Sus ojos expresaban todos los sentimientos que guardaba dentro, pero el que mas destacaba era el amor eterno que desde la primera vez le juro frente a todo el gremio. Todavía lo recordar como si fuera ayer...
El gremio se encontraba en una fiesta como siempre, y él junto a ella resguardando por su seguridad ante cualquier mesa, silla o espada voladora. Siempre era así, mientras ella se perdía en su mundo de lectura, él veía lo hermosa que cada día era, como el marrón de sus ojos brillaba cuando leía algo nuevo, o el jugar de sus dedos cuando estaba nerviosa. Eran muchas las cosas que aún por pequeñas que sean, siempre lograban captar su atención.
Pero ese día fue diferente, ella dejo su libro a un lado y se voltea hacía él. Algunos de sus cabellos, azules como el cielos, tapaban su cara por eso el delicadamente se los retiro, y un sonrojo apareció en su rostro antes de hablar.
- Y-yo te agradezco por todo, siempre estas conmigo protegiéndome y apoyándome, también por aquellos hermosos momentos que hemos pasado juntos y...-aquellas palabras fueron un tanto confusas para él- po-por eso te qui-quiero decir que y-yo te a...te am...
-Que dices, no te escucho enana -dijo, al ve como ella se tapaba la cara con sus pequeñas manos.
- ...TE AMO GAJEEL...
Ese fue uno de los momentos más felices de su vida, lo atesoraría siempre. Como le hubiera gustado tener un futuro con ella, que sea su esposa, tener hijos, amarse hasta que la muerte les diga que era suficiente. Pero sabía que eso seria imposible. Su vida estaba siendo arrebatada frente a sus ojos, sin que él pudiera hacer algo para impedirlo.
Ver su rostro y aun asi sonreía mientras era atravesada por aquella espada, lo destrozaba por dentro. Si tan solo hubiera sido mas atento, si hubiera estado alerta, todo aquello no estaría sucediendo.
El cuerpo inerte de ella cayo sobre la tierra manchada de sangre, sabía que pronto seria su turno. Nadie lo podía salvar, todos sus amigos yacían muertos junto a su amada. Él ya se había resignado a la muerte, siempre seria un misterio el saber por que les hacían esto, nunca pensó que aquellos a los que su familia llamaba aliados los iban a traicionar.
Sintió como una espada era incrustada en su estómago, su tiempo se había agotado, lo único que pudo hacer fue cerrar sus ojos y descansar.
Una pequeña luz se hizo presente en medio de la oscuridad, y fue ahí que la vio, sentada en medio de un campo lleno de rosas azules, con el hermoso vestido naranja que siempre usaba.
Ella lo estaba llamando a que se sentara a su lado, él poco a poco llegó donde la pequeña hada. Ambos se miraron y pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
Por que sabían que todo lo malo ya había terminado, y que podrían estar juntos aun después de la muerte.
