"LO QUE VE TU CORAZÓN"

Por Kary-chan

Capitulo I

El calor del verano esta presente en cada partícula del aire de mi habitación, el suave viento mueve las cortinas blancas que bloquean un poco el paso del sol, mezclando el olor a lilas con lo salado del mar, me dirijo hacia allá, contemplando el mundo que se alza ante mi... tan cercano y tan lejano para mi.

Y aunque parece una locura cerrar la única manera que tenia de refrescarme, lo hago, cierro con fuerza la ventana... pero no me alejo de ahí... es tan difícil comprender... por que estoy tan alejado de ese mundo... por que... vivo encerrado en esta jaula pintada de blanco, decorada al mas típico estilo playero, paredes blancas... vigas azul marino... cuadros pintorescos y frescos... tal vez no los odiaría tanto si no los hubiera visto ya miles de veces...

Escucho que la puerta tras de mi se abre, alguien ha entrado pero yo no me digno a mirar hacia atrás... quien quiera que haya entrado comprenderá con mi silencio que deseo estar solo... después de todo, así es como ellos han deseado que este.

-Duo... hijo...- me llama la voz de mi madre cariñosamente, yo solo suspiro y cierro los ojos.

-Hoy no madre...- mi respuesta cuando quiero hacerle entender que no quiero hablar con nadie... bueno... debería ser mas especifico a lo que me refiero con nadie... a mi padre, mi hermana y mi madre.. si... ellos son "todos" en mi pequeño mundo... ellos son todos y nadie... ellos son.. todo... y a la vez nada... ¿confuso?... no... no para mi... si supieran... si entendieran lo que ha sido de mi vida comprenderían todo... pero no quiero recordar.. ni mucho menos obligar a mi mente a relatar con lujo de detalle a mi olvidada conciencia sobre mi corta existencia... por que a mis dieciséis años todo mi mundo se reduce a un pequeño y sencillo concepto: mi casa, a las orillas del mar... alejado de la gente... alegado de esas miradas que me ven... que me observan como si fuera un mono de circo y esperaran a que realizara alguna suerte.

Si, mis padres me alejaron de "ellos", ellos que solo me hacían daño con esas miradas... ellos que no comprendían quien era yo... ellos... y sus miradas.. ¿qué era lo que tanto observaban? Que había malo en mi... no se... nada... solo...

-tu nuevo tutor ha llegado- la voz de mi madre me vuelve a la realidad sacándome de mis pensamientos, me giro con una sonrisa irónica en mis labios, mas me quedo sin aliento al ser lo primero que veo dos hermosos ojos azul profundo observándome.

El se acerca a mi, y sus labios se curvan en una fugaz sonrisa mientras se arrodilla a mi lado y me tiende la mano –Heero Yuy, mucho gusto... Duo.-

Parpadeo un par de veces antes de contestar al saludo, extiendo mi mano y saludo con voz alegre –mucho gusto- ni yo mismo me creo que minutos antes no quería hablar con nadie y ahora... me muero por seguir escuchando la calmada y gruesa voz del hombre recién conocido... de Heero, mi nuevo tutor.

Bueno... los dejo para que comiencen sus clases- sonríe mi madre, me imagino que aliviada al ver que hoy no grite e hice berrinche con este nuevo tutor, como con los otros... ya tres habían renunciado... según había escuchado por que yo era "demasiado necio y falto de cooperación, además de distraído y que no me entraban las lecciones a la cabeza ni a golpes"

Claro, como iba a escucharlos si sus lecciones eran tan aburridas, además de que me las explicaban como si no las fuera a entender... es decir... así ni deseándolo hubiera podido cooperar, esos tutores me exasperaban tanto como yo a ellos.

-Si...- contesto él volviéndose a levantar y caminando al escritorio donde deja los libros que llevaba consigo bajo el brazo y tomando asiento en el extremo opuesto al escritorio.

