Yo quisiera salvar esa distancia
ese abismo fatal que nos divide,
y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pura que tu ser despide
Yo quisiera ser agua y que en mis olas,
que en mis olas vinieras a bañarte
para poder, como lo sueño a solas
a un mismo tiempo por doquier besarte.
Como en cualquier historia, nunca hay un principio, al
menos no uno verdadero. Muchos podrían decir que nuestra historia comenzó
cuando él, con sus dulces ojos grises y voz suave de once años me invitó a mi,
a un extraño niño con ropas viejas de ojos miel a sentarse con él y su mejor
amigo en el tren. Pudo empezar cuando me dijo que se llamaba James, cuando le
contesté diciendo que me llamaba Remus.
Como tantas cosas en la vida, el comienzo es relativo.
No diré que el nuestro fue un amor inmediato, que nos enamoramos simplemente al
vernos: si me enamoré de alguien al verlo fue de Sirius, con esa belleza que
era demasiada para un niño pero nunca podría ser considerada femenina, a pesar
de su cabello largo y rostro afilado. Si Jamie se enamoró de alguien al momento
de observar su rostro fue de Lily, que con su cabello rojo, oscuro como la
sangre y ojos verdes tímidos era casi una ninfa entre nosotros.
Amigos.... si, eso fue lo que fuimos desde un principio. No hermanos, como él y
Sirius. No protector, como él y Peter. Entre James y yo siempre hubo esa clase
de amistad de la que hablan los poetas, esa en donde sin decir nada el alma
habla directamente, haciendo que se puedan comprender.
Tal vez el principio fue cuando nos besamos por primera vez, por una apuesta de
la novia de Pete. Antes Sirius había tenido que dejarle un chupetón a Lily,
entonces Skye me retó a mi a besar a James –un beso francés- diciendo que sería
justa venganza por lo que mi novio había hecho. Lily había dicho que si la
marca en su cuello era una muestra de cómo era Sirius en la cama, me tenía
envidia, logrando que yo me sonrojara.
James se había reído, la única objeción que puso fue que Sirius pudiera llegar
a hacerle daño físico por besarme, pero Padfoot sólo río, diciendo que confiaba
en nosotros dos.
Y ahora sus palabras duelen, aunque él no sabe nada.
Recuerdo haber tomado el rostro de Jamie suavemente entre mis manos,
maravillándome de lo suave de su piel, demasiado para un varón, perdiéndome en
sus maravillosos ojos grises como si por primera vez lo notara. Él se quitó los
lentes, sonriendo, porque a pesar de que él era hetero, había besado a Sirius
antes –al igual que tantas otras personas- por lo que no hubo nervios de su
parte. Fue un juego hasta el momento en que nuestros labios se unieron, y un
rayo de electricidad y la más pura magia nos envolvió.
Yo me había acomodado en su regazo, más que nada para seguir la broma, pero en
esos momentos lo agradecí porque no podía estar lo suficientemente cerca de él,
y mis piernas probablemente se habrían doblado de estar de pie. Sus manos
fueron a mis caderas, las manos de cazador fuertes me acomodaron justo donde
nuestros miembros podían tocarse, no me soltó nunca, como si tuviera miedo de
perderme, y pude sentir mientras reprimía un gemido lo mucho que ambos
disfrutábamos el beso. Él fue quien abrió los labios suavemente para lamer los
míos, en el beso más erótico y sensual que he dado nunca. No malentiendan,
Sirius es un amante genial, probablemente el mejor y no hay vez en que no lo
bese en que no quede sintiéndome en las nubes....
Pero el beso con Jamie me llenó de una manera que nunca ha podido hacer mi
querido Padfoot, por más que lo ame.
Con Prongs, no hubo él y yo besándonos. Éramos un solo ser con cuatro brazos,
cuatro piernas, y un solo corazón que latía suave y agonizantemente.
Nos separamos cuando Sirius nos echó agua encima, diciendo que iba a empezar a
ponerse celoso y que si planeábamos seguir por lo menos lo invitáramos. James y
yo reímos, yo levantándome y abrazando a mi Sirius, diciéndole que no fuera
tonto. No podía decirle lo que había sentido, por lo que al reír y fingir que
no había sentido nada era probablemente la mejor respuesta. Jamie volvió a
ponerse sus lentes, riendo a pesar de que podía ver sus ojos serios mientras
felicitaba a su mejor amigo, asegurándole que yo besaba muy bien, pero había
una verdad más profunda en sus ojos, que se habían oscurecido.
Seguimos el juego un rato, pero ya no había salida ni para mi ni para James.
Ese podría ser el principio, pero lo que importa es que los dos siempre supimos
el final.
Separados.
