¡Hola! Aquí de nuevo, soy fanatica de los Lemmon, y más si son Ronmione, decidi hacer el mio pero claro, con su hermosa historia :), espero que les guste, seguire con las demas historias, asi que no se preocupen n_n Gracias a los que leean este capitulo y espero que les guste esta nueva historia :D, dejen sus comentarios, esos motivan a seguir escribiendo :D

El cielo estaba gris y sin vida, un día típico de Londres. Las calles estaban poco concurridas por personas muy bien abrigadas, el frio se estaba empezando a asomar. Entraba el mes de Julio y las temperaturas se sentían como si estuvieran en Noviembre. Cierta chica caminaba tranquilamente por las típicas calles mirando embelesada la belleza de los estantes de ropa, los parques cuidados y las parejas en los restaurantes… las parejas, esa palabra para Hermione Granger estaba más que enterrada 3 metros bajo tierra. Respiró hondo y trato de ahogar las lagrimas que pedían salir, ella misma juro no volver a llorar por ese chico que no valía la pena. Tomo con más fuerza las maletas que traía con ella y se re-leyó el papel que llevaba en mano.

''Departamentos Daytoday''

Ella estaba segura que no tardaría en llegar, por lo que al salir del Aeropuerto decidió ir a pie a buscar su nuevo hogar. Estaba cansada, y mucho. El vuelo que la trajo de Paris fue corto, pero a la vez largo para la castaña, ella estaba decidida a irse completamente de ahí y no volver a saber nada de él, de Viktor Krum.

- Disculpe señor, ¿Los departamentos Daytoday se encuentran cerca de aquí? – Preguntó Hermione a un señor que caminaba tranquilamente cerca de ella

- Si señorita, si camina 2 cuadras más y voltea a la derecha los divisara fácilmente

Y con un ''Gracias'' Hermione se despidió para volver a un mundo de sentimientos y pensamientos que la embargaban. Camino más deprisa, ya quería tomar una ducha y poder descansar en su nuevo departamento, que, con anticipación ya había sido pagado. Tal y como le dijo el señor, al caminar esas 2 cuadras y cruzar hacia la derecha, ella pudo notar los grandes departamentos, que sin duda, le cambiarían la vida.

El teléfono sonaba en casa de Ronald Weasley, pero nadie contestaba. Éste ya estaba seguro de quien era, ni más ni menos que Lavender Brown, su novia y futura esposa. El teléfono seguía sonado, el pelirrojo bufó enojado, ya desde hace unas semanas estaba harto con todo eso, el ya quería sentar cabeza, pero a veces se arrepentía de haberle propuesto matrimonio a Lavender. Llevaban 4 años de novios y todos ya esperaban que Ron diera el gran paso. El teléfono dejo de sonar y Ron sonrió para sí mismo, cerró los ojos y se recostó en el sillón de su amplia sala, quería a Lavender, pero eso para el ya era acoso. Abrió de nuevo los ojos y supo que le faltaba algo. Se sentía… vacio. Sonó nuevamente el teléfono. No le quedo más de otra que contestar al llamado de su novia.

- ¿Si? – La voz gruesa del pelirrojo sonaba cansada

- ¡Amor! ¿Dónde rayos de has metido? Tengo que decirte que

- No por favor, Lav, espera… estoy ocupado haciendo unas cosas que tengo que terminar y….

- ¡No!, pero es que es muy importante… bueno, hare algo mejor, iré a tu casa y hablamos ahí ok, bye, te amo Ron

- ¡No!, espera…

Era tarde. Ahora no se escuchaba la vocecilla de su novia, sino el pitido que suena cuando la otra persona cuelga el teléfono. Ron maldijo a la nada y colgó también, ahora no le quedaba más de otra que esperar paciente a Lavender.

- ¿Es usted la señorita…?

- Granger, Hermione Granger señor – Hermione estiro la mano en forma de saludo, el señor acepto con una sonrisa el saludo

- Bien, sea usted bienvenida a estos condominios, aquí están sus llaves y espero que este a gusto con el servicio que recibirá aquí… ¿Se quedara aquí a vivir, o solo será por un tiempo?

Hermione estaba ida en ese momento, sentía un ligero picor en los ojos, debía de ser fuerte.

- ¿Señorita?

- Disculpe, me podría repetir…

- No, no se preocupe, era una cuestión sin importancia, adelante, su departamento está en el piso 4, departamento 483 – Terminó el señor, que sonriente le indicaba a Hermione el elevador

- Muchas gracias – Hermione tomó las llaves de su nuevo departamento, el señor, quiso ayudar a Hermione con sus maletas, pero ella con un simple ''No gracias'' se fue directo hacia el elevador.

- ¡Espera, espera! – Hermione se sorprendió con esos gritos, y detuvo las puertas del elevador que ya marcaban el 4° piso

- Siento por gritarte de esa forma, es que yo también voy hacia arriba así que…

- Descuida, ¿A qué piso vas?, es que ya marque el 4°…

- Oh mira qué casualidad, yo también voy para allá… ¿Eres nueva?

- Si, algo así. Me mudaré aquí.

- Oh, ya veo. ¿Y cuál es tu nombre?

- Hermione, Hermione Granger, ¿Y tú?

