No sabía que esperar. Tal vez algún edificio blanco al lado de un lago o de montañas nevadas o quizás alguna fachada de mármol de aspecto médico con una placa de oro laminado en la pared. Lo que realmente no esperaba era pasar rápidamente delante de un modesto cartel de madera con el nombre del edificio (igualmente modesto) al que pensaba que me dirigía. Si hubiera parpadeado, me lo habría perdido así que giré mi cabeza sólo para asegurarme de que ese era el lugar.
- Disculpe señor. Creo que se pasó mi parada.
El conductor bajó la mirada por un segundo, y luego regresó la vista hacia el espejo retrovisor. "No señorita, aquí dice que la tengo que llevar al hospital local tan pronto como sea posible."
Me recosté ligeramente en el asiento, completamente confundida. "¿Hospital?"
"Sí. Estamos a unos minutos de llegar"
Cuando fui capaz de tomar mi teléfono para marcarle a la señora Traynor, habíamos llegado. Corrí rápidamente hacia el edificio, hasta la recepción. La mujer detrás del mostrador parecía saber exactamente a quién estaba buscando incluso antes de que le pudiera decir el nombre de Will.
Me condujeron al elevador, bajamos hacia un pasillo de color blanco brillante y finalmente entramos a un área marcada como Cuidados Intensivos.
Dudé fuera de la puerta, sin saber qué esperar dentro, antes de que mi respiración se normalizara camine hacia el interior.
A la primera persona que vi fue a la señora Traynor.
"Louisa", exclamó, levantándose de la incómoda silla en la que estaba sentada.
Mi expresión debe haber reflejado mi confusión. "¿Qué-?
"Will ha estado enfermo" fue todo lo que dijo antes de que yo diera el último paso y entrara completamente en la habitación.
Noté la cama primero, Will parecía estar perdido entre tanto equipo médico a su alrededor. Nos miramos a los ojos y mi corazón simultáneamente se rompió por él y saltó de alegría porque aún estaba vivo.
Nos miramos el uno al otro por un momento antes de que la mirada de Will se dirigiera a su madre. "Me gustaría hablar con Lou. ¿Está bien?"
"Por supuesto", respondió la Sra. Traynor, rápidamente agarró su bolso y le pidió a su marido y a su hija que la siguieran.
Sentí al Sr. Traynor colocar su mano sobre mi hombro mientras pasaba tratando de darme una sonrisa agradecida. Volteé a ver a Will, mi mirada interrogante pareció ser suficiente para él.
"Infección," me explicó sin que le preguntara. "Vejiga, posiblemente también riñón. Todavía no están seguros."
Su voz era suave, pero firme. Su rostro inexpresivo.
Me quedé allí, sin pensar, sin moverme, hasta que de mi corazón escaparon verdaderas palabras. "Te extrañe."
"Ven aquí." Y entonces dudé. "Por favor. Ven. Aquí, a la cama. Junto a mí."
Hice lo que me pidió, teniendo cuidado con los tubos y cables, me acurruqué a su lado. Apoyando mi cabeza en su hombro, busqué su mano buena, la derecha y él entrelazó nuestros dedos.
Mi silencio debió alertarlo, siempre era tan malditamente bueno leyendo mi mente. "Empecé a sentirme mal poco después de que llegamos", comenzó. "Empeore muy rápido. Al parecer no se dieron cuenta del aumento de mi temperatura y de mi presión sanguínea, cerca de la 1am, estaba realmente grave".
Me moví un poco, levantando la cabeza solamente para verlo mejor. Nos miramos a los ojos y tragó saliva. "DA. Comencé convulsionar y llamaron a una ambulancia."
Me apoyé en mi codo y lo miré suplicante. "¿Tuviste una convulsión?"
"Eso dicen" respondió Will con indiferencia. "No recuerdo mucho, sólo que desperté esta mañana con un mareo de los mil demonios".
Mis ojos se abrieron y seguro hice una expresión cómica porque juro que vi un tic jugando en la esquina de los labios de Will. "Ya me había pasado una vez, sabes. Al principio." Y de inmediato mi mente se dirigió a la historia que Nathan me contó sobre el episodio anterior de Disreflexia Autonómica que tuvo Will hace más de dos años y que también lo había llevado al hospital, aunque no pude recordar que mencionará ninguna convulsión. "Sin embargo, irónicamente, me he salvado en ambas ocasiones."
Sentí su pulgar acariciar mis nudillos y mis ojos se llenaron de lágrimas al instante. Will sonrió sinceramente. "Vamos, Clark. No hagas eso."
El chirrido de la puerta al abrirse nos sorprendió a ambos. "Hijo," dijo el Sr. Traynor, entrando. "El señor Alhstrom vino a verte."
De pronto sentí a Will tensarse debajo de mí, así que coloqué su mano a un costado y lentamente me deslicé de la cama. Preguntándome en silencio, quién era ese señor Ahlstrom y que quería con Will.
Un hombre bajo, de mediana edad entró junto a la señora Traynor y Georgina. "Señor Traynor," el hombre saludó amablemente. "Espero que se esté recuperando muy bien."
