Hellsing no me pertenece


Él la estaba traicionando, él, Walter, SU Walter. Aquel mayordomo que había sido mucho más que un padre para ella la traicionaba. No podía atender a razones, no podía pensar en el porque se sus actos, lo único en lo que podía pensar era en que uno de los pocos pilares sólidos de su vida, una de las pocas personas que siempre estaban ahí le había traicionado.

No podía explicar lo que sentía en aquel momento, cualquier palabra se le quedaba corta.

Escuchó algo de lo que decía, pretendía destruir a Alucard que junto a Victoria era lo único que le quedaba ya que ningún miembro de la mesa redonda ni de su ejército estaba aun con vida.

Y aquel hombre al que tan tiernamente y con tanto cariño había querido pretendía arrebatarle lo único que podía darle lucidez a su vida, por eso no dudo.

-Alucard, mátale, es una orden.

Y su sirviente asintió complacido, no podía quedarse por mas tiempo allí o su perfecta imagen de mujer fuerte desaparecería por eso tomó del brazo a Victoria y entró al dirigible, sin pensarlo, sin volver la vista atrás.