Prologo
Cierta noche despejada iluminada por la luna llena. Por lo menos así debería de ser en todos los lugares, menos en esa ciudad donde la tecnología se encuentra por lo menos 20 años adelantada del resto del mundo. Las luces provenientes de los edificios y lámparas de las calles son tan brillantes que eclipsan por completo a la luna. Pero eso es diferente en los callejones angostos de esa ciudad. Ahí, las luces artificiales no penetran con tanta fuerza, y la luna ilumina con su tenue luz, proporcionando una guía a los inseguros pasos de los acechados, así como de acechadores.
Un par de hombres vestidos con los uniformes de Anti-skill perseguían a toda velocidad a tres personas aparentemente desarmadas. Aquellas personas eran intrusos del exterior, y, como tales, debían ser detenidos. Para sorpresa de la autoridad, los intrusos vestían de una manera poco usual para la época del año. Se acercaba el invierno, pero esas personas, vestían utilizando faldas blancas de bordados coloridos, así como blusas cortas que siguen el patrón de sus faldas. Sin duda eran mujeres.
Las tres chicas llegaron pronto a un callejón sin salida, siendo acorraladas por los Anti-skill.
"Ríndanse ahora, no hay escapatoria" Los Anti-skill avanzaron lentamente, apuntando hacia las chicas sus armas.
Las tres chicas lentamente se dieron la vuelta, no en una señal de rendición, sino más bien, dispuestas a pelear. Una de las chicas, que llevaba en su cabello un sujetador con un adorno de pluma de ave tropical, hizo una señal a sus dos compañeras. Las otras dos chicas extendieron sus manos, haciendo aparecer en sus derechas una suerte de macana de madera con bordes de un material tan oscuro como la misma noche.
Se escucharon disparos, después un breve silencio que precedió al sonido del viento. El tenue brillo de la luna se vió reflejada en ese material oscuro por unos momentos, y a continuación, un sonido húmedo que acompañó al grito de agonía de hombres.
"Bien hecho, chicas" Susurró la mujer con el adorno de pluma en el cabello
"¿Qué debemos hacer ahora?"
"Aún no hemos encontrado nuestros objetivos"
Las voces de las dos subordinas parecían no mostrar voluntad alguna
"Créanme, que uno de ellos ya se encuentra aquí"
Frente a ellas, por detrás de donde se encontraban los Anti-skill, un chico apareció caminando desde las sombras del callejón. Llevaba en su mano derecha una daga de obsidiana, con la cual apuntaba cuidadosamente a la chica del adorno de pluma.
"Unabara Mitsuki, o más bien debería llamarte Etzalli"
La mujer no habló japonés, más bien utilizó su idioma natal, para asegurarse de transmitir su mensaje a ese chico sin que oídos indiscretos entendieran palabra alguna.
"Quién eres, pero sobretodo, ¡qué es lo que has hecho!" –Preguntó con seriedad Etzalli
"Oh, ¿esto? ¿No es ovbio? He venido a cumplir las órdenes del señor Tenamaxtli"
Etzalli miró con recelo a aquella mujer que debía rondar sus 25 años
"Capturar a esta chica" Sacó una fotografía que retrataba a cierta estudiante de Tokiwadai. Ella era conocida como la numero 3, la 'Railgun' Misaka Mikoto.
"Eso no te lo permitiré" –Gritó Etzalli mientras dirigió la luz de Venus hacia ella utilizando la daga de obsidiana. Pareció que todo estaba perdido para la chica porque apenas tuvo oportunidad de reaccionar. Sin embargo, el brillo de esa luz pronto quedó retenido dentro de algo parecido a un escudo que a la vez parecía los pétalos de una flor.
"Si, si…" -Suspiró – "Me hubieras derrotado si me hubiera alcanzado tu ataque. No cabe duda que la lanza de Tlahuizcalpantecuhtli es demasiado poderosa en manos expertas, pero, gracias a este objeto espiritual, puedo detener con facilidad ese rayo mortal… ¡que! ¿No la reconoces? Omexóchitl, Flor del atardecer, uno de los nombres de Venus" –La mujer sostenía en su mano una flor de lis.
Etzalli miró ceñudo a la mujer.
"No permitiré que pongas tus manos sobre Misaka-san"
"Eso lo veremos" –El haz de luz le fue regresado a Etzalli, el cual apenas pudo esquivarlo
"¿Qué es lo que pretenden secuestrando a Misaka-san?"
"Tú mismo lo deberías de saber, traidor. Ella, y esas dos amiguitas tuyas, fueron las culpables de que el plan fallara allá en California. Bien pueden tus amigas aún servirnos cuando las capturemos, mientras que Misaka Mikoto es un excelente médium para llevar a cabo el gran plan."
"¿Aún siguen intentando llevar a cabo eso?" Etzalli se mostró consternado
"Es unos de los fines de la organización"
"Ghh"
"He sido descortés contigo, aún no me he presentado ante ti. Mi nombre es Chicome-Ehécatl Iztac-Metzonalli, Metzonalli para abreviar" -La mujer americana sonrió siniestramente, lanzándose hacia Etzalli directo a la oscuridad del callejón, perdiéndose de vista; únicamente quedaron los cuerpos sin vida de los Anti-skill que cumplían su deber, y sus dos compañeras vigilando.
