Disclaimer: Los personajes y nombres de Star Wars pertenece ahora a Disney. Los personajes que salen pertenecen al Universo Expandido, ahora conocido como Legends.N/A: En esta historia ignoro la antesala de la invasión Vong.

Cronología: 25 DBY


Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...

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Una nave puntiaguda, plateada y con dos alerones a los lados que protegían sus motores de iones aterrizaba de forma suave en el hangar del planeta Coruscant.
La lanzadera se deslizó suavemente hasta detenerse, el hangar estaba ocupado de algunas naves y pilotos que avanzaban de forma apurada por el camino, nadie prestó atención a la lanzadera recién aterrizada.

Una rampa se bajó y descendieron dos mujeres: una mujer mayor, de cabello rojo como el fuego, oculto por una capucha crema y una adolescente de cabellos y ojos cafés; los ojos de la joven empezó a buscar a alguien entre la multitud hasta encontrarlo: un muchacho de la misma edad de ella, cabello y ojos cafés; ese chico es su hermano.
—¡Tia Mara! ¡Jaina! –dijo Jacen Solo, mellizo de Jaina e hijo de Han Solo y de Leia Organa; el joven avanzaba a zancadas con una sonrisa, Jaina avanzó de un salto y le dio un gran abrazo.
— ¡Jacen!— dijo Jaina y su mirada empezó a buscar al otro hermano— ¿Y Anakin?
— Esta con Chewie y papá en el Halcón— dijo Jacen mientras caminaban por el hangar, Mara escuchaba sin intervenir, Jaina agrandó los ojos.
— ¿En serio? ¡No quiero que empiecen sin mí!— dijo Jaina y avanzó rápidamente con su hermano, Mara se detuvo mientras la observaba irse al otro lado del hangar.

Mara soltó un suspiro del cansancio y reanudó su caminata cuando su comunicador sonó y ella al oído.
— ¿Mara? ¿Ya has llegado?
— Si, granjero— dijo Mara de manera cariñosa a su esposo, el maestro Jedi Luke Skywalker— No te impacientes, cariño; estoy en camino a casa.
— Mara, estoy en la oficina del Jefe de Estado. Creo que deberías venir, nos pidió una reunión de emergencia.
— Está bien, Luke; estoy en camino— dijo Mara cortando el enlace y enrumbando hacia las oficinas del Jefe de Estado, Borks Fey'lya

Oficinas del Jefe de Estado
Mara caminaba por los largos pasillos de cerámica del Palacio Imperial; el camino le trajo recuerdos de sus días como la Mano del Emperador. Una Mano del Emperador eran personas sensibles a la Fuerza para ejecutar misiones, todo bajo las órdenes del Emperador Palpatine.

Cuando el Imperio cayó con la muerte de Darth Sidius, Mara se sintió a la deriva, sin saber que hacer, salvo la ultima orden que le dio el Emperador "Debes matar a Luke Skywalker". Todo ese tiempo, odiaba a Luke, culpaba al chico granjero de su desgracia y cuando lo vio en Myrkr; siendo ella una contrabandista; lo persiguió por todo el bosque de aquel planeta pero luego tuvieron que trabajar en equipo para evitar el equipo de búsqueda del Almirante Thrawn.
No pasó mucho tiempo para superar ese problema y tuvo que reconocer que terminó enamorándose del Jedi, incluso recibió una espada de luz como regalo; el mismo que perteneció a Anakin Skywalker antes de convertirse en Darth Vader.
Dejó la vida contrabandista pero no su amistad con Talon Karrde y se instruyó en las artes Jedi, bajo la instrucción de Luke.
— ¿Mara?

Mara Jade parpadeó y se dio cuenta que estaba de pie ante una puerta finamente ornamentada, se giró y vio a un hombre de cabellera castaña clara, con un corte corto y trajeado de negro, Mara sonrió.
— ¿Estas bien?— preguntó Luke tocando las manos de Mara, ella asintió.
— Solo estaba…pensando pero no tiene importancia— dijo Mara, Luke solamente sonrió con los labios.
— Ya me imagino. El Jefe de Estado nos está esperando; Han y Leia también esta ahí.

Mara asintió y la pareja Skywalker ingresaron a las oficinas del Jefe de Estado.

