Disclaimer: Todo el crédito de Naruto se le debe a Naruto. Los otros personajes se deben a mi creación.
Advertencia: ¡Esto cuenta con personajes Originales! Si no te gustan las historias con OC's te advierto que este fanfic lo contendrá. También puede contener OoC porque desconozco a su totalidad la nueva generación.
¡Pues que empiece la historia de la nueva generación con Himawari!
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Capitulo 1:
La flor que comenzó a girar
Cómo cada día del año una joven del clan Uzumaki se despierta y abrió las cortinas para mirar a un tenue sol de la mañana. Este día era muy importante para ella, es el día de su graduación de la academia ninja, el momento en que recibirá la preciada bandana; el orgullo de todo ninja, lo que representa su aldea en físico.
Estaba ansiosa por saber el equipo que lo tocaría. Su hermano mayor, Uzumaki Boruto, tuvo que aprender a lidiar con ello, pero siempre le contaba divertidas y emocionantes aventuras durante las misiones. Cuanto quería a su hermano, su caballero de armadura dorada y ojos azules. No necesitaba a nadie más, o eso es lo que sentía en su corazón. Su vida se encontraba completa, un padre que cumplió su sueño, una madre fuerte y amorosa, y un hermano mayor poderoso e inteligente; a todos les admiraba y amaba, pero la interrogante venía siempre que se encontraba sola «¿Y yo que soy para la familia?». Ella esperaba encontrar las respuestas después de unas horas.
Se vistió colocándose un pantalón marrón y un suéter con tonalidades verde, amarillo y naranja oscuro, en la tela se podía notar los pequeños bordados de girasoles hechos por su madre. Estaba muy encariñada con esa flor y como su nombre lo indicaba, ella siempre seguía al sol, o en este caso a tres soles. Se colocó un bolso ninja en la cadera con los mismos adornos de girasoles y guardo dentro sus herramientas ninja. Himawari bajo al instante de escuchar a su madre llamarla a desayunar.
Bajo directamente al comedor y ayudó a colocar la mesa. Su madre, Hyuuga Hinata, se encontraba colocando tamagoyaki y vegetales hervidos junto con un tazón de arroz. Esta vestía sus siempre tonalidades lavanda, beige y blanco en contraste a su oscura cabellera azulada.
—Gracias por ayudarme siempre, Himawari—sonrió mostrando su sentimiento de alegría. Ya se había ido casi por completo la vieja Hinata, aunque Himawari no la haya conocido, imaginarla le causaba risa.
—No hay de que mamá —sonrió con dulzura y encantó, tal cual como una flor.
—¿Podrías llamar a tu hermano? —pidió con cortesía mientras servía un poco de jugo de naranja en la mesa.
—No será necesario —exclamó Boruto bajando por las escaleras como un rayo—. ¿Y papá?
—Sabes que se encuentra ocupado Boruto... —intentó explicar como siempre a Boruto, aunque dijera lo que dijera a Boruto no le gustaba ser «ignorado».
—Si ya se mamá —interrumpió Boruto y se sentó en una silla—, pero debo hablar seriamente con él. Estas últimas misiones han sido muy fáciles. ¿Acaso cree que siempre seré un niño?
El Uzumaki era rubio de ojos azules —quizás lavanda—. Su chaqueta negra con ornamentas roja combinaba con sus pantalones. Llevaba siempre consigo una pequeña katana y las herramientas ninja necesarias. En su cabeza se mostraba la bandana de su aldea; esto provocó más emociones dentro del cuerpo de Himawari. Ambos hermanos se parecían a su padre hasta en las marcas faciales. La familia se sentó y comenzaron a comer agradeciendo por la comida.
—Sabes que además de Hokage es tu padre —defendió Hinata confiando en su marido—, el piensa en el bienestar de todo el equipo y sabrá perfectamente que misiones son mejores para tu equipo.
—Seguro solo lo hace para molestarme —bufó desayunando—. Si tanto se hace llamar mi padre, debería dejar de insistir de que le llame Hokage en la oficina.
Terminaron de comer y tuvieron las conversaciones mañaneras como toda familia. Boruto se quejó de muchísimas cosas pero le prometió a Himawari acompañarla hasta la academia.
