Disclaimer: Haikyuu! es de Furudate Haruichi.
Obstáculo
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Daichi, sin querer, oye esa tarde a sus pequeños cuervos hablar de algo que lo dejaría al aire durante todo el entrenamiento: Yamaguchi admitiendo, ante los otros de primero, lo coladito que está por Yachi, y pidiéndoles un consejo.
No es tan impactante, la verdad. Daichi incluso sopesa que era demasiado obvio como para sorprenderlo. Pero, entonces, Hinata dice: "Deberías pedírselo a Daichi-san. Yo nunca he besado a nadie antes y, seguramente, Kageyama o Tsukishima, menos".
Y la realidad lo golpea.
Tampoco es tan descabellado. Es decir, hay muchísimos tíos que tardan mucho más que diecisiete años en dar su primer beso, y no pasa nada. Además, su cabeza no está llena de voleibol las veinticuatro horas del día —como la de Kageyama, por ejemplo—, pero algo así. Después de todo, es el capitán del equipo y no tiene tiempo para romances juveniles, ¿verdad?
Aunque... también le preocupa lo que sus kouhai puedan pensar de él, por su inexperiencia. Pero ese no es el punto. Lo más preocupante es que, desde al menos tres años atrás, una especie de 'obstáculo' le impide tomar tal interés en alguna chica, como para querer besarla.
Dicho obstáculo, tiene nombre, la piel demasiado blanca, una mirada cálida, un lunar jodidamente atractivo junto al ojo izquierdo y una sonrisa de doble filo, que lo hace sentir mariposas en el estómago y todas esas estúpidas analogías que se mencionan en ocasiones así.
Debe estar volviéndose loco. Porque no puede afirmar que le van los chicos, pero sí que le va Sugawara Koushi. Ese tipo de locura.
Suspira, maldice internamente, recibe mil pelotazos al rostro y acaba bastante estresado.
Más tarde, en el gimnasio, son sólo él, Suga —recogiendo balones— y la pregunta vergonzosa que va a hacerle.
Lo llama, lo mira detenidamente y traga grueso.
—¿Alguna vez has besado a alguien?
Según él, se lo pregunta únicamente porque no puede aceptar ser el único con nula experiencia allí —aparte de Hinata y compañía, lo cual es comprensible porque, bueno, son ellos— y no porque muriera por saber si su setter ya tuvo a ese 'alguien' especial antes. Según él.
Suga parpadea repetidas veces.
—Sí —suelta, encogiéndose de hombros, como si fuese lo más lógico en el universo—. ¿Tú no, Daichi?
Vacila.
Quiere responderle que sí, por supuesto y lucir genial, pero siempre ha sido pésimo mintiendo y sabe que, de cualquier manera, su rostro va a delatarlo después. Así que: media vuelta y andando.
Siente sus mejillas encenderse cuando Suga, el muy maldito, ríe a sus espaldas.
—¿Y? ¿No vas a preguntarme lo que se siente? —lo escucha decir, y se gira sobre sus talones. Antes de poder recriminarle cualquier cosa, el otro aparece muy cerca, lo toma bruscamente de los hombros, y estampa sus labios contra los de él.
Es un beso dulce, torpe y lento, casi forzado; y todo muy raro. El cosquilleo en los labios, la respiración entrecortada y el vuelco en el corazón. ¿Ya? ¿Eso es lo que se siente? ¿Es todo?
Pues, maldita sea, qué-
—Nos vemos, Dai-chi.
Entonces, Suga lo suelta completamente y huye, dando saltitos. Sonriendo maliciosamente, canturreando alguna estupidez.
Daichi lo mira alejarse. Piensa (sí, todavía puede pensar) que se sintió increíble y: Demonios, tengo que devolvérselo ya mismo, antes de ir tras él a toda prisa.
Ya podrá presumir ante sus kouhai después.
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—Fin—
Nota: Bien, este es un pequeño drabble que escribí el año pasado para un concurso de Haikyuu DF (Facebook). Decidí subirlo porque lo encontré en mi ordenador y... quería compartirlo acá. Espero les haya gustado.
No tiene pies ni cabeza, lo sé, pero nunca está de más aportar un DaiSuga para el alma (L).
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