Hola, hola! Llego la hora de publicar este fic (y no es que tenga muchos años en el baúl de los fics olvidados :P de hecho fue empezado el año pasado, por ahí de noviembre, pero eso no viene al caso...) Desde que vi el anime me dije: ¡yo quiero hacer una historia! y cuando me termine el manga, esa idea resonó con más fuerza y bueno, aquí estoy.
La historia tiene como protagonista a Kyouya y una jovencita quien guarda un doloroso secreto, que será ayudada por los miembros del Host Club.
Ok, no es el mejor resumen del mundo ¬¬' Como que hoy no se me da eso de dar reseña... en fin, mejor te invito a que lo leas y me des tu opinión, espero que lo disfrutes.
Los personajes de Ouran High School Host Club no me pertenecen, pero sí los personajes originales. (OCs)
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La fortaleza de un corazón desamparado
Capítulo 1
Kyouya Ootori se encontraba en la recepción de la Galería de Arte Contemporáneo de Tokio, donde se llevaba a cabo la gala del Dragon Ball, baile realizado cada año para reconocer los méritos de algunos magnates, allí estaban reunidos los empresarios más importantes de toda la isla.
Dentro estaban su padre y sus hermanos que se pavoneaban con otros hombres de negocios. El joven estaba harto de recibir comentarios malintencionados en torno a su posición como el tercer hijo de los Ootori, así que para evitar dejar salir su característico humor sarcástico se dispuso a tomar un largo respiro fuera del recinto.
Unos minutos más tarde una limosina se detenía frente a la galería, el chofer abrió la puerta y enseguida una hermosa joven salió del vehículo.
-Hemos llegado señorita. | -Vendré por usted a las 11 pm.
-Muchas gracias Katayama-san.
La joven se acerco a la entrada, dos hombres abrieron las puertas, y ella entro al lobby enfundada en un vestido color rosa pomelo y cubierta por una capa color camel que entrego al recepcionista. La dama se acerco a Ootori, que, siendo él, ya había tratado de reconocer a aquella señorita de ojos esmeralda, cuyos cabellos azabache estaban recogidos completamente en un estilo desenfadado, tendría la misma edad que él; seguramente se trataba de la hija de uno de los empresarios que se daban cita esa noche, ese aire de encantadora distinción se lo decía; pero conocía a cada uno de los magnates que estaban en el salón próximo y a sus hijas, por lo que desecho esa idea.
-Disculpe, la ceremonia, ¿ya ha terminado? | -Pregunto la joven a Ootori.-
-No, comenzará en unos minutos más.
-Parece que llegue justo a tiempo, muchas gracias.
La chica entro al gran salón, Kyouya la siguió con la mirada, hasta que desapareció entre la gente.
El chico Ootori salió temprano de la fiesta, al día siguiente iniciaría su tercer y último año en Ouran y aunque ya tenía todas las actividades para el Host Club, no estaba exento de las sorpresivas excentricidades de Tamaki para las que debía tener un plan por cada idea repentina.
Cuando esto sucedía, Kyouya no podía dejar de irritarse por la descomunal idiotez de su amigo, pero aunque nunca lo expresara con palabras, Kyouya veía en Tamaki a un verdadero amigo y gustaba enormemente de compartir su tiempo con los integrantes de club, que lo enriquecían de más de una manera.
Un par de semanas después, movido por su pasión por la cultura 'plebeya' el rubio incito a todo el grupo a acudir a un festival que se realizaría en el centro comercial que habían visitado antes.
Esta vez, el festival era una degustación de comida regional, desde comida tradicional, hasta de lo más exótica como insectos y plantas raras; Tamaki y los gemelos eran los más entusiastas, probaban cuanto platillo se ponía frente a ellos, de seguir así en pocas horas, el trío terminaría con un intenso dolor de estomago.
Estoico como siempre, el mejor amigo de Suou analizaba todo el entorno, manteniéndose al margen de los actos de los más escandalosos.
Se encontraban en el área de comida exótica y los gemelos retaban a Tamaki a probar algunas bolitas de arroz aderezadas con gusanos y escarabajos cristalizados, entre todo ese bullicio, Ootori reconoció una figura no muy lejos de donde estaba.
-Me parece familiar, ¿dónde la he visto? | -Oh! Ya recuerdo, pero qué hace una persona como ella, en un lugar como este.
Aquella persona, era la chica que había visto un par de semanas atrás en el Baile del Dragón; parecía estar evitando ser reconocida, en varias ocasiones fijo su mirada hacia atrás como cerciorándose que nadie la siguiera. En unos minutos desapareció en una de las salidas cercanas.
