Cuánto tiempo ha pasado desde que Edward se fue, lo extraño, aunque sin duda creo que si volviera no lo perdonaría. Me asusta pensarlo. Ahora no soy sólo yo, están Renesmee, Carlie y Elizabeth, debo pensar primero en ellos no puedo simplemente dejarme llevar por lo que siento.
Dos meses después de que me abandonaran descubrí que estaba embarazada. Tenía los síntomas normales de un embarazo. Nada fuera de lo común. Algo imposible sucedió: Edward accedió a tener relaciones conmigo y no fue sólo una vez. Parece que al final no se pudo resistir; no me arrepiento de nada, pero me aterra pensar qué voy a hacer. No tengo a nadie, Charlie, René y Phil murieron y no quiero sonar insensible pero lo único que me dejaron fue una carga más. Mi mamá tuvo otra hija y yo soy su única familia, jamás lo abandonaría; sé lo que se siente y además lo adoro ahora es como otro hijo.
He estado soltera por cuatro largo años. Me gradué de preparatoria, sigo estudiando Administración de empresas y terminé Modelaje. Por el momento trabajo a la par que estudio. Tengo cuatro hijas, una muy buena herencia que seguro sería suficiente para toda mi vida pero no quiero ser rica sólo con el dinero de mis padres y para eso necesito trabajar.
-Mami, mami queremos salir-
-Nessie, cariño, sabes que mami no puedo llevarlos a pasear ahora, tengo muchos pendientes-Nessie como de costumbre comenzó a gritar. Olvidé decir que tengo unos hijos muy berrinchudos.
-De acuerdo, traigan sus abrigos- Vivimos en Anchorage, Alaska y hace un frío endemoniado. Tal vez de ahí viene el mal comportamiento de mis bebés, hago lo que ellas quieren siempre, siento que al no tener un padre las recompenso en cierta forma con esto.
- Ya estamos listas- dijo Cameron.
-A dónde quieren ir- pregunté.
-Vamos a la plaza- gritaron a coro. Y así luego de acomodarlas en mi camioneta Explorer 2013, un lujo que me di después de tantos malos momentos.
Estuvimos casi 4 horas en el centro comercial, juró que me dolían los pies y cómo no, con tremendos tacones que llevaba. Ahora que soy modelo mi equilibrio ha mejorado en un 100% y también mi sentido de la moda. Me encanta vestir a mis princesas con vestidos y a ellas no parece molestarles.
Íbamos rumbo al carro cuando los vi. Todos los Cullen bajaron de un Volvo y se quedaron observándome fijamente. Siguen tan perfectos como siempre. Y lo inevitable pasó. Carlie bajó del auto.
-Mami ya vámonos- Se sorprendieron aún más, seguro ataron cabos y pudieron deducir que era hija de Edward. Para ser sincera se tardaron, digo, Carlie es copia de él.
-Bella, no sabes cuánto te extraño- dijo Alice, que fue la primera en reaccionar.
-De hecho no lo sé, y la verdad es que tampoco lo creo, Alice-
-Podemos hablar- murmuró Emmet.
-Con ustedes no tengo nada que hablar- respondí con una voz tan fría que me sorprendí a mí misma.
-Mami, ya nos queremos ir, apúrate- dijo está vez Cameron, la hija de René.
-Síganme- les dije a los Cullen. Es la hora de poner las cartas sobre la mesa, pero juró que no se las voy a poner nada fácil, hasta puedo asegurar que los haré sufrir un poco, en especial a Edward y me divertiré.
