Disclaimer: Ansatsu Kyoushitsu / Assassination Classroom es propiedad de Matsui Yuusei.
A female side
Capítulo 1
Un grito desgarrador sonó por todo el edificio.
Muchos se paralizaron, otros levantaron la cabeza alarmados y algunos empezaron a mirarse entre ellos con miedo.
No era la primera vez que la clase E se quedaba dentro del edificio de la montaña hasta tarde. A esas alturas del curso ya se habían acostumbrado a hacerlo, ya sea para estudiar todos juntos, recibir clases extras por parte de sus profesores o planear juntos un nuevo intento de asesinato.
Aquella tarde estaban allí por el tercer motivo, para planear un nuevo ataque contra Korosensei y así estar un poco más cerca de causarle la muerte. Y aunque la mayoría ya daban por hecho que el nuevo plan no iba a funcionar, siempre era reconfortante reunirse todos y trabajar en aquello juntos y divirtiéndose como compañeros. Era entretenido en cierta forma.
Era entretenido hasta que el grito ensordecedor de una chica sonó desde el laboratorio alarmándolos a todos.
Aquel día la clase se había dividido en dos grupos. Y mientras que la mitad estaba en el aula, la otra parte estaba en el laboratorio. Pero a pesar de ello, los que estaban en ese sitio eran un grupo muy pequeño que no sobrepasaba las cuatro o cinco personas.
Pero no podían evitar preocuparse, mucho menos cuando un estruendo impresionante sumados a los gritos alarmados de los demás que se encontraban allí, también empezaron a escucharse por todo el sitio.
Así que sin perder un segundo, parte de la clase E que estaba en el aula se levantaron de su sitio corriendo, atravesaron el pasillo con la misma rapidez e irrumpieron en el laboratorio abriendo las puertas con fuerza. O al menos intentaron entrar. Ya que en el momento en el que las puertas fueron abiertas una espesa masa de humo inundó parte del pasillo y redujo su visión, haciendo que muchos tosieran y se quejaran por el imprevisto ¿Qué demonios había pasado ahí?
-¡¿Qué está pasando?!- Gritó Karasuma alarmado mientras llegaba a su lado.
Al parecer los profesores también habían escuchado el escándalo, y era obvio que no iban a dejarlo pasar. Irina también había llegado corriendo, pero al contrario que su compañero no se había parado a preguntar sobre lo que había pasado, si no que estaba abriendo las ventanas del pasillo de par en par para que ese desagradable humo empezara a marcharse.
-¡No lo sabemos! ¡Hemos escuchado los gritos y cuando hemos llegado estaba esto!- Explicó Megu más que nerviosa.
Normal que lo estuviera, todos lo estaban. No solían explotar cosas en el laboratorio con frecuencia y todo aquel humo les daba muy mala espina, además de que dentro de la sala se podían escuchar las toses y voces de los alumnos que estaban atrapados allí. Esto era grave, tenían que hacer algo y no sabían cómo. El humo era tan espeso que no se veía absolutamente nada, hacían que les picaran los ojos, que su respiración se dificultara y que el pánico les impidiera pensar.
-¡Dejad de estar ahí parados! ¡Apartad!- Acabó diciendo Irina mientras les empujaba a todos con fuerza para precipitarse hacia la puerta.
Antes de que pudieran decir nada, la profesora rubia ya se había metido dentro del laboratorio y estaba buscando a los alumnos que estaban dentro a gritos. Y si ya estaban alterados antes, ahora lo estaban aún más al escuchar el como la profesora llamaba a los otros entre toses, que solo podían responder a duras penas y andando entre el humo. Se escuchó a Okuda tartamudeando, a Kazanki tosiendo, a Yada exclamando con sorpresa al ver a Irina frente a ella y a Itona maldiciendo a todo el mundo mientras parecía ahogarse. Al único que no se escuchaba era Karma, que desde el principio había permanecido callado, cosa que les preocupaba aún más.
-¡Irina! ¡Pero será idiota!- Exclamó Karasuma frente a la puerta.