Así, la primera vez luego de eso que nos besamos nos juramos que sería la única
vez. Cuando sus manos acariciantes me quitaron la ropa en uno de los cuartos
vacíos, asegurándonos de llevar el mapa y la capa invisible para que nadie nos
siguiera, cuando yo besé su cuello y acaricie con mi mano su cuerpo, logrando
que el susurrara mi nombre como si fuera una oración ('Remus... oh Remus.... Dios,
dios, dios Remus....') tratamos de no pensar en nada más, porque sólo sería esa
vez. Lo sacaríamos de nuestros sistemas, y seguiríamos como si nada siendo
amigos, preocupándonos el uno por el otro, pero teniendo él a Lily y yo a
Sirius, como todo debía haber sido.
Pero luego de esa vez vino otra, y otra, hasta el punto en que me tenía que
morder muchas veces los labios cuando estaba con Padfoot para no gritar el
nombre de James, porque a veces, cada vez más seguido, era Jamie quien estaba
detrás de mis ojos, y podía sentir su mirada en mi mientras besaba a mi bello
Sirius, de la misma manera en que sé que él podía sentir la mía cuando él
besaba a Lily.
Era incorrecto y correcto al mismo tiempo. Era luz y sombras, era dolor y
redención..... era él con su cuerpo duro por tantas horas de quidditch, sus
manos contra mi cuerpo haciéndome gemir en algún salón o en los casilleros de
quidditch, sus besos que me hacían llorar, el sabor a dulces y a angustia que
tenían sus labios, y el amor que no debíamos sentir que escapaba por nuestros
poros, al igual que nuestras almas cada vez que teníamos un orgasmo.
Pero cada uno de nuestros encuentros tenía sabor a despedida, porque no
debíamos.
Y podía quererlo. Podía querer tener su piel contra la mía, sus labios en los míos
mientras su lengua buscaba en la profundidad de mi boca, y saber que él también
deseaba tenerme, casi tanto como yo –porque era imposible quererlo más- pero
saber que no pasaría nada más, porque aunque nos entregáramos los cuerpos y nos
amáramos, no los lastimaríamos. Él la tenía a ella y la amaba demasiado como
para dañarla. Yo tenía a mi estrella, a mi Sirius a quien amaba más que a nada
por todo lo que me había enseñado, por ser mi paz en mi mundo caótico.
Los amábamos, pero no estábamos enamorados de ellos, y aun así aceptamos
renunciar a la posibilidad, nos fuimos a lo seguro mientras renunciábamos a la
verdad de nuestros cuerpos, sólo entregándonos una última noche de caricias, de
sentir su piel contra la mía mientras yo escondía mi rostro en su cuello, los
jadeos suaves contra la oscuridad, sus manos viajando por mi cuerpo con tanta
delicadeza que casi no las sentía, mis propias manos traicionando mis deseos,
aferrándose a su cuerpo en una muda súplica de 'quédate, quédate y olvidemos
todo'.
Pero así como esos ruegos nunca nacieron, mi petición nunca fue concedida.
Estuve ahí en su boda. Estuve ahí, cerca de ellos riendo mientras él se ponía
nervioso y olvidaba las palabras que tenía que decir, con tanto amor en su
mirada hacia Lily que casi era una redención para mi y lo hacía todo correcto,
y si acaso no todas mis lágrimas fueron de alegría nadie podría notarlo, ni
siquiera Sirius.
Y nadie lo supo, nadie vio como mientras él bailaba con su esposa y yo con mi
novio nuestras miradas se encontraron para susurrar amor, y con movimientos
idénticos abrazamos más fuerte a quien estaba en nuestros brazos, deseando en
lo más profundo de nuestras almas, esa parte que se negaba a callarse por la
razón, que fuéramos el uno o el otro los que pudieran estar ahí.
Los dos seríamos felices, quizás no tanto como pudimos haberlo sido, pero lo
seríamos..... y quizás este no sea un final clásico, pero ese fue nuestro
final..... un simple deseo.
Yo quisiera en
mí mismo confundirte.
Confundirte en mi mismo y extrañarte;
yo quisiera en perfume convertirte,
convertirte en perfume y aspirarte.
Aspirarte en un soplo como esencia,
y unir a mis latidos tus latidos,
y unir a mi existencia tu existencia,
y unir a mis sentidos tus sentidos.
Notas de la autora:
Un James/Remus..... ¿soy a la única a la que le encanta esa pareja? Bueno, en
inglés hay más, ¿pero en español? ^^u pueden decirme lo que quieran, para mi
hacen una linda pareja, y como me encantan las parejas angst, esta me gusta
mucho, porque nunca podrían ser.
Le dedico este fic a Noemí (Lina Saotome). ^^ Amiga, tómalo como regalo de
Navidad y también un regalo un poquito adelantado de cumpleaños. Quisiera poder
darte algo mejor, pero por falta de dinero y de talento espero que esto sea de
tu agrado. Muchísimas gracias por tu amistad ^^.
Comentarios a: hechizera_kali_cefiro@hotmail.com
o a hechicera_kali_cefiro@yahoo.com.mx
Ja Ne
XO
Kali
