Los gritos se escuchaban a lo lejos, dándole un descanso a las pobres orejas de Chopper. No quería perderse el juego de Zoro y Sanji, pero...no había podido soportar más el acoso de Porche. Así que había salido corriendo, hacia las casetas que rodeaban la zona de juegos. Ofrecían buenos lugares para esconderse.

Fue desde una de esas casetas de donde le vino el sonido de una canción. La voz que cantaba era agradable y dulce, haciendo que se acercara para escucharla mejor. Después de dar unos cuantos pasos, empezó a llegarle también el olor de una persona. Olía a una mezcla entre algo dulce y el propio olor del mar. No era desagradable ni demasiado intenso, pero su instinto animal le instigó a huir cuando lo sintió.

Al intentar retroceder para volver al campo se tropezó con una de las cajas que estaban desperdigadas por la zona, tirándola y desperdigando su contenido.

-¿Quién anda ahí?- le preguntó una voz femenina desde el interior de la caseta, cortando la canción.

-¡U-un pirata!- le respondió el reno, con voz rígida.

Durante un momento, la chica guardó silencio, antes de empezar a reír suavemente.

-Bueno, eso es bastante obvio. ¿Eres nuevo?

-¡S-sí! ¡Pero no por mucho tiempo! ¡Mis amigos me recuperarán! - exclamó Chopper de forma más firme esta vez, acercándose a la puerta.

-Seguro que sí...-le respondió la voz con tono consolador.- ¿A que están jugando?

-Groggy Ring...

-¡¿Qué?! ¡No! ¡Eso...eso es muy malo!- la puerta de la caseta tembló. Debía de estar intentando abrir desde dentro.- ¡Foxy ya es un tramposo normalmente, pero en ese juego es peor! ¡Tus amigos pueden acabar muy malheridos!

-¡¿Cómo?!- gritó Chopper, empezando a entrar en pánico, mientras la chica seguía intentando abrir la puerta. Eso hizo que el reno se calmara un poco.- Oye, ¿Por qué estás encerrada?

-Porque no le dejo hacer trampas.- gruñó la chica desde dentro, aún peleando con la cerradura.

-¡Ah! ¡Espera! Si te saco, ¿ayudarás a ganar a mis amigos?

-¿Uh? ¿Puedes abrir la puerta?

-¡Claro! Tú apártate. - le respondió Chopper, cambiando a su forma más grande para arrancar la puerta del marco.

Por fin pudo tener un vistazo de la chica, que le miraba con cara de asombro. Era un poco más alta que Luffy, con el pelo negro y largo, recogido en una apretada trenza. Tenía los ojos de color turquesa, tan intenso que casi no parecía natural.

Algo le decía que Sanji gritaría al verla.

-¡Venga, vamos!- le instó la chica, empujándolo un poco para que corriera.-¡Ah, si! Me llamo Nereida.

-Ah...eh... ¡yo soy Chopper!- le respondió el reno, empezando a correr. Juraría que le sonaba ese nombre...

Nami clavó los talones en el suelo, hundiendo sus tacones en la tierra; apretando los brazos alrededor de Luffy. No sirvió para nada. Seguía moviéndose, incluso con Ussop empujándole desde delante.

-¡Luffy, sé que estas enfadado, pero por última vez...NO PUEDES PEGARLE AL ARBITRO!- le gritó la pelirroja.

-¡Me da igual! ¡Ya me tiene harto!- gritó el moreno. Había estallado cuando los otros sacaron armas.

Alguien golpeó en la nuca al árbitro. Pero no fue Luffy.

Una chica con un vestido largo había llegado corriendo con Chopper, directa al árbitro, al que ahora estaba regañando de una forma espectacular. El hombre parecía muerto de miedo, aunque hacia solo un rato se había atrevido a discutir con Sanji. Por la expresión de su cara, no estaba muy seguro de que hacer. ¿Es que la chica era de la banda?

-¡Maldita sea, ¿pero quien la ha dejado salir?!- gritó Foxy, ganando la atención de la chica.

Fue un error.

-¡Tú! ¡Maldito tramposo miserable! ¡No vales para nada más! ¡Yo también ganaría 900 veces seguidas si manipulara todos los juegos! ¿Te crees que amañar las cosas te hace astuto? ¡No eres más que un cobarde! ¿Zorro plateado? ¡No me hagas reír! ¡Como mucho llegas a rata gris!

