primero de todo. Naruto ni ninguna de los demas personajes es mio. no tengo pensamiento de obtener beneficio de esto, bla, bla, bla, ya sabeis a que me refiero. esto es solo entretenimiento.

a ver que os parece el proologo y dejarme rewiews

por cierto KIA es muerto en combate(jerga militar) y a.a.k es antes ataque Kyubi. saludos y disfrutenlo.

210 a.a.K., en algún punto del País de Fuego.

Un gran numero de personas avanzaban lentamente por entre el tupido bosque: mujeres, niños, ancianos, médicos que ayudaban a moverse a hombres heridos, carretas tiradas por animales, con los objetos personales salvados, animales de compañía, alimentos, medicinas y aquellos heridos que no podían moverse ni valerse por si mismos.

Al frente de la columna avanzaba implacablemente un hombre. De mediana edad, piel bronceada y curtida, de gesto serio y severo, ojos negros y vivaces, con el pelo como ala de cuervo, recogido con una bandana color azul oscuro, vestía con ropas funcionales, llevando una armadura roja completa encima. En los alrededores, ocultos entre la espesura del bosque y las sombras de los árboles, se movían hombres y mujeres de todas las edades, formando los más jóvenes un escudo alrededor de la columna que avanzaba lentamente, mientras los más veteranos avanzaban en solitario en busca de posibles emboscadas y defendiendo la retaguardia.

El hombre de la armadura, que avanzaba sin detenerse, vigilando el bienestar de su gente, era el líder de lo que quedaba de varias aldeas que la guerra había arrasado. En el habían visto la esperanza de una nueva vida bajo su guía. Su plan, el cual todos conocían, era la fundación de una nueva villa, una villa de shinobis: la Aldea de Konoha. La aldea oculta de la Hoja.

Ese hombre se convertiría en el Primer Hokage.

Pero en esos momentos solamente era un líder agobiado por sus responsabilidades y su preocupación por el pueblo que le seguía. Desde el comienzo de su viaje, las emboscadas se habían vuelto frecuentes y cada ataque acababan con más heridos y muertos. Se preguntaba como llevarían las demás columnas, clanes demasiado orgullosos o demasiado preocupados por si mismos como para avanzar con la columna principal: los Hychigaha, los Aburame y los Arienthigu. Estos últimos guardaban en su posesión un pergamino con todas las técnicas de su clan. Les preocupaba que alguien intentase arrebatárselo, y sabiendo que sufrirían gran cantidad de ataques, fueron por su cuenta y riesgo para evitar que atacaran la columna principal. El futuro Hokage tomo la decisión de enviar a su segundo mejor shinobi y que vigilara que nadie les hiciera nada. Por el momento habían tenido suerte y nadie les había atacado.

De la nada apareció andando al lado del Hokage un hombre joven, con un traje de shinobi negro que le cubría completamente, con una capucha y una mascara, de modo que solo se le podían ver los ojos, unos orbes marrones. El Hokage lo miro de reojo durante un solo segundo y siguió caminado como si no lo hubiese visto. Pasaron los segundos sin que ninguno de los dos hablara.

-Informa- dijo escuetamente el Hokage.

-Los Hychigaha han sufrido una serie de emboscadas, que han rechazado con éxito. Pocas bajas, solo dos KIA y algunos heridos graves.-dijo escuetamente el shinobi.-Los Aburame no han tenido ningún problema y han dado esquinazo a aquellos que les intentaron atacar. Y…- miro al Hokage- lo siento Shigeru. Han masacrado a los Arienthigu.

El Hokage no dijo nada, pero el shinobi noto la tensión en su mirada y en un músculo de la boca.

-¿Cuándo?-pregunto.

-Hace tres horas. Hay 5 supervivientes, todos menores de 3 años. Llegue tarde para salvar alguien más. Los enemigos son todos KIA.- dijo el shinobi- Y tengo en pergamino en mi poder. El patriarca me lo dio antes de morir.

