¿Song-fic? Ni idea, me andaba rondando hace días la idea. Hela aquí. Aprovecho, es un regalo para Ai Shinomori, por su cumpleaños. Guapa, gracias por todo. (:

Ni Digimon ni la canción me pertenecen. La primera pertenece a Bandai y TOEI y la canción es propiedad de Sufjan Stevens. Las lyrics, otra vez, sin un orden específico.


The dress looks nice on you

– único –


Ladeó la cabeza, brevemente, una sola vez. Se veía preciosa, llena de vida, llena de brillo, llena de luz. Y hermosa, en aquel vestido. Sus pasos seguros hacia él… sentía que en cualquier momento iba a llorar de la emoción, pero nada, sólo sonrió ante ella, esperándola. Le gustaba aquel aire pausado en ella, aquella aura de amor y tranquilidad que sólo ella era capaz de emanar, como un calmante, como si fuera la cosa más perfectamente perfecta del mundo. Apenas llegó, la tomó del brazo y echó a andar con ella, ¡qué bonita se veía en aquel vestido azul cielo!

And I think the dress looks nice on you.

I can see a lot of life in you.

Siguieron caminando, contemplando las maravillas de una ciudad en pleno verano, el vestido, de seda, cubriendo tímidamente sus hombros hasta bajo sus rodillas, enalteciendo la grácil cintura. Ella a su lado, con esa esencia que lo tranquilizaba como si nada, como si fuera el remedio a todos sus miedos y soledades. Sí, así estaba bien, ella, ella era su fascinación, su punto de vida, ¡tantos significados que no pueden ser reducidos a palabras! Siguió andando con ella, en silencio.

A veces se preguntaba si era el único que la veía así, tan brillante y llena de vida. No, no podría el mundo quedar indiferente a su aura, a su magia, ¡a lo hermosa que se veía con ese vestido! Y por otro lado, si sólo fuera él quien la viera así, a través de los ojos de la adoración, ¿qué más daba ser el único que la viera así? ¡Más para él! No tendría porqué compartirla con alguien más. Así estaba bien, ¿para qué pensarlo tanto?

—Llevas largo rato callado, más de lo habitual. ¿Pasa algo?— Y ella, como siempre, tan perspicaz que ni tiempo le dio de inventar alguna excusa.

—Nada, sólo que pienso que… has elegido un muy bonito vestido, Miya.— Sonrió, apretando su mano tan sólo un poco.

I can see a lot of life in you.

I can see a lot of bright in you.

Siguieron caminando con tranquilidad, deteniéndose al fin frente a la bahía. Ken la atrajo con un brazo a su costado, con el brazo sobre los hombros desnudos, salvo por aquellas dos pequeñas tiras. El aroma a sal del puerto y el sol brillando más fuerte, culpa del reflejo en el agua. Y pensar que ella era más brillante que el mismo sol, más violenta que el oleaje, inquietante y tranquilizadora como cerrar los ojos y escuchar el rugido del mar. Así, así mismo es ella.

—A veces no entiendo tu fascinación con el mar, Ken.— Expresó la pelivioleta, riendo con cariño.

—No hace falta que lo entiendas, Miya.— Contestó, tomando su mano e invitándola a bajar a la playa, algunos metros hacia el Sur.

Porque ella misma parecía nunca ser consciente de todo aquel candor, todo aquel brillo, toda aquella vida que parecía desparramar con su sola presencia. Y otra vez, considerando lo del vestido, ¡por él la viera siempre con la misma prenda! Pero no, la magia no era por el vestido, era por su sola presencia y nada más. Podría ir desnuda por la vida y seguiría siendo la misma. El vestido era un accesorio, sí.

Ella, la más brillante, la más rebosante de vida.

Y tan suya, siempre tan suya. Su tesoro, aquel que no deseaba compartir con nadie más.

Tú, siempre tan llena de vida.

—Hay tanta vida y tanta luz en ti.— Murmuró, su voz se perdió con el viento y el oleaje.

No lo suficientemente fuerte para ser escuchado por ella, lo suficientemente fuerte para llegar a su corazón.

Ella, la razón de sus sonrisas.


MIEL, MIEL Y MIEEEL. Pues, eso c: algo cortito, salido de la nada y… bueno, ¡feliz cumpleaños, Ai-chan!

* . Carrie