Todo ese pequeño acto le causo curiosidad y, ahora que lo pensaba seguía sin saber quién era ella, así que encargo a Tachibana una minuciosa lista de los asistentes a la gala de esa noche en que la había visto por primera vez; Haruhi interrumpió sus cavilaciones, el trío, como era de esperarse ya sentía estragos de su poco moderado consumo, se marcharon acompañando a cada enfermo a su respectiva residencia.
En cuanto Kyouya se acomodo en su habitación, reviso con detalle el registro que le proporciono Tachibana a su llegada, había un problema, conocía cada nombre anotado, no había ninguno ajeno a los apellidos que formaban parte de aquel circulo de poderosos magnates; entonces, quién era aquella joven, el moreno, planteo cada posibilidad, descartando las más imprecisas, terminando con la más asequible, tal vez esa noche, había acudido en representación de alguien, sería por eso que su nombre no estaba en la lista.
Un sonido constante lo saco de su estado, su móvil sonaba en la mesita de té, era Tamaki quien al escuchar la voz de su amigo, comenzó a decir todo un diálogo sin sentido alguno. Con un gesto de resignación, Kyouya salió rumbo a la mansión Suou.
Los eventos especiales estaban a la orden del día, sino eran cócteles, eran entregas de premios a los empresarios más influyentes del año o actos de filantropía, que era el caso de esa noche. Al más joven de los Ootori le aburrían esta clase de fiestas, pero eran excelentes oportunidades para crear alianzas y conocer personas que con seguridad le servirían en un futuro.
Para recaudar fondos, una exhibición de piezas de arte se alojaba en un gran salón, las obras habían sido creadas por los nuevos talentos de Japón y se subastarían al terminar la velada. Todo el dinero recaudado sería destinado a diversas beneficencias, desde casas hogar, hasta la creación de hospitales y escuelas en zonas marginadas.
Como un hermoso diseño más, una suave imagen se movía alrededor del salón admirando la exposición, era esa joven de cabellos negros, que esta vez llevaba un vestido de un solo hombro en color azul celeste. Los dos jóvenes se cruzaron, ella pareció reconocerlo y le ofreció una sonrisa, ambos reanudaron su camino, ella adentrándose a la fiesta y Ootori quedo frente al cuadro de un artista local.
-Ella de nuevo…
Esbozo una sonrisa, parecía que después de todo la noche no resultaría tan aburrida.
Movido por la curiosidad pretendió adentrarse al punto más alto donde la frivolidad y conveniencia se llevaban a cabo, discretamente buscaba a la chica, llego a verla, pero inmediatamente fue interceptado por un amigo de la familia. Minutos después de que terminaba de conversar con alguien, le seguía un conocido, un socio o un cliente de los negocios familiares.
Para cuando Ootori pudo zafarse un poco de su protocolo social, la joven no se encontraba ya por ningún lado, seguramente ya había abandonado el recinto.
Seguía sin obtener dato alguno acerca de ella, en su corta investigación, la había visto interactuar con diversas personalidades, pero no se veía una conexión más allá de la cortesía, hacia lo mismo que él, saludaba y charlaba brevemente con alguien para después seguir observando la muestra de arte, noto que la chica quedo impresionada con un cuadro en especial, era el retrato de un niña que jugaba en el pequeño jardín de su casa que estaba rodeada por la gran ciudad.
La modernidad y los cambios drásticos a su entorno no habían cambiado la serenidad de la niña, ella seguía protegida en su pequeño y perfecto mundo.
El pelinegro se retiro junto con su hermana, que era una de las organizadoras del evento, en otra ocasión le preguntaría discretamente si conocía a aquella jovencita, ahora no era el momento, conociendo a Fujumi, enseguida pondría una cara de cupido y preguntaría si aquella persona le interesaba al joven de manera personal, es por ello que esperaría a que el momento preciso se diera, por lo pronto investigaría por su cuenta.
En su residencia, analizo los datos proporcionados una vez más por su escolta de confianza y nuevamente no obtenía nada. Estaba acostumbrado a tener toda clase de información al instante, de investigar con éxito la vida de las personas que se cruzaban en su camino, pero de ella no se sabía nada, no había registros de que hubiera asistido a esos eventos, incluso reviso los archivos de las personas que había llegado a la ciudad en los últimos meses y no había absolutamente nada. El hecho de verla en un par de eventos sociales y una más en el centro comercial para plebeyos, discordaba, si era de una familia prominente que hacía en una zona como esa. Todo eso le causaba aún más curiosidad y le provocaba cierto reto el averiguar la identidad de aquella joven.
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Y qué les pareció? La próxima semana la continuación.
Te mando un abrazo querido lector. Ü
Oh! Y ya sabes dejar un review no hace daño. xD