-¿Tousen?- pregunto el Hokage, sabiendo lo que le había pasado a su segundo mejor ninja.

-KIA. Cuando le encontré, agonizaba intentando salvar a los niños. Gracias a el están vivos.

-Maldita sea- mascullo el Hokage.

-Shigeru, hay otra cosa- dijo el shinobi, preocupado.

El aludido solo alzo una ceja.

-El patriarca hizo una profecía antes de fenecer. Si, ya se que son cosas de niños y que a lo mejor deliraba, pero…- se estremeció antes de continuar- créeme, hasta la temperatura bajo cuando lo hizo, daba miedo. De verdad. Copie lo que dijo en este pergamino-dijo tendiéndoselo- Guárdalo en sitio seguro, o, si no puedes, hazlo desaparecer.

-¿Te vas?-pregunto preocupado, mientras guardaba el pergamino. No quería perder también a su mejor shinobi y su mejor amigo.

-Debo hacerlo. Mientras este pergamino exista, atacaran a quien sea para conseguirlo. Debo esconderlo en un sitio seguro, donde nadie lo encuentre, y desaparecer también yo. Así estaréis seguros.- miro fijamente a Shigeru- No le digas nada a los niños. Mejor que no sepan nada del clan. Así llevaran una vida normal y corriente, a salvo.

-Te echare de menos amigo mío. Tú fuerza serviría bien a la gente y a la futura aldea.

-Lo se, pero las cosas nunca salen como las planeamos- dijo mientras revisaba su equipo.- He de irme.

-Espera, quiero darte algo.-dijo el Hokage, buscando entre sus ropas, y sacando dos colgantes de cristal verde azulado con forma de lágrima.- Toma uno, yo tendré la pareja. Si alguna vez necesitas ayuda y encuentras alguien de nuestra aldea, con ese colgante sabrán que eres un aliado nuestro, y deberán seguirte como me siguen a mí. Si alguna vez decides venir a la aldea, serás admitido de inmediato, y serás mi segundo al mando. Esperare que un día puedas unirte a nosotros.

El shinobi cogio el colgante y se lo colgó del cuello.

-Es un gigantesco honor haber servido a tus órdenes, amigo mío, hermano de sangre. Te llevare en mi corazón toda mi vida. Vive libre- acto seguido se desvaneció como si nunca hubiese estado ahí.

-Adiós, Wenmarc, amigo mío. Muere en paz- y a continuación, siguió avanzando sin volver la vista atrás, guiando a su gente hacia su nuevo hogar.

El shinobi avanzo por el bosque durante horas, hasta el anochecer, llegando a las primeras horas de la noche a una gruta natural de gran tamaño. Entro en ella y, sin realizar ningún sello, un pilar surgió de la nada y coloco allí el pergamino. Una vez depositado, se dio la vuelta y el techo y suelo de la caverna se fueron cerrando sobre si mismos, de modo que, al salir, lo único que se veía era la ladera de una montaña. El pergamino estaba en un hueco en el centro de la montaña.

El shinobi, cansado, subió a un árbol, y recordó, otra vez, la profecía…

"Cuando los orbes de agua se conviertan en soles sangrientos delante del inmortal, cuando el sacrificio llegue a entender la voluntad de su progenitor, cuando el señor de la ira entienda el significado de la palabra "amor", el pergamino será abierto y la línea de la familia restaurada. En ese momento, el hombre de las mil y una existencias será el guía, y deberá enseñar a manejar su poder al sucesor. Si se cumple lo pactado, el mundo tendrá una paz duradera. Si falla, o alguno de los necesarios muere, 1000 años de dolor y agonía azotaran el mundo…"

El shinobi agito la cabeza para olvidar el resto de la profecía de su mente. Miro una última vez el sitio de reposo del pergamino y se desvaneció en las sobras de la noche.

Ja ne!