El odio, el amor, los celos y el compromiso

Notas de la autora: Esta es una historia alterna de Rurouni Kenshin, solo estoy tomando los personajes para crear una historia totalmente diferente.

Modificaciones: Muy bien les explicaré las modificaciones que hice con los personajes: Ayame es más grande que Kaoru, al igual que Yahiko, en la historia Kaoru será la más pequeña de los 3 hermanos, Suzume no existe en esta historia. También he modificado la edad de Kenshin solo le quité unos cuantos años. También están estas expresiones

- ____ - (palabras del personaje)

*_____* (pensamientos del personaje)

Ahora sí comencemos con la historia

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Tokio 1947

El sol comenzaba a salir, era una preciosa mañana de Mayo y los árboles de cerezos estaban cubiertos de flores, sus hojas se movían suavemente con la delicada brisa de la mañana, Kaoru permanecía parada en la suave hierba mientras observaba la majestuosidad de aquella mañana, a lo lejos vio como sobresalía entre los árboles el Dojo Kamiya, el día de hoy, era uno muy especial, ya que su hermana Ayame se casaba con Kosuke Takashi, el novio que había conocido cuando tenía 15 años, la misma edad de Kaoru ahora, Ayame era 4 años mayor que Kaoru, y había esperado pacientemente a Kosuke durante cuatro años, ya que éste había ido a la guerra, a Pearl Harbor, se escribieron cartas durante esos años y Ayame le había sido completamente fiel, nunca pensaba en otro hombre que no fuera Kosuke, y ahora se casaba con él y realizaba su sueño.

Kaoru se quedo un rato pensativa, y llegó a la conclusión de que ella no quería la vida que iba a tener su hermana, tenía más aspiraciones que solo casarse y tener hijos, quería conocer el mundo, su padre ya le había contando sobre Europa ya que antes de casarse con su madre él había viajado un poco, uno de sus sueños era ser una actriz famosa, conocer a artistas de la época que tanto admiraba como Clark Gable e ir a América para realizar su sueño.

Pero por otro lado le dolía dejar el Dojo, ella amaba ese lugar, su padre también poseía campos de cultivo, donde cosechaban arroz, a Kaoru le encantaba dar largos paseos por los arrozales. Pero a Ayame no le importaba el dojo ni las tierras, ni siquiera a Yahiko, su joven hermano de 16 años, la pasión de Yahiko eran los automóviles, y no le interesaba el dojo. Pero no Kaoru, ella se quería hacer cargo de él, claro que antes iba a conocer algo de mundo y después se haría cargo del dojo, tal como su padre se lo había inculcado desde pequeña. Su padre también le tenía infinito amor a aquel lugar.

De pronto Kaoru supo que tenía que regresar, estaba llena de tierra y sabía que su madre se iba a enojar mucho con ella si no estaba lista a tiempo para la ceremonia.

Cuando llegó al Dojo, escuchó la voz de su madre que la llamaba con gran enojo.

- KAORUUUUUU!!!!!!!!

- Aquí estoy mamá lo siento es que se me pasó el tiempo, estaba viendo el amanecer y...

- ¡¡ Pero mírate como estás Kaoru, tenemos que llegar a la ceremonia y tú no te has arreglado!!

Su madre Miyako Kamiya, era dura con ella, Kaoru nunca había entendido muy bien a su madre, por su parte su madre tampoco entendía a su hija, no compartía sus ideas, y la había escuchado hablar sobre ir a América y ser actriz, lo cual le parecía una locura. Kaoru ya se iba a vestir cuando su madre le dijo.

- Después de que te des un baño ve a la cocina, hay muchas cosas que hacer.

Kaoru entró a su habitación y observó la ropa que se iba a poner para aquella ocasión, no era un kimono ya que su padre había viajado a América y le había traído un vestido de allá, su madre no estaba muy de acuerdo en que Kaoru vistiera ropa occidental, pero al final accedió a que Kaoru se lo pusiera, era un sencillo modelo de algodón blanco, con mangas de encaje, no tenía ningún adorno especial, ya que su padre consideró que con la belleza de su hija bastaba.

