Como todos los días, me encontraba mirándome en el espejo.

- espejito, espejito, quien es la mas bella del reino?... Aguarda, no me respondas. Ya lo se. Soy yo. Y si hubiera otra mas bella, ya debe estar a veinte metros bajo tierra... o debe ser hija mía- Comentaba mientras me maquillaba.

Me vestí como siempre para impresionar y salí a la sala.

- Oh, Afrodita, que bella te ves esta mañana...

- Feo!. Chau bicho! A tu cucha! Aprende de mi hija, maldito horror andante...- Le dije horrorizada a ese hombre.

-Afrodita, soy yo, Hefesto, tu esposo...

- Pero santos dioses! como pude casarme contigo? Debí estar súper ebria...

- Amor, fue hace mas de doce eones.

- Diuuu, viejo arruinado.

Salí corriendo ante la idea de estar casada con, con eso...Por que nadie tomaba nota de cómo ser hermoso y observaba a mi hermosa hija Silena? Que era la más parecida a mí.

- Oh, amor...

- Ares...-dije cortésmente mientras me acomodaba el cabello

- Lamento anunciarte que debo ir a pelear y no nos veremos por mucho tiempo...

- Oh, no. Como pudo ocurrir tal atrocidad?...-empecé a sollozar

- Lo se, lo se. Yo tampoco me quiero alejar de ti, pero...

- No, idiota. Me alegra que te vallas. Pero mira este desastre, se me quebró la uña! -le grité.

- Ah...

- Bueno, si tan poco te va a importar mejor me voy con alguien que me entienda.

Volví a salir corriendo.

- Oh, hermosa pariente. Que se te ofrece querida Afrodita?

- Oh, Apolo. Al fin alguien que me entiende! - Grité mostrándole mi mano y más específicamente mi uñita.

- Oh, pobre criatura. Ven, yo te entiendo, enserio.-dijo abrazándome.

- Si, por eso vine contigo. Sabia que entenderías...- Sollocé.

- No, no llores que se te correrá el maquillaje. Y no queremos eso, o si?-

- No. Yo solo quiero ser perfecta como siempre.

- Tu tranquila. Si hablamos de ti, eso es muy fácil.

- Oh, gracias Apolo. Sabia que tu me apoyarías en este duro momento.

- Si. Sabias que Apolo esta siempre que lo necesites...por que sabes que Apolo es muy guay.

- si, eres súper guay. Igual que yo.

Y bueno todo acabó tan feliz y hermoso como comenzó...