Bienvenidos una vez más.

INFORMACIÓN: os explico que aquí subiré historias cortas e independientes pero todas Rizzles. Es decir, cada capítulo será una nueva corta historia Rizzles e independiente al fic subido anteriormente.

Amor al estilo Rizzles

Capítulo 01:

Errores y límites.

Como todos los días, Jane, Maura, Tommy, Korsak y algunos detectives más se reunían en el bar de Ángela para pasar un rato agradable entre amigos. Pero hoy…hoy no iba a ser igual que siempre...

— ¿¡A que estás jugando!? —Gritó Maura abriéndose paso entre la gente del bar para poder acercarse a Jane y encarase a ella.

Todos los allí presentes dirigieron su atención a una enfadada Maura.

— ¿Disculpa? —Preguntó sorprendida ante aquella reacción histérica por parte de su pareja.

A Maura y Jane solo las separaban escasos cincuenta centímetros de distancia.

— ¿¡Hasta cuando vas a continuar tu gran mentira con Scott!? —Preguntó enfadada a la par que indignada.

— ¡Tranquilízate! —Pidió al mismo tiempo que ponía una mano a la altura del hombro de Maura y la separaba de sí misma ya que sentía invadido su espacio personal.

Maura volvió a encararse con Jane.

—Te hice una pregunta. ¡Contéstame!

— ¡Detente Maura! —Pidió.

Maura perdió toda la paciencia que le caracterizaba y explotó. Agarró el brazo de Jane para juntarla todavía más contra sí llamando toda su atención.

— ¡Maura! —Exclamó Ángela interponiéndose entre ambas— ¡Basta! Vete fuera y camélate un poco.

Jane se zafó bruscamente para soltarse de Maura obligando también a que Ángela retrocediera. Ahora fue ella quien se encaró contra Maura.

— ¡Las cosas no son tan fáciles Maura! —Espetó con rabia la detective— Te lo he explicado una y mil veces. ¡Deja ya este tema! —Le advirtió seriamente.

—No es fácil porque tú no quieres que lo sea. ¡Saca a Scott de tu vida! —Exclamó todavía furiosa.

— ¡Basta ya!

Dijo Tommy agarrando a Maura y llevándosela a la fuerza hacia la puerta de salida trasera.

— ¿¡A qué se debe el enfado de Maura!? —Le preguntó Ángela a su hija.

— ¡Nada que os importe! —Dijo dando así por finalizada la conversación para acto seguida abandonar el bar.


—Maura, ¿qué ha sido todo eso? —Preguntó aún sorprendido por todo lo que había pasado hacia escasos segundos.

— ¡Estoy harta, Tommy! ¡Cansada de seguir siendo correcta mientras Jane juega conmigo!

—Scott ya no es nadie en la vida de Jane, y tú lo sabes perfectamente. Ella no siente nada hacia él.

— ¡Es su ex marido!

— ¿¡Y que importa eso!? Jane no le quiere, no siente nada por ese hijo de puta. Lleváis juntas dos años, ¿no confías en mi hermana?

— ¡Sí confió en Jane! Pero sigue preocupándose por ese carbón. Scott la utilizó y se aprovechó de ella, pero en cambio Jane lo ayuda para que nada le falte.

—Si Jane sigue dándole dinero es para que Scott pueda pagar la manutención de sus hijas y no pierda el derecho de verlas. Jane convivió con esas niñas durante seis años de su vida. Siente pena por ellas, entiéndela.

—Ya lo sé, pero ellas no son su responsabilidad. ¿Por qué Jane carga con algo que no le corresponde? —Preguntó todavía enfadada.

—Maura, a mí también me molesta pero mi hermana tomó una decisión y es su vida. Nosotros no podemos hacer nada.


Esa misma noche…

Después de un largo día, Jane llegó a su casa. Allí se encontró con su madre, quien tenía una copia de las llaves de su casa.

—Hola ma —Se acercó a ella y depositó un tierno beso en su cabeza.

Ángela se encontraba en la mesa pelando una mandarina.

—Hola cariño. ¿Has podido hablar con Maura después de lo que pasó en el bar?

—No he tenido tiempo.

— ¿Eso quiere decir que no has querido hablar con ella?

