Disfruten mucho de este fic. Es algo muy distinto al primero que escribo. Por favor, dejen reviews!

Bien, la historia retoma personajes de las obras de J. K. Rowling, por lo que éstos no son de mi autoría.

-Procer in oriens.


1.- LA ÚLTIMA NOCHE

La oscura noche es atacada por una fuerte explosión.

-Ya vienen…

El vasto firmamento está siendo arañado por los gritos que ruegan perdón; aferrados a la vida hasta el último suspiro.

-¡Mamá!

No llores más por este mundo…

El paisaje presenciado se compone de imágenes borrosas, para el espectador cuyos ojos se encuentran empañados de lágrimas amargas; la memoria intenta clausurar ese capítulo, cegándolo al instante, interponiendo una cortina rojiza entre realidad y fantasía… el rojo de pasión desenfrenada, la profunda lujuria; sed de venganza, disfrute del sufrimiento… un rojo sangre.

-¡No, por favor!

-Avada Kedavra.

-¡Aaaaaaaaahhhh!


-¡Nooo!

-Draco ¡¿qué pasa?!- una niña de no más de 6 años, se acercaba presurosa a otro pequeño de la misma edad.

-La pesadilla…- sus ojos grises observaban algún punto indefinido de ese cuarto.

Un aire comprensivo desprendía la mirada de esa castaña; con suma ternura comenzó a acariciar aquel cabello platinado.

...prefiere cualquier otro lugar…

-Shh… tranquilo, nada más lo soñaste…

-¡¿Y quién me asegura que no está sucediendo justo ahora?!

-Yo no creo que...

-¡Mía!- la interrumpió el rubio –por si no te has dado cuenta, hemos estado encerrados en este cuchitril por cinco años ¡cinco!- agregó mientras que con una mano mostraba la misma cantidad- ¡No sabemos nada del mundo!

...tal vez a algún reino olvidado.

La habitación se sumió en un largo silencio; cada uno comenzó a rememorar sus propios recuerdos, el comienzo de esta historia…

El bebé era cargado por su padre, quien se mostraba orgulloso de su pequeño, el hijo netamente perfecto. Corría la época de otoño, y la familia Malfoy había invitado a gente importante del mundo mágico junto a algunos de sus allegados para celebrar el 27° aniversario de Lucius Malfoy.

Luego de tantos mimos, halagos y regalos; el pequeño Draco comenzaba a fastidiarse, por lo que su madre optó por llevarlo a dormir.

La habitación estaba pintada de un verde pastel con una de las paredes blanca; detalles en un tono más oscuro enmarcaban el área junto con algunos ornamentos de oro blanco; representaba todo un paraíso para los infantes, rebosante de libros coloridos y hermosos juguetes; con un dulce aroma flotando dentro de la estancia.

Mientras Narcissa Malfoy arrullaba a su niño, una sonora explosión se escuchó del lado de la entrada norte; asustada, recostó a su hijo en la cuna para luego correr hacia donde estaba su esposo.

-¡Lucius!

-¡Narcissa, sal de aquí con Draco!

-¡¿Qué?!

-Han venido por él. ¡Váyanse! Cuando esto termine iré a buscarlos.

-Pero es que…

-¡Ahora!- dijo mientras esquivaba otro hechizo.

Narcissa regresó a la habitación de Draco con lágrimas surcando su rostro. Su niño estaba llorando por el aturdimiento.

-Shh… ya nos vamos, pequeño- sacó la maleta que su esposo y ella habían preparado justo después del nacimiento de su hijo; "debemos prevenir, Cissy" le había dicho; envolvió al bebé en una frazada, tomó su varita y se escabulló hacia la entrada sur del castillo. Al llegar al pueblo más cercano, se dirigió a un callejón sin salida, en el que desaparecieron al instante…

Draco observó la delicada botellita del perfume de su madre sobre el buró; ésta contenía polvos mágicos; le dijo explícitamente que sólo los usara ante LA emergencia. Luego de haberla recibido, no quiso volver a tocarla.

Un rayo de luz verde atravesó el cuerpo de la mujer, quien abrazaba con fuerza a su única hija; cayó de bruces hacia arriba en un último intento de no lastimar a su bebé. La niña observaba atentamente a su madre, asustada por el caos de su alrededor; el ruido de un trueno se escuchó a su lado provocando que ésta volteara… de la nada había aparecido ante ella una dama alta de tez blanca y con el cabello rubio, cayendo en caireles por su espalda; poseía un delgado cuerpo y finas facciones; sus negros ojos estaban vidriosos, amenazados por nuevas lágrimas; en sus brazos llevaba a un bebé envuelto en una frazada.

-Mamá…- balbució la niña.

La mujer se alejó con cuidado del lugar. La niña, asustada, intentaba alcanzarlos luego de darle a su madre un fugaz beso en la frente. En veces daba torpes pasos, pero la mayoría del tiempo gateaba; todo por negarse a la soledad. Narcissa observaba que desde hacía dos días, una niña seguía sus pasos; sabía que era muggle… pero esa simple hazaña era admirable, por lo que sin mediar palabra la cargó con el brazo que tenía libre y, haciendo un esfuerzo sobrehumano, siguió su camino.

Luego de un tiempo, los tres habían llegado a una sencilla cabaña en medio de algún bosque.

Ese espacio, ese jardín…

Dentro se han refugiado por casi cinco años… pero este último lo pasaron sin una figura adulta.

Donde la vida aparenta ser sueño…

Según Narcissa, debía ir a buscar a su esposo, "pronto volveré por ustedes". Se negó a llevarlos porque sería más fácil que los encontraran si iban juntos, además de que su hijo seguía en un peligro inminente, y si alguien veía a la niña muggle… no dudarían en matarla.

Donde tejemos el hilo del tiempo…

…El silencio se cernía dentro de la estancia.

-¿Crees que mamá vuelva?

La niña mordió su labio inferior al escuchar su propio pensamiento en la voz del chico.

-¡Claro!... ella lo prometió ¿cierto?

-Cierto… ¿y vendrá con papá?

Y nuevamente había acertado ese pequeño en cuanto a la mente de su compañera de juegos.

-…Sí, sí. ¿No recuerdas lo que mamá nos decía?

-Que papá es muy inteligente y valiente; que nunca se rinde hasta alcanzar su objetivo.

-Y el objetivo…

-…somos nosotros- completó el rubio con una pequeña sonrisa.

Golpes secos en la puerta se escucharon.

-No vayas.- susurró Draco agarrando el brazo de la castaña quien ya se había parado- Mamá sabe abrir la puerta.

-Pero ¿y papá?

-Ambos sabemos que sólo gente bienvenida sabrá cómo entrar.

Los golpes se hacían más fuertes; parecía que intentaban forzar la entrada.

-¡Abran, sé que Mía está ahí!

La niña palideció ante semejante grito, y ya no pudo reparar en la pregunta del chico porque al instante la puerta se había abierto, dando el paso a un hombre. Instintivamente, Draco se colocó frente a la niña… la imponente figura se acercó derribándolo todo; agarró al niño y, sin importar su forcejeo, lo aventó contra la pared; la morena quiso ir hacia allá, pero el misterioso hombre la detuvo para sacarla de la cabaña.

-¡No!- mordió con todas sus fuerzas aquél brazo que la retenía y al verse liberada entró nuevamente.

-¡No me desobedezcas, niña ingrata!- lo escuchó decir al recibir una fuerte bofetada.

Lo último que vio, fue a Draco inconsciente sangrando de la cabeza, al hombre observándola fijamente con sus ojos castaños… y otras dos sombras que se interponían en la entrada.

Luego... negro.