Yo solo me quedo mirando cada una de sus acciones, hasta que el sonríe y me dice -¿podrías cerrar la puerta y venir hasta acá? Tus clases están a punto de comenzar.

De nuevo mi cara muestra lo contrariado... no... mala palabra... si no, me sorprendí, sí esa es la palabra adecuada... asentí con la cabeza mientras le di a la silla, cerrando la puerta y volviéndome a dirigir hacia el escritorio, donde me le quedo mirando de nuevo... observando con mas detenimiento sus rasgos, su pelo castaño oscuro que caía un tanto rebelde sobre su rostro enmarcaba un rostro un tanto serio, mas todo rastro estricto desaparece en cuanto vuelve sonreír, sus ojos de un hermoso color azul... su cuerpo no es muy fornido ni tampoco muy esbelto... diría que es normal, además de que es muy alto... bueno... para mi, medio mundo es alto... creo que el nota que lo miraba por que vuelve a sonreír... entonces me doy cuenta de que seguramente parezco un menso mirándolo tan fijamente, debo de dejar de mirarlo así.. si no va a creer que estoy mal de la cabeza... como los otros tutores lo pensaron, mas el solo abre un libro.

-Comenzaremos por probar como va tu nivel de ingles y luego proseguiremos las demás materias ¿esta bien?-

yes, it´s ok... but my english is perfect-

El sonríe complacido, pero aun así me contesta también en ingles –fine, just you will answer this test... ok?-

-Bien...- conteste haciendo puchero con la voz... adivinaron, no quería hacer un examen en esos momentos, si, también todo eso era aburrido.

Después de contestar los exámenes de ingles, biología, español, matemáticas y calculo, filosofía y creo que hasta uno de conocimientos generales había, él los tomo y solo los hojeo para después ponerlos a un lado como si el hecho de que me hubiera pasado las ultimas tres horas contestándolos no tuviera importancia. Ahora fue turno de él de mirarme.

-¿Qué?- conteste procurando que mi tono de voz no sonara a reclamo, pues esa no era mi intención en absoluto -¿tengo algo en la cara?- inmediatamente me lleve las manos al rostro y a los labios, como mi maña era de la morder plumas siempre terminaba con manchas de tinta en los labios.

-No, solo pensaba que te debe gustar vivir mucho junto a la playa ¿verdad?-

-Eh.. pues...- no se que contestar... supongo que para muchas personas ese sería el sueño dorado –le diría que si, pero no... es cansado solo tener eso de paisaje.-

-Pero te ha de gustar ir a la playa- note que frunció un poco el entrecejo, supongo que extrañado por mis respuestas.

-Nunca salgo de esta casa.- contesto secamente, no he querido contestar así, pero siempre al abordar el tema ese es el tono de voz que me sale.

Pero el ya no me contesto, solo sonrió y volvió a abrir el libro para pasármelo –lee eso en voz alta, por favor...-

Yo obedezco, ahora si extrañado, es el primer profesor que se pone a platicar conmigo.. claro si eso fue una platica.

Ya caía la tarde cuando el se despidió y salió de mi habitación, pero me extraño que se quedo ahí parado en la puerta como si esperara algo, si ya había entrado ni modo que no recordara donde estaba la salida... ¿o para que estaba ahí parado?.

-¿No me acompañaras?... un caballero acompaña a sus visitas cuando estas se marchan- recito como si lo hubiera memorizado de algún libro, mas la mueca con la que lo hizo evidencio que lo estaba haciendo en tono de sátira a ese dichoso libro.

-Claro...- digo, pero me quedo quieto, esperando a que el venga por mi.

-Vamos pues- dice haciéndose un lado para que pueda pasar perfectamente, de nuevo me sorprende, por lo general alguien siempre toma el mando de la silla... sin saber por que sonrió y salgo de la habitación, el comienza a caminar a mi lado, indicándome que así andaremos el resto de trayecto, que no es mucho.

