Ya no nos quedaba tiempo.
Percy ya se encontraba a salvo.
Debía hacerlo si quería que mis amigos pudieran ver al Olimpo a salvo unos cuantos años mas...si quería que ellos sobrevivieran.
- Me alegra poder decirte esto de frente...-susurro Luke- tu noviecita, esa Silena, es una mas de mis espías. Y por cierto, es muy hermosa, que pena que se aya ido contigo. Hubiéramos hecho una linda pareja, no lo niego.-Yo solo me limitaba a escuchar, cuando acabó sentí tal asco hacia ese maldito ser...ya tenia mi destino escrito, lo sabia...
Sus guardias me soltaron una mano y con ella saque la foto de Silena, y para mi mismo le susurre -Te amaré desde donde este, mi preciosa Silena. Te perdono lo que sea que ayas hecho. Nos veremos en otro momento, aunque espero sea dentro de mucho tiempo. No me olvides, mi vida...al igual que yo no te olvidare a ti...
- Oh, que tierna imagen. Ahora podrían hacerme el favor de amarrarlo bien, malditos debiluchos! -les grito Luke a mis captores.
- Nunca me rendiré ante ustedes, malditos estúpidos.- Con mi mano aun libre apreté el botón de mi reloj haciendo que los explosivos estallaran en mil pedazos junto con el barco.
Lo ultimo que mis ahora pesados ojos pudieron localizar fue la imagen de Silena, casi consumida por las llamas.
-te a...ama...te amare, mi Silena...- esas fueron mis ultimas palabras antes de oír las ultimas cuatro explosiones y sentir el calor de metales y maderas incendiadas a mi alrededor. Luego, el techo se derrumbo, tapando todo rastro de vida.
Ante mis ojos podía distinguir los más felices momentos de mi vida, toda ella pasando frente a mi, sin poder sostenerla mas, cortaron mi hilo. Ahora ya era uno mas de los habitantes de las tinieblas. No me quedaban mas que los leves recuerdos y los antiguas sueños de una vida en su compañía. De una ya antigua y casi imposible vida al lado de mi hermosa Silena.