Todo el mundo estaba seguro de que el profesor de educación física se habría metido también en el laboratorio para ayudar a la mujer, si no fuera porque esta en un abrir y cerrar de ojos, ella ya había recogido a cuatro alumnos y los había arrastrado por la estancia para empujarles hacia al pasillo.
Okuda, Kanzaki, Yada e Itona habían sido empujados por Irina con tanta fuerza que acabaron cayendo al suelo frente a sus compañeros, pero en aquel momento lo último que podían hacer era pensar con claridad, ya que tosían con todas sus fuerzas e intentaban recuperar al aliento mientras sus ojos lloraban. Algunos de sus compañeros se acercaron a ellos con rapidez para ayudarles, mientras que otros se preguntaban mentalmente cómo se las había apañado Irina para encontrar a aquellos cuatro, agarrarles por el brazo y sacarles del laboratorio con tal facilidad. Al final llegaron a la conclusión de que no podían subestimar las habilidades de su profesora y lo que era capaz de hacer, aunque esos pensamientos quedaron eclipsados por lo que empezaron a decir los cuatro afectados que aún estaban sentados en el suelo.
-N-No... Karma...- Dijo Okuda aún con la respiración pesada.
-¡Tenéis que sacar a Karma!- Exclamó Yada restregándose los ojos con fuerza.
-¿Qué le ha pasado?- Preguntó Karasuma arrodillándose para quedar a su altura, aunque aún se le veía nervioso por el chico.
-¡Él es el mayor afectado!- Empezó a gritar Itona más nervioso que nunca.- ¡Tenéis que salvarle antes de que...
El estruendo de un montón de cristales rompiéndose fue lo que le interrumpió, haciendo que se callara y se diera la vuelta para mirar hacia la puerta del laboratorio. Aunque nadie podía ver nada de lo que ocurría dentro, fue un golpe seco y un quejido que se escuchó a lo lejos lo que les hizo darse cuenta de lo que había pasado.
El primero en levantarse y correr por el pasillo fue Itona, que aunque seguía afectado por el humo y estaba mareado, no pareció afectarle lo suficiente como para precipitarse hacia la puerta principal del edificio. Fue Karasuma el que le siguió, así como los demás de la clase y las otras tres chicas jadeantes que fueron ayudadas por su compañeros para levantarse. El grupo en general atravesó la entrada, salió por la puerta y dio la vuelta al exterior del edificio para dirigirse hacia las ventanas que daban al laboratorio.
Justo como esperaban, nada más cruzar la esquina y llegar allí, lo que se encontraron fueron los trozos de una ventana rota, por la cuál el humo seguía saliendo, a Irina tumbada en el suelo mostrándoles la espalda y a Karma aprisionado entre los brazos de esta, aparentemente inmóvil y con su pelo rojo asomando entre los brazos de la mujer. Era obvio que al ver que no podía salvar al chico de la misma forma que lo había hecho con los otros, Irina había roto la ventana con lo primero que había pillado para agarrar a Karma y salir por la ventana, y a decir verdad era la opción más inteligente, ya que estaban empezando a ahogarse entre tanto humo.
-¡Karma!- Gritó Itona corriendo hacia ellos.
Los demás tuvieron la misma reacción, todos se precipitaron hacia aquellos dos, que habían empezado a toser con fuerza y a quejarse en el suelo mientras intentaban recuperar el aliento. Irina no había soltado a Karma de su abrazo y al parecer este estaba demasiado ocupado intentando respirar como para preocuparse de que la mujer le estuviera abrazando como si la vida le fuera en ello.
-¡¿Estáis bien?!- Preguntó Karasuma acercándose más a ellos y deteniéndose a mirarlos.
La clase E habría suspirado aliviada si no fuera porque Karasuma se quedó completamente congelado en su sitio y sus ojos fijos en Karma con un ligero toque de sorpresa.
Eso empezó a asustarles, y bastante. Karasuma no solía actuar así ¿Qué le pasaba? Estaba allí de pie, rígido, con una expresión seria y los ojos abiertos, mientras que Irina y Karma seguían allí en sus trece, tosiendo y abrazados.
