Love Live!

Ella es fuego ardiendo

Disclaimer: Love Live! Pertenece a su creadora Sakurako Kimino y a ASCII media works junto con Sunrise.

NdelA: ¡Hola! Pues aqui traigo la primera parte de esa pequeña historia TsubaHonk que tenía en mente, ya que no fue tan popular el YouRiko. Bue… ya habrá otra oportunidad para hacer YouRiko. Esta ira en tres partes, tengo underconstruction la segunda y en mi mente la tercera que será solo el epilogo. Espero les guste. Hace falta más TsubaHonk en el mundo.

— o —

Me desperté de golpe apenas levantando mi torso de la cama donde había estado durmiendo boca abajo. Por alguna razón que aún desconozco, esto porque mi mente aún sigue dormida, no sé qué demonios hago desnuda sobre la cama del cuarto de hotel donde la compañía nos tiene hospedados. De lo que si me doy cuenta, además de mi desnudez, es que tengo un insistente y pulsante dolor enmedio de mis piernas, también en mis muslos y en general en todo mi cuerpo. Tal parecía que me habían dado una paliza de lo adolorida que me sentía.

Me dejé caer de nuevo sobre la almohada y percibí un pequeño aroma de un perfume que no conocía. Era dulce, como el olor del pan recién horneado de naranja. Abrí de nuevo los ojos viendo el ventanal de la habitación, la noche se asomaba desde afuera. ¿Había tenido un sueño? Mi mente aún se negaba a recordar nada sin embargo empezaba a acosarme un agudo dolor en la cabeza que no me dejaba concentrar mis ideas para saber qué había sucedido.

Renuncié a la calidez de las sábanas blancas de mi cama yendo hasta el cuarto de baño. El interior olía aún más a ese perfume que estaba presente en la almohada. La gran bañera estaba llena de agua con una solución de sales y esencias que emitían su olor a todo el lugar. Me acerqué a la tina sin poder recordar aún. Tal vez había bebido demasiado anoche para provocarme un cortocircuito en el cerebro y apagar mi memoria de esa manera.

Solo esperaba que mi manager o alguna de las otras chicas del grupo no se hubieran dado cuenta de mi juerga o al menos no hubiera hecho demasiado alboroto del que la prensa se enterara.

Vi mi reflejo en el espejo de cuerpo entero del baño y me di cuenta de los moretones y marcas de uñas y dientes que surcaban mi piel. No parecía haber parte donde no existieran ellas. Mi cabello castaño corto estaba desordenado, mis ojos verdes se notaban cansados pero con un extraño brillo que no había visto antes en ellos y entonces me di cuenta.

Tenía un parche a medio arrancar en mi clavícula. ¿Qué diablos era eso? Con cuidado, esto porque dolía bastante, retire la gasa y la cinta adhesiva dejando al descubierto el tatuaje que tenía en él. No era muy grande, pero tampoco demasiado pequeño. En color naranja estaban delineadas tres letras.

"KH"

Y debajo de esta se podía ver la tercera, una letra griega que representaba a μ con un apóstrofe y una s.

"μ's"

—Mu's —exclame en voz alta aún ronca por el esfuerzo que mis cuerdas vocales habían tenido también.

Trate de hacer memoria para recordar en qué momento me había hecho ese tatuaje. Lo único que pude sacar de mi esfuerzo fue el aumento del dolor de cabeza e imágenes inconexas de mi en una silla con un tipo escribiendo sobre mi con una máquina tatuadora.

Dejé el tema por la paz.

Me metí en la bañera cerrando los ojos intentando relajarme y poner en blanco mi cabeza para aplacar la ira del dolor de la resaca. Pasaron algunos minutos. Exactamente no se cuanto me tomó pero de pronto sobre mí se precipitaron todos los recuerdos. Cada memoria del día anterior y del anterior a ese. La constante en este delirio fue esa hermosa sonrisa contagiosa, el color castaño rojizo de una linda cabellera y unos ojos azules que me miraban con insistencia.

Salte de la bañera poniéndome una toalla para secar un poco el agua sobre mi cuerpo y volví a la habitación. Todo el torbellino me golpeó sin piedad. Esta chica y yo teniendo sexo por toda la habitación sin ningún reparo. Una lámpara rota, los cojines del sofá tirados, botellas de champagne y mi ropa esparcida por todos lados. Eso fue salvaje. Ella fue salvaje. Una gran sonrisa se plantó en mi cara.

—¡Oh espera! ¿Dónde está ella? —dije a la nada y comencé a buscarla por todo el lugar.