—¿Me dirá lo mismo a mi? —pensó Himawari degustando la comida de su madre-. Como siempre, el desayuno estaba delicioso mami.
—Gracias Himawari —sonrió con ternura su madre. Se levantó y le dejó sus bentou sobre la mesa—. Ahora, iré mas tarde a recogerte junto a Boruto para tener una cena con tu padre.
—No tienes que molestar a papá —Ella sabia el enorme peso de su padre al ser Hokage.
—Yo lo obligaré a ir —afirmó Boruto tomando los dos bentou y dirigiéndose a la puerta—. Vamos Himawari.
Ella asintió con alegría, tanta energía guardada estaba a punto de estallar. Antes de irse regó su pequeño jardín y unos preciosos girasoles a punto de florecer. Caminó con tranquilidad junto a su hermano en su enorme y pacifica aldea entre las hojas; había tiempo de sobra para ella y interrogaba a su hermano con muchísimas preguntas de «¿Cómo se siente ser un genin?».
—Pronto lo sabrás —animó Boruto acariciando la suave cabellera de su hermana.
—Boruto con que aquí estabas —llegó desde la azotea de un edificio la compañera de su hermano mayor—. Hoy partimos en una misión importante, recuerda lo que Konohamaru-sensei nos dijo. Debemos estar allí temprano —regañó.
—Acompañó a mi hermanita a su último día en la academia —se defendió con palabras Boruto, dando a entender que esto era muchísimo mas importante que llegar temprano a una misión.
—¿Es hoy Himawari? —Preguntó ella con curiosidad acomodándose los lentes y observando a la menor de ojos extraños entre azules y lavanda—. Estoy muy orgullosa de ti —le acarició la cabeza.
—Gracias Sarada-san —siempre trataba a todos con respeto. Ese punto lo había heredado de su madre—. Estoy ansiosa por ser tan fuerte como mi papá y de corazón valiente como mi mamá.
—¿Lo ves? No hacía nada malo —volvió a defenderse Boruto al sentir la mirada oscura de Sarada.
Sarada utilizaba un vestido rojo con unos pantaloncillos ninja negro junto con unos guantes para utilizar sus fuertes puños. En ese momento surgió del cielo otro compañero de su hermano, esta vez se trataba de Mitsuki que también le estaba buscando. Himawari siempre pensaba en él como alguien apuesto —no tanto como su hermano— y misterioso. Su cabellera blanca y sus ojos amarillentos observaron a Himawari con una sonrisa, esta de igual manera le correspondió y le saludó. Mitsuki en cambio tenía una manera más tradicional de vestir utilizando blanco y azul en su traje y su bandana en su cabeza.
—Cuando le veo, siento el presentimiento de observo es a la luna —pensó Himawari observando ahora a los chicos discutir mientras Mitsuki sonreía y les tranquilizaba.
Mientras ellos platicaban sobre su misión, Himawari se dedicó a observar el escaparate de una librería. Afuera tenían las revistas y periódicos para darles una rápida ojeada y decidir si comprarlas o no. Se detuvo en una portada de las revistas al ver a una chica de su misma edad, era una revista de moda. La chica era muy hermosa y según la revista daba consejos de «Como ser fiera como un animal y seguir siendo hermosa como una flor». La chica tenía el cabello rubio claro atado en dos trenzas y ojos violetas, brillosos y afilados como los de un animal. Su sonrisa llena de orgullo no se podía dejar de notar y los triángulos como si fueran colmillos en cada mejilla de color rojo eran obvios, estos combinaban con su elegante vestido rojo y sus guantes largos.
—El orgullo que tiene lo puedo notar hasta en esta fotografía —pensó Himawari y tomó la revista para verle más de cerca—. Mi más sentido pésame los compañeros de equipo que este con ella.
—Himawari vamos —llamó Boruto pero an ver que su hermana no le respondía decidió acercarse—. ¿Qué te distrae tanto? —Observó la revista—. ¿Ella no estudia contigo? La autoproclamada «ninja más hermosa».