-S-Sí. No es la primera vez que me quedo atrapada en una columna de humo.- Contestó Irina a duras penas.
Fue cuando levantó la cabeza y miró a la persona que tenía entre sus brazos, cuando le llegó el turno de quedarse estupefacta y sorprendida. Por un momento pareció quedarse tiesa igual que Karasuma mientras miraba a Karma, pero dejó de ser así cuando de un momento a otro le soltó, se incorporó en un pequeño bote y se quedó sentada en el suelo mientras seguía con la mirada clavada en Karma.
-¿Qué... ¿Qué demonios?- Preguntó la profesora sorprendida.
Más de un alumno iba a preguntar lo que estaba pasando, pero al igual que los dos profesores no pudieron decir ni una palabra en el momento que sus ojos se fijaron en Karma.
Unos abrieron la boca, otros se restregaron los ojos, a algunos les empezaron a temblar las piernas, un pequeño grupito empezó a darse pellizcos en el brazo para asegurarse de que no estaban soñando y aquellos que habían estado en el laboratorio bajaron la cabeza mientras la culpa empezaba a inundarles.
Pero todo era real, lo que estaban viviendo era real. Las toses de Karma eran verídicas y su respiración ahogada lo confirmaba. Y era Karma, no había forma de que fuera otra persona ¿Verdad? Tenía puesta su ropa y su lenguaje corporal era exactamente el mismo, no había forma de que esto fuera una cámara oculta o una broma pesada por su parte ¿No? Porque en el caso de que lo fuera, ya podría ir preparándose para una paliza. Aunque eso se dudaba mucho viendo el estado lamentable en el que se encontraba.
Aún así, lo que estaban viendo era casi imposible de creer o de asimilar.
Poniéndose de rodillas y apoyando las manos en el suelo, Karma seguía tosiendo e intentando recuperarse de los efectos que el humo habían causado en él. Podía sentir el tenso silencio que había a su alrededor, sus dos profesores a su lado y mirándole con sorpresa, así como a sus compañeros a unos pocos metros también pendientes de él. Estaba confundido, se sentía mareado y con su cuerpo totalmente revuelto, le costaba ordenar sus ideas y comprender lo que había pasado y el que aún le costara respirar y que sus ojos le dolieran al abrirse, no ayudaba en nada.
-¿Q-Qué ha pasado?- Preguntó a duras penas con los ojos llorosos y aferrando sus brazos entorno a su torso, le dolía todo, se sentía fatal, estaba empezando a temblar y creía que de un momento a otro iba a vomitar. No podía recordar las cosas con exactitud.
-¿Karma?- Escuchó la voz de Nagisa casi temblando y algo dudosa.
Entornó los ojos con dificultad y le miró desde su sitio. Su amigo peliazul estaba sorprendido, mirándole de arriba a abajo con estupefacción. Lo mismo hacían sus compañeros que estaban justo a su lado, Irina que estaba frente a él sentada y sin poder decir una palabra, e incluso Karasuma que aunque estaba detrás suya podía sentir sus ojos clavados en su persona. Las miradas confundidas le estaban alterando aún más ¿Qué estaba ocurriendo?
-¿Qué pasa?- Preguntó empezando a ponerse nervioso.- ¿Por qué me miráis así?
-E-Esto no ha salido bien.- Soltó Okuda con una expresión que daba a entender que estaba a punto de llorar.- No queríamos causar esto.
-¿Cómo vamos a arreglarlo? Lo siento tanto...- Dijo Yada tapándose la cara con las manos.
-En menudo lío nos hemos metido...- Murmuró Kanzaki bajando la cabeza con aire de culpabilidad.
Karma no entendía nada. Solo podía quedarse allí confundido. Mirando como sus compañeras estaban a punto de echarse a llorar, murmurando un "lo siento" y lamentándose por el experimento fallido que acaban de hacer. Seguía de rodillas, sintiéndose enfermo y débil, y cada segundo un poco más culpable al saber que el causante de la culpa de sus compañeras era él. Si ni siquiera sabía lo que había pasado.