No había ningún rastro de su presencia, sólo su aroma y noté también que mi chaqueta blanca no estaba por ningún lado, seguramente se la había llevado.

Un profundo sentimiento de desesperación empezó a nacer de mi interior. ¿Donde estaba la chica con el cabello como rayos de sol?

Lo único que me quedaba era su imagen sobre mi cama, ella desnuda con sus cabellos rojizos esparcidos sobre la almohada bañada en sudor y con los rayos del amanecer sobre su piel haciéndola brillar como nunca había visto a nadie hacerlo antes. Podría decir incluso que era ella quien emanaba esos rayos cálidos que me deslumbraron los ojos y calentaron mi cuerpo por unas pocas horas.

—¡Necesito encontrarla! —grité con la naciente urgencia.

Me vestí a toda prisa poniéndome un pantalón de mezclilla, una camiseta negra con el nombre de un grupo de rock extranjero y al buscar mi chaqueta me golpeé la cara por olvidar que la niña misteriosa se la había llevado, así que fuí hasta la sección de mi armario donde tenía otra en color azul marino estilo militar.

Salí de mi habitación para ir a buscar a Anju y Erena, necesitaba su ayuda en este predicamento.

Llegué hasta su habitación no sin antes saludar a los guardias que vigilaban nuestro pasillo. Como siempre mantenían su actitud de seriedad sin responder a mi saludo, seguramente Hiro-san, nuestro manager, les había llamado la atención por mi causa.

Entre sin llamar a la puerta. Anju estaba en la sala mirando televisión, tenía la cabeza recargada contra el respaldo del sofá y antes de acercarme pude oír claramente, aún por encima del sonido de la televisión, unos jadeos que provenían de ella.

—¡Oh vamos! ¿Tienen que hacer eso a esta hora? —exclame y de detrás, o el frente según la perspectiva, levantó la cara Erena limpiándose la boca sin mostrar ningún pudor.

—Eres tú la que viene a interrumpir —una malhumorada Anju se subió los pantalones—. Es más, después de tu numerito del otro día ni siquiera deberías venir a vernos.

—¿Qué diablos? —puse mis manos en mis caderas, seguía sin recordar del todo los días anteriores, lo unico que tenia era el rostro de la chica pelirroja.

—Hiro-san está furioso contigo —levante una ceja mirando a Erena que se sentaba en otro extremo del sofá—. Le has dado un gran dolor en el trasero con todo lo que hiciste.

—¿Y qué rayos hice que fue tan malo? —ambas me vieron escépticas y me senté en el respaldo del sofá subiendo los pies al asiento.

—¿Bromeas? —Anju dijo incrédula—. ¿Que coño te metiste ahora Tsubasa?

Lo pensé un poco poniendo un dedo sobre mi mentón.

—Solo un cigarrillo de marihuana —eso era normal, me fumaba uno antes y después de cada concierto pero nunca había tenido problemas con eso—. ¡Oh espera! Esta chica rara que parecía gato, una de los de sonido, me invitó de su dotación. Una pequeña pastilla roja —Anju se palmeó la cara y Erena sólo bufó.

—¿Aceptas drogas de desconocidas? Ahora veo porque Hiro-san quiere matarte —me reí con nerviosismo ante el comentario de Erena.

—¿Qué pudo haber sido tan grave? —me rasque la mejilla.

Anju fue hasta la mesa del living y me tiró encima un montón de revistas y periódicos del día. Comencé a revisarlos. El primer encabezado decía "Estrella de rock descontrolado las calles". Bueno eso no era tan grave.

—Esto no dice nada fuera de lo común —Anju se exaspero y buscando entre el bonche me entregó una que sí parecía más grave.

Era mi foto en primera plana siendo jalada por una chica de cabello castaño rojizo a la que no se alcanzaba a ver el rostro por una de las calles concurridas de Akihabara. El título decía "Ídolo del rock atrapado en situación vergonzosa con fan". Debajo venía una reseña sobre mi en un restaurante de comida rápida, un karaoke y una sala de tatuaje. Al parecer había vandalizado uno, armado un escándalo en otro y me había tatuado en el último. En todas las fotos la chica que me acompañaba no se le podía apreciar su cara pero si la mía y parecía haberme pasado más que excelente toda la odisea.

—Ha sido una pesadilla con la prensa para Hiro-san —Erena habló haciéndome levantar la vista de la revista—. ¿Quien rayos era esa chica y por qué la seguías a todos lados? —las dos se quedaron esperando una respuesta.