Kaoru era la hija consentida de su padre, aveces los dos salían a dar largos paseos por los arrozales, y tenían interminables charlas todas la noches, por supuesto que su padre sabía de los sueños de su hija de ser actriz, él no lo consideraba tan descabellado como lo creía Miyako, y sabía que Kaoru algún día llegaría muy lejos, su padre quería algo diferente para ella.

Ella era su pequeña, la pequeña que ocupaba un lugar muy especial en su corazón, él eligió el nombre para ella cuando la vio por primera vez en los brazos de Miyako, le quedaba perfecto ella era Kaoru, su pequeña hija.

Kaoru tomó un baño, y volvió a contemplar su vestido blanco.

Su madre entró en la habitación sin avisar y vio a Kaoru sumida en sus pensamientos.

- ¡¡Pero niña si te dije hace media hora que ya te arreglaras!!

En ese momento entró Ayame a la habitación.

- ¡¡Mamá Yahiko no me quiere dar mi ramo de novia, lo escondió en algún lugar!! ¡Dile algo mamá, lo hace a propósito!!! ¡¡Lo odio!! Lo odio mamá, siempre me está molestando y.

- Calma hija, yo le diré a Yahiko que te dé el ramo, además ya no vivirás aquí recuerdas así que ya no te preocupes por él ¿de acuerdo?

- Sí mamá, tienes razón.

- Y vamos a vestirte para la ceremonia, vamos Ayame

Kaoru por su parte se puso su vestido blanco, cepilló su cabello y lo adornó con unas cuantas flores. Salió de su habitación para ver a Ayame en su kimono blanco. Cuando la vio se quedó boquiabierta, se veía realmente muy bonita. Su madre le estaba dando los último toques de maquillaje mientras las amigas de Ayame le decían lo bella que lucía. Una de las amigas de Ayame vió a Kaoru y le dijo a Miyako que Kaoru cada día estaba más bonita, pero ella no hico mucho caso a ese comentario. Definitivamente Kaoru se veía muy hermosa, pero este era el día de Ayame. Miyako vio a Kaoru en el pasillo observando a Ayame.

- No quedes ahí Kaoru y ve a la cocina ya te dije que.

- Si mamá ya sé que tengo que ir a la cocina, Kaoru dio la media vuelta y se fue.

En ese momento entró su padre.

- Hola nena, te ves preciosa.

- ¡¡Hola papá!!

- ¿Dónde está mamá?

- Está con Ayame, la está vistiendo.

- ¿Qué tienes nena? ¿Por qué esa carita triste?

- Es que... a veces siento que... no sé como explicarlo papá, yo., no, mejor te lo digo en otra ocasión es que...

- Vamos nena, dime que pasa. Entonces vió a Kaoru directamente a sus hermosos ojos azules.

- Es por mamá ¿verdad?

- Si.

Su padre había notado el comportamiento de Miyako hacia Kaoru, pensaba que ella era muy severa con la niña, no se explicaba el comportamiento de su esposa y él sabía que Miyako tenía cierto favoritismo hacia Ayame, todo el tiempo su esposa le hablaba de Ayame y de lo buena que era. Él por su parte, había intentado acercarse a Ayame pero nunca funcionaba, no tenían nada en común, y ella prefería a su madre, esto era un asunto que no le gustaba mucho, él sabía que su hija lo veía como alguien distante, como una figura que imponía autoridad y a la que debía de respetar. A veces él también sentía a su hija totalmente alejada de él, pero hoy había decidido acercarse a ella aunque sea por el día de hoy, y hablar con Miyako acerca del trato que le daba a Kaoru.

Kaoru permanecía pensativa sin saber como explicar lo que sentía

Su padre siempre sabía lo que le pasaba a Kaoru con el solo hecho de mirarla a los ojos podía saber lo que pensaba y sentía, nunca le ocultaba nada.

