La grandeza inspira envidia, la envidia inspira rencor y el rencor genera mentiras.
-Lord Voldemort
Bajo las gotas de lluvia te cuenta una historia,
la historia de un chico con las manos manchadas de sangre,
un chico que tan solo quería un nombre propio,
bajo las gotas de lluvia lavo mis manos de este carmín tan intenso que las mancha
y te cuento la historia de como se mata a una rosa.
Agua es lo único que puede sentir, las gotas cayendo de forma salvaje y dolorosa por su cuerpo mientras los tarareos a media voz que realiza se pierden junto al sonido de las gotas de lluvia, la ciudad esta mortalmente calma y eso le causa una inquietud que nunca antes ha experimentado, tiene miedo de fijarse bien en los detalles de su alrededor, siente que si vuelve su vista a cualquier lugar y enfoca su atención en ello vera un cadáver vestido y manchado de rojo, siente que si le da la oportunidad su cabeza empezara a manchar todo a su alrededor de rojo.
Lleva varios minutos bajo la lluvia, tarareando la canción que su madre les cantaba todas las noches antes de dormir y dejando que las lagrimas se pierdan con las gotas, trata de olvidar el tono carmín pintado en sus manos, los gritos acusatorios de su padre al saber que su hijo menor es un monstruo y el llanto acusador de su madre. Quiere borrarse de la memoria la sonrisa burlona de su hermano al saber el primer crimen que había cometido, la mirada calculadora de su hermana menor cuando le pidió ayuda para deshacerse de uno de los tantos cuerpos que había coleccionado cuando aun estaba en el colegio. Por un breve momento desea retroceder el tiempo y volver a tener a Rose a su lado, volver a ser aquel chico normal de antes.
Pero ella ya no esta, tú te llevaste.
El rencor que creía enterrada vuelve a la superficie de forma tan repentina que le hace parar la melodía que tararea, sus ojos se vuelven a empañar y con la lluvia como único testigo lanza un grito lleno de odio y autodesprecio capaz de hacer temer a cualquiera, recuerda con poco cariño la expresión de sorpresa de tía Hermione cuando le dijeron que su única hija estaba muerta, los gritos desesperados y llenos de angustia de su tío en el funeral y la mirada cómplice que había intercambiado con Lily cuando el cuerpo había sido enterrado para siempre.
Recuerda como su mejor amigo le había visto con algo parecido al miedo cuando llego con las manos manchadas de sangre al departamento que compartían por primera vez, las palabras llenas de cautela que le había dedicado antes de irse y dejarlo solo, parado y tiritando en el pequeño salón de ese mugroso piso que compartían desde hace unas semanas.
—Trata de no joderme mucho si vas a seguir con esto. Trata que no te atrapen.
Tal vez para entender que hacia allí, bajo la lluvia y con las manos manchadas de sangre debía volver al pasado. Para saber cuando se había convertido en un monstruo capaz de aterrorizar a un héroe.
—¿Listo cariño?
No, ni cerca de estarlo.
—Si, lo estoy, vamos mamá déjame respirar, por favor...
Mirando en retrospectiva aquella fue la ultima vez que se había sentido normal, como el niño que se suponía era. Con sus padres y las indeseables atenciones, con las pullas de su hermano mayor al verlo ser tan atendido por su madre y los lloriqueos de Lily por atención que en realidad no necesitaba ni quería, con sus tíos y sus sonrisas llenas de anticipación y con Rose y su actitud familiar y amigable de toda la vida. Viendo en pasado, aquella había sido la ultima vez que lo habían tratado de forma tan relejada y calmada, como si en verdad fueran una familia de verdad.
La calma antes de la tormenta, como les gusta decir a algunos.
Ahora no sabe como sentirse al recordar esa despedida tan cálida que una vez había compartido con su familia, una parte de el siente que aquello no lo había vivido él y que le había arrebatado esos recuerdos a alguien mas, alguien afortunado, pero entonces el recuerdo se tuerce y le muestra a su mejor amigo sentado sólo en un vagón con la mirada fija en el paisaje de las ventanas y cae en cuenta que si son sus memorias. Sonríe cuando el niño rubio le vuelve a ver con sorpresa pintada en el rostro y le invita a pasar y sentarse junto a el, duda un poco antes de decir que si.
Aquello había sido el inicio de todo, o al menos así lo siente.
Cuando Rose lo encuentra hablando con el niño rubio su ceño se frunce en una mueca de superioridad que siempre había asociado mas a su tía que a ella y le ordena que se alejen de allí de forma inmediata, su compañero de vagón se nota molesto y resignado y el no puede evitar enojarse con su prima por ese tono tan mandón que ha usado, así que siendo tan maduro como se puede con once se niega y hace un berrinche.
'¿Por que debería irme?'
'Míralo bien Albus, es un Malfoy, y mamá dice que todos en esa familia son malos'
Y había reído ante tal argumento tan pobre de su parte, en ese momento y con once años Rose Weasley todavía no sabia discutir con argumentos solidos y siempre se iba por lo fácil y común, cosa que había mejorado con los años pues teniendo una madre política y un padre dueño de una gran cadena de tiendas el don de la palabra debía estar en algún sitio. Yo me había enojado con ella por ser tan prejuiciosa e hice algo que a día de hoy me hace sonreír cada que el recuerdo aparece en mi memoria pero que en momento tan solo me caso culpa.
