Skins no me pertenece. Changos, yo quiero a Cassie y a Chris para mi D:


Magia. Metal.

Rich&Grace.


Grace siempre supo que estuvo destinada a tener un futuro de magia. Ballet y cocaína. Cuentos en la noche y esas cosas.

Grace siempre supo -deseó, quiso- que su vida iba a ser perfecta. Rosa y brillante. Sonrisas y té en las mañanas. Escarcha en las paredes y muchos tutús. Notas altas y más sonrisas.

Grace siempre supo desde que era niña, que su vida iba a ser exactamente como su madre se la recitaba en las noches. Hadas. Magia. Todo perfectico y en su lugar.

Pero a Rich nunca le han gustado esas cosas, son puteadas. El castillo de Rich resuenan las baterías. Gritos. Mucho Cuero y cabelleras danzando al compás.

Detesta lo perfecto y esas cosas gay. Lleva siempre el contrario y es más complicado de lo que pretende. Es bien cerrado. Mucho alcohol y porros. Cadenas. Puntas. Y algo que gruñe y grita y está cantando algo.

Y Grace se frustra pero no grita. No puede. Porque merece su castillo pero también quiere a Rich. Lo quiere con su cabello largo y sus botas. Quiere su metal bien pesadísimo pero también quiere sus tutús en el mismo paquete.

Rich exige pero Grace tampoco cede. Y al final dan y reciben y no se dan cuenta porque esas cosas no se planean sino se dan. Hay violines. También guitarras eléctricas. Hay mucho lalalalá como pumpumpum.

Y esas cosas negras y blancas, y rosas y grises, y mucho Rich enamorado sin saberlo –cabello corto- y mucha Grace encantada sabiéndolo. Rich se siente en las nubes pero no lo admite y Grace en la tierra grita y canta y vive y esas cosas que se hacen con Rich y con metal y todo eso.

Hay mucho brillo y hay mucho ruido, y es tan bonito, bien bonito.

-marry me, Grace Violet Blood-

Y es tan imperfectamente perfecto.