-La casa esta sola... – pone en evidencia ese hecho, el también algo extrañado.

-Solo esta la muchacha que le ayuda a mantener en orden la casa a mi madre; a esta hora mamá sale del trabajo y pasa por mi hermana a la escuela... papá esta en el trabajo hasta mas noche... supongo que mamá estuvo en casa hoy por que iba a llegar usted- le explico.

-No me hables de usted Duo, no estoy tan viejo...-

-Pero usted es mi tutor y yo...-

-Se que soy tu tutor... pero aun así no me gusta...- cuando llegamos al pasillo que conecta la sala de estar con el recibidor sale Alicia, así se llama la muchacha, quien con una sonrisa se coloca detrás de mi para darle a la silla, yo solo suspiro, no era necesario que ella hiciera eso pues prácticamente la distancia que nos separaba de la puerta era solo de unos seis pasos.

-Bueno, mañana llegare a la misma hora, y espero que hayas hecho tus deberes, Duo- me dice despidiéndose de mi acariciando mi cabeza con cariño. Yo solo le digo que si mientras hago una mueca de fastidio ante la mencionada tarea.

Con un movimiento de cabeza se despide de Alicia quien me lleva a la habitación y me pregunta si deseo cenar ya o esperare a mi familia... extrañamente deseo cenar ese día con mi familia, casi siempre ceno yo solo en mi habitación, así que le digo que esperare.

Cuando ella se va, me paso de mi silla a la cama, un maniobra no muy difícil cuando ya tienes practica en hacerla y si no serán practica casi siete años de hacer eso... si mi madre me viera hacerlo pondría el grito en el cielo, ella no quiere que me lastime por nada del mundo y me tiene prohibido hacerlo, no me vaya a caer y lastimar... aunque Alicia y yo tenemos un trato... ella me deja manejarme a mi mismo en mi recamara y a cambio yo le regalo uno de mis dibujos... un trato algo infantil lo sé.. pero ella misma fue quien lo propuso.

Sin duda la cama es mas cómoda, tomo del estante que esta aun lado mi cuaderno de dibujo junto con los lápices y comienzo a dibujar con trazo suave el rostro de Heero, su mirada apacible junto a su sonrisa me han dejado intrigado... sin duda el tampoco es como la demás gente... y quiero descubrir que de él me hizo llegar a ese pensamiento.

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La familia Maxwell estaba integrada por el padre, la madre, el hijo mayor y la hija menor. Se podía decir eran una familia feliz, felicidad que solo era opacada un poco por el hecho de que el hijo mayor nació con una rara enfermedad, los señores Maxwell no culpaban ni a los cielos ni a ellos mismos por ese hecho, habían visto niños pequeños con la misma enfermedad de su hijo que tenia consecuencias mas graves que las de su hijo por lo que estaban agradecidos y no veían necesidad de culpar a alguien. Por suerte a su hijo solo le había afectado la fuerza de sus piernas condenándolo a una silla de ruedas.

Estaban felices que pese a eso su hijo fuera alguien saludable, alegre... y que su hija menor también estuviera sana. Mas sin embargo si culpaban a alguien, no de la enfermedad... si no de cómo juzgaban...

Andrea, la madre, siempre le partió el corazón ver como la gente veía a Duo, su querido hijo con ojos de lastima, juzgándolo a la primera ojeada...

Jonathan, el padre, le enfurecía que trataran a su hijo como un retrasado solo por el simple hecho de verlo en una silla de ruedas... le enfurecía como la gente se iba por las apariencias, o incluso evitaban a su hijo como si los pudiera contagiar de algo..

Hilde, la hermana, sentía tristeza por los que no se molestaban en conocer a la gran personita que era su hermano mayor, le entristecía y enfurecía a la vez la ignorancia de la gente ante personas con diferentes capacidades.