- Lavender Brown, un gusto Hermione

El elevador se abrió y Hermione miro con atención el gran pasillo. Estaba encantada con todo lo que había en Londres y sin duda se maravillo con lo grande que eran los departamentos

- ¿Cuál será tu departamento Hermione?

- Es el 483, esta por allá, en la esquina

- Yo voy al departamento 473, es este que esta por acá, nos vemos Hermione y bienvenida, un día yo también me vendré a vivir por aquí y te visitare, nos vemos.

- Si, adiós Lavender.

Sin dudas esa chica no le cayó bien a Hermione. Tenía algo raro en ella, era muy extravagante y decía las cosas por decirlas, cuando hablaba no se le veía ni una pizca de emociones y eso a Hermione le asusto un poco. Un poco extrañada por su plática con Lavender, la castaña metió la llave en el picaporte y entro a su nuevo hogar.

Alguien llamaba a la puerta y Ron no quería levantarse. Respiro profundo y deseo que esto terminara pronto, muy pronto. Se levanto sin ganas y se dirigió a la puerta, al abrirla, una chica rubia se abalanzo sobre él, Ron para no quedarse atrás rodeo sus manos en la cintura de ella. Lavender ni tarde ni perezosa cerró la puerta y comenzó a besar a Ron apasionadamente, el pelirrojo lo tomo por sorpresa y trato de sepárala un poco, pero mientras hacía eso, Lavender le subía la playera.

- Tranquila… tranquila – Decía el pelirrojo entre beso y beso

- No aguanto más Ron, por favor… hace como 2 semanas que no hacemos el amor…

- Espera… - Ron logro quitársela de encima – No que querías decirme algo importante

- Esta bien – Lavender puso los ojos en blanco – pero si te digo haremos el amor después verdad – se acerco nuevamente pero el pelirrojo que estaba atento a sus movimiento logró esquivarse

- Si amor, si – la tomo de la mano y la llevo al sillón donde había estado acostado

- Bueno, es que quería decirte, que si hacemos un pequeño recorte en los invitados… son más de 3OO personas y…

- ¿Recorte? – Ron estaba un tanto confundido - ¿Acaso no quieres invitar a alguien de tu familia…?

- No – Lavender soltó una risita cantaría, muy propia de ella – me refiero a que tendré que quitar a todos tus amigos y…

- ¿¡Qué! Por supuesto que no, ni lo pienses – Ron se levanto del sillón enojado - ¿Cómo se te ocurre semejante estupidez?

- ¡No es estupidez! – De un momento para otro Lavender ya tenía lágrimas en sus mejillas – No me grites de esa forma, es la verdad, aparte, los vez todos los días y…

- ¡Pero se supone que es mi boda!

- ¡Y también la mía! Y por lo tanto yo decido quien va o no ¿Entendido?

Ron se quedo callado. No quería discutir nuevamente con Lavender, todo eso ya se volvía más que costumbre. Se voltio y le dio la espalda, se fue directo a la ventana y abrió un poco más la cortina, miro hacia abajo y vio varios carros entrar al estacionamiento, suplicaba con la mirada que Harry llegara para poder irse con él un rato y olvidarse de todo lo que estaba relacionado con Lavender. Harry no aparecía, Ron lo maldijo y a la vez que lo hacía unas pequeñas manos lo abrazaban por detrás.

- Vamos Ron lo prometiste…

Ron volteo y miró que Lavender ya se había quitado la blusa, solo estaba con su pantalón y su brassier. Ron no dijo nada más y beso a Lavender, mientras que ella lo guiaba hacia la habitación del pelirrojo.

Hermione ya había terminado de arreglar todo lo que tenía en sus maletas. Le sirvió de mucho que el departamento ya estuviera amueblado y que sus pertenencias y demás las hayan enviado antes hacia ese departamento. Una prima de Hermione se encargo de hacer todo eso ya que la castaña no estaba en los mejores ánimos. Tenía ganas de salir. Ella admiraba Londres y de chica soñaba con ir y vivir en Londres, para ella era el sueño de toda típica adolecente. Al verse sentada y sola en ese departamento no le quedaron más fuerzas para seguir aguantado las lagrimas que desde hace tiempo querían salir, sin más, Hermione Granger rompió en llanto. En su pecho ya estaban acumulados muchos sentimientos, Tristeza, dolor, engaño… ella siempre pensó que si sembraba amor, cosecharía amor pero, en cambio, ella nunca cosecho nada. Su mente le decía que parara de llorar, pero su corazón seguía dándole recuerdos de todo lo mal que la paso esas últimas semanas.

- Debo… tranquilizarme… y comenzar… comenzar de nuevo – Hermione hipeaba debido al llanto – todo esto es absurdo, yo nunca había sido así, nunca había llorado por un patán que no vale la pena… nunca más volveré a llorar por un hombre, nunca más.

Hermione se levanto y decidió que esto tenía que acabar. Se fue directo a su recamara y busco un lindo y atrevido vestido, se metió a la ducha y se juro a sí misma, que ahora solo pensaría en ella, que jamás volvería a llorar por nadie y mucho menos por una persona que no tenía valor, alguien como Viktor, Viktor Krum.