema.