Y al hijo, Duo... el ya había aprendido a lidiar con esas miradas... con esas evasiones... incluso se acostumbro cuando sus padres decidieron mudarse a una casa cerca de la playa y de un pequeño pueblo, se acostumbro a toda su vida a tener un profesor particular, y se acostumbro a no tener mas compañía que la de su hermana. Ya se había acostumbrado a la soledad.

No quiere decir que al pequeño Duo en su infancia no haya tenido amigos, si no que su madre evitando que lo lastimaran tanto física como emocionalmente no les permitía estar mucho con el...tampoco quiere decir que Andrea tuviera culpa alguna de la soledad en que estaba metiendo su propio hijo... es que simplemente el amor sobré protector y la ignorancia pueden causar el mismo daño.

Duo con el tiempo también aprendió a no objetar con que no lo dejaran convivir con otras personas, pues de pequeño terminaba llorando y ahora mas grande terminaba de pleito con sus padres.

De pequeño se había aplicado con cada tutor, mostrando en si que era inteligente, y mucho, y también esperando que si se portaba bien y obtenía buenas calificaciones sus padres a lo mejor lo dejarían asistir a la escuela junto con su hermana Hilde, pero eso nunca paso. Por lo que el entusiasmo del principio de su vida escolar fue decayendo al grado de que en solo un año tres profesores habían renunciando... pues Duo no mostraba todo lo que sabia, y prefería sumirse en sus pensamientos haciendo que los profesores llegaran a pensar que los padres del chico les habían mentido y este en verdad tenia una grave enfermedad, aparte de física mental.

Duo alegaba que ya estaba en edad de asistir a una universidad, a una escuela verdadera y dejar de tener profesor particular, pero sus padres insistían que no... Era por eso que Duo se había encerrado la ultima semana en su habitación, sin querer ver a nadie mas que a Alicia cuando le llevaba su comida o lo ayudaba a cambiarse por las mañanas y acostarse por las noches (eso ordenado por la madre del mismo quien a veces también se encargaba de esas tareas) pues el era perfectamente capaz de realizar esas actividades por si solo.

Mas ahora, no estaba tan seguro de querer dejar de tener un profesor particular parecía un buen sujeto, y había algo en sus ojos que le intrigaban, por lo que quería descubrir que era.

Estaba terminado los últimos detalles del dibujo cuando su hermana menor entro, una jovencita algo baja para la edad que tenia (solo un año menor que el), de ojos azules y pelo negro que siempre lo llevaba corto alegando que ahí hacia mucho calor para llevar cabello largo y diciendo que lo admiraba por soportar ese largo cabello.

Cuando la sintió entrar guardo el dibujo bajo un almohada. Pero Hilde se había dado cuenta y lo tomo. –aaah que bonito... y que guapo... ¿se lo dibujaste a Alicia?... si no es para ella ¿me lo puedo quedar?- le preguntó sentándose junto a el en la cama.

Damelo Hil, no es de nadie es mío!- le contesto quitándole el dibujo de las manos.

Tu nunca me haces dibujos...- fingió un puchero la chica.

Duo se rió –mira que mentirosa eres...-

Su hermana también rió –si bueno.. no me duran por que los vendo para comprar esto- añadió sacándose del bolsillo del pantalón unos cuantos chocolates.

Si sigues comiendo tanto chocolate vas a tener azúcar en lugar de sangre corriéndote por la venas...- le dijo a la par que cogía el un chocolate.

Es tu postre no te quejes.. di que comparto el botín contigo-

Pues no que vendías los dibujos para comprarlos? ahora me resulta que te los robas-

Ah menso!.. es una frase- se rió Hilde.

Ya se, ya se, si entendí... si no soy tan burro...-

Hablando de burros, ¿cómo te fue con tu tutor?-

Bien.. me hizo exámenes de conocimiento...-

¿Te cayo bien..?.-

Si...- contesto observando el dibujo.