-Karma, mírame.- Dijo alguien a su lado.
No sabía cuando Itona se había desplazado a su lado, pero cuándo giró la cabeza para mirarle, comprendió el por qué todos se habían quedado congelados al verle.
Reflejado en la pantalla del móvil de Itona, el cuál había sacado para que se mirara, solo podía abrir la boca intentando decir unas palabras que se habían quedado atascadas en su garganta y empezar a temblar con más fuerza.
Era él, pero a la vez no.
Porque era una chica la que estaba allí reflejada.
Una chica sorprendida, con sus ojos ámbar y afilados abiertos de par en par, las pestañas largas, los labios carnosos, la tez blanca, rasgos delicados y el pelo largo y de color rojo descendiendo por su espalda. El uniforme del instituto le quedaba grande, haciendo que la camisa blanca y el chaleco negro que portaba se sintieran holgados en su torso. Le había costado darse cuenta de que su figura era más curva y menos voluptuosa, así como sus pantalones, que también le quedaban grandes, le hacían percatarse de que sus piernas eran más ligeras, más finas.
Todo en general era más femenino que nunca, pero era redundante afirmar eso cuando a simple vista era una chica.
Era una chica.
Karma era una maldita chica.
Le habían convertido en una chica.
El pánico le inundó de tal forma y su mente se llenó de tantos pensamientos a la vez, que su propio cuerpo (o lo que quedara de él tras lo que estaba viendo) no pudo soportar tanta presión a la vez. Karma sintió su cabeza explotar, los temblores aumentar, su respiración casi imposible y una calor asfixiante inundarle todo el cuerpo. Sus vista se tornó nublada y empezó a perder el equilibrio.
Para cuando Itona quiso sujetarle, Karma ya se había desmayado.
~0.0~
-¡¿Qué hacemos?! ¡¿Qué hacemos?! ¡Dios mío! ¡¿Qué hacemos?!- Gritaban Fuwa y Kayano a viva voz dando vueltas por el aula.
Varios les miraron y si bien se les pasó por la cabeza apuntarse a aquel corro y a dejarse llevar por el pánico como esas dos, Isogai no lo permitió.
-Tranquilizaos, tiene que haber una forma de arreglar esto.- Dijo el representante de la clase sentado en su silla y aparentando tranquilidad.
Aunque el hecho de que Karma con cuerpo de chica estuviera desmayado, acostado en el suelo, con su espalda apoyada en la pared y unos cuantos de la clase examinándole, no era algo muy tranquilizador para él. Karasuma parecía aún más sorprendido cuando había tenido que recogerle y dejarle allí acostado. Y más cuando tenía a los cuatro culpables de aquel lío sentados enfrente de él, de la otra profesora y de todo el mundo, intentando explicar qué demonios habían hecho en el laboratorio como para modificar el cuerpo de Karma de esa manera.
-¿Así que parte del nuevo plan de asesinato consistía en cambiarle el sexo a Korosensei o...- Empezó a preguntar Irina con total indiferencia. No la culpaban, cualquiera sacaría esa conclusión viendo lo que habían hecho.
-¡No! ¡No! ¡No!- Negó Okuda más que nerviosa. A la pobre chica parecía que le iba a dar un ataque.- ¡Nuestra intención era otra! ¡De verdad!
-Pues más os vale explicarla bien, porque no sabemos cómo va a reaccionar Karma cuando se despierte.- Dijo Maehara mirando el cuerpo del otro que seguía ahí acostado.
-Lo que nosotros queríamos era hacer una composición que alteraran las células y los tejidos de Korosensei de manera que le ralentizara o causara un efecto distinto al que Okuda hizo la última vez.- Empezó a explicar Itona.- Pero para hacerlo hemos tenido que utilizar diferentes hormonas y compuestos los cuales eran muy delicados.
-Cómo Korosensei no tiene una estructura molecular parecida a la nuestra, decidimos aumentar las dosis de las cosas a pesar de que resultara peligroso, porque de esa forma nos aseguraríamos de que funcionaría.- Dijo Kanzaki bajando la cabeza.
