¡Hola! He comenzado este fic apenas ayer y estoy muy emocionada OuO Este intento de historia es gracias a muchisisímos fics. En fin, traten de disfrutar ;D Sí, esto ya lo saben: Beyond Birthday no me pertenece.
Bien, hoy era el día, hoy era día de trabajar. No me molesta, puesto que amo mi trabajo, el proceso es tan emocionante y divertido. Podría decir que lo haría a cambio de nada, ¡pero no! La mermelada cuesta, ¡y caro!
¿Quién lo diría? Matar por un poco de mermelada, oh, dulce y querida mermelada. Pero no es sólo eso, necesito mi dósis de sangre y gemidos. Las caras de terror que ponen al saber que sus vidas llegaron a su fin. Hombres, mujeres y, a veces, niños (¿qué tanto se puede conseguir de un infante?); todos por igual morirían de la manera más sádica y terriblemente imaginada. Es cierto que la mayoría de las personas quieren morir de manera honorable, y quién mejor que yo para cumplir sus deseos. ¡Porque yo, Beyond Birthday, les daré la muerte más honorable posible! Qué mejor que morir a manos del mejor asesino de todos los tiempos.
Como sea, basta de parloteo, es hora de trabajar.
Camino por las calles sin llamar la atención; son apróximadamente las 9:30 pm y me encuentro con muchos humanos inútiles. Miro sus nombres, el tiempo que les sobra y su apariencia; claro, necesito dinero para la mermelada. Pero me encuentro con algo que llama mi atención, un nombre, no cualquier nombre, al menos no para mí. No diré su nombre completo, ya que no vale la pena, sólo las iniciales: L. L. Ese maldito bastardo me llevaba el recuerdo de otro bastardo. Sí, él sería el indicado por esta noche. No me importaba si tenía dinero o no, sólo quería saciar mi sed de sangre y relucir un poco de odio hacia L. Quería divertirme esta noche.
Lo seguí hasta su casa, al parecer no vivía solo. Supongo que era obvio, el pobre no tendría más allá de 20 años. Ya sé que yo tengo la misma edad, quizá más, pero la diferencia es que él era "normal", patético. El humano entró a su casa y yo esperé unos momentos para entrar en acción. Me acerqué un poco más y alcancé a divisar la cabellera de una chica. ¡Ja! Si supiera lo que le espera a su, probablemente, novio.
Esperé unos momentos más hasta que fueron a dormir. Si dormían juntos, eso sería un problema. Yo no acostumbro a matar a dos personas en una sola noche a menos que sea necesario, pero da igual, es simple y sangrienta diversión.
Logré entrar a la casa forzando la cerradura con mis hábiles manos. Todo asesino prudente debe tener manos hábiles para disfrutar más el momento del trabajo y hacer lo que se le plazca con el cuerpo de su víctima, ¿no? ¡Vaya! La casa es más bonita de lo que pensé, tal vez también logre un poco más de dinero esta noche. Hoy mataré dos pájaros de un sólo tiro. Hoy...
Camino despacio hacia una habitación en la que se escuchan voces. Platicaban de manera poco calmada, al parecer discutían, y como yo odio las discusiones, me gusta acabar con ellas. Entonces abrí sigilosamente la puerta y enfoqué mi mirada en L. L., la femina podría esperar. Ninguno de los dos se percató de mi presencia, qué lástima, me habría gustado ver sus miradas de terror al encontrarse con un extraño en su habitación; pero parecían tan concentrados en su estúpida pelea que tuve que intervenir.
-Hola, L.
-¡¿Q-Quién eres tú?!-Preguntó de forma alterada el chico.
-Creí que serías más educado. ¡Pero eres igual de orgulloso que ese maldito!
En un movimiento rápido me lancé hacia el cuerpo, derribándolo. Tomé mi navaja del bolsillo de mi pantalón y sonreí maléficamente. Él me miró con temor, lo cual me hizo sentir más satisfecho. Sus ojos demostraban temor. ¡Sí! ¡Teme por tu patética vida!
Comencé a apuñalarlo al menos unas 5 veces en el estómago hasta que paré. ¡Cómo odiaba que gritaran para tratar de pedir ayuda! Así que opté por romper un poco su camisa y meter el trozo de tela en su boca.
-¡Cállate! No me gusta que las personas griten-Me quejé.
Esta vez, ya no hacía tanto ruido. Forcejeaba, pero era inútil. Si se movía más significaba que perdería más sangre. Pronto decayeron sus fuerzas y me dejó manejarlo a su antojo. Formé una B en su abdomen para después subir a su rostro. Saqué sus ojos y jugué con ellos como si de juguetes se trataran. Me quedé unos segundos así hasta que escuché un paso. Lo había olvidado, había una otra persona en la habitación. ¿Acaso no había corrido para salvarse o por lo menos tratar de detenerme? En cambio, en todo este tiempo, ella se quedó estática mientras observaba como un hombre era asesinado frente a ella de una forma un tanto bizarra. Bien, ella no era una chica muy inteligente. La miré a los ojos y me di cuenta de algo, ella no era novia del hombre que acababa de matar. En las letras encima de su cabeza se leía el mismo apellido que el de L. L., ¿su nombre? No lo diré tampoco, no hace falta. ¿Iniciales? A. L. ¿Era una broma? ¿"A"? Estos humanos sólo querían traerme recuerdos.