- No te preocupes pequeña, tu madre te quiere de eso no hay duda, solo que lo hace a su modo, no quiero más caras tristes ¿está bien?

-¡Si papá, tienes razón!

Con ver la sonrisa en el rostro de su padre, Kaoru había decidido ya no darle importancia a la actitud de su madre, tenía a su padre que lo amaba con el alma y eso era lo que más le importaba.

Ya todo estaba listo, iba a empezar la ceremonia, cuando su padre vio a Ayame vestida con su kimono blanco y recordó el día de su boda con Miyako, se veía igual de radiante ese día, pero ahora Miyako era una mujer totalmente distinta, la vida no había sido fácil para ellos, rodó una lágrima por su mejilla, había que admitir que Kaoru siempre había acaparado su atención, pera esta vez, Ayame definitivamente lo había sorprendido. Cuando Kosuke la vio quedó igual de impactado. Ayame se acercó a su padre y éste le dio un fuerte abrazo, había cumplido su propósito, compartiría esta alegría con su hija, y esto lo llenaba de felicidad.

Al finalizar la ceremonia, todos se dirigieron al dojo para festejar. Había mucha comida, y todos estaban muy animados platicando sobre la novia, y la hermosa ceremonia. Su padre tenía una sonrisa en el rostro, Kosuke era un buen hombre, y sabía que amaba a su hija, el veía como durante 4 años lo espero con paciencia. Pero por supuesto que no hubiera dejado que Kaoru se casara con un hombre como Kosuke, él era trabajador sí, pero no era lo que quería para Kaoru, para Ayame estaba bien ya que ella no tenía los sueños que tenía Kaoru, solamente quería casarse y tener hijos, pero Kaoru merecía alguien igual de soñador que ella, alguien con ideales mucho más altos de los que poseía Kosuke.

Por su parte Miyako se encontraba muy ocupada sirviendo comida, platicando con los invitados y viendo que todo marchara como lo planeado.

Kaoru estaba debajo de su árbol favorito, un hermoso árbol de cerezos, le encantaba ver como en otoño caían sus pétalos, y estar sentada debajo de él sintiendo como le rozaban su suave rostro al caer. No platicaba con ningún invitado, no tenía amigos, ella siempre se pregunto porque siempre las chicas la miraban de una forma un tanto extraña, talvez era porque no compartían sus ideas, y las pláticas que tenían a Kaoru le parecían un tanto vacías, solo hablaban de chismes tontos, de sus compras y demás cosas que no le interesaban En eso vio como un automóvil se le acercaba al dojo.

Kosuke vió bajar a su amigo Soujiro, lo quería como un hermano, con él había compartido muy duros momentos en la guerra, se habían conocido en el ataque de Pearl Harbor. Soujiro se había casado con una norteamericana, que conoció cuando estuvo en la guerra, su nombre era Sarah Berkings, nadie había aprobado ese matrimonio. Pero Soujiro la amaba y era su mujer les gustara o no.

A Kosuke le dio mucho gusto ver a Soujiro.

- Amigo, ¿Cómo has estado??

- Bien Kosuke, estoy muy feliz viviendo en Kyoto.

- Sarah está preciosa, he tenido noticias de lo difícil que se le ha hecho adaptarse.

- Pues sí ha sido duro, pero siempre he estado ahí a su lado.

Y era cierto Sarah rara vez se despegaba de Soujiro, a él se le partía el corazón verla siempre solitaria, ya que nadie quería hablarle, los niños curiosos se le acercaban, pero inmediatamente les fue prohibido acercarse a Sarah. Ella rara vez se quejaba era un mujer muy dulce y amorosa, todo lo que Soujiro podía pedir. Los dos quedaron pensativos un momento, pensando en muchas cosas, momentos en la guerra... todo el dolor y sufrimiento...sus ojos reflejaban esa expresión de dolor, pero Soujiro ya no quería pensar más en eso y decidió hablar.

