Mis recuerdos son un poco borrosos, eso jamás pasa desapercibido al igual que mi torpeza, yo olvido cosas fácilmente... pero hay recuerdos que yo Nymphadora Tonks (prefiero solo Tonks) no olvida, una de ellas es una visita cuando contaba yo con dos años. Es increíble ¿no creen?, claro, no recuerdo al 100%, recuerdo algunas cosas y otras regresan a mi mente gracias a mi madre y padre que hablaban de aquella visita. Pues bien, aquella visita cuando recuerdo llegan a mi mente algunas cosas como un color un poco extraño en mi cabello, algo así como un rosa que por más que he intentado volver a hacerlo no he podido, ¡Vaya habilidad de metamorfomaga!. Otros recuerdos son tres jóvenes como de 15 años, un cabello negro revuelto, unos ojos cafés, otros grises y... otros que recuerdo a la perfección unos color miel, y entre otras cosas que entre ellas es un aroma de chocolate ¡Yo amo el chocolate!, creo que después de aquel día inició mi adicción por el chocolate, pero es lógico no, todos los niños aman el chocolate. Pero para mí fue desde ese día...

-Nymphadora quédate quieta. Por favor hija no cambies tanto el color de tu cabello que me marea mientras intento peinarte- me decía mi madre Andrómeda

-Mami por favor no me digas Nymphadora sabes que lo odio- yo siempre le decía así a mi madre

-Pero así te llamas hija- me respondía mi mamá

-Pero sabes que lo odio

Se lee extraño no, pero a mis dos años, ya a algunos días de cumplir 3 años yo hablaba muy bien y sin tantas complicaciones, pues si de pequeña yo era (más bien soy) bastante inteligente si no fuera por...

-Tonks hija... ¿Estás bien? ¿No te lastimaste?

-No papi estoy bien- le respondí mientras me ponía de pie sobándome mi mano, había tropezado y me pegué en una mesita de la sala

-Hay hija espero y en cuanto venga tu tío Sirius no tropieces- me decía mi madre mientras bajaba de las escaleras

-¿Vendrá mi tío Sirius?- le pregunté emocionada. Ya tenía oportunidad de conocerlo un par de veces

-Si hija él vendrá- me dijo mi madre sonriendo- pero esta ocasión vendrá con dos amigos suyos

Se escuchó que tocaron la puerta, me acerqué a ella pero mi padre se adelantó y abrió la puerta

-Sirius que alegría verte primo- era la voz de mi madre- vaya parece que has crecido un poco más

-Gracias Dromeda- le contestó Sirius- oh por cierto traje a mis dos amigos conmigo James y Remus

-Bienvenidos vengan pasen- dijo mi madre haciendo espacio para que entraran

Mi padre cerró la puerta, por lo visto mis padres ya conocían a los amigos de mi tío porque mi papá comenzó a platicar con uno de ellos

-Remus que alegría volver a verte, ya pasaron cuatro años, cuando mi amigo Lyall te presentó, vaya en tú primer año en Hogwarts ¿cierto? y ahora vaya, tu padre me ha dicho que eres prefecto

-Si así es señor Tonks- le respondió el chico con una sonrisa, eso me di cuenta, tanto que en mi distracción choqué con una mesita (no se cuál es la obsesión de mi madre con tener tantas mesas) y por poco tiro un florero y además estuve a punto de caer si no fuera por dos manos que me atraparon en el momento, una era de mi padre y la otra era del chico que hablaba con él

-Cuidado Tonks que casi rompes el florero favorito de tu madre- me dijo mi padre- Remus ella es mi hija Nymphadora

-Papá no me digas así, yo solo soy Tonks- miré a mi padre y después al chico, lo miré algunos momentos y vi sus ojos, eran color miel, no lo voy a negar eran muy hermosos, después volví a mirar a mi padre y solo atiné a decir

-Chocolate- dije en voz baja

-¿Quieres chocolate?- me dijo Remus sonriendo. Yo solo asentí rápidamente mientras él sacaba algo de su túnica

-Ten- me dijo al tiempo que me acercaba una barra de chocolate

Miré a mi padre que me sonreía y con su mirada entendí que me decía que lo aceptara

-Gracias- le dije al tiempo que yo tomaba la barra de chocolate

-Gracias Remus- le dijo mi padre y se alejó

-De nada- me dijo Remus aun sonriendo- pero no le digas a tu tío Sirius que te regalé ese chocolate, planeaba dárselo pero en estas circunstancias mejor te lo doy a ti- me dijo al tiempo que me guiñó un ojo y se sentó con Sirius

Mientras se alejaba, sentí un rico aroma a chocolate con un pequeño toque de miel, al mismo tiempo que comía el chocolate y mi cabello que siempre era color negro cambió a uno color