-Creo que ha llegado un momento en el que nos hemos pasado y cuándo queríamos darnos cuenta unos químicos han reaccionado con otros y ha explotado todo.- Respondió Yada rascándose la mejilla.
-Karma era el que más cerca estaba de la explosión en ese momento y posiblemente el cambio de su cuerpo se deba a las hormonas que hemos estado utilizando y a los estrógenos y progesterona que habíamos añadido pensando que podría afectarle a Korosensei. Como la dosis era tan alta, ha acabado así.- Siguió diciendo Itona mirando la figura del otro.
-Por eso estabais tan desesperados para que le sacáramos.- Pensó Karasuma en voz alta.
-Llegamos a pensar que cuánto más tiempo estuviera entre los compuestos más afectado quedaría, pero al parecer la mezcla que hicimos funcionó desde el principio...- Murmuró Okuda arrepentida.
-En resumen: Karma tiene cuerpo de chica.- Soltó Maehara con indiferencia de nuevo.
Los demás le miraron por un momento y luego asintieron con pesadez. Tampoco es como si pudieran negarlo, el potingue del demonio o lo que fuera la mezcla de cosas que habían hecho dentro del laboratorio era tal, que ya ni se acordaban de la cantidad de cosas que habían metido ahí. En su momento les había parecido bien, ya que Korosensei era tan raro que habían adoptado la lógica de: Cuántas más cosas raras eches, mejor. Y parecía una buena idea y todo. Claro que en el momento en el que todo aquello explotó y Karma gritó asustado, se dieron cuenta de que no iban a dejarles pisar el laboratorio solos jamás en su vida.
Y ahora en vez de un arma poderosa contra Korosensei, tenían a un Karma con cuerpo de chica desmayado y en malas condiciones.
-A lo mejor no es totalmente una chica.- Dijo Okajima agachado al lado del pelirrojo mirándole con atención.
-¿Y cómo piensas comprobarlo?- Preguntó Mimura empezando a sudar.
Se miraron entre ellos como leyéndose la mente y si no hubiera sido por Nakamura, todos estaban seguros de que ahora Karma estaría desnudo.
-Apartad mentes sucias, yo lo compruebo.- Dijo la rubia acercándose con rapidez y agachándose para quedarse enfrente del cuerpo de su compañero.
Les lanzó una mirada de muerte a los otros dos para que se alejaran de allí a modo de advertencia y ellos no tardaron en levantarse y apartarse de aquel sitio. Las miradas de todos se centraron en Nakamura y en Karma, que seguía inconsciente.
La rubia no lo pensó demasiado y sujetando el cuello de la camisa de Karma, la separó un poco de su cuerpo, se inclinó hacia él y se asomó por el hueco de la camisa para ver su torso desde arriba. No tardó ni un segundo en apartarse mientras su cara se sonrojaba levemente.
-Sí. Definitivamente tiene cuerpo de chica.- Dijo con convicción.- Es plana y con casi nada de pecho, pero una chica. Y creo que está durmiendo.
-Genial, nos va a matar.- Dijo Itona suspirando con pesadez y restregándose los ojos. Aún le picaban por culpa del humo, el cuál poco a poco se estaba marchando del laboratorio.
-No lo sabes, a lo mejor entra en pánico igual que Fuwa y luego se le pasa.- Dijo Terasaka sonriendo. Se veía que la situación en sí le hacía muchísima gracia.
-Eso es lo mínimo. Despertadle y le explicaremos la situación, esto es serio.- Ordenó Karasuma recuperando la compostura.
Cuándo se hizo profesor en aquella clase lo último que se esperaba era que modificaran el cuerpo de un alumno para que tuviera otro del sexo opuesto, pero claro, esto no era una clase normal y tanto los alumnos como los profesores lo sabían. Tal vez era el hecho de que el ser que destruyó la luna estuviera como tutor, lo que hiciera que los adolescentes vieran toda esta situación como algo ¿Normal? No lo sabía, el que un producto de la ciencia como aquel pulpo gigante estuviera pululando por la ciudad les había proporcionado una especie de resistencia o costumbre a las situaciones más raras causadas por la ciencia o las mutaciones. Incluso hasta el punto de crearlas ellos mismos. Por lo que el que Karma ahora fuera una mujer, se lo estaban tomando con más tranquilidad de la que deberían.
