En el ojo de la tormenta.

Mientras el agua profunda chocaba con las rocas salpicándolo todo, Leah se encontraba sentada sobre estas. El cuerpo empapado, el frío calándole los huesos.

No llovía, pero la tormenta se avecinaba. Las nubes negras se arremolinaban constantemente sobre el firmamento, los relámpagos comenzaban a aparecer y los truenos resonaban en toda la reserva. Esta vez sería una tormenta de las grandes.

La melodía en su cabeza se repetía una y otra vez, mientras ella se balanceaba suavemente, siguiendo el compás. La canción era triste, melancólica y le hacía recordar a aquellos viejos tiempos en los que todo era tristeza y amargura. Los años pasaban y la vida se iba lentamente, dejando atrás aquellos momentos desagradables, trágicos y hasta traumáticos.

Sabe que debería estar en casa, junto con el ya no tan pequeño Seth y su madre. Pero estar ahí, en el ojo de la tormenta nuevamente, la hacía sentir bien, libre y confiada.

Porque los momentos vividos nunca se borrarían de su mente, tampoco el dolor de su corazón, pero las cosas habían cambiado. Ya nada volvería a ser jamás como había sido antes y recién hoy, después de varios años, se creía capaz de aceptarlo.

La libertad que acompañaba a aquella revelación era un tanto escalofriante. Pues esa sensación de plenitud hacía mucho ya que no formaba parte de su ser. Poco a poco se había ido acostumbrando, pero aún se sentía atosigada por el fantasma de aquel pasado tortuoso y cansino.

Dos manos gentiles se posaron en su cadera. Sabía quien era sin necesidad de mirarlo. Además de ser el más ruidoso de todos, era el único, o casi el único, que podía hacerla sentir de esa manera.

Cuando Jake la tomó de las manos todo pensamiento se le fue de la mente. Cuando sus labios se posaron sobre los suyos ya nada era racional, los impulsos la guiaban. Cuando sus respiraciones eran agitadas y sus frentes se chocaban sabía que era amor.

Porque Sam ya no era más parte de si misma, ahora era Jacob, su Jacob, quién la guiaba en aquella tormenta que solía ser su vida.