—Sí, es ella —afirmó Himawari dejando la revista—. Disculpa por distraerme hermano, sigamos.
Boruto acompañó a Himawari como prometió, solo que con un poco más de prisa. Le entregó el bentou hecho por su madre, Hinata, y se despidió junto con sus compañeros de equipo.
—Me pregunto quienes serán mis compañeros de equipo, ¿Me llevare bien con ellos? —entró a la academia ninja y saludó a todos con alegría como siempre.
Entró a su salón de clases y se sentó en su asiento habitual, donde le pudieran llegar algunos rayos del sol, eso le proporcionaba energía y valor. Observó a sus compañeros hablar entre ellos y ella comenzó una charla sobre lo emocionada que estaba de convertirse en genin.
—¡A un lado! —gritó con una chica entrando al salón—. ¡Está entrando el clan numero uno de todo el mundo!
Era ella, la chica de la revista. Llevaba un vestido rojo con detalles de narcisos blancos y un short blanco. Un chaleco peludo blanco sin mangas y unos guantes largos y blancos. Sus zapatillas ninja eran de tacón y se podían escuchar en toda la academia. Su cabellera rubia claro llegaba hasta más abajo de los hombros y estaba atada en dos clinejas. Sus ojos violeta con pupilas afiladas como los de un animal siempre observaban a todos por debajo de sus hombros. La caracterizaba su enorme sonrisa prepotente mostrando sus colmillos junto con dos marcas pintadas en su rostro de color rojo. A su lado se encontraba un cachorro de Husky Siberiano de color beige, casi blanco, con los ojos azul cielo.
—¿Por qué tuvo que estar en nuestro salón? —dijo una de las compañeras de Himawari.
—Es antipática y se cree mejor que todos solo porque es mas «bonita», según ella —continuó otra.
—Y su nombre es horrible ¿Suisen? A quien se le ocurriría —rieron entre ellas pero Himawari no dijo absolutamente nada.
No pensó que Suisen tuviera un mal nombre, hasta podría gustarle. Ese era la una coincidencia que tenia con ella, ambas tenían nombres que tenían detrás el significado de una flor. Su nombre significaba girasol y vaya que le encantaban los girasoles. Sin embargo, Suisen significa narciso, una flor que vanidosa que se jacta demasiado de sus propios actos; quizás describía demasiado bien a Suisen. La niña no se molestaba en saludar a nadie, caminó a un lado de Himawari, pero ni la notó.
—Eres la hija del séptimo Hokage y ni siquiera voltea a verte -susurró con total enojo una de las chicas—. ¿Acaso cree que su clan es tan bueno? ¡Yo pienso que está acabado!
Tres de las chicas se habían levantado, dejando a Himawari sola. Acorralaron a Suisen que se encontraba sentada tranquila con la piernas cruzadas y a su lado su fiel amiga Shiromaru, esta notó como se ensombrecía al verse alrededor de tres compañeras. Solo les observó acariciando a Shiromaru.
—¿Quien te crees que eres para ni siquiera saludar a la hija del séptimo Hokage? ¿Eh? —acusó a la chica. Todos los demás miraron a situación en silencio.
—¿Disculpa? ¿Quién? —preguntó burlándose de ellas—. ¿Por que ella no me saludó a mí?
—No eres nadie para ir a saludarte —recriminó otra—. Solo eres insoportable y una persona con un complejo de Dios.
—¿Perdona? —se levantó de su asiento frunciendo el ceño—. Esto me huele a que estas buscando pelea.
—Eso es lo único que sabe hacer tu clan. Oler cosas —se burló otra chica—. Por eso es que el séptimo es tan amable de seguir dejándolo viviendo aquí.
—Disculpen... ¿Podrían dejar de pelear? —habló una pequeñísima voz apenas audible.
—¿Eh? —una de las chicas se volteó y observó a un chico parecido a Suisen—. ¿Qué dijiste? ¿Eres otro pulgoso de ese clan?
—Mi clan...no es...
—¿COMO TE ATREVISTE A DECIRLE A MI HERMANO? —Suisen le tomó por el cuello de la franela—. Soy capaz de soportar insultos a mí; pero nunca te atrevas a meterte con mi hermano o con mi clan.
