Historias no contadas

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Stephenie Meyer, la trama es mía.

Summary: Hay un montón de historias que uno solo oye cuando es por sí mismo, un montón de historias que muchos ignoran, pero pasan, pasan aunque son historias no contadas.

EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~

Alice P.o.v:

Salí, como todo los sábados por la mañana, de mi pequeño departamento, vivía en un edificio de la bella Nueva York, cada sábado salía yo sola y me disponía a caminar por la ciudad, era el único día que me desconectaba de y todo y todos, no compraba (lo cual era un milagro), no visitaba a nadie, y definitivamente no hablaba con nadie (¡otro milagro!), solo me dedicaba a ver, oír y sentir lo que pasaba a mi alrededor, pensar que gracias a eso me enteraba de grandes historias…

Mi caminata sin rumbo me llevo a la biblioteca Criolla, la que estaba cerca de la avenida, ahora que lo pensaba hace mucho que no venia, la última vez fue cuando mi profesor de literatura nos encargo un trabajo, recuerdo que hubo algo que me llamo mucho la atención…

Flash back:

Iba entrando por las grandes puertas de la biblioteca, acababa de salir de clases y estaba totalmente deprimida, gracias al estúpido trabajo de literatura me perdería toda una tarde de compras y, en cambio, me la pasaría todo el sábado metida en ese calabozo. Me dirigí a una mesa que solo estaba ocupando una chica, era muy bonita, tenía un rostro en forma de corazón, unos grandes y expresivos ojos chocolate con destellos azules, su cabello era color castaño con reflejos rojizos (los cuales pude apreciar eran naturales y no teñidos) estaba recogido en una coleta y caía gracialmente por sus hombros , llevaba una blusa blanca de botones y unos jeans (un poco simple, pero por suerte esa era ropa que nunca pasaba de moda), converse blancos y pude apreciar que no llevaba maquillaje, había algo en ella que hacía que me cayera muy bien sin siquiera haber hablado con ella, se veía buena persona.

Me fije en lo que estaba leyendo, parecía muy concentrada en su lectura, pude ver el título del libro, era 'Cumbres Borrascosas'. Yo saque el pesado libro que nos había dado el profesor, 'La metamorfosis' de Franz Kafka*, no entendía su fascinación por este libro, a mi parecer era un poco tedioso, pero bueno, por eso mismo nos lo puso como castigo a todo el salón de clases. Cuando estaba a punto de hablarle para saber su nombre y comentarle que seriamos grandes amigas, las puertas de la biblioteca se abrieron ruidosamente, mostrando a un chico que iba entrando apresurado.

El chico en si no era nada feo, aunque no era de mi estilo, tenía el cabello de un tono castaño cobrizo, totalmente despeinado pero con un toque rebelde que lo hacía ver con estilo, ojos verdes muy profundos, tenia complexión delgada pero atlética, músculos que se veían estaban bien marcados, pero no exagerados, vestía una camiseta blanca y jeans desgastados, chaqueta de cuero negro y podía ver, a pesar de los jeans, que llevaba botas sencillas color negro, definitivamente era un estilo de 'rebelde' que le quedaba bien.

Lo vi buscar a alguien con la mirada, y cuando su mirada se poso en la mesa en donde yo estaba, le brillaron los ojos con un brillo especial y una sonrisa torcida se asomo por su cara, se dirigió con paso rápido hacia donde yo estaba, pero algo me decía que no venía a hablarme precisamente a mí, nunca en mi vida lo había visto, así que seguí el camino de su mirada… y cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que miraba a mi compañera de mesa.

Seguía teniendo esa sonrisa en su rostro, pero a leguas se le notaba que estaba nervioso (lo cual me sorprendió ya que no pareció la clase de chicos a los que le apena hablar con las chicas), toco suavemente el hombro de ella, y con voz aterciopelada la llamo:

¿Bella?—Dijo. Al fin sabia el nombre de ella.

Bella levanto la mirada del libro y, sin expresión alguna en el rostro, levanto una perfecta ceja mientras decía:

Sí, ¿tú eres? —pregunto ella con una suave voz, casi celestial debo admitir.

Bueno, veras… ¿en serio, no sabes quién soy yo?—pregunto, un tanto sorprendido.