Una sala amplia, detrás de un escritorio estaba una ventana ovalada, muy grande que se veía los aerodeslizadores cruzando velozmente por los cielos de Coruscant, en ambos lados del escritorio, estaban unos oficiales vestidos de un azul oscuro, diversos adornos en las esquinas y el Jefe de Estado se hallaba sentado pero al ver la entrada del Caballero Jedi y de Mara, se puso de pie al igual que sus dos invitados, que se hallaban sentados delante de él.
El Jefe de Estado, un bothano de extenso pelaje se acercó a Luke.
— Me complace la presencia de dos Caballeros Jedi— dijo Borks Fel'lya, Luke sabia que no era muy sincero pero no dijo nada al respecto.
— Estamos dispuestos a ayudar— dijo Luke y se acercó a saludar a su amigo y cuñado, el ex contrabandista Han Solo, con las sienes encanecidas y a su hermana melliza, Leia.
Leia después de saludar a Luke, pasó a dar un gran abrazo a Mara.
— ¿Dónde está Jaina?— preguntó la mujer que una vez fue Jefe de Estado.
— Con sus hermanos, en el hangar.
— ¿Con el Halcón?— preguntó Han y Mara asintió; Han sonrió de orgullo por su hija y los cuatro se sentaron al igual que el Jefe de Estado, colocó sus brazos en la mesa mientras miraba con un aire de gravedad.
— Tenemos un problema con el Sistema Gandria— dijo Borks Fel'lya— Hay un grupo de secesionistas y no solamente es eso; muchos jóvenes gandianos desaparecen y aún no tienen explicación. La Guardia General del planeta están estupefactos y hasta ahora no han podido dar con los culpables.
— ¿Quieres que vayamos a dialogar con ellos?— preguntó Luke y el Jefe asintió.
— Con tu conocimiento Jedi, creo que podrías solucionar el conflicto que tienen y ubicar a los desaparecidos.

Luke y Mara se cruzaron de brazos, Han se apoyó en el respaldas y miró a su mujer.
— Y nosotros ¿Qué haremos, señor Jefe de Estado?— inquirió Leia.
— Apoyarían al Maestro Skywalker…mientras él busca a los desaparecidos—dijo Borks Fel'lya, Leia frunció los labios e iba a contestar pero Han se adelantó.
— Nos encantaria ayudar pero no podemos hacerlo— dijo Han— La Reina Madre del Consorcio de Hapes, Teneniel Djo nos acaba de invitar a pasar una temporada.
— Ella tiene una hija que es muy amiga de nuestros hijos— dijo Leia.

Borks Fel'lya se agitó los bigotes, no contaba con ese imprevisto.
— Podrian…
—¿Cancelarlo? Aceptamos la invitación y nos esperan en Hapes— dijo Han y se acercó un poco más— Nuestros hijos son los más entusiasmados, no podemos decepcionarlos. Además creo que tienen embajadores que podrían hacer un buen trabajo; Leia no es la única que puede solucionar todo.
— Esta bien— dijo Borks Fel'lya juntando los dedos mientras meditaba.
— Iré yo— dijo Mara dando un paso— Aprovecharé ese momento para entrenar a mi aprendiz.
— ¿Te llevarás a Jaina?— preguntó Leia, alzando las cejas.
— ¿Por qué no? Aprenderá mucho— dijo Mara— Y no creo que sea algo peligroso.
— No te preocupes Leia, es Mara; si alguien intenta hacer daño a Jaina, tendrá que pasar por Mara primero— dijo Han.
— Está bien— dijo Leia, algo más calmada— pero se perderá las vacaciones familiares.
— Ya tendrá otra ocasión— dijo Luke y su mirada se enfocó en Borks Fel'lya.
— ¿Esta decidido?— preguntó el bothano.
— Si—dijo Luke— Irá Mara con Jaina.
— ¿Qué vas hacer tú?— preguntó nuevamente el bothano.
— Ocuparme de la Academia por supuesto. Confío en el buen juicio de Mara de solucionar este problema y ubicará a los desaparecidos.
El Jefe de Estado se puso de pie al igual que los presentes.
— Como suelen decir los Jedi: Que la Fuerza los acompañe.

Jaina bajó del Halcon, con rastros de aceite en su uniforme, cansada pero contenta de haber ayudado a sus hermanos y a Chewie en el mantenimiento de la mitica nave.
El wookie se quedó en la nave mientras Anakin y Jacen se encontraban sentados en unas cajas, tomandose unas bebidas refrescantes, Mara Jade se apareció al frente de ellos.
— ¡Tia Mara!— dijeron los chicos al igual que Jaina se acercó a su tia.
— Hola, chicos— dijo Mara con una bolsa de viaje a la espalda— Veo que tienen listo su viaje al Consorcio de Hapes.
— Todo está en orden; espereamos a papá y a mamá— dijo Anakin mientras Jacen asentia.
— Que disfruten del viaje— dijo Mara— pero tendré que llevarme a Jaina.

Jaina abrió los ojos de la sorpresa y algo de pesar se posó en su corazón, le hacia ilusión visitar a su gran amiga Tenel Ka y divertirse con sus hermanos, sorprendidos al igual que ella.
— Es parte de tu entrenamiento, Jaina— dijo Mara colocando una mano en el hombro de la adolescente— Quiero aprovechar este momento para instruirte mejor. Ya te contaré mas detalles en el Sable.
Jaina asintió, lo que quería más en su vida es convertirse en una Caballero Jedi; si Mara le pedía que la acompañase, aceptaría sin chistar. Era Mara Jade, la mujer que más admiraba, a parte de su padre Han.
— Alistaré mis cosas y me limpiaré un poco, tia Mara— dijo Jaina corriendo hacia el Halcon.
— ¡Te espero en el Sable!— alzó la voz Mara Jade y su vista se volvió a los hermanos Solo.
— Que la Fuerza te acompañe, tía Mara— dijo Jacen.
— Igualmente para ustedes dos— dijo Mara y se despidió de ellos, rumbo al Sable de Jade y esperaba que la misión no se complicase demasiado.