Himawari no necesitó a acercarse para saber de quién se trataba. Era el hermano «gemelo» de Suisen, Kiku. Al igual que ella, su nombre era una flor, significaba crisantemo. A pesar de no tener la misma apariencia tenían partes que eran idénticas. Su cabello revoltoso de color oscuro y ojos marrones casi negros con la misma mirada animal que su hermana. En su rostro se podía ver las mismas marcas rojas. Su ropa era totalmente negra, lo que lo distinguía un poco era la caperuza peluda de color negro con la cual se cubría por su timidez. También utilizaba lentes por su terrible miopía. Era alguien ignorado prácticamente por todos y era el objetivo de bromas de muchos. Pero era alguien sincero y bueno en el interior o eso le parecía a Himawari. Siempre se encontraba acompañado de Kurotsuki, un Husky de color negro y ojos azul intenso.
—Estas peleas sin sentido siempre llevan a terribles consecuencias —llegó un chico que recién llegaba.
—Callate Shizuo —espetó Suisen—. No te metas en lo que no te incumbe.
Shizuo era un compañero de Himawari; siempre utilizaba lentes de son que según la opinión de Himawari le hacían ver cómo junto con su personalidad callada y misteriosa. Su cabello corto y de un color naranja cobrizo y un chaleco verde oscuro con cuello de tortuga que ocultaba un poco su barbilla. Shizuo era tranquilo como su nombre le indicaba, pero tampoco le buscaban problemas, porque nada mejor que prevenir que lamentar. Nadie sabía que ocultaba detrás de sus gafas, quizás era tan misterioso como el sensei. Pero eso no le quitaba lo popular entre las chicas.
—Pues yo si me entrometo —llegó segundos después el sensei de más raro de la academia—.Suisen por favor siéntate y abstente de ser igual de rebelde como tu padre, Shizuo siéntate también, todos los demás hagan lo mismo.
—Te salvaste por esta vez —gruñó Suisen y le soltó. Las chicas volvieron asustadas junto a Himawari—. Ven aquí Kiku, siéntate de una vez.
Kiku hizo caso y se sentó junto a su hermana gemela. Shizuo se sentó delante sin decir palabra alguna.
Al salón llegaron otros sensei colocando una mesa con varias bandanas. El sensei de apariencia extraña se llamaba Aburame Shino, que fue el que nos entrenó hasta un día llegaran a graduarse. Todos se encontraban emocionados. Sino los tranquilizo pero siempre terminaba siendo interrumpido por la impaciente Suisen. Cada uno fue llamado a tomar las bandanas hasta que...
—Uzumaki Himawari —llamó Shino.
—Aquí estoy —Ella bajo muy alegre y apresurada.
—Tu madre y tu padre estarán muy orgullosos —le dio la bandana y le susurró—. Aunque yo también —observó a los demás—. Bien tomen asiento. Suisen, te escuche, deja esas malas palabras. ¿No hay un Yamanaka que esta aula que indague la mente de esta niña? Bueno, con un padre como el que tiene es un caso perdido.
»Escuchen, estos equipos fueron formados según los datos recopilados por todos los años y sus notas en la academia para formar un equipo equilibrado. No quiero quejas...Como todos los años... Sin más que decir estos son los equipos.
Shino fue diciendo cada equipo y lidiando con las peleas de los integrantes «como cada año». Pero llegó el momento más nervioso y de más miedo de Himawari, se encontraba entre excitada y horrorizada; se encontraba rezando para que no le tocara unos compañeros con los que no pudiera lidiar.
—Uzumaki Himawari —llamó Shino.
—Si —Himawari se levantó con mucho valor aunque su voz dudó.
—Inuzuka Kiku.
—S...S...Si —se levantó el chico con nerviosismo y tartamudeo, provocando risas entre sus compañeros e insultos por parte de Suisen.
—Aburame Shizuo.
—Si —Se levantó mostrando le poca importancia al asunto.
—Ustedes formaran el equipo ocho, felicidades —finalizó Shino.