Mientras tanto, en otra parte del mundo, donde el sol aún brilla, una chica corre a toda velocidad río arriba mientras que es perseguida por tres hombres que visten un manto blanco sobre sus camisas blancas y pantalones oscuros. La escena podría decirse que es típica de no ser porque los tres llevan arcos y flechas con punta de obsidiana.
"¿por qué? Por qué me persiguen" Decía la chica, se notaba la falta de aliento en sus palabras. Una joven de unos 17 años, de cabello negro lacio que le llega hasta la cintura, ojos castaños y piel morena clara, su cuerpo ya mostraba las curvas femeninas casi desarrolladas, aunque en ese momento se alegraba de no tener el pecho tan desarrollado, así no soportaría peso adicional.
Aquellos hombres armaron sus arcos, y apuntaron a la chica. Ella observó por el rabillo del ojo la agresión. Sabía que era peligroso y arriesgado hacer lo que a continuación sucedería, pero, no tenía otra opción. Necesitaba llegar a su destino, y si era necesario hacer "aquello", lo haría.
La chica se detuvo, y se giró sobre sí misma, extendiendo su mano derecha un poco. Al tener a su izquierda el caudal del río Lerma, le fue fácil utilizar el agua para su propósito. Una pared de agua de dos metros de altura se interpuso entre ella y sus perseguidores. El agua se convirtió en hielo justo en el momento en que las flechas eran disparadas, quedando estas incrustadas en la superficie helada. Eso fue suficiente para que la chica se apartara del río y se escondiera en el bosque, perdiéndose de vista de aquellos hombres. Pero, sin saberlo, ella misma se había expuesto a un peligro más grande.
Los hombres, sin embargo, se quedaron de pie, observando el muro de hielo frente a ellos. Uno de ellos la tocó, observando analíticamente.
"Esto no es magia" –Concluyó a sus compañeros
"Entonces, significa que…"
"Así es, no es necesario ir a esa ciudad de la Tierra del Sol Naciente cuando lo que buscamos está aquí mismo en Cem-Anáhuac" –El hombre susurró algunas palabras que formaban un hechizo, y, enseguida, el hielo se derritió
"Retirémonos por el momento" Dijo el tercer hombre "Esa chica no irá a ningún lado de cualquier manera, además, enfrentarla no será tarea fácil al menos para nosotros tres, mucho menos si no sabemos que es capaz de hacer"
Pareció haber una ligera discusión, pero al final, acordaron en dejar ir a la chica por el momento. Y dos de ellos desaparecieron en medio de una cortina de humo. Pero el último que habló se quedó ahí, observando hacia el bosque.
Suspiró, y cerró los ojos. Entonces sacó de entre sus ropas un pequeño aparato: un teléfono celular miniatura que parecía más un cilindro el cual desplegaba una delgada lámina que mostraba la interfaz del aparato. Marcó un número, y, cuando comenzó a sonar el timbre de espera, el hombre llevó su mano izquierda hacia su cabeza, tirando con fuerza del cuero cabelludo, desprendiendo no solo su cabello, sino toda la piel de la cara, como si fuera una máscara, dejando al descubierto un rostro femenino, y un cabello negro ondulado hasta el cuello.
El timbre de espera pasó al buzón de voz. La exasperación en el rostro de Tochtli fue evidente. Le hubiera gustado hablar directamente, pero dada la distancia entre ellos y el modo de comunicación, se conformó de mala gana con dejar un mensaje, el cual fue dicho en japonés.
"Onii-san, soy yo, Yukito. Estamos en problemas. Es una buena noticia para ti porque es posible que no ataquen a Misaka-san, pero es malo porque ya identificaron a una sustituta más que ideal para el ritual. Mientras no se involucre a Ciudad Academia en este problema, todo estará bien si…"
Una flecha de obsidiana destruyó el celular y de paso hizo un corte en la mejilla de Tochtli.
"Sabíamos que había intrusos, pero no pensamos que se tratara de ti" –Dos mujeres aparecieron, igual de jóvenes que Tochtli. Ambas no le dieron tiempo de reaccionar. Simplemente se abalanzaron sobre ella blandiendo una espada macuahuitl en sus manos.
En el distrito 7 en Ciudad Academia, aquel que se hace llamar el director general escuchaba con interés lo que acababa de interceptar sus sistemas de espionaje.
"Interesante… "
Notas finales:
Espero que les haya agradado esta pequeña introducción de este pequeño fic que llevaba tiempo pensando y apenas me atrevo a plasmar. Gira en torno a una de las leyendas aztecas sobre el fin del mundo y en la mitología azteca en general, aparecerán los personajes que ya han aparecido: Etzalli (de la novela), Tochtli (de SS2 de Railgun) y Xóchitl (en novelas, SS2 y manga de Railgun), el resto de personajes de magos aztecas que lleguen a aparecer serán OC, justo como Metzonalli (su nombre completo significa 7-Viento Luz blanca de luna). En esta parte, Tochtli se hace llamar Yukito, entendiéndolo ella como "Conejo níveo" (雪兎 ゆきと) ya que su nombre original significa exactamente eso: conejo.
espero que no se les haga aburrido xD y espero sus comentarios, estoy abierto a todas las criticas
