Drabble para el drabblethon, dedicado a Pájaros en la cabeza/Vitruvian-girl. Me apetecía escribir y me apetecía escribirle algo a ella y dado que esta es una pareja tan cómoda y tan agradable de leer... fluff gratuito.
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Fotografías y helados
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-¿Pudo hacerte una foto?
La pregunta, sin previo aviso, tomó totalmente por sorpresa a Cuba que se giró hacia el canadiense.
Matthew estaba tomando un gran helado de vainilla, chocolate blanco y mapple. No se había imaginado que hubiese una heladería como aquella, con decenas de sabores, fuera de la casa de Alfred. Sin duda a Al le pegaba mucho. Y si lo pensaba a Cuba también, con todo ese calor.
Lo cierto es que estaban a comienzos de Junio y ya se le estaban cayendo goterones de sudor e iba en camisa de manga corta y pantalones cortos. La camisa estaba adecuadamente decorada con palmeritas, lo cual pare´cia divertir al cubano.
-Supongo -respondió.
Había invitado a Canadá a su casa para disculparse. Por lo de siempre. Le sorpendía que Canadá no se hubiese vengado de él ni siquiera una vez, que no le odiase. Más bien parecía gustarle. Cuando se lo preguntó únicamente había respondido que era una buena excusa para pasar un rato con él paseando o haciendo cualquier cosa. Si tú lo dices..., le había respondido él sin tenerlas todas consigo.
Canadá apoyó el helado sobre uno de los topes de la heladería, diciendole que se colocase junto a los sabores con el suyo en la mano y disparó la fotografía.
-¡Ya está! -dijo felizmente, mirando en la pantalla de la cámara, americana como no, la fotografía.
-Déjame verla -pidió el grandullón. Podría haber dicho muchas cosas sobre aquella cámara y aquella costumbre pero no quería enturbiar aquella tarde que estaba resultando ser perfecta.
El canadiense le mostró la fotografía.
-Deberíamos hacernos una juntos -propuso Canadá mientras, mirando a su alrededor y, pronto, se había incorporado, pidiéndole a una mujer que les hiciese una foto, cogiendo su propio helado.
Cuba se dejó colocar para la instantánea. Podía decir muchas cosas de aquella cámara y aquella costumbre, pero en el fondo le gustaría tener aquella foto para enmarcarla, con la sonrisa de los dos y los helados a medio derretir en un día de calor.
