DISCLAIMER: Inuyasha © Takahashi Rumiko
"Sólo una oportunidad más" Reedición.
Stage I
Rin despertó esa mañana, más feliz de lo habitual. ¡Cumplía 17 años! Según Kagome, era la edad perfecta para desposarse… y ya tenía en mente con quien hacerlo.
Salió temprano de la cabaña de Kaede. Se lavó y se preparó para realizar sus actividades cotidianas: Ayudar a la anciana a recoger sus hierbas, preparar el desayuno, ayudar a los aldeanos que tuvieran problemas de salud. El trabajo le encantaba, pues aprendía muchas cosas y, junto con Kagome, se encargaban de realizar purificaciones cuando era necesario.
También tenía amistad con Sango y Miroku. Con Kohaku y Shippo mantenía una hermosa amistad, aunque ella ignorara que en realidad, estos chicos se disputaban sus atenciones, pues Rin había crecido muy hermosa y cualquiera de los dos representaba un excelente partido para la joven sacerdotisa.
Shippo había crecido muy apuesto y gallardo. Como youkai, era un ser muy poderoso. Kohaku, en cambio, se había vuelto todo un hombre. A sus 24 años, era el mejor taijiya, sólo superado y por muy poco, por su maestra y hermana. Fuerte, valeroso y varonil, arrancaba suspiros entre las aldeanas que lo veían pasar, embelesadas por su presencia y sedoso cabello, que aún solía traer atado en una coleta alta. Ambos constituían el refuerzo perfecto para cuando Miroku e Inuyasha necesitaban ayuda para exterminar u exorcizar demonios y espíritus malignos.
Aquella mañana, luego de terminar sus labores matutinas, salió a despedir, junto con Kagome y Sango, a los cuatro que se marchaban a cumplir con un servicio solicitado con urgencia en una villa cercana. Mientras Sango y Kagome despedían a sus respectivos maridos con apasionados besos, Rin sólo se limitó a despedir al youkai y al joven con castos besos en sus mejillas y ellos le correspondieron besando sus suaves y pequeñas manos.
Ya se habían alejado unos cincuenta pasos de ellas, cuando Shippo notó que Rin emprendía una loca carrera hacia ellos, extendiendo los brazos, muy emocionada.
Tanto Shippo como Kohaku se detuvieron y extendieron sus brazos para recibir a la chica, pero ella pasó de largo, directamente a los brazos del ser que había esperado por más de dos meses su regreso…
Su amado señor Sesshoumaru.
"Sólo una oportunidad más"
CONTINUARÁ…
