Drabble escrito para el kink meme de Hetalia. Lo cierto es que me gusta cómo ha quedado~ y más porque me salió de un momento en el que me sentía bloqueada así que... genial. Y así aprovecho y subo algo.


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Acupuntura

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El ruso miró con desconfianza las agujas en la pequeña mesita al lado de la camilla.

-¿Estás seguro de que esto resultara, Yao? –le preguntó dirigiendo una mirada hacia el chino que cerró en ese momento la puerta de la habitación.

Era un cuarto pequeño, con unas estanterías negras de madera donde tenía todo guardado China, decorado muy al estilo suyo, con cuadros de paisajes o escenas en tonos sepia y una pequeña estufa para lograr una temperatura agradable. El chino encendió el reproductor de música que estaba en una de las baldas y se empezó a oír el rumor de una cascada. No le sorprendió demasiado ver una pegatina de la cara de Shinatti-chan en el reproductor.

Muy adecuado y relajante, no lo dudaba, pero el método seguía sin convencerle.

-Ya te dije que si, aru. Túmbate y quítate el abrigo –le dijo.

Rusia de nuevo miró todo aquello y se quitó el abrigo. Yao le ayudó cogiendo la ropa y dejándola en una silla junto a la entrada hasta que Ivan estuvo desnudo de cintura para arriba y se tumbó en la camilla. A pesar de la curiosidad de sus ojos China sabía que no las tenía todas consigo de que aquello fuera a dar algún resultado. Ya vería, ahora se esforzaría.

Apoyó primero las manos sobre el hombro del soviético, sopesándolo. Por lo que sabía llevaba días doliéndole a Rusia y se creía capaz de curárselo con sus particulares medios.

Se quedó así unos instantes antes de darse cuenta de que llevaba varias inspiraciones sin moverse, parpadeando de pronto. ¿Qué le había pasado? La piel de Ivan estaba fría bajo sus manos cálidas. Se inclinó con suavidad sobre su espalda, era ancha y se podía notar la musculatura bajo la piel al pasar los dedos por ella. Besó con delicadeza la blanquísima piel, aún en aquel estado en el que se había olvidado de lo que le rodeaba.

Ivan le miró de reojo, alcanzando a ver solo desde su posición el torso del chino y poco más. Repentinamente este se dio cuenta de lo que había hecho se incorporó de nuevo y carraspeó. Por fortuna Ivan no había dicho nada al respecto, dejándolo correr.

-Ahora verás –cambió de tema pese a no haber dicho nada antes.

Tomó la primera de las agujas, creía que ya tenía localizado el problema. Rusia se tragaría sus palabras.