-Te lo dije amigo, sabía que te casarías pronto, y con Ayame Kamiya, eres un suertudo ¿lo sabías? Soujiro no perdía esa sonrisa en su rostro y eso le daba esperanzas a Kosuke. En la guerra el ver a su amigo sonreir y no perdiendo las esperanzas fueron el soporte necesario para que Kosuke no se desplomara.

- Pues sí, al final estos 4 años de espera valieron la pena eh??

Kaoru observaba atenta a Kosuke y a Soujiro, y vio a una mujer de cabello rubio, con grandes ojos azules, sentada debajo de un árbol. Kaoru inmediatamente supo que ella era Sarah Berkings, le pareció una mujer muy agradable con solo mirarla. Se disponía a ir a saludarla cuando llegó un coche muy lujoso color negro. Y de éste se bajo un hombre muy apuesto con su traje color negro, una impecable camisa y corbata negra Su largo y rojo cabello estaba atado en una larga cola de caballo. Ella nunca había visto a un hombre tan apuesto como él y se quedó petrificada.

Cuando Soujiro lo vió sus ojos se llenaron de alegría.

.-¡¡ Capitán, pudo venir!!

- ¡¡ Nos volvemos a encontrar chico!! ¿Cómo está Sarah??

Soujiro se alegró mucho de que el Capitán Kenshin Himura lo reconociera, él le estaba muy agradecido ya que durante la guerra el capitán Himura le había salvado la vida durante uno de los ataques en Pearl Harbor. Kosuke también se alegró muchísimo al verlo

- ¡Capitán que gusto, ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos!

Kenshin miró directamente a Kosuke a los ojos, y recodaron el dolor compartido los temores y su amistad, aquella amistad nacida del dolor y terror de la guerra. Kenshin se disculpó con Kosuke y Soujiro por haber llegado tarde. Pero a ellos no les importo en lo absoluto y le invitaron a tomar sake con ellos Sarah se acercó hacia donde estaban ellos. Kenshin se acercó a ella y le dijo con su voz dulce y educada.

- Estás tan guapa como siempre Sarah. Kenshin notó que en los ojos de aquella mujer había una gran tristeza, he intuyó que no les había ido muy bien.

- Soujiro rompió el silencio y preguntó.

- Y dígame capitán, cuáles son sus planes. Va a continuar estudiando o. Kenshin interrumpió a Soujiro diciendo

- De ahora en adelante soy solo Kenshin, de acuerdo Soujiro?

- Está bien capi.si kenshin.

-Pues pienso volver con mis estudios en derecho, es lo único que puedo hacer después de la guerra, iré a América para terminarlos allá.

Kenshin estaba estudiando derecho y quería hacer algo importante en su vida, le gustaba la política y el pensaba que se lo debía a Hiko, él tenía que ser algo grande, Hiko no lo educó para ser cualquiera.

Pero Kosuke no estaba muy de acuerdo y dijo

- Pero usted cree que sea conveniente ir a América, digo las relaciones políticas están aún un poco tensas.

- Sí lo sé., pero por mi parte no puedo quedar en enemistad con ellos por siempre, y por increíble que parezca ellos me llamaron, parece que quieren que trabajé allá y yo acepté con gusto, creo que es hora de irnos olvidando de antiguos y tontos rencores. Soujiro estuvo de acuerdo con Kenshin, él lo admiraba profundamente y agregó.

-¡¡Pues muchas felcicidades Kenshin!! ¿ Pero algún día regresarás aquí a Japón?

- Sí, regresaré, después de todo se lo prometí a Hiko.

Hiko Seiyuro, había sido como su padre, cuando Kenshin quedó huérfano a los 3 años. Él lo había criado, y lo consideraba como su hijo. Kenshin permaneció otro rato hablando con ellos sobre la guerra, hasta que finalmente se retiró para servirse un poco de sake.