Ella frunció un poco su ceño, haciendo gesto pensativo, se quedo así por casi un minuto, sus ojos lo veían fijamente, analizándolo, tratando de saber de donde se supone que debería reconocerlo, después relajo su semblante y sus ojos dejaron de mostrar interés alguno, mientras le respondía:

No, definitivamente no sé de donde rayos debería de reconocerte—le dijo ella, volviendo u vista a su lectura.

El abrió los ojos, sorprendido, pero luego, su semblante se relajo y parecía que incluso el hecho de que ella no lo reconociera lo hacía feliz.

Bueno, en ese caso, me presento: Yo soy Edward Anthony Masen, vamos a la misma institución, te he visto antes, y debo de admitir que eras la chica más sensual que he visto en toda mi vida—termino Edward, con una sonrisa torcida, intentando deslumbrarla, aunque me parecía ver en sus ojos un brillo de esperanza.

¿Sensual? —pregunto ella, regresando su atención a él, levanto una ceja y una pequeña sonrisa burlona apareció en su rostro.

Claro nena, me deslumbraste por completo—siguió él, con tono coqueto—Estoy seguro de que te encantaría tener una cita conmigo, después de todo, todas en la escuela babean por mi—idiota, sumamente idiota.

Idiota —fue lo que pensé— Y a mí, ¿Qué rayos me importa el haber deslumbrado a una persona tan egocéntrica como tú, Masen? —le soltó ella, obviamente enojada por su seducción barata (aunque normalmente funciona con un montón de estúpidas), y viéndolo con ojos de dagas —No sé quien carajo seas pero poco me importa tus estúpidos intentos de seducción baratos, solo eres otro idiota más de la escuela que intenta seducir a la nueva, pero, yo no soy tan estúpidas como las demás, así que, por que no te largas y me dejas en paz — ¡auch!, eso debió dolerle— Y dile a ese estúpido de Newton que se rinda de una maldita vez, ya me tiene harta, ese tipo no para de insistir a pesar de que prácticamente lo abofetee —termino Bella, me sentía orgullosa de ella, definitivamente seriamos las mejores amigas en un futuro.

El tenía los ojos como platos, no esperaba esa reacción de ella, obviamente nadie nunca le había dicho sus verdades en su cara, aunque bien merecido se lo tenía.

Bella volvió a su lectura, mientras Edward seguía a su lado como piedra, no se movía y apenas podía notar que respiraba. Cuando de repente, parpadeo y se le quedo viendo a Bella, tenía ese mismo brillo extraño que cuando entro por la biblioteca, estaba embelesado con ella, y parecía como si lo que ella le acabara de decir solo hubiera incrementado ese brillo, por un momento pensé que era un masoquista.

Tienes toda la razón—dijo viéndola fijamente.

¿Qué? —Bella levanto la mirada abruptamente de su libro, viéndolo como si estuviera loco.

Intente conquistarte como a todas las demás chicas, comportándome como el idiota engreído que finjo ser en la escuela, a pesar de saber que tú no eres como las demás, no, tú eres especial Isabella Swan—dijo Edward, viéndola a los ojos y hablando con una ternura tan grande, que parecía casi imposible.

¿De qué estás hablando?, ¿Y cómo diantres sabes mi nombre? —pregunto muy confundida.

Las mejillas de él se coloraron, obviando el hecho de que estaba avergonzado.

Es que, te vi por primera vez cuando entraste a biología, fue como un flechazo, me atrevo a decir que fue amor a primera vista, así que averigüe todo de ti, en eso está claro tu nombre —vale, eso era tierno— aunque no creas que era un acosador, es decir, yo… bueno, la verdad es que… cuando supe tantas cosas de ti, confirme que definitivamente eres la mujer de mi vida—y bajo la mirada avergonzado, tratando de ocultar su ENORME sonrojo, supuse que no se sonrojaba muy seguido, me parecía demasiado obvio.

¿Estas bromeando? —le pregunto, aun un poco desconfiada.

El levanto la mirada, la vio fijamente a los ojos y con voz profunda dijo:

Jamás jugaría con eso, Bella, desde que te conocí lo supe, ahora tú eres mi vida—sus palabras destilaban pura verdad, y sus ojos no dejaban lugar a dudas.