'Pues poco me importa lo que diga tu madre Rose, adiós'
Y le cerré la puerta en la nariz, sorprendiéndome a mi por haber sido capaz de hacer eso, mi acompañante y a la misma Rose quien hasta ese momento era mi prima favorita, sin siquiera sospechar o imaginar que aquello marco un antes y un después, sin saber que gracias a aquel gesto gané a mi primer seguidor, mejor amigo y segundo al mando.
Scorpius Malfoy.
El segundo punto clave para entender esta historia es mi selección de casa. Espero que comprendan que yo en esos momentos, siendo un crio de once años estaba aterrorizado de la decisión que podría tomar el sombrero, en gran parte por que en esos años yo siempre había estado consiente de todas las expectativas que se tenían puestas en nosotros tres por ser hijos de dos héroes tan conocidos como lo son mis padres, todos creían que yo seria un orgulloso Gryffindor como James y mis padres, pensaban que apenas tuviera oportunidad entraría al equipo de Quiddich como lo hicieron varios de mis primos, todos tenían tantas ideas de quien o que debería ser y yo en esos años tenia un miedo tremendo a decepcionarlos.
'O tal vez en Slytherin, donde harás a tus verdaderos amigos, esa gente astuta que utiliza cualquier medio para lograr sus fines'
Toda mi vida había estado a la sombra de mi propio apellido y es algo por lo que, hasta día de hoy resiento a mis padres. Es tonto recordar lo patético que fui, pero cuando vuelvo la mirada a esos años miro a mi yo de once años y veo a alguien con muchas expectativas que llenar. Cuando recuerdo esa noche lo primero que se me viene a la cabeza es la mueca llena de desdén que me dedico Rose cuando nos volvimos a ver en el Gran Comedor, luego me viene a la mente el miedo de fallar que tuve y es que, era un niño que no conocía a casi nadie que no llevara el apellido Weasley en ese castillo y eso era, a grandes rasgos algo deprimente.
Cuando el profesor Longbottom llamo mi nombre a ser seleccionado sentí pavor, ganas de largarme corriendo de allí lo mas pronto posible y es que ser seleccionado era algo que durante toda mi vida había escuchado era el sueño de todo mago que se respete, era algo que marcaria mi vida por y para siempre, definiría mi futuro, en mi familia las selecciones eran glorificadas de una manera muy bulliciosa y con tan solo dos o tres excepciones siempre eran las mismas, todos ellos eran fieros leones y yo sentía que esa era una casilla que debía llenar, por eso mientras avanzaba hasta la sentencia mi mente lo único que podía repetir era una patético:
'Quiero ser un Gryffindor'
Cuando el sombrero fue puesto en mi cabeza me sentí un poco patético y es que me tapaba mas de la mitad del rostro, pero sin duda lo que mas recuerdo de aquella noche fueron las palabras que me dedico el sombrero seleccionador, unas palabras que se grabaron a fuego en mi mente y que a día de hoy podría recitarte si problema alguno.
'¿Que tenemos aquí? Eres demasiado astuto, cauteloso e inteligente, ¡pero mira que tenemos aquí! Al parecer también eres demasiado ambicioso, mira que querer labrarte un nombre propio pudiendo vivir de forma tan cómoda con el que tu padre te ha dejado, interesante, muy interesante... A ver ¿cuan lejos estas dispuesto a llegar para que tu nombre prevalezca y sea desligado del de otros? Demasiado lejos parece ser, pues bien yo solo veo una opción viable para ti, pero al parecer no te gusta mucho...'
Es divertido saber que yo nunca había pensado mucho de forma consiente en querer labrarme un nombre propio, en dejar de ser solo el hijo de Harry Potter a ojos de todos los demás y sin embargo, sin siquiera pensarlo mucho estaba dispuesto a casi cualquier cosa para lograrlo, tal vez era tonto, pero desde siempre había sentido un poco de rencor hacia mis padres por toda la presión que sentía y estoy seguro no fui el único. Es un poco irónico el pensar que mis delirios de grandeza y dominación -o como me gustaba llarlos antes, la búsqueda de mi 'propio nombre en la comunidad mágica'- nacieron gracias a un sombrero viejo y feo.
'Siempre supe que Salazar Slytherin era un viejo loco retorcido, pero nunca supe que comenzó todas estas cosas de sangre pura. No estaría en su casa si me pagaras. Honestamente, si el Sombrero Seleccionador hubiera intentado ponerme en Slytherin, habría tomado el tren directamente a casa'
Y entonces el veredicto fue dado y aunque en ese momento odie con todas mis fuerzas mi selección, con el pasar de los meses llegue a sentirme en casa. Es raro recordar que hubo un momento en donde odie el vestir de verde y plata, el llevar bordada una serpiente en la túnica pues ahora las luzco con cariño y orgullo. Con una sola palabra gritada por un sombrero mágico en un comedor salido de un cuento de hadas comenzó la inminente separación con casi toda la familia, gracias a esa sola palabra mi vida tomo un rumbo diferente a todo lo que había imaginado seria y aunque traté de negar con todas mis fuerzas que soy una serpiente antes de finalmente aceptarlo y abrazarlo aquello fue lo mejor que me paso en la vida. El que el sombrero gritará un fuerte y claro:
-SLYTHERIN
Fue de varias maneras algo liberador, ¿Qué si lo odie? Si claro que al principio lo hice, no voy a negarlo pero como tampoco niego eso no negare que ese fue el primer paso que, inconscientemente empezó el camino para labrarme un nombre propio, lejos de la sombre mis padres y tíos.
HOLAAAAAA
Bien, esto es un proyecto que nace del no tener nada que hacer y es que también me encanta la idea de que Albus pueda llegar a ser malo, malo ¿a ustedes no?