Habría sentido un poco de lástima de no ser porque me la pasaba de maravilla y su mirada sólo reflejaba asombro. Qué extraño, no había miedo o repulsión, sólo estaba presente el asombro en sus ojos, y juraría que hasta había un poco de curiosidad. Me levanté y la miré con detenimiento.
-No eres muy inteligente, A. Si B terminó con L, seguramente podría terminar también contigo.
-No tengo miedo-Respondio de forma seca.
-Vaya, vaya, vaya-Negué con la cabeza-. ¿Qué haré contigo? Oh, ya sé. Te propongo algo, te daré 5 segundos para que corras. Entonces, yo iré tras de ti. Si logras salir de aquí antes de que te alcance, te dejaré vivir. Pero si no...
Estaba siendo generoso, me sentía de buen humor y quería jugar. Quería alargar un poco más su vida, pues los días que le quedaban eran largos. Seguro viviría de forma plena, a menos que Beyond interviniera.
-¿Y bien?-Pregunté impaciente.
-No correreré.
Sonreí.
-¿Por qué?-Inquirí ladeando la cabeza.
-No tengo miedo a morir.
-¡JAJAJAJAJAJA!-Reí de forma estrepitosa-. ¡Ni siquiera tú te puedes creer eso! Oh, vamos. Acepta mi oferta-Insistí mientras lamía mis dedos manchados de sangre.
-No.
La miré serio. En verdad no mentía, su semblante era distante. Esto ya no me divertía.
-Si no tienes miedo, entonces no me interesa-Indiqué.
-¿No me matará?-Preguntó alzando una ceja.
-No. Así ya no es divertido. Además, seguro que te gustaría morir-Añadí mientras miraba las largas y marcadas cicatrices en todo su antebrazo-. Y yo no hago favores.
-Vaya... Sólo mata por placer. Creí que era un poco más que eso, pero ya veo que no-Suspiró.
¿Esta estúpida trata de provocarme? Debería de esforzarse un poco más.
-Y tú eres una mujer que ni siquiera puede acabar con su propia vida-Señalé su antebrazo.
-Ah, eso-Dijo de manera distraída-. Verá, mi hermano siempre intervenía a último momento y yo... siempre terminaba fallando.
-Pudiste intentar de otra forma-Repliqué-. Pero ya no importa, tu hermano ya no está más aquí.
-Hasta en la muerte me supera-Sonrió con amargura-. Jamás lo podré superar, a pesar de mis infinitos intentos.
Muchas personas estarían atemorizadas, llorando por su familiar muerto y hasta tratando de matarme por lo ocurrido. Pero ahí estaba ella, parada frente a mí manteniendo una conversación conmigo de manera calmada. Ahora ya no parecía estúpida, más bien era ingenua por abrirse así conmigo, sin contar que momentos atrás esperaba que la matara de la forma más violenta posible. El hecho de ser segunda siempre y querer sobrepasarlo... Ahora ya hasta sentía que me agradaba.
-Supongo que perdí.
-¿A qué se refiere?-Me miró curiosa.
-Te dije que yo no hago favores. Sin embargo, ya te he hecho uno.
-No, realmente. Si me hubiese asesinado, seguro que me habría hecho un favor. Pero no, se equivoca, usted ha ganado.
-Bien.
-Ahora, debería limpiar "la escena del crimen", después de todo, si le encuentrán habrá perdido-Aconsejó.
-Descuida, esto es realizado precavidamente, aunque no lo parezca-Sonreí orgulloso-. Nadie se dará cuenta.
No podía creerlo, establecía una conversación como cualquier persona normal. Claro, el tema era sumamente "fuerte". Sin embargo, hablaba de eso con la hermana del hombre que había asesinado. ¿Eso era sano? No me importaba. Pero la femina me agradó por ver con tanta naturalidad a la muerte. Tal vez sus ideas suicidas eran las responsables de todo.
-Es hora de irme-Dije.
-¿Entonces no me matará? Yo podría dar información vital a la policía.
-Ya te dije que yo no hago favores-Recalqué-. No me importan tus amenazas. Adelante, ¡hazlo! Los idiotas no podrán atraparme, así sepan quién soy. Y debo añadir que me darías un reto, y a mí me gustan los retos.
-¿Entonces le importa si llamo ahora a la policía?-Preguntó inocente-. Verá, no me gustaría dormir con un cadaver en mi casa.
-¿Y qué les dirás a los policías?-Pregunté divertido.
-Les diré que discutí con mi hermano, así que fui a dormir temprano; pero luego escuché ruidos extraños en su habitación, por lo que fui a ver y al abrir la puerta me encontré frente a usted. Sin embargo, no logré ver su cara, puesto que sólo me concentré en el cuerpo de mi hermano mientras usted escapaba a toda velocidad.
-Debo admitir que es una buena mentira. Pero no logro entender por qué tratas de ayudarme.
-No lo sé.
-Como sea, adiós-Dije.
Salí de la casa por el patio trasero y caminé hasta el lugar donde me alojaba, no sin antes comprar un tarro de mermelada con el dinero de la billetera de L. L. ¡Ja! Después de todo, no me había ido tan mal.