Bella rápidamente abrió los ojos como platos, mientras un leve sonrojo cubría sus mejillas.

Edward, al notar la intensidad de sus palabras, creo que se dio cuenta que eso sonaba muy profundo para decírselo a ella, cuando ella ni siquiera lo conocía. No pudo evitar bajar la mirada de nuevo.

Mientras tanto yo estaba maravillada, jamás había visto una escena tan romántica en mi vida, estaba segura que jamás la olvidaría, ni a sus protagonistas.

Debes de pensar que soy un idiota—comento Edward, aun con la vista puesta en el piso

Tienes razón, pienso que eres un idiota—eso claramente me dejo sorprendida, voltee rápidamente a ver a Bella, ella estaba viéndolo dulcemente, mientras el rosa de sus mejillas seguía presente, su libro ya estaba muy olvidado en un rincón de la mesa, ella siguió hablando—pero sabes…—levanto el mentón de Edward con una mano.

Edward la veía sorprendido, y yo ya había captado las intensiones que ella tenía, por lo que evitaba chillar de emoción y arruinar el momento.

—… Ahora, eres MI idiota—le dijo dándole una pequeña sonrisita tierna—pero más te vale cambiar esa reputación que de seguro debes de tener Masen, porque yo soy MUY celosa, ¿entendido? —termino diciendo medio divertida, medio en serio.

Edward abrió los muy grande los ojos, en ellos se reflejaba la felicidad total que tenia, sonreía completamente feliz, y tenía esa típica aura de chico enamorado, miraba a Bella como un ciego mira al sol por primera vez, con completa adoración.

Completamente—dijo, mientras que en su voz se oía la felicidad que tenia—por ti bajaría la luna y las estrellas si me lo pidieras Bella, te juro que te hare la mujer más feliz de este mundo, así como tú me has hecho el hombre más feliz en este momento—le dijo Edward, sin apartar la vista de ella, para que Bella pudiera captar que el hablaba completamente en serio.

Con un "de acuerdo, Bella" me hubiera bastado—dijo divertida, mientras soltaba suaves risillas.

Pero, quiero hacerlo bien…—Edward se arrodillo enfrente de Bella, mientras esta abría los ojos como platos y aumentaba su sonrojo— Isabella Marie Swan…—no quiero ni saber cómo se entero de su nombre completo— ... ¿me harías el honor, de convertirte en mi novia? —termino, mirándola a los ojos con profundo amor.

Bella tenia los ojos cristalinos por las lagrimas que luchaban por salir de ellos, y yo estaba segura que en ese momento estaría tan conmovida que estaba completamente igual.

Sí Edward, sí quiero ser tu novia—dijo abrazándolo en cuanto el volvió a estar de pie.

Ambos se dieron un beso, demostrando todo el amor sincero que se tenían, duraron así cerca de un minuto (si no es que más), hasta que se separaron por el aire que necesitaban.

¿Ya te dije lo importante que eres para mí? —empezó Edward, tomándola de las manos— Eres lo que yo más quiero Bella, ya nada me importa si tú estás conmigo, no quiero que te asustes por lo que te estoy diciendo, pero es la verdad, el mundo puede destruirse ahora mismo y yo lo único que necesito para aferrarme a él es tu sonrisa, eres mi sol de media noche en la oscuridad de mi vida, la razón de mi existencia eres tú, la persona por la cual respiro y despierto cada día, ahora eres tú, mi deber autoimpuesto es protegerte, adorarte, hacerte feliz y devolverte todo lo que tú me das con el simpe hecho de estar viva, y déjame decirte que más que un deber yo lo siento un privilegio, te amo, y juro por lo más sacrosanto que pueda existir, que será así toda la eternidad—juro solemnemente, Edward.