Nakamura asintió ante la orden que le había dado y con un poco de miedo empezó a zarandear a Karma para que se despertara. El chico (¿Ahora chica?) frunció el ceño levemente, pareció despertarse poco a poco de la inconsciencia en la que se encontraba y sus ojos se abrieron lentamente con pereza mientras pestañeaba para acostumbrarse a la luz. Miró a Nakamura con aire dudoso y su mente pareció poco a poco despertarse por completo para acordarse de lo que había pasado. Para cuando lo hizo, reaccionó al instante y cogió a la rubia por los hombros para mirarle alarmado.
-Dime que no tengo tetas.- Dijo nervioso y deseando que la chica le diera la razón. Habría sido convincente si no fuera porque su voz ahora era más aguda, más femenina, exacta a la de una chica.
-Tienes tetas. Lo siento.- Respondió Nakamura con culpabilidad. Le gustaría haberle dicho lo contrario, pero no solo estaba el hecho de que las había visto, si no de que ahora Karma era una mujer de pies a cabeza lo miraran por donde lo miraran.
El pelirrojo se quedó estático ante su respuesta y de un momento a otro empezó a balancearse mientras que su cara se quedaba totalmente blanca. Parecía mareado de nuevo.
-Me voy a desmayar otra vez.- Afirmó echándose hacia atrás.
-¡No lo hagas!- Exclamó Nakamura cogiéndole de los hombros y zarandeándole con más fuerza.
Fuwa y Kayano le siguieron empezando a gritarle al chico para que no se desplomara de nuevo, cosa que al final resultó porque entre las tres consiguieron levantarle y ponerle de pie sin que le diera un patatús. Al parecer ahora Karma era más ligero, aunque se sabía nada más verle.
-¡Karma lo siento tanto!- Empezó a decir Okuda mientras se acercaba a él (¿Ella?).
-¡No queríamos hacerte esto!- Le siguió Yada.
-Encontraremos una forma de arreglarlo...- Murmuró Kanzaki más que arrepentida.
Escuchando los lamentos de sus compañeras y con todo el mundo pendiente de él, Karma solo podía bajar la cabeza y ocultar sus ojos bajo su flequillo y su ahora pelo largo mientras apretaba los puños hasta el punto de que le temblaran los brazos. Se deshizo del agarre de Nakamura y Kayano, que aún le sujetaban con fuerza para que no se desplomara otra vez al suelo, y dio un par de pasos hacia las cuatro personas que habían estado con él en el laboratorio.
Por un momento pensaron que Karma lo iba a dejar pasar. Que no iba a enfadarse o que perdonaría a sus compañeros por haberle convertido en una mujer en un abrir y cerrar de ojos.
-Y-Yo...- Murmuró acercándose a ellos.
Gran error pensar eso. Era Karma después de todo.
-¡Yo te mato!- Gritó enfurecido abalanzándose sobre Itona.
Todo pasó demasiado rápido.
Karma se tiró encima suya, Itona gritó, ambos cayeron al suelo con fuerza, las otras tres chicas que estaban alrededor también gritaron con sorpresa. La clase entera se revolucionó y todo se llenó de los reclamos de Karma que no dejaba de gritar "¡Devuélveme mi cuerpo!" e Itona que decía "¡Quitádmelo de encima malos amigos!" mientras que Kirara, Yoshida y Muramatsu se reían a costa de su sufrimiento. Fue cuando Itona se llevó un par de puñetazos en la cara y una patada en el estómago cuando decidieron actuar con rapidez y no dejar que al pobre chico lo mataran de una paliza.