Conversó con algunos invitados, que le hacían muchas preguntas sobre la guerra, Kenshin había sido famoso, por su valentía y lo consideraban un hombre admirable. Hasta que se acercó a unos árboles y observó la escena, todos charlando tranquilamente, vaya que ya extrañaba respirar esa paz, de pronto intuyó que alguien lo observaba. Y vió que era una niña muy hermosa, sus grandes ojos de color azul oscuro mirándolo fijamente que parecían atravesarle el alma. Con su mano apartó un mechón de cabello negro que caía sobre su rostro y se acercó lentamente hacia él. Kenshin contuvo un momento la respiración debido al asombro, jamás en su vida había visto a una muchacha tan hermosa y decidio entablar una conversación.

- Hola

Pero ella no contestó, le había sucedido lo mismo que a Kenshin estaba paralizada por el efecto de sus ojos violeta mirándola.

- ¿Te la pasas bien?

Era una pregunta bastante estúpida, pero no podía decirle que era encantadora y no sé le ocurrió otra cosa.

Poco a poco la muchacha le sonrió y decidió hablar.

Kenshin vió en sus ojos que sentía curiosidad por saber quién era él.

- ¿Eres amigo de Kosuke? Le preguntó con voz profunda y suave.

- Estuvimos juntos en el ejército en Pearl Harbor.

Ella asintió como si la información no le sorprendiera. Jamás había visto a nadie parecido a él, pero lo que más le atraían eran sus hermosos ojos violeta.

- Entonces ¿también conoces a Soujiro verdad?

- Conozco a los dos, y ¿tú conoces a Sarah?

- Nadie tiene permiso de hablar con ella, contestó Kaoru tristemente. Kenshin asintió, temía que eso pasara con Sarah.

- Lástima, es una buena chica. Yo estuve en su boda. Kenshin no sabía que decirle, era muy joven y le parecía una locura que a sus 24 años se fijara en una chica tan joven tendría unos 15 o 14 años, sin embargo se le cortaba la respiración con solo mirarla.

- ¿Eres de aquí de Tokio? Le preguntó intrigada Kaoru

- No, en realidad soy de Kyoto, y pronto iré a América para acabar mis estudios en Derecho.

- ¿¿En serio?? Yo siempre he querido ir a allá. La voz de la chica reflejaba gran emoción con el solo hecho de que mencionaran América.

- ¿Y tú que haces? Era un pregunta tonta, ¿qué podría hacer ella a su edad, sino ir a la escuela y jugar con sus amigos?

- Voy a la escuela

- ¿Te gusta?

- A veces

Kenshin la miró, y se preguntó cuál podría ser su nombre, así de que decidió presentarse, pensando que tal vez a ella le interesaría conocer el suyo.

- En todo este rato no me he presentado disculpa mi descortesía jeje, mi nombre es Kenshin Himura. Kaoru asintió observándolo con fascinación.

- Yo soy Kaoru Kamiya Kenshin pensó que el nombre le quedaba perfecto.

- ¿y estás emparentada con la novia?

- Ayame es mi hermana

- Ya veo, el dojo es precioso, vivir aquí debe ser muy agradable. Kaoru puso una gran sonrisa en su rostro, feliz de que le haya gustado el dojo.

- Todavía es más hermoso, en la parte de los arrozales, y cerca de ahí, hay un lago, que desde aquí no se ve. A veces papá y yo paseamos juntos por allí, es precioso.

- A lo mejor vengo un día para que me muestres los arrozales y el lago.

- ¡¡Me encantaría la idea!!

De pronto escuchó una vos que la llamaba, al principio Kaoru no hizo caso pero siguieron insistiendo. Kaoru vio que era Yahiko quien la llamaba. Kenshin sabía que de un momento a otro, Kaoru se marcharía, temía no volver a verla nunca más y deseó que el tiempo se detuviera en ese instante bajo esos árboles.antes de que él se marchara, antes de que Kaoru creciera, se marchara y su vida cambiara para siempre.

Continuara..

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Wow, he terminado, pues aquí está el primer capítulo, espero que les haya gustado, porfavor manden sus reviews y díganme que opinan al respecto si si si?? Jeje

Fuusina ^.~