Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Esta historia esta escrita sin ánimos de lucro.
Advertencias: Este fic trata de la relación entre dos hombres y una mujer, si no te sientes cómodo con este tema, por favor, no leas. Habrá escenas explícitas de relaciones sexuales y lenguaje adulto.
Nota: Este es mi primer fic de Harry Potter así que no esperen perfección.
El amor es como la guerra: fácil de empezar pero difícil de terminar.
Harry entro silenciosamente al departamento que compartía con Ginny su prometida durante dos años. Todos pensarían que después de vivir todo ese tiempo juntos la convivencia se haría mas fácil, pero había sucedido todo lo contrario. Últimamente Ginny se había vuelto mas exigente, mas egoísta, mas demandante. Uff. A quien quería engañar ella siempre había sido así, solo que no había mostrado su verdadera cara hasta que estaban comprometidos y viviendo juntos.
Todo le molestaba, si pasaba mucho tiempo en su trabajo, que si salía mucho de viaje, que si llegaba tarde, que dejaba la ropa tirada, que no lavaba los platos. Que si no le dedicaba el tiempo suficiente. Que si el regalo que le había dado no era tan caro o lo que ella había esperado. Todo era una lucha con esa mujer.
Al finalizar una de sus habituales discusiones Harry siempre pensaba que lo mejor era terminar esta relación que no satisfacía a ninguno de los dos. Pero hasta ahora no se había armado de valor para hacerlo. Uno creería que un héroe de guerra era valiente y decidido, pero Harry no encontraba ese valor para terminar una relación que no lo satisfacía y que cada vez lo hacia sentir mas vacío.
Y es que no podía mentirse así mismo, mantenía esa relación para ocultar lo frustrado y desdichado que se sentía. Sabia desde hacia mucho tiempo que la persona que ama realmente nunca la tendría a su lado, ella pertenecía a otro. Y Ginny era simplemente el premio de consolación, estar con ella le permitía seguir perteneciendo a la única familia que había conocido en su vida. Y por eso estaba dispuesto a soportar a la pelirroja que cada ves soportaba menos.
Un ruido en la habitación principal lo saco de su ensoñación, era como el rechinar de la cama. Harry no tenia planeado regresar a su casa hasta el día siguiente. Pero la misión que le habían encomendado en el ministerio había terminado un poco antes. No le había avisado a Ginny para darle una sorpresa y así tratar de arreglar las cosas un poco.
Camino por el pasillo que lo llevaba directo a la habitación principal. El ruido se hacia mas claro. No sabia que pasaba, así que saco su barita, preparándose para lo que fuera que estuviera sucediendo en su habitación.
La puerta estaba entre abierta. Y salían sonidos de jadeos, susurros y de cuerpos chocando uno contra otro.
–Eddie… mas fuerte… mas rápido… si así. La voz de Ginny le llego entre respiraciones entrecortadas.
Harry se asomo por la puerta y lo que vio lo sorprendió.
Ginny estaba en cuatro patas sobre la cama, totalmente desnuda, y si no se equivocaba Eddie Carmichael, un compañero de trabajo de Harry estaba detrás de ella taladrándola una y otra vez. Con cada estocada que le daba, le clavaba mas las uñas en las caderas. El sexo que tenían era sudoroso, gozoso, totalmente entregado. No el sexo vainilla que la pelirroja y el tenían.
Otra cosa de la cual se dio cuenta Harry es que no se sentía ni molesto ni traicionado. Se supone que cuando encuentras a tu futura esposa, a la mujer con la que planeas pasar el resto de tu vida, la persona que mas amas en este mundo, siéndote infiel, deberías sentir una furia descontrolada, celos, dolor, ganas de matar a alguien. Pero Harry no sentía nada de esos sentimientos. Lo único que sentía era alivio.
Alivio porque tenia la escusa perfecta para salir de esa trampa mortal que se había vuelto la relación que tenia con Ginny. Y eso lo hizo sonreír mientras caminaba a la sala y esperaba que esos dos terminaran con su sesión de sexo descontrolado.