Todo acabó cuando la pobre alma cándida de Terasaka decidió ayudar a su amigo y con ayuda de Maehara e Isogai separaron a Karma de él. Terminó Itona por un lado siendo sujetado por Terasaka y Karma por otro mientras el ikemen combo le sujetaba cada uno por un lado.
-Pues sigue teniendo casi la misma fuerza que antes.- Dijo Maehara intentando controlar a Karma, que no hacía más que revolverse y gruñir bajo su agarre.
-¡Soltadme! ¡Soltadme! ¡Es culpa suya! ¡Es todo culpa suya!- Exclamaba Karma aún alterado.
-¡Ya basta! ¡No es culpa de nadie!- Dijo Isogai intentando calmarle.
-¡Mentira! ¡Lo ha hecho a propósito!- Contestó más que convencido.
-¿Cómo va a serlo? ¡Piensa Karma! ¡Si él...
-¿Os dais cuenta de dónde estáis tocando vosotros dos?- Interrumpió Irina la discusión con toda la tranquilidad del mundo.
Los tres se dieron por aludidos para mirarla confundidos y pensar sobre sus palabras, aunque no llegaron a darse cuenta en el mismo momento. Y fue cuando Karma se tensó y Maehara e Isogai se miraron entre ellos, que se dieron cuenta de lo que la profesora quería decir.
Si Karma tuviera su cuerpo normal no le habrían dado importancia, pero ahora que tenía cuerpo de mujer, el hecho de que Maehara e Isogai tuvieran cada uno una mano sobre su pecho, cada uno en un lado distinto, daba mucho de pensar y de lo que alarmarse. Mucho más cuando tras mirarse, ambos se dieron cuenta de que a pesar de que no se veía a simple vista, Karma si tenía algo de pecho, el cuál podían notar debajo de sus manos.
Ambos enrojecieron a instante y tras lo que pareció un coro de balbuceos por su parte, soltaron al otro chico (¿chica?) con rapidez. Ya no sabían ni cómo definirle, pero estaban tan ocupados intentando cubrir su sonrojo que les importaba un pimiento si soltaban al pelirrojo que en este momento era un peligro potencial.
-¿Pero por qué os ponéis así si Karma ni siquiera es una chica de verdad? Preguntó Rinka mirando como los otros dos se tapaban la cara con sus manos.
-P-Pero, es que ahora tiene cuerpo de chica y n-nosotros... Ay por dios...- Pensó Maehara en voz alta.
-¡Deja de pensar! ¡Deja de pensar!- Decía Isogai a plena voz con la cara similar a un semáforo.
-¡Sois imbéciles! ¡Os odio!- Gritó Karma también avergonzado.
Mientras que sus dos compañeros se habían alejado de él para empezar a quejarse como idiotas vírgenes, Karma se había visto preso de la situación y del bochorno para acabar agachado en el suelo, tapándose también la cara con las manos y su sonrojo creciendo por momentos. Aunque su enfado con Itona y con el mundo en general no había desaparecido y eso todo el mundo lo sabía.
-Dejad de hacer el imbécil.- Dijo Karasuma suspirando con pesadez.
Por mucha sed de sangre que tuviera esa gente y por muchos "milagros de la ciencia" que crearan, a veces se les olvidaba que eran estudiantes normales con sus preocupaciones de estudiantes normales. Parece que entre esas preocupaciones entraba el tocarle el pecho sin querer a una compañera.
-Vamos déjales, algún día tendrán que manosear algu...- Intentó decir Irina.
-¡Cállate!- Grito Karma aún desde el suelo.- ¡Yo soy un chico! ¡Esto es muy injusto!
La mayor parte de los alumnos no sabían qué decir, es verdad que era muy injusto. Karma no tendría que estar en el suelo lamentándose porque los otros le hubieran tocado el pecho, es más, ni siquiera debería importarle ese hecho, pero la situación les superaba a todos y que el delincuente de la clase que conocían ahora fuera a simple vista una chica avergonzada y agazapada en el suelo era raro para todos. Deberían estar planeando algo contra Korosensei, pero esto cambiaba muchas cosas y era obvio que tenían que devolver a Karma a su estado normal para poder volver a la normalidad de las clases.