Al finalizar el día Hinata buscó a Himawari y la felicitó por su grato esfuerzo con un abrazo y pequeñas caricias en la cabeza. Ella se sentía llena de orgullo por su hija y por todos los años que la vio esforzarse para superarse cada día.
—Pero estas a un nuevo nivel hija, las cosas no serán como en la academia —explicó con seriedad Hinata—. No dudes siempre confiar en tus compañeros de equipo ¿De acuerdo? Ahora, déjame hablar con tu sensei ¿Dónde se encuentra?
—Detrás de ti Hinata —se escuchó su tenue voz.
—¿Shino-kun? —dio un respingo—. Me asustaste por un momento.
—Sí, de todas maneras ya no importa… —dijo con un tono deprimente en su voz.
—¿Shino-kun? —se dijo la Hyuuga notando nuevamente que había herido los sentimientos de su antiguo compañero.
Shizuo se encontraba detrás del sensei y Himawari se dio cuenta que solo observaba a la nada. Apenas se movía de su lugar mientras los padres hablaban; varias de sus compañeras estaban celosas porque ella justamente había quedado con el misterioso chico. A Himawari no le parecía un mal chico pero no estaba del toda convencida.
—¡Esa es mi chica! —alzó por la cintura a Suisen un hombre de chaqueta gris que tenía a su lado a un enorme y viejo perro blanco—. ¡Ya eres toda una ninja! Igual que tú —desordenó más de lo debido el cabello del joven Kiku.
Himawari en ese mismo momento extraño a su padre, quizás le hubiera hecho lo mismo. La felicitaría y le dijera que se esforzara lo máximo para la siguiente meta, convertirse en chunin. Suisen se posicionó a un lado de su hermano y Himawari cada vez iba notando más el parecido que tenia entre ellos. ¿Era el chakra? ¿La esencia? No sabe del todo porque pero deseaba. Kiku notó ser observado y se volteó para encontrarse con la penetrante mirada más que toda lavanda de Himawari, esto hizo que por nerviosismo se cubriera el rostro con su capucha peluda.
—¡Hinata! ¡Shino! ¡Aquí! —el hombre corrió y detrás lo siguieron sus hijos y los caninos—. Suisen y Kiku se han convertido en genin.
—Himawari también lo hizo —respondió Hinata con orgullo.
—También Shizuo —agregó Shino.
—Conversaciones del antiguo equipo —inició Suisen—. Una palabra: A…bu…rri…do. ¿Ellos creen que la palabra equipo tiene algo significativo? ¿Algo especial, por arte de magia? ¡Es estúpido creer que nos llevaremos bien entre compañeros que no soportamos! ¿No crees Kiku?
—Si…O…Onee-chan —susurró el chico cubriéndose aun más el rostro con la capucha. Los cachorros jugueteaban entre sus piernas.
—Mi padre dice que un equipo de tres es balanceado —habló Himawari—, y este equipo es el que siempre te acompañara y te apoyara.
—No intentes discutir con ella. Su cerebro está un poco hueco y por ende no suele entender las cosas —explicó Shizuo para que Himawari no gastara sus palabras.
—¡Maldito seas, Aburame! ¡Eres bien rarito! ¡Es mejor que mantengas tu boquita cerradita o no querrás que limpie el suelo con tu estúpida cara!
—Tampoco dejes que te intimide, ella es solo palabras —ignoró a Suisen para seguir hablando con Himawari.
—¡No me ignores pedazo de… —fue interrumpido por su padre.
—¡Suisen, Kiku! ¡Vámonos ahora! —exclamó el padre.
—Te salvaste por ahora, Aburame —le sacó la lengua y se fue con la nariz en alto.
—Di…Disculpen la…la molestia —tartamudeó y se fueron de allí corriendo con los cachorros detrás de ellos.
—Nosotros también nos vamos Himawari —le tomó el brazo su madre.
—¡Sí! —asintió y se despidió.
En la festejaron con la comida favorita de Himawari y con un adorno floral en la mesa de girasoles mandada por Inojin. Naruto consiguió venir junto con Boruto; el chico le ayudo y obligo a trabajar más deprisa para dejar lo demás en manos de su asistente personal, Shikamaru.