Edward Masen, ahora más que nunca lo sé, aunque lo dude al principio, a pesar de acabar de conocerte, puedo jurar por todo, simplemente todo, que tu eres lo que yo siempre estuve buscando, eres ese príncipe azul con el que yo soñaba a los 8 años cuando mi mamá aun me leía cuentos de princesas y magia, eres el Romeo con el que empecé a soñar al llegar a los 12 años y leí Romeo y Julieta, eres ese chico que siempre estuve buscando y el cual hasta ahora no había encontrado, la persona perfecta para mi… y si, aunque no eres exactamente como te imagine toda mi vida, puedo decir que eres aun mejor de lo que siempre espere, te prometo amarte, hasta mi último día y con mi último aliento, porque, a diferencia de lo que tú piensas, no estoy asustada por ese amor que me profesas, más bien estoy encantada, te amo, y eso es todo lo que necesito para ser feliz—dijo, una sonriente Isabella, se veía radiante, y si es posible, aun más hermosa que cuando la vi por primera vez hace unos minutos (¿o eran horas?, realmente ya no lo sabía).

Edward alzo en sus brazos a Bella y sonrió, dichoso, tomándola al estilo nupcial, y ella se aferro a él por la sorpresa.

Edward, ¿Qué haces? —el tono de voz que ella estaba utilizando demostraba que a pesar de su curiosidad, estaba muy divertida.

Te llevo a mi coche—dijo simplemente, cargándola como si pesara como una pluma (aunque en realidad no me sorprendería, ella era muy delgada) —Vamos a donde está tu padre, tengo que pedirle permiso para salir con su hija—declaro sonriente

Ella rio ante su comentario, y así, al estilo nupcial salieron de la biblioteca, y antes de que se cerraran la puertas vi como él los dirigía a un Volvo plateado.

No reaccione hasta que el sonido de un coche arrancando y partiendo lejos de la biblioteca se oyó, sentí algo mojado en mis mejillas y me di cuenta de que había llorado, jamás en vida había pensado que existieran historias así en la vida real, todas las historias conocidas siempre tenían situaciones muy complicadas o irreales, la mayoría eran muy ficticias, sin embargo, acababa de descubrir que no todas las historias de amor puro eran irreales o inalcanzables, había historias sencillas a las cuales nunca había prestado atención.

Me limpie las lagrimas de mi cara, voltee a la mesa y me di cuenta de que Bella había dejado su libro olvidado, sabía que era de ella por que se veía gastado y los libros de la biblioteca siempre estaban en perfectas condiciones. Lo tome, con la intención de que si algún día la volvía a ver, regresárselo, y preguntarle cómo estaban las cosas con Edward.

Si, había perdido la oportunidad de hacer una mejor amiga, pero había ganado el poder ver y escuchar una historia muy bonita de amor. Tome el libro que llevaba conmigo y lo metí junto con el de Bella a mi mochila. Salí de la biblioteca y volví a mi departamento.

Fin de Flash Back.

Ya de eso hace dos años, ahora yo poseía 20 años, casi terminaba la universidad, pero si bien, nunca me volví a topar con Bella y Edward, eso no significaba que ya los haiga olvidado, ellos fueron la primera historia no contada, que yo había escuchado, la primera de varias que llegaron después.

Salí de mi ensoñación y me decidí por entrar a la biblioteca, tenía que checar unos libros para un reporte que se entregaba en una semana.

EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA~EDWARD&BELLA

(*) La metamorfosis (Die Verwandlung, en su título original en alemán) es un relato de Franz Kafka, publicado en 1915 y que narra la historia de Gregorio Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo, quien un día amanece convertido en una criatura no identificada claramente en ningún momento, pero que tiende a ser reconocida como una especie de cucaracha gigante.

Notas de la autora:

Sí, ya lo sé, aun no termino mis demás historias y ya ando publicando otra, pero es que leí un fic maravilloso que me encanto y de inmediato me inspire. NO PUDE EVITARLO!!!

Agradezco a: bellsblommb, porque aunque no la conozco ni he hablado con ella, tengo que decir que invento un fic maravilloso:

'Mis historias de autobús'

Lo recomiendo al 100%, si bien, no pienso hacerlo igual, tengo que decir que fue de ahí de donde saque mi inspiración.

GRACIAS POR ESCRIBIR UN FIC TAN GENIAL.

Espero y me dejen algún review, me conformo con un: ¡hola!

Jejeje, y a las personas que están leyendo '55 cosas que gritan tu obsesión por Crepúsculo' les pido tengan paciencia, Yukari y yo aun no estamos del todo reconciliadas…

Un abrazo a todo el que se pase por aquí (aunque allá sido por error n.n).

Besos: Keyra Masen Cullen.