Saya Sakamoto recibió una llamada que la sorprendió mucho, Se disculpó con sus clientes, porque tenía que cerrar cuanto antes su negocio porque habían llamado de la secundaria de su hijo. Ichiro había tenido un accidente en el club y lo habían llevado al hospital.
-Lo lamento tanto Ogata San- dijo apenada al cliente que acababa de llegar.
Seiji Ogata era habitual de la tienda desde hacia años, por lo que no dudó en preguntar que era lo que ocurría. Saya le comento que su hijo había tenido un accidente en el colegio y que tenia que ir al hospital cuanto antes.
Ogata se ofreció de inmediato a llevarla y ella no lo dudó ni un segundo. Mientras conducía Ogata miró a Saya, la conocía desde hacía mucho, ella era unos 5 años menor que él, 37 a lo mucho, aunque ella siempre había parecido mucho mas joven, por lo que siempre olvidaba que Saya tenía un hijo de 12 años…. No sabía mucho del niño ya que literal, nunca lo había visto, solo sabía que ella y su difunto marido, el cual había fallecido en un accidente de auto hacia unos 5 años, lo habían adoptado. Saya no se había caído y con mucho esmero se había hecho cargo de la tienda y había sacado a su hijo adelante sin ayuda de nadie, Por eso le tenia un gran respeto….. y lo menos que podia hacer era llevarla a donde necesitara.
Ambos llegaron al hospital, Ichiro la esperaba en urgencias, ella corrió muy preocupada al ver a su pequeño en la camilla, el rostro de su hijo mostraba mucho dolor, pero tambien mostraba una gran desilusión al mirar su brazo enyesado.
-No podré jugar el campeonato…..dijo el niño entre lagrimas.
Y mientras el doctor le explicaba a Saya lo ocurrido, Seiji Miraba al pequeño y por un segundo sintió algo extraño
Nunca lo habia visto, eso era seguro, pero era tan distinto a Saya y a Kentaro que era bastante obvio que el niño era adoptado, ya que mientras ella tenia unos ojos grandes de un verde esmeralda y un cabello lago de color negro azabache un poco quebrado, Ichiro tenía el cabello lacio de un color púrpura muy inusual, tenia varios mechones largos que enmarcaban su rostro y esos ojos agudos pero de un púrpura intenso que parecían brillar con luz propia, Ichiro le dirigió una mirada de tal forma que parecía querer retarlo por haberse dignado a acompañar a su madre
-Yo me retiro Saya- dijo Ogata…
-Muchas gracias- dijo Ella.
Ogata miró una vez mas al chico….había algo muy extraño en él, una presencia que no podía explicar
Pero no supo mas de él hasta casi dos meses después….
Se acercaba el Wakajisen, en donde esta vez funjia como administrador, solo que un poco antes del evento pasó al acuario a comprar un poco de comida para sus peces, ya que no estaba seguro cuanto podría durar el evento y temía que cuando salieran ya fuera tarde.
Y se llevó una gran sorpresa que Ichiro estaba en el mostrador. Al verlo el chico hizo una cara de pocos amigos…. Pero no dijo nada cuando Ogata hizo su pedido y lo atendió como a cualquier cliente. Ogata estaba a punto de pagar cuando Saya salio de la trastienda y lo saludó efusivamente.
-¡Ogata San!, cuanto tiempo sin verlo. No pude agradecerte adecuadamente lo del otro día.
.-No fue nada- contestó mientras acomodaba sus gafas .-Veo que fue algo serio. Dijo al ver que el brazo de Ichiro seguía enyesado.
-Tendra que estar enyesado un mes más, El pobre se aburría tanto de estar metido en la casa sin poder ir a su club de béisbol que me lo traje para que me ayudara un poco.
-¡Mama!- gritó Ichiro. –No le cuentes intimidades a los desconocidos.
-Ogata san no es un desconocido, es un cliente desde hace mucho tiempo,
-Como sea, yo no lo conosco y no me gusta que le cuentes mis cosas…
Saya sonrio.
-No le haga caso Ogata san, Esta un poco irritado por sus club. ¿Por cierto, tiene alguna partida cerca?..
-No precisamente, estoy de organizador del Wakajisen de este año.
Saya sonrio, pero Ichiro Soltó una ligera carcajada.
-¿WAkasi que?, y eso con que se come…
-No faltes al respeto Ichiro.- dijo Saya con un tono de enfado. –Es un evento de Go entre profesionales e ins...
-¿Go?, ¿que es eso?...
-Es un juego de tablero…..
Ichiro Bufó.
-No me interesa….Tablero…. cuando dijo profesionales pense que era un deporte de verdad, pero un juego de tablero…. Que perdida de tiempo… y el muchacho fue a recluirse en la trastienda.
-¡ICHIRO!- esta vez Saya estaba muy molesta.
-Lo siento Tanto Ogata San, Ichi, no suele ser asi…
-No se preocupe Saya... De cierto modo entiendo su frustración y su enojo, no poder hacer lo que amas seguramente tambien me tendría asi.