Jane resopló sin estar enfada.

—Has acertado —Admitió.

—Maura tiene la razón y es lógica su reacción —Dijo sin más—. Todos tenemos un límite, ella ha llegado al suyo —Comentó sin levantar la vista de la fruta que pelaba.

— ¿De verdad? —Jane se mostró a la defensiva— ¿En serio quieres discutir tú también?

Ángela buscó con la mirada a su hija.

—No quiero discutir Jane. Tan sólo te digo que en este caso Maura tiene razón —Dijo en un tono tranquilo y pausado.

—Basta ma, no quiero empezar una guerra contigo también —Dijo para acto seguido coger un vaso y servirse agua.

—La guerra ya la empezaste tú con Maura al hacerle saber que Scott es mucho más importante que tu relación con ella.

— ¡Te estás escuchando mamá! —Discrepó enfadada.

— ¡Lo hago! Y la única que parece que no quiere escuchar a nadie eres tú. ¡Maldita sea Jane! ¿¡Hasta cuando le vas a seguir resolviendo la vida a tu ex marido!?

— ¡No le resuelvo la vida! —Dijo sin dejar de mirarla.

— ¡Basta! —Dijo algo cansada emocionalmente— No quiero hablar más contigo de este tema porque sólo quieres entender tu versión.

— ¡Ma! —Exclamó un tanto sorprendida. Pocas veces su madre se rendía de aquella manera en una conversación con ella.

Ángela dejó lo que estaba haciendo para depositar toda su atención en Jane.

—Scott terminó con vuestro matrimonio y ahora está afectando a tu relación con Maura. ¿Y sabes qué? Todos nos equivocamos, pero no voy a apoyarte en esto.

Jane parecía ser la única que no se daba cuenta de la magnitud de la situación.

—Es que esto no se trata de equivocarme o no.

—Escúchame bien hija, quiero a Maura y es lo mejor que a ti te ha pasado en la vida, no voy a perdonarte si le llegas a hacer daño. Es más, Jane, no quiero saber de ti hasta que tomes otra decisión en la que tu prioridad no sean Scott y sus problemas. Que tengas buena noche…

Ángela se levantó para dejar la copia de las llaves de la casa de Jane sobre la mesa y acto seguido abandonar la casa ante la mirada anonadada de su hija.

Jane sintió un vacío en su interior. Entendía a su madre, entendía a Maura y a todo el que le decía que se estaba equivocando… Pero en parte, le daba pena que las hijas de Scott perdiesen a su padre.

Esta noche a Jane no le apetecía dormir en casa de Maura como otros días.


A la mañana siguiente de la discusión, Maura y Jane no habían vuelto a hablarse.

—Buenos días… —Dijo Jane después de entrar en la morgue— ¿Qué cadáveres tienen terminado tu informe de autopsia?

—Buenos días —Respondió Maura en un tono de voz normal—. Están terminados los informes del cadáver del barco y el de la cancha de baloncesto.

La tensión era más que obvia por parte de ambas.

—Bien, necesito esos informes. ¿Podrías dármelos?

Maura asintió con la cabeza.

—Dame un segundo —Dijo mientras se dirigía a su despacho y caminaba hasta la mesa. Jane fue tras ella.

Jane pensó que empezaba a entrar en la zona de descuento. Es decir, si quería hacerlo, su tiempo para disculparse se estaba acabando.

—Aquí tienes —Depositó varias hojas en las manos de Jane sin tan siquiera mirarla.

—Gracias…

Jane se giró y caminó hasta la puerta, salió pero segundos más tarde se detuvo. Pensó brevemente y volvió a entrar en el despacho.

—Maura…

—No quiero hablar contigo, así que no malgastes tu tiempo si no es para tratar algo estrictamente de trabajo.

Jane suspiró profundamente. La actitud de Maura era más que justificada.

—Por favor Maura. Necesito hablar contigo.

Pasaron varios segundos en silencio y…

— ¿De qué quieres hablar? —Cedió la forense.

Jane caminó hasta Maura quedando frente a ella.

—Lo siento ¿vale? Entiendo tu comportamiento de anoche, pero entiéndeme a mí. ¿Qué puedo hacer con está situación?

— ¿Llegados a este punto todavía no sabes que debes hacer?