—¡Padre! —corrió a abrazarlo. Lo sabia bien, el no era un clon de sombra. Su padre venia felicitarla.
—¡Eres la mejor genin! —le abrazó y le acarició la cabeza con suavidad y ternura—. Tu madre me contó que tienes unas notas muy altas y que ya establecieron tu equipo. ¿Quiénes son?
—Se llaman Inuzuka Kiku-kun y Aburame Shizuo-kun —respondió con alegría al ver a su padre nuevamente—. Son muy callados y no sé muy bien sus habilidades ¡Pero estoy seguro de que son muy fuertes! Aunque estoy dudando de la fuerza de Kiku-kun.
Naruto abrió los ojos de sorpresa y observó a Hinata buscando una respuesta, esta solo rió y mostro una sonrisa nostálgica. Todos entraron a la casa a sentarse en la mesa a comer.
—¡Oh, ya se! El hijo de Shino-sensei ¿y el otro chico quién es? —preguntó Boruto.
—Es hermano gemelo de la chica que viste en la revista, Onii-chan. Aunque son totalmente opuestos. No he conversado mucho con ninguno de los dos; pero estoy muy entusiasmada de conocer a mi sensei y hacer mi primera misión —explicó con entusiasmo. Ella era el centro de atención ahora. Ella iba a convertirse en un pilar para la aldea ahora.
—Ten mucho cuidado Himawari —empezó Naruto con preocupación—, las misiones no son un juego del cual reírse o divertirse. Si caes no podrás revivir como en los videojuegos de tu hermano.
—Ya lo sé padre, tendré muchísimo cuidado —agradeció la preocupación de su padre, no, de todos—. No me pasara nada, hare todo lo posible para que nada de eso ocurra. Aunque no estoy segura del todo sobre mis compañeros.
—Esa es mi princesa —sonrió Naruto. Estaba aliviado de que la aldea tuviera en la nueva generación a sus dos grandes hijos—. Nunca olvides que siempre se debe aprender de los errores.
—Hablando de errores… ¿No me habías prometido que me ibas a dar una misión rango A esta semana? ¡Hoy fui a mostrarle la aldea a un hombre que es un carpintero de una aldea lejana! Por cierto, ¿Sabías que el puente tiene tu mismo nombre?
—¿A si? —fingió sorpresa e ignorancia Naruto.
La noche la pasaron en familia. Jugaron juegos de mesa y Himawari estuvo una charla larga y divertida con su padre y su madre, además del peso y la responsabilidad que conlleva llevar esa bandana. Mostraba que era parte de la aldea, una parte de sus protectores. Que le es fiel a ella, la pequeña Uzumaki lo entendía muy bien.
Fue a su cuarto. La puerta tenía un enorme girasol en su puerta. Entró y se colocó nuevamente la pijama.
—Mañana visitare al tío Neji y le llevare unos girasoles —pensó ella con tristeza observando la luna—. El sol es más hermoso, ilumina todo lo que hay en su alrededor y nos brinda calor. La luna es mas…Calmada y triste, como lo son Shizuo-kun y también…Kiku-kun.
Ella tomó a su osito de peluche y a se durmió inmediato, soñó con muchísimas cosas, entre ellas que sería la Kunoichi más poderosa del mundo ninja. Aun le faltaba un camino largo por recorrer y muchísimas flores por conocer.
Ese día Himawari se sintió como un girasol. Comenzando a girar hacia dirección hacia su destino.
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Deidara-Inuzuka:
¡Oh bueno! Siempre con nuevos fics y nunca continuo los anteriores, vamos, otro más a la lista de espera para tener una continuación. Espero les sea de su agrado, la parte que mas me gusto escribir fue en donde tenía que imaginar a los nuevos personajes. Me gusta cómo me quedo a la final Suisen, la pequeña hija del Inuzuka, creo que la cree con un toque de la personalidad orgullosa de Kiba. ¡Para mi Himawari es un encanto! Aunque se haya visto poco de ella me gustaría hacer un fanfic sobre su travesía, así como Boruto la tuvo.
Espero sea de su agrado esta nueva idea que salió de mi pequeña mentecilla.