—No lo sé —encogí los hombros—, honestamente esperaba que ustedes me ayudarán a encontrarla.

—¡Estas loca! —Anju me gritó exasperada.

—¡Por favor! —supliqué—. No sé quién es y no recuerdo todo sobre esto pero se que la pasé genial con ella y ¡Dioses! Ella hace cosas increíbles en la cama.

—¡Agh! Tus detalles sucios me son irrelevantes —mire con mala cara a Erena que era quien menos me podía decir algo al respecto después de encontrarla teniendo sexo oral con Anju.

—Como sea no puedes volver a verla y reza porque no vaya con la prensa a terminar de vender este escándalo o nuestra carrera se acabó —Anju me amenazó poniéndome un dedo en la cara.

—¡Chicas! Somos ídolos de rock, es casi nuestro deber religioso hacer desmanes —alcé las manos al cielo y recibí un cojín en plena cara lanzado por Erena.

—¡Eres una líder irresponsable! —Erena me gritó ahora y Anju le dio la razón—. Te vas a olvidar de esto y se acabó.

—Pero… —trate de poner mi mejor cara de suplica pero no funcionó.

Después de esa conversación no hubo grandes avances. Hiro-san me prohibió terminantemente cualquier interacción con algún fan o con cualquier persona fuera de nuestro grupo de trabajo. A la prensa se le dijo una mentira sobre mi desliz y se buscó aplacar por algún tiempo las aguas. Me encerraron bajo llave y no tuve más que rumiar una y otra vez para armar el rompecabezas que mi memoria era.

Me obsesione con ella, la chica de cabello rojizo. Era un enigma para mi. Soñaba con ella y con sus manos, con sus labios y su sonrisa. Era completamente frustrante despertar cada mañana y que la luz del día me la recordará constantemente. Debía hacer algo o el encierro y su recuerdo me volverían loca. Así que use toda esa frustración para comenzar a componer de nuevo música, de todos modos debía empezar a trabajar en el nuevo disco.

Hoja tras hoja fui llenando de notas, trozos de melodías esparcidos por el suelo, mi guitarra al cuello rasgando las cuerdas haciéndolas emitir su sonido para crear canciones una tras otra. Poco me importaba mi apariencia o el desorden a mi alrededor, debía simplemente sacar cada idea, cada acorde y las letras que en mi cabeza se habían formado.

—¡¿Qué maldita cosa se ha apoderado de ti?! —Anju llegó un día con Erena detrás de ella a mi habitación encontrándose con el lamentable escenario que era yo y el lugar.

No les preste mucha atención, aún estaba tratando de escribir el final de esa estrofa para que la canción estuviera terminada.

—Realmente te afectó esa chica —Erena estaba leyendo algunas de las hojas con anotaciones que estaban esparcidas por el suelo.

Toque la canción cantando la estrofa y ellas dos me miraron con extrañeza en silencio. Aún después de que rasgue la última nota siguieron mudas.

—Esta debe ser el primer sencillo —Anju comenzó a ordenar los papeles y Erena se los quitó de las manos.

—Necesito encontrarla —dije apenas en un susurro y ellas me dieron la razón.

—¿De donde sacaste ese tatuaje? —dijo Anju acercándose a mí para ver la marca en mi clavícula, había olvidado que tenía el torso desnudo, únicamente vestía unos jeans desgastados y mi guitarra al hombro. Ni siquiera me acordaba de vestirme apropiadamente.

—Es un recuerdo de ella —le contesté—, creo que son sus iniciales o algo así… no lo sé.

—¿Te tatuaste su nombre? En definitivo esta chica te afecto el cerebro —Erena apenas levantó la vista de las hojas que estaba revisando—. Pero tengo algunas ideas con esto para el arte del disco.

Erena le mostró a nuestro manager las canciones y preparamos una pequeña muestra. Hiro-san estaba complacido con ello diciendo que teníamos un éxito asegurado. No tardó en conseguirse un estudio y comenzamos a grabar. Fue un proceso intenso pero satisfactorio, mi única meta era que ella escuchara mi canción y supiera que aún la tenía presente y pudiera encontrarla de nuevo.

Anju y Erena se encargaron del arte del disco y las ideas para el vídeo promocional del primer sencillo. Usaron algunas de las cosas que les dije sobre mi aventura con la chica responsable de todo eso. En un tiempo récord el disco estaba listo y ya estábamos en el primer día de grabación para el vídeo.