-Karma.- Llegó a decir Itona entre todo el escándalo.- No ha sido a propósito, enserio.
La figura que estaba en el suelo se tensó por un momento para luego empezar a levantar la cabeza con lentitud. Itona se había deshecho del agarre de Terasaka y de la protección anti-Karma que le daba para acercarse a él, agacharse para ponerse a su altura y hablar con la confianza suficiente de que no le mate en el proceso. Karma le miró a los ojos aún sonrojado y con una expresión de fastidio.
-Mentiroso.- Murmuró con el ceño fruncido.
-A ver ¿Qué tengo que hacer para que me creas?- Preguntó el albino suspirando con pesadez.
-Compénsame.
-¿Eh?
-Compénsame este mal trago, hasta que encontremos la fórmula química que me devuelva a la normalidad.
En su momento parecía buena idea. Era lo normal.
Itona estuvo a punto de asentir y supo que muchos de sus compañeros lo hicieron a su alrededor, era normal que Karma quisiera algo de compensación y apoyo por lo que habían hecho, era lo mínimo que podían hacer. Además, tanto él como las otras tres chicas culpables de aquel lío ya habían empezado a maquinar entre ellos para hacer la "poción" que devolviera a Karma a la normalidad, por lo que no estaría mal ayudar al chico con todo aquello mientras que lo arreglaban.
-Está bien.- Dijo completamente convencido.- ¿Qué quieres que haga?
No había nada que pudiera salir mal de todo aquello.
-Déjame vivir contigo.
Karma dijo aquello como una orden y mirándole fijamente a los ojos. Y entonces Itona tuvo que volver a replantearse todo lo que había afirmado antes.
¿Qué podía salir mal?
A este paso, todo.
Continuará...
Holi ~
Antes que nada, gracias por molestarte en leerte esto o al menos en abrirlo para echar un vistazo. A estas alturas de mi vida en fanficiton, ya no me molestaré en decir que tengo demasiados longifics en este fandom como para empezar otro, pero aquí estamos, ni más felices (?)
Vale, creo que de todas las ideas que he tenido para los fics de Ansatsu, esta es de las más raras (dejando de lado los conejos). Básicamente el resumen del fic es: Los de la clase E hacen una pocion extraña y transforman el cuerpo de Karma en uno femenino. Ya está, es eso, es que no tiene más. Sé que es raro y que dista mucho de ser las cosas que hago, pero creo que ya se ve que tengo debilidad por mi Fem!Karma y aprovecho cualquier oportunidad para sacarla, aunque claro, aquí no es totalmente Fem!Karma, es un chico desde el principio, pero su cuerpo se modifica. A parte de todo esto, la ship es Itona x Karma, no os alarméis, osea, creo que ya dije hace tiempo que los shippeaba un poco y no sé si lo he dado a entender en algún otro fic, pero me gusta como quedan juntos. Así que cuando se me ocurrió la idea de Karma con cuerpo de mujer, ya tenía muy claro que era Itona con el que le iba a emparejar, amo a Itona y se merece una oportunidad, por favor. Aunque claro, no les será tan fácil estar juntos, aún queda mucho salseo para esto.
Respecto al capítulo, básicamente ha sido una explicación de lo que ha pasado y de lo que va a pasar. Ha sido todo muy absurdo, más que nada porque Nakamura lavantandole la camisa a Karma y Maehara e Isogai tocando dónde no deben, no es algo que se deba tomar con seriedad xD Desde el principio tengo claro que la mayoría de este fic será de cachondeo, así que más de una escena sin sentido tendrá que darse, lo siento (?) Irina es como una mama oso protectora para mí y la idea de ella precipitandose por la ventana para salvar a Karma me parece adorable, así que :D No sé que más explicar del capítulo, esto es todo muy bizarro y raro así que si tenéis alguna duda o algo, siempre están los reviews que contestaré xD
No sé qué más decir, así que solo espero que os haya gustado y que nadie quiera tirarme alguna piedra (?)
Nos vemos (~*-*)~ ~(*-*~)
