Bueno, pues aquí va mi fic. Es una idea atolondrada que simplemente surgió, así que no se que tan rara pueda ser. Espero que les guste porque no he escrito una historia desde hace mucho tiempo. La última que escribí fue Amores y Pasiones y creo que ni siquiera la termine. Espero tener un buen regreso y sobretodo la sinceridad de todos. Díganme lo que piensan de esta historia atolondrada, lo que sea. Acepto todo, desde halagos hasta tomatazos. Vaya léanla y díganme lo que piensan.

El Amor Cambia Todo

Capitulo I: La llegada Inesperada

Era una noche lluviosa y fría para el verano, y el joven James Potter estaba aburrido mirando por la ventana las gotas de agua caer. ¡Estaba tan aburrido! Una semana de estar de vacaciones y hasta el momento el clima no correspondía con sus ansias de jugar quidditch en el jardín de aquella gran mansión en la que el vivía.

Además su Nana no le dejaría practicar bajo la lluvia como el lo hacia normalmente en Hogwarts. ¡Mujeres! James Potter nunca había podido entender por que ellas trataban de cuidar tanto de el, pues el lo detestaba infinitamente.

Estaba perdido en estos pensamientos cuando su madre toco la puerta y luego entro a su cuarto en su vestido negro, sus cabellos negros agarrados en un moño, y sus ojos azules con una mirada de preocupación.

No dije que podías entrar- dijo James de mala gana.

¡James! No deberías de hablarle así a tu madre,- le regaño su madre. –Ha surgido una emergencia, y por lo tanto es mí deber atender lo más rápido posible…

Tiene que ver con el Ministerio de Magia,- le interrumpió James.

En Parte… No llegare hasta media noche o mas tarde, por lo tanto no me esperes. Tratare de demorar lo menos posible.

James sonrió, lo ultimo que el haría sería esperar la llegada de su madre a altas horas de la noche. Quizás esperaría a Sirius, Remus, o Peter, inclusive a una de sus novias; pero nunca a su madre. Esto se debía al odio profundo que James sentía por su madre. Ella nunca lo había aceptado a el y el nunca a ella. Era evidente que ella siempre había querido tener una niña, pero fue muy decepcionada al saber que el bebe que ella había estado esperando era un varón; y fue todavía mas difícil para ella darse cuenta de que no podía tener mas hijos. Era solo el padre de James quien podía lograr que no se pelearan, era el único que amaba a ambos. James y su madre se odiaban mutuamente y no podían vivir juntos sin estarse peleando cada vez que se vieran a la cara.

No te preocupes, estoy seguro de que no me harás falta. Se como entretenerme solo.

Eso espero Jimmy.

La Señora Potter se inclino para besar la frente de su hijo, pero el se movió hacia atrás, no quería ninguna forma de afección proveniente de alguien tan detestable como su madre. Ella le miro a los ojos, primero se veía herida, pero después de un momento rencor reemplazo todo sentimiento.

Más te vale quedarte en este cuarto jovencito. Y mejor te empiezas a comportar porque ya me tienes harta.

Siempre te he tenido harta madre, nunca me quisiste para empezar. Mejor te hubieras deshecho de mí lo más rápido que pudiste. Pero no lo hiciste, vive las repercusiones de lo que debiste de haber hecho.

Sabes que James, se me esta haciendo tarde. Será mejor que me marche.

La mujer indignada tomo su capa y camino hacia la puerta. Miro una vez más a su hijo y desapareció, seguramente para aparecer en aquel lugar en el cual su ayuda era requerida.

James rió una vez más con su madre afuera de alcance el podría salir con sus amigos. Lo único que tendría que hacer era desaparecerse, ya lo podía hacer legalmente. Seguramente Sirius estaba rodeado de chicas muy bonitas y no les importaría pasar un poco de tiempo con el.

James trato de desaparecerse, pero por alguna razón no lo logro. Trato nuevamente, pero no ocurrió nada nuevamente. Rabia empezó a correr por las venas de James, el estaba seguro de que estaba haciendo todo correctamente. Bajo las escaleras rápidamente y entro a la cocina con un gran estruendo.

-¡Nana!- grito James tan rápido como pudo.

-Si Jimmy, ¿necesitas algo?- respondió la anciana.

-¿Que a hecho mi madre para que no pueda desaparecerme?- exigió el.

-Lo único que yo se es que ella puso un campo de fuerza para que no te escaparas mi niño. Pero tu mamá solo lo hace porque ella desea tu bien estar,- la anciana hablaba con mucho cariño.

James salio de la cocina tirando la puerta. Su Nana lo siguió, le tomo de la mano con cariño y lo guió lentamente a la sala.

-Jimmy, no debes de enojarte.

-Que quieres que haga Nana. No quieres que juegue con mi escoba porque me va a dar un resfriado. No puedo salir de la casa para esta con mis amigos por que mi madre puso un campo de fuerza o algo así para que no me escape. ¿Que quieres que haga?

