Prólogo
N-o-i-z- Una voz dulce y energética me estaba llamando desde algún lugar, que yo conocía esa voz muy bien; pertenecía a la voz de la persona que amaba. Estaba en un largo corredor con múltiples habitaciones, cada una igual a la anterior pero su voz no provenía de ninguna de estas. Al llegar al final del pasillo baje por varias escaleras con la emoción de verlo de me mantenía vivo se había vuelto una forma de vida si no lo podía tener en mi vida lo tendría en mis sueños como sea.
No-iz….- Me llamó de nuevo en un tono molesto seguramente por mi demora, sonreí al pensar en su cara al llamarme tan fervientemente no podía dejar que se vaya, aún me aferraba a su recuerdo su amor había dejado marcas en toda mi piel.
Su pelo azul a la luz del día, sus hermosos ojos de un verde oscuro, su piel inmaculada y sus expresiones fascinantes; ¿cómo podría pensar siquiera en reemplazarlo? Se me era imposible. Al llegar a las escaleras existían ventanales que daban la vista al mar de un azul fascinante más bien turquesa, pero esta vez la persona mirando hacia el mar era extraña; no era Aoba o si lo era había adelgazado mucho con respecto a mis otros sueños. Su silueta se habia marcado más que antes y su pelo estaba del mismo azul pero más largo que llegaba hasta sus caderas, pero ahora parecía una chica y llevaba un pequeño vestido celeste descalzo… ¿Qué clase de sueño era este?
Me acerque cuidadosamente del lobby hasta llegar cerca suyo, lo tomé de los hombros y lo di vuelta con el terror quedándose en mi interior.
-Aoba?...
- Si..?...- respondió dándose vuelta energéticamente, acercándose a mí en un gesto de abrazo que rechaze completamente. No puede ser… Me estaba volviendo loco de eso no existía ninguna duda, era imposible sabía que fantasear con alguien que ya mucho tiempo había desaparecido, era algo enfermo. Pero el siempre aparecía en mis sueños y yo tampoco deseaba alejarme de estos sueños mantenía una lejana esperanza que él seguía vivo en algún lugar y volvería a mi lado pero, sinceramente ya no debería tener esa esperanza. El no volvería y todo era mi culpa, si no hubiéramos discutido si tan solo…
- …- No pude responder nada atónito por mi visión, era igual a Aoba… Solo que era ella, era una chica deifinitivamente mi salud mental estaba empeorando.
- ¿Ha pasado tanto tiempo que ya no me reconoces?- Dijo en una voz triste y melancólica, tomo una de mis manos y la llevó lentamente hacia sus mejillas y me hizo ver su cara; era igual a Aoba, solo que sus ojos tenían un diferente color cada uno, uno era azul y el otro su color verde normal. La mire anonadado por su simple belleza y el hecho que eran iguales sus expresiones y su apariencia, pero ¿Por qué es una chica?...
- Como pensaba… Pronto volveré-Me miró con cariño y un sonrojo delicado apareció en sus mejillas, y su delicado y esbelto cuerpo se acercó al mío colocando su cabeza en mi pecho sorprendido me deje llevar y correspondí el abrazo. Aún dudaba de sus palabras, tenía muchas preguntas en mi cabeza pero como responder aquellas palabras con este lio en mi cabeza. No tenía sentido…
Me desperté sobresaltado en mi cama con una sudoración fría, no entendía mi sueño en lo absoluto decidí levantarme para ir al baño a lavarme la cara; con una sensación de que algo iba mal, mis sueños no eran así. Eran completamente diferentes, pero el de mi sueño no era Aoba era una especie de figura creada por mi mente para desconcentrarme y poco a poco perder la razón, eso era lo más lógico. Luego de ese sueño extraño, habían pasado varias días en Alemania completamente en soledad encerrado en mí mismo como un cobarde era una forma de vida fácil o más bien dolorosa pero me acostumbraba. llevaba dos años así, llevando una vida miserable podría aguantar toda mi vida así ocultándome tras sonrisas falsas sobre una vida que jamás volveré a tener. A veces me reía de mí mismo, de la mala suerte que tenía todo este dinero, lujos y mansiones no servirían ni todas las joyas del mundo comprarían lo que quiero en el mundo nunca más podré tenerlo conmigo era una realidad dura…
-Aló? Tae san?- dije en un tono interrogante, no tenía razón para llamarme a menos que… No, no, no debía pensar en eso.
-Sé que no hemos hablado noiz luego de lo que pero tengo algo que podría interesarte quizás, no te guste pero está en tus manos decidirlo espero que actúes con la razón…-Dijo Tae san confundida y corto la llamada.