Me retiro porque me esperan…
Seiji Acomodó sus gafas y se retiró. Los niños realmente no eran un problema para el, de vez en cuando lidiaba con alguno. Pero la mayoría eran respetuosos pero Ichiro parecía estar en pos de guerra.
Saya alguna vez le habia llamado la atención. Pero…. No tenía tiempo para esto.
Saya miro a su hijo, no entendía porque actuaba así, siempre era amable con todos, nunca lo había visto de esa manera.
No habían pasado ni 15 minutos cuando el siguiente ciente hizo su aparicion. Pero antes de pagar el cliente se agachó frente al mostrador, y recogio lo que parecia ser una billetera…
Se la entregó a Saya, y ella se llevó una gran sorpresa al ver que era la billetera de Ogata San….
Podía guardarsela, seguramente regresaría, pero un montón se situaciones comenzaron a pasar por la cabeza de Saya, ¿Y si no se daba cuenta de que no la traia?, y si la llegara a necesitar…
Después de todo el Wakajisen estaba a menos de dos cuadras…. Y aunque ella no podía ir…..
-¡Debe ser una broma!- contestó Ichiro., pero por mas que repelara Ichiro jamás desobesdeseria a su madre, asi que con regañadientes tomo la billetera y se dirigió al edificio donde se celebraba ese supuesto evento deportivo.
Cuando llegó se sorprendio de que ubiera siquiera gente ¿Qué tan popular podia ser un juego de tablero del que él siquiera había oido hablar?.
Había un guardia en la puerta, bien podía entregarle la cartera y regresar, pero ya podía oir a su madre regañandolo. Así que usando sus métodos más furtivos de evasión se coló dentro del edificio… en verdad se quedó sorprendido, la verdad esperaba que el lugar estuviera lleno de ancianitos, pero la verdad era que había gente bastante joven. Los juegos habían comenzado…. Asi que tenia que moverse sigilosamente entre las mesas para llegar hasta El señor Ogata el cual se encontraba del otro lado del salon, no iba a ser difícil ya que entre los juegos habia varias personas observando las partidas.
Ichiro caminó entre las mesas, pero de pronto. El sonido de la piedra golpear el tablero, lo hizo girar su mirada hacia el tablero…
Su corazón palpitó a mil, y pudo jurar que un resplandor lo había dejado cegado por unos segundos…
Cuando la segunda piedra golpeó el tablero toda su atensión se giró a la jugada que acababan de hacer.
Ichiro se quedó mirando fijamente como ponian una piedra tras otra…. En un principio no entendía nada pero mientras las piedras fueron fluyendo por el tablero, podia ver los patrones, podia sentir en donde debía ir la siguiente piedra para no dañar aquel flujo… había quedado hipnotizado por aquello…..aquello era bello, aquello era….
Y de pronto el jugador con las piedras negras colocó una donde no debía…
-¡No!- gritó Ichiro.-Dos a la derecha……
Los dos jugadores saltaron de sus asientos…
-¡EHHH!--
-¡Oye niño!- gritó el jugador de las piedras Blancas…
El alboroto hizo que Ogata San mirara hacia la mesa… y se llevó una sorpresa mayúscula al ver a Ichiro molestando a uno de los concursantes…
Fruncio el ceño y caminó hacia la mesa a toda prisa…
-¿Qué sucede?- preguntó con un aire de autoridad que hizo que todos se quedaran quietos.
Ichiró lo miró un poco asustado.
-¡Dejó esto en la Tienda!- gritó y literalmente le arrojo la billetera antes de salir corriendo…. El guardia quiso detenerlo pero Ichiro se escabuyó Rápidamente.
Ogata se acomodó sus gafas. Y miró su cartera. Luego miró a los jugadores.
.-¿Qué fue lo que pasó?- pregunto.
-El niño soltó la bocota- dijo el jugador de las piedras Blancas…
-¿Dijo alguna mala palabra?. ¿Fue grosero de alguna manera?- preguntó Ogata.
-No precisamente.- dijo el de las piedras negras -interrumpio diciendo que debi poner la piedra dos a la derecha… lo cual es una payasada…..
El jugador de las piedras blancas se mordió el labio….
Ogata san miró el tablero…. El flujo… donde habían puesto la piedra negra…. Y luego donde se suponía que Ichiro la hubiera puesto….
Ogata frunció el ceño, y luego los abrió de par en par., miró al Jugador de las piedras Blancas, Tambien se había dado cuenta de aquello, el potencial de aquella jugada… una jugada maestra que hubiera definido todo el encuentro, una jugada nueva que a su vez se le hacia muy familiar….
-Será mejor que comienzen nuevamente….
Ogata miró hacia la salida…. ¿aquello había sido pura coicidencia?... no… algo asi… no podía ser…..
Ichiro corrio hasta que ya no pudo mas.
Se detuvo a tomar una gran bocanada de aire ¿Qué diantres habia ocurrido?.
¿Eso era el Go?...Cerró los ojos y pudo ver el tablero…. Su corazón latió a mil al tan solo recordar el flujo de aquellas piedras….. ni siquiera cuando jugaba al baseball sentia aquella adrenalina, aquella pasión...
