Disclaimer: Junjou Romantica no es mío, así como tampoco lo son sus personajes.

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Nota: Esto es un producto de una noche con poco sueño y repentina inspiración. Y vaya que me hacía falta.


¿Sabes? A veces es mejor cuando no le das muchas vueltas al asunto. La mente lo único que hace es ponerte palos en la rueda, entorpecerte. Te empiezas a preguntar qué pasará después de que hagas lo que tienes que hacer o que digas lo que tienes que decir. Te imaginas miles de escenarios con millones de resultados distintos. Cuando te sientes optimista, todo sale de maravilla en tu cabeza; no obstante, en esos momentos en los que te dejas dominar por el miedo, las consecuencias son poco o nulamente beneficiosas.

Eventualmente te das cuenta, y tan solo necesitas un fragmento de segundo para hacerlo, de que sencillamente es mejor dejarlo ir:

—Yo también te amo, Usagi-san.

—Lo sé.

Es allí, al instante, cuando quizás te arrepientes, te sonrojas, te avergüenzas, te molestas, te violentas, te preguntas cuándo te volviste lo suficientemente estúpido como para llamar "coraje" a ese impulso. Pero ten confianza en mí cuando te digo que vale la pena dejarte llevar.

Porque realmente lo vale. Porque harás de la otra persona el ser más dichoso del mundo al demostrarle que el temor y la vergüenza son secundarios a tus sentimientos.


¡Gracias por leer!