Ven conmigo. Leeremos un libro. Don Quijote de La Mancha. Me encantaba cuando era joven.

"Creo que has olvidado que somos de diferentes generaciones." Pensó James, pero no pudo decirlo; el estimaba demasiado a su Nana como para decirle algo irrespetuoso. El siempre deseó que la mujer fuera su madre, hubiera sido la madre perfecta para el. Se sentó en el sofá mientras la mujer leía el libro. El no estaba poniendo atención, prefería pensar en sus hazañas y las de sus amigos, en todos esos momentos de gloria, y también los castigos que les seguían.

Poco a poco James empezó a caer dormido. Su Nana todavía leía la historia mientras el tenia un sueño. Soñaba que sus amigos y el jugaban una broma en Snape. Lo amarraban a una escoba y lo mandaban volando por los cielos. Snape gritaba lo más fuerte que podía, pero no había nadie cerca. De repente Dumbledore aparecía y les decía a los muchachos que tendrían que pasar un año en Azkaban porque era un delito aterrorizar a estúpidos.

James abrió sus ojos. Alguien había entrado en la casa. Nana cerró el libro y lo coloco sobre la mesa de centro. James vio a su madre en su vestido negro, alguien estaba a la par de ella. Era una persona de pelo rojo tan intenso como que si fueran flamas ardiendo. James se acerco para observar a esta persona, era raro que el trabajo de su madre y su vida personal se mezclaran.

¡EVANS! ¡Era Lily Evans! La chica de los ojos esmeralda, poco popular, y la mejor estudiante de Hogwarts. Ya era bastante raro tener a Evans en la casa de los Potter, pero había algo más raro aun… Lagrimas corrían por los ojos de la chica, mojados y alborotados estaban sus cabellos, y su camisa que una vez había estado impecablemente blanca estaba llena de sangre. La sangre nos solo estaba sobre su camisa, estaba sobre su cara sus brazos, su falda, sus piernas…

-Dios mió, ¡pobre criatura!- exclamo Nana.

-¿Que esta pasando?- exigió James.

-Nana consígueme ropa de dormir para la muchacha por favor. Y también alístale un baño.- ordeno la Señora Potter.

¿Que diablos esta pasando?- grito James.

-James baja la voz. No puedes ver que estoy en un aprieto, –le regaño la mujer.

-Bueno quizás si me dijeras podría ayudarte, -se defendió el chico.

-James Potter, si quieres ayudar puedes llevar las maletas al cuarto de invitados. Ya que eres el único hombre en esta casa seria algo bastante noble.

-Pero…

-Nada de peros, hazlo ahorita mismo. Y dile a la cocinera que por favor prepare te. Entendido.

-¿Qué maletas?

-Las que están en la sala de estar.

-¡Fifí prepara te!- grito James.

-Yo pude haber hecho eso James.

-Enserio, no lo sabia.- respondió James con una sonrisa maligna.

James no quería ir por las maletas, pero quería saber cual era la razón por la cual Evans estaba ahí. Llevo las maletas al cuarto de invitados. Bajo las escaleras con una mueca en la cara, estaba decidido a averiguar que estaba pasando. Pero su madre lo conocía demasiado bien y sabia cual era su propósito.

-Hoy iras a dormir temprano tesoro. Tengo asuntos que atender y no creo que sea apropiado que rondes por la casa mientras atiendo asuntos personales y delicados.

Y que si no quiero. -le reto James.

-Te encerrare en tu cuarto yo misma como lo hacia cuando eres pequeño. Pero creo que estas lo suficientemente grande como para saber que es lo que te conviene.

La madre de James poseía grandes poderes mágicos, razón por la cual el sabia que seria muy fácil para ella darle un giro a su varita para encerrarlo en su cuarto o dormirlo por mucho tiempo. Quería pelear sobre el asunto, no podía ser amenazado como un niño de tres años. Pero Evans apareció detrás del hombro de su madre. Lagrimas en sus ojos, sangre sobre su cuerpo, cabellos húmedos y despeinados. Era evidente que esperaban a que el se fuera para poder arreglar todo lo que pudieran acerca del asunto antes de que ellas mismas se fueran a dormir.

James era rebelde por naturaleza, pero la mirada de esos ojos de alguna manera logro que su rebeldía parase por una noche.

Buenas noches madre, buenas noches Evans. Estaré en mi dormitorio por si me necesitan.-James se dio la vuelta decidido a irse.

Buenas noches Jimmy.- respondió su madre.

Buenas noches Potter.- se escucho la tímida voz de la chica.

James se fue a su cuarto decidido. Al día siguiente el tenia que de averiguar por que Evans estaba en su casa, la razón por la que estaba cubierta en sangre, cuanto tiempo estaría en su casa, y cualquier otra cosa que el pudiera investigar.