Por las expresiones en las caras de los Traynor, inmediatamente me di cuenta de quién era este hombre y sentí que mi corazón se hundía hasta mi estómago. "He venido esta noche como una cortesía hacia ustedes y para recordarles de la cláusula en nuestra política que establece que, si una sesión se cancela, por cualquier razón, con menos de veinticuatro horas de anticipación, dicha sesión es anulada y el proceso tendrá que reiniciarse "
"¿Qué está diciendo?"
El Sr. Alhstrom se aclaró la garganta nervioso. "Debe volver a enviar su solicitud para aprobación-"
"Maldita sea," escupió Will. "Tiene que ser una broma." Se detuvo un momento antes de mirar de manera acusatoria a su familia. "Muy bien, ¿quién de ustedes lo convenció de hacer esto?"
La señora Traynor se quedó sin aliento. "¿William?"
"Puedo asegurarle, señor Traynor, que nadie me convenció de hacer esto, como usted dice. Nuestras políticas están claramente expresadas en el contrato que firmó. Esta cláusula está en la página tres"
"No", Will se negó. "No me iré hasta que este hecho. Estoy aquí ahora. Estoy listo-"
Pude ver la ira acumularse dentro de él, el rubor de sus mejillas, sus respiraciones cortas, y entré en pánico. "Will," lo llame con desesperación.
Parecía haber olvidado por un momento que yo estaba allí, porque cuando me miró pareció calmarse un poco, lo suficiente como para preguntar. "¿Cuánto tiempo llevará esto?"
"Una vez que se haya recuperado, puede reenviar su solicitud, si se aprueba, tardaría alrededor de dos o tres meses. No más de seis"
"Esto es jodidamente ridículo!" Todos los ojos estaban fijos en Will. Estaba casi histérico. "¿Si se aprueba? ¿Quiere decir que, dentro de seis meses, pueden rechazar mi solicitud? Una puta solicitud que ya había sido aprobada-"
Temiendo que su presión arterial se disparara de nuevo y que incluso pudiera sufrir un derrame cerebral en esta ocasión, la señora Traynor rogó a su hijo que se calmara. "Y Georgina, ve a buscar a una enfermera, ¿quieres?"
"Lo que estoy diciendo es que una decisión como esta nunca debe tomarse a la ligera y que existen requisitos. Debe primero tener la mente y el cuerpo sanos"
"Le puedo asegurar una cosa, Sr. Alhstrom, este cuerpo nunca estará sano"
"Will, dame los seis meses."
Él me miró, entrecerrando los ojos con confusión. "¿Qué?"
Di un paso más cerca, subiéndome al borde de la cama y tomando su mano. "Dame estos seis meses", repetí, con mucha más confianza.
"¿De qué estás hablando, Clark?"
Me enderecé y puse mis manos alrededor de él "Tienes que volver a casa para recuperarte. Dame seis meses y podemos continuar donde lo dejamos. Puedes volver a enviar la solicitud y mientras esperas la respuesta, podemos terminar todas las cosas que no tuvimos oportunidad de hacer. Dame hasta marzo, hasta el tercer aniversario del accidente. Si- "
"Esos son siete meses." Su voz era casi un susurro.
"¿Qué?"
"Para el tercer aniversario del accidente faltan siete meses, cinco días."
"Will, por favor."
"No, Clark."
"¿Por qué no?" pregunté, sin esperar una respuesta. "¿No ves lo que es esto, Will? Es otra oportunidad-"
"No, esto es solamente el mundo burlándose de mi otra vez." Suspiró profundamente, con la cara tensa y los dientes apretados. "Debería estar muerto-"
"Sí deberías," admití con rapidez, y sus ojos se abrieron de golpe. "Deberías haber muerto muchas veces. Prácticamente has resucitado dos veces después del accidente." Vi su cara de sorpresa al saber que conocía esa información y podía imaginar que la expresión de su madre era prácticamente la misma. "Deberías haber muerto durante tu último ataque de neumonía, después de tu intento de suicidio. Deberías haber colgado los tenis dos veces ya y deberías haber muerto a las tres y media de la tarde de ayer." Apreté suavemente su mano para dar énfasis y le di una sonrisa llorosa mientras decía en voz baja, "Pero no lo hiciste."
No hubo el más mínimo cambio en su expresión, lo que me dio la confianza para continuar. "Ahora no sé si tienes en el ADN algo de gato o en realidad sólo tienes nueve vidas, pero sigues vivo debido a alguien, a algo, hay alguna razón para que estés todavía aquí."
Se burló de mí y me di cuenta de que habría soltado su mano de la mía su hubiera podido. "¿Qué? ¿Dios? ¿Una intervención divina?"
"No sé", respondí, con una ligera sonrisa mientras me encogía de hombros. "Todo lo que sé es que tienes otra oportunidad. Por favor, di que la vas a pasar conmigo."
No respondió, se limitó a seguir mirándome. Me incliné hacia delante, con mi cara casi tocando la suya. "Di que sí, Will. Vamos." Y de inmediato, los dos estábamos de vuelta a esa noche hace dos meses. "Por favor."
Así, como en aquella noche estrellada, hizo una pausa antes de susurrar, aunque esta vez con resignación.
"Bueno."