—Maura…no quiero que discutamos otra vez.

—No estamos discutiendo Jane. Dime algo, ¿cuántos años lleva Scott aprovechándose de ti?

—No se aprovecha, busca mi ayuda.

Maura suspiró intentando auto controlarse.

— ¿Cuál es la diferencia Jane?

— ¿Por qué todos estáis a la defensiva contra mí? —Preguntó Jane sentándose en el sofá del despacho de Maura.

Maura permanecía de pie apoyando parte de su peso en el escritorio. Tenía los brazos cruzados mientras hablaba con ella.

—No estamos a la defensiva, intentamos ayudarte. Scott siempre se aprovecha de ti y tú caes una y otra vez.

Jane volvió a suspirar profundamente, estaba confundida con todo lo que estaba sucediendo.

—Scott está sólo —Informó—. No tiene un trabajo estable y el sueldo que recibe no es suficiente para ayudar a sus hijas. La familia de Scott no quiere saber nada de él, y probablemente yo soy lo único que le queda. ¿Qué hago? ¿Le niego mi ayuda y cargo con la culpa de que pierda la oportunidad de ver a sus hijas todas las semanas?

—No puedes pensar así Jane. Las hijas no son tuyas, y la culpa de que su familia le dé la espalda es sólo suya. Scott engañó, estafó y arruinó a muchas personas debido a las drogas. Y no le importó el hecho de tener dos hijas. ¿Quién tomó esas decisiones? ¿Tú, o él?

—Pero Maura…

La forense la interrumpió.

—Contéstame, ¿Quién tiene que asumir las consecuencias de los actos de Scott?

—Él.

Maura avanzó y se sentó al lado de Jane.

— ¿Y porque te sientes culpable si le niegas tu ayuda después de todo lo que te hizo a ti, y las demás personas que engañó durante años?

—Es que no lo entendéis —La miró—. Yo no quiero ayudar a Scott, yo quiero ayudar a sus hijas. Ellas no tienen la culpa de no poder ver a su padre.

—Y tú tampoco. El único culpable es Scott. Si tú sigues ayudándole, él jamás escarmentará ni entenderá lo importante que es ser responsable para no perder a sus hijas.

—Dame unos días para reflexionar y te prometo que hablaré con él.

Maura se mostró comprensible y se lo hizo saber. Llevó una mano a la espalda de Jane para hacerle caricias.

—De acuerdo, no quiero presionarte, sólo trato de que abras los ojos —Depositó un tierno beso en la cabeza de Jane y prosiguió—. Disculpa por lo de anoche en el bar, pero llegué a mi limite.

—No tienes que disculparte por eso. Te quiero Maura —Dijo para seguidamente besarla.


En el bar de Ángela…
Jane metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó unas llaves depositándolas sobre la barra.

—Toma ma, te las dejaste en mi casa el otro día.

Ángela llevó la mirada hasta las llaves y luego continuó limpiando parte de la barra con un paño.

—Guárdalas, no las quiero —Informó seriamente.

—Creo que vas a cambiar de opinión.

Ángela dejó lo que estaba haciendo y miró a su hija.

— ¿Qué quieres decir Jane?

—Quiero decir que he decidido que Scott y sus problemas dejan de formar parte de mi vida. Así que aquí tienes… —Jane arrastró las llaves por la barra haciendo que su madre las cogiera.

Ángela sonrió feliz.

— ¿Y Scott ya lo sabe?

Jane asintió con la cabeza.

—Sí, y también Maura. ¿Qué me dices? ¿Te veo esta noche en mi casa para cenar juntas las tres? —Preguntó dibujando una sonrisa con los labios.

Ángela rodeó la barra y se detuvo frente a su hija.

— ¡Claro que sí! Estoy orgullosa de ti cariño. Has hecho lo que debías. Te quiero —Dijo para seguidamente abrazarla siendo correspondida.

FIN.


INFO: Todas las historias que leeréis aquí son historias que no he tenido la oportunidad de editar para añadirlas en algún fanfic largo.

Nota: El tiempo de actualización de capítulos puede variar. Realmente no puedo decir cada cuanto tiempo actualizo y cuantas veces lo haré. ¡Gracias!