La historia iría así, Anju y Erena me acompañarán en el fondo como espectadores durante mi carrera contra el tiempo tratando de encontrar a una chica de cabello castaño rojizo que se escapaba de cada lugar a donde llegaba a buscarla. Siempre que parecía que estaba por atraparla ella se esfumaba de mi presencia sin que pudiera hacer nada mientras repetía las letras de la canción.

"¡Woooo! ¿En donde está ella?

¿Alguien que sepa encontrarla?

Necesito volver a tenerla,

Mi cabeza da vueltas,

Sin poder controlarla."

"Sus labios son droga

Que quemó mi existencia.

Ella brilla radiante como el sol,

Su sonrisa calienta mi corazón."

"¡Wooo! ¿En donde está ella?

¿Alguien que sepa encontrarla?

Como humo se escapa

Y consume mi alma,

Soy sólo de ella."

"¡Wooo! Ella es sólo fuego ardiendo

Su sexo es todo fuego ardiendo

Y yo me quemo en su cálido infierno

Sufriendo por querer tenerla de nuevo."

La extra hizo un gran trabajo y por un instante realmente creí que era la chica de mis sueños. Le agradecí por su trabajo pero no fue la misma experiencia. En nada sus manos o sus labios eran los de ella, sólo era una mera imitación que ni siquiera brillaba un poco de la forma en que ella, mi hermosa desconocida, lo había hecho ese día. Me había arruinado para el resto del mundo.

Simplemente la despedí luego de sus servicios y me derrumbe sobre mí sin saber qué más hacer. La necesitaba demasiado.

Así sin darme cuenta llegó el día del estreno del primer sencillo de nuestro álbum, nos presentariamos en un evento masivo para la televisión donde diversos grupos de diferentes géneros asistirían para promocionarse con mayor impacto. Era un evento semestral de gran aceptación en el público y muchos lo utilizaban para lanzar sus canciones.

Estaríamos en el medio del programa como uno de los grupos fuertes del cartel. Teníamos una gran popularidad entre los y las adolescentes. Un trío de chicas cool tocando instrumentos de rock con buena música y una legión de fanáticos que nos mantenían siempre en el top de las listas. Este sería nuestro tercer disco de estudio.

Pero bueno, esto no tendría relevancia sino fuera por lo entusiasmada y nerviosa que estaba de presentar la canción que esperaba me hiciera volver a encontrarme con ella cuando la escuchara y la hiciera venir a mí. Apenas y pude vocalizar antes de subir al escenario con lo terriblemente estresada que estaba. Anju y Erena me querían amarrar a una silla para que dejara de brincar de un lado al otro del camerino, ni siquiera mi usual cigarrillo relajante me calmó las ansias. Cuando al fin nos llamaron para nuestra presentación, salí corriendo hasta el pie del escenario.

Había otros grupos allí también, el que acababa de presentarse venía bajando del escenario por el otro extremo, un grupo de Idols de algún anime que estaba promocionándose, y otro grupo más esperaba su turno para subir después de nosotras. No preste mucha atención a quienes eran aunque algo en el grupo que iría luego de nuestro show me hizo voltear a mirarlas.

Una niña de cabello naranja y ojos amarillos me saludaba de manera entusiasta sólo que no la reconocí y no tuve tiempo de pensar en eso cuando nos hicieron la señal de apresurarnos a subir y gente del staff nos empujaba al escenario.

Teníamos tres canciones para nosotras, dos serían las más populares de nuestro disco pasado y por último el single de este. Detrás de nosotras en las pantallas gigantes proyectaron el vídeo de la canción mientras interpretamos la misma. El público respondió muy bien coreando nuestras letras. Mi mensaje estaba allí.

—Esta canción tiene un significado muy especial para mí —comencé a hablar a la audiencia en el estadio—, se que en algún lugar de este país hay una chica que inspiró esta canción y quiero que ella la escuché. ¡Chica radiante como el sol! —alcé el puño y el público gritó conmigo—. ¿En donde está ella?

Anju golpeó sus baquetas dando el conteo he iniciamos la canción con el primer acorde del bajo de Erena, mi guitarra y los latidos descontrolados de mi corazón.

Nos despedimos con una reverencia y una persona del staff nos señaló la salida. Solo que por alguna razón que no alcanzaba a comprender me quedé al pie del escenario esperando algo. Cualquier cosa o señal. No sabía que. Solo me quedé allí parada viendo como desmontaban nuestros instrumentos y dejaban libre el lugar para el siguiente grupo. Anju y Erena fueron a mí pero no me hicieron moverme de mi sitio.

