Hola ¿Cómo están mis lectores? Bueno como pueden observar aquí les traigo un nuevo fic de The Gazette, se me ocurrió hace mucho tiempo pero solo ahora quise subirlo y compartirlo con ustedes aunque será cortito de pocos capítulos, esta vez el protagonista es nuestro pato Uruha, ojala que les guste y comenten.
-¡Que pares ya joder uruha has tomado mucho, para ya!-me dijo Kai mientras me quitaba la copa de sake que tenía en mis manos y que estaba dispuesto a tomarme por completo.
-joder kai devuélvemela—trate de recuperarla pero estaba tan mareado que no lo logre y me tambalee en la silla del bar en que estábamos, hace más de una hora que estábamos ahí y en el transcurso de ese tiempo ya había tomado mucho, estaba borracho pero aun así quería seguir bebiendo hasta borrar mi existencia de la Tierra.
-de verdad no puedo entender del por qué tomas tanto, ya es suficiente pagare la cuenta y te llevare a tu casa—kai saco su billetera y del extrajo varios yenes que eventualmente cayeron en las manos de un mesero—ya levántate, nos vamos.
-¡no quiero! Me quiero quedar aquí toda la noche—coloque mi cabeza en la mesa y trate de dormir pero no pude ya que Kai me agarraba y me obligaba aponerme de pie—Kai ¿Por qué esta vida es tan cruel?—le pregunte mientras pasaba un brazo mío sobre sus hombros para apoyarme ya que sentía que todo mi cuerpo se tambaleaba, o que el piso se movía.
-Kouyou me hubieras dicho que planeabas tomarte todo el bar así hubiera traído mi auto, joder Takashima sí que pesas—kai se quejaba y caminaba lentamente conmigo, yo apena daba pasos, no sabía dónde pisaba y todo me daba vueltas.
-primero que nada no me hubieras traído a un bar.
-tu estuviste todo el día pidiéndome que te acompañara, era desesperante por eso acepte, ahora no me eches la culpa, tendremos que tomar un taxi. —dijo kai.
-quiero caminar—lo mire pero como ya estaba oscuro y mi mente estaba revuelta no pude ver su rostro.
-aunque quisieras no podrías, prácticamente te estas arrastrando ahora—sonó su teléfono y lo contesto como pudo—bueno…
No escuche lo que dijo tenía mi mente en otro lado, observaba las luces y de repente cerré los ojos, al abrirlos me encontré con que kai me metía en un taxi y me decía unas cosas como bájate en tu casa, el conductor ya tiene tu dirección y no sé qué más me dijo ya que el alcohol me bloqueaba todo pensamiento coherente y también mi concentración, después vi como él le pasaba unos yenes al chofer y este ponía en movimiento su coche; creo que me quede dormido un rato y cuando abrí los ojos aun me encontraba en el taxi con una velocidad constante, mire al conductor quien era un señor ya anciano que tenía una chistosa barba blanca.
-¿A dónde me lleva?—le pregunte mientras me sentaba mejor en el asiento trasero.
-lo llevo a su casa señor, ya estamos cerca, su amigo me dio la dirección y ya me pago el viaje. -dijo el con una voz amable.
-joder ese bastardo…le dije que quería caminar—mire para el exterior—para, me quiero bajar.
-señor ya estamos cerca.—lo ignore por completo y abrí la puerta aun con el auto en movimiento, cuando el chofer me vio para el carro de inmediato y en ese momento aproveche a bajarme dejándole unos billetes en el asiento.
-me iré caminando y no me molestes más—le dije mientras avanzaba y me subía a la vereda y me apoyaba en la pared, todo me giraba pero aún me mantenía de pie avanzando lentamente con ayuda de la pared mientras tarareaba una canción que se me vino a la mente, tropezaba a cada 7 segundos pero no me caía-¿Por qué?... ¿por qué la vida es tan triste?—preguntaba a la nada mientras avanzaba en la oscuridad, deberían haber sido las 3 de la mañana ya que no había nadie más que yo y el frio del otoño-¿Por qué me hiciste esto?...—de un mal paso caí muy pesado al piso y sentí como las lágrimas aparecían en mis ojos, trate de reincorporarme pero no pude, mi cuerpo estaba muy pesado y solo pude quedarme sentado apoyando la espalda contra la pared mirándome la sangre de la herida que me hice en la mano izquierda por motivo de la caída; ya rendido sabiendo que no podría seguir avanzando cerré mis ojos y muchos recuerdos se vinieron a mi mente recuerdos que no eran agradables y comenzaba a desesperarme.
-o…ye…-de lejos en medio de toda mi pesadilla escuchaba una voz no muy clara-…des…despi…erta—no sabía quién era pero era una voz dulce-...ta…despi…-se sentía tan real-… ¡despierta!—abrí mis ojos y al frente de mi vi a una mujer joven, quizás más joven que yo y estaba hablándome y moviéndome un poco, me quede helado, ¿Qué hacia ella?—despierta—me dijo-¿te encuentras bien? ¿Qué haces aquí a estas horas?
-¿eres un ángel?—fue lo único que se me vino a la mente mente cuando la vi y la observe a la luz de la Luna, ella era hermosa, su pelo castaño oscuro y sus ojos verdes, creo que verdes ya que la luz no me acompañaba mucho.
-¿eh?—me quedo mirando—no, no soy un ángel… ¿Qué haces aquí?—me hablo de forma amable—oh estas sangrando—vi como buscaba algo en sus cosas, un pañuelo y lo envolvió en mi mano herida. —sentí que toda mi borrachera se desvanecía, el rose de su mano con la mía fue una sensación indescriptible, no me salían palabras así que solo me limite a observarla como aun cubría mi mano—no tengo nada para curarte ¿vives cerca?
-ah… si a dos cuadras más—trate de levantarme, pero como antes no me pude mi cuerpo.
-no puedes levantarte, déjame ayudarte—me ayudo a pararme, yo no me resistí, junto a ella por algún motivo me sentía bien, a pesar de que fuera una completa extraña me sentí aliviado y protegido por unos momentos— te llevare a tu casa.
Caminamos a paso lento ya que mi cuerpo era mayor y más alto que el de ella pero aun así tenía fuerza para sostenerme, cuando llegamos a la puerta de mi casa saque la llave y trate de meterla pero con mi pulso de ebrio y nervioso no podía así que ella tomo la llave y abrió la puerta.
-ya está, ahora estas en casa—me sonrió y entrego mis llaves—deberías ir a descansar para que se te pase la borrachera—rio—ahora yo me voy ya es tarde—se dio la vuelta y comenzó a caminar.
-¡espera!—conseguí decir, ella paro y me miro.- ¿Cuál es tu nombre?
- Mitsuki—después se fue corriendo y yo como no tenía equilibrio no pude ir detrás de ella, sentí una necesidad de volver a escuchar su voz y me sentí vacío cuando desapareció en la oscuridad de la noche, entre a la casa cerrando la puerta y me tire de inmediato a la cama pensando en aquella misteriosa muchacha que me había ayudado, sacándome de mis pesadillas, vendando mi herida y trayéndome a casa y con su voz calmándome… Mitsuki…la chica que conocí a la luz de la luna, con eso en mi mente me dormí profundamente.