Ah, hoy estas de pocas palabras...- suspiro su hermana levantándose de la cama –ya vamos a cenar... ¿te ayudo?- pregunto señalando a la silla vacía que ahora se encontraba a un lado de la cama.

No.. yo puedo solo.. ya sabes...-

Deja cierro la puerta.. si pasa mi mamá y ve que no te estoy ayudado me va a dar el sermón de las cinco horas sobre ser buena hermana-

¿Sabes Hilde?- le pregunto mientras subía a la silla –a veces me siento como si yo fuera el hermano menor y tu la mayor... o así nos tratan nuestros padres...-

Ah no señor... tu eres el mayor... mire quien se quiere quitar los años...- murmuro bromeando Hilde, Duo solo sonrió como respuesta a su hermana, y también como acción de resignación cuando Hilde empujo la silla por el, sabia que su hermana estaba enterada que el odiaba que hicieran eso, pues en su casa el era capaz de darle a la silla por su cuenta, pero su madre seguramente la regañaría si llegaban al comedor y veía que Hilde no ayudaba a Duo.

Tan inútil me cree mamá- dijo sin fijarse que lo había hecho en voz alta.

Vamos Duo, sabes que todas sus paranoias hacia contigo son para protegerte por que te ama-

Sí bueno pero...- pero Hilde ya no se entero que, pues habían llegado al comedor y su madre de la felicidad de ver a Duo acompañarlos ese día a la mesa había comenzando a hablar como perico, su padre constantemente bromeaba que el había sacado el carácter de su madre. Y ese fue uno de los tantos días, que a veces parecían tan pocos en que la familia cenó entre platicas y risas, al parecer de los padres el nuevo tutor había agradado a su hijo.

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Heero Yuy, era maestro hacia tan solo un año y ese era su primer trabajo; lo había aceptado y ahora estaba satisfecho por haberlo hecho. Se sentó en el pequeño y cómodo sofá mientras tomaba las hojas de los exámenes y se ponía a revisarlas. Contrario a lo que se esperaba habiendo leyendo los informes de los últimos tutores del chico, este resulto ser muy inteligente, además de tener facilidad de palabra y expresión... y dócil, todo lo contrario a lo que esos informes le habían advertido.

Se sonrió, era un chiquillo muy simpático sin duda alguna, bueno una vez que había logrado romper el silencio haciéndole hablar con preguntas, que sin duda tenían una doble intención, no por nada también tenia un titulo en psicología. Aunque había algo en el demasiado evidente... sus ojos... su mirada violeta que se perdía por momentos en el horizonte, tal vez, analizo después que le dijo que nunca salía de esa casa, anhelando una libertad...

Por el momento la primera impresión que había tenido con su pequeño alumno había sido grata, era un chico menudo y un poco pálido, de ojos violetas y cabello castaño solo un poco mas claro que el suyo, muy largo y sujeto por una trenza, además de poseer una personalidad demasiado especial . Esperaba no cometer cualquiera que hubiera sido el error de los otros profesores con el... esperaba... lograr conocer mas a fondo a su alumno... termino de revisar los exámenes complacido... solo eran un par de años mas en que el chico podría tener un profesor particular, puesto ya casi adquiría el nivel necesario de un universitario.

Dejo caer la cabeza en el sofá, el clima de esa ciudad (por que ya había dejado de ser un gran pueblo para irse convirtiendo en una pequeña ciudad) era sofocante... y sin pensarlo el mismo sopor provocado por el calor y la humedad lo hizo sumirse en un profundo sueño, sin duda batallaría para acostumbrarse al clima costero.

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Notas de la autora: Pues, esta historia ya tenia mucho, demasiado tiempo en mi cabeza, pero por algunas razones no me atrevía a escribirla, hasta que el otro día empecé a escribir.

Esto... bueno... por favor dejen sus opiniones al respecto ¿sale?...

Matta ne!