Un grupo de chicas saltó al escenario, eran las mismas que había visto antes. Allí estaba la niña de cabello naranja, como una revelación recordé donde la había visto antes. Ella era la persona que me había dado aquella pastilla roja y con la que había compartido mi cigarrillo el día que conocí a la mujer que me tenía de cabeza. Las chicas trataron de llevarme pero ahora que sabía aquello no podía irme así. Me libré de sus manos y me aproxime más al escenario. Estaba absolutamente hipnotizada por la música de fondo y lo que mi corazón anhelaba fuera a suceder.

De enmedio de ellas, en el centro, una figura emergió. Me quedé congelada. Estaba completamente petrificada. Era ella. Sin duda era ella. Su voz comenzó a sonar, la melodía de una canción que se me hacía ligeramente conocida.

—¡Eso es! —grité emocionada al recordar de donde, aquella era la canción que me había cantado en aquel karaoke—. ¡Es ella! ¡Erena, Anju, es ella! —dije tomándolas de los hombros y zarandeandolas con fuerza.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —Anju miró al escenario—. ¿Mu's? ¿Desde cuando te gusta la música basura de pop?

—¿Las conoces? —me giré hacia ella entusiasmada y a la vez confundida.

—No realmente, he oído hablar de ellas. Últimamente su grupo ha tenido bastante auge —tanto Erena como yo la miramos incrédulas.

—Tú viste mi tatuaje, sabes que es de ella y su grupo —la vi queriendo no creer que ella lo supo todo el tiempo y no me dijo nada—. ¿Tú lo sabías?

—¿Anju? —Erena también se unió a mí pidiendo una explicación.

—No lo sabía —se dirigió a Erena—, sino hasta después de ver su tatuaje y por casualidad mirar un programa de tv —dijo y me sentí traicionada—. ¡Vamos! Es una chica pop de un mundo rosa, ¿qué diablos vas a hacer con ella?

—¡Lo sabías y no me dijiste nada! —empezaba a cabrearme y golpeé una bocina con mi puño.

—¡Calmate! —Erena me llamó la atención—. Lo hizo por tu bien. ¿Sabes la clase de escándalo que sería eso?

—¿Acaso eso me ha importado alguna vez? —la desafié—. Me vale tres galaxias de madre si ella es una pop idol, yo la quiero para mí.

Ellas se miraron en silencio como haciendo un acuerdo y después fueron hasta mí para tratar de llevarme por la fuerza. Forcejeamos. No iba a renunciar tan fácil ahora que la tenía a mi alcance. Escuche su voz en la lejanía, estaban en la presentación de sus integrantes y ella dijo su nombre, Kousaka Honoka. Bueno ahora sabía que significaban la KH. Logré zafarme del agarre de Erena y Anju y corrí hasta el borde del escenario. Mis compañera me siguieron de cerca.

—¡Entiendalo! —les grite cuando quisieron volver a llevarme a rastras con ellas—. ¡La amo! ¡La necesito!

Ellas aflojaron sus manos mirándome con preocupación. Podía ver cómo en sus ojos había una lucha sobre qué debían hacer. Volví a suplicar y al final Anju cedió y con ella Erena también lo hizo.

—¿Realmente la amas? —me preguntó Anju como si mi respuesta fuera a ser la definitiva para hacerla decidir.

—Con todas mis fuerzas —le dije segura sin apartar mi ojos de los suyos.

Nos quedamos así hasta que exhaló rindiéndose. Sonreí.

—Entonces ve por ella —fue lo que pronunció—, pero no sobre el escenario idiota —me detuvo al ver mi intención de irrumpir en medio de su show—, espera a que baje de allí.

No tardaron mucho más, habían terminado su última canción y venían hacia nosotras. Mi corazón latía acelerado con la expectativa de volver a tenerla cerca y poder tocarla, ver que era real y no solo un loco sueño producto de las drogas y una noche de licor.

Sin embargo las cosas no salieron del modo que esperaba.

—¿Qué demonios haces aquí? —una chica rubia dijo viniendo sobre mí en actitud amenazadora.

—No eres bienvenida —otra chica de cabello azul cobalto la siguió y entre las dos me retuvieron.

—¡Honoka! —grité por enmedio de las dos.

La chica de mis sueños sólo saltó y otra compañera de su grupo, una pelirroja, la jalo para llevársela. La estaban alejando de mí y eso no lo iba a permitir.

— o —