La conmoción que estaba causando en el público era tan grande que les llamó la atención a los jugadores. Cuando la vio, Zoro se quedó helado. Casi habría sido golpeado por Pickles si Sanji no lo hubiera pateado fuera del campo.

-¡Oye, marimo de mierda! ¡No es momento para que te distraigas!- le gritó el rubio. Pero no obtuvo respuesta. El espadachín seguía con los ojos clavados en la morena.

En ese momento, Nami se dio cuenta de que Luffy también se había quedado helado, desde el instante en el que había aparecido la chica.

-¿Nereida...?

La morena detuvo su regañina a Foxy al escuchar su nombre, girándose hacia el hombre de goma, con expresión de asombro.

-¿Luffy...? ¿Están jugando contra ti?

Los ojos de la muchacha se movieron, buscando a otra persona, hasta que se detuvieron en Zoro.

Luego se fijaron en las heridas que le cubrían y su mirada se llenó de ira.

Volvió a girarse hacia Foxy y, demasiado rápido como para que alguien pudiera detenerla, le abofeteó. El golpe resonó con intensidad e hizo que el hombre cayera al suelo. Le había golpeado tan fuerte que se había hecho daño en la mano.

Al ver que Nereida tenía todas las intenciones de golpear a su capitán de nuevo, uno de los tritones la agarró por detrás, levantándola en el aire.

-¡Suéltame!- gritó la chica, revolviéndose como un gato para liberarse.

-¡Oye, déjala!- exclamó Luffy, saliendo de su estupor, dirigiéndose hacia el tritón. Una serie de manos salieron del suelo, impidiéndole que se metiera en la pelea.

-No, capitán.- dijo Robin, acercándose a él.- Si nos metemos en esto, podrían usarlo para perjudicarnos en el juego. Además, no van a hacerle daño.- añadió la arqueóloga.

Era cierto. Aunque el tritón la había sujetado con brusquedad para apartarla de Foxy, lo hacia con cuidado. Incluso parecía que le tenia un poco de miedo.

-Oye, cocinero pervertido. Muévete.- gruñó Zoro, golpeando a Sanji, que estaba intentando tener una mejor vista de Nereida.

-¡¿Eh?! ¡Eres tu el que se ha quedado quieto antes!

-¡Cállate y vamos!- le gritó el espadachín.- Tenemos que ganar lo que nos queda. Definitivamente tenemos que hacerlo.

-¡Estabas incumpliendo las normas! ¡Ocultaste parte de tu tripulación para que no pudieran reclamarla!

-¿Eh? Perdieron el primer juego. No han tenido la oportunidad de elegir aún.

-¡No me vengas con tecnicismos!

Foxy retrocedió un poco con el último estallido, aunque no parecía que la chica fuera a golpearle de nuevo. En esos momentos estaba indignada, no furiosa.

-Así que esa es Nereida.- murmuró Nami, mientras observaba a la chica discutiendo con el otro capitán.

Era la muchacha que, según Luffy, tendría que haberlos estado esperando en Loguetown. Después de no haber sido capaces de encontrarla allí, habían preguntado tanto Zoro como él en cada isla que pasaban, intentando encontrar alguna pista.

Cuando no se acordaba uno, lo hacia el otro. Siempre. Eso les había dejado claro al resto de los miembros que era importante.

-Capitán.- dijo Sanji, apoyando la mano en el hombro de Luffy.- Te seguiré hasta el fin del mundo.- declaró con solemnidad. Parecía a punto de llorar de emoción.

Nami suspiro, desesperada. Cuando Zoro había descrito a la chica, había hecho hincapié en su atractivo, y la pelirroja se había burlado todo lo que había podido de él por eso. Ahora se temía que tendría que disculparse.

Nereida era guapa. Muchísimo. De una forma que no parecía ni natural, pero que no le importaba a nadie.

Destacaba tanto que era imposible de ignorar.

Era morena, tenía los ojos azules y era preciosa. Esa era su descripción. Simplemente.

-Luffy.- dijo Nami, interrumpiendo su línea de pensamiento.- ¿Qué vamos a hacer? Hemos ganado uno de los juegos, pero aun queda otro…y supongo que querrás salvar a Nereida además de a Chopper…

-¿Hm? Si, ¿y qué?- le preguntó el capitán, antes de sonreír.- Todo estará bien mientras gane el último juego, ¿no?

La regañina de Nereida al otro capitán se interrumpió cuando escuchó las palabras del moreno, deteniéndose para mirarle con una expresión entre emocionada y agradecida. Sin embargo, antes de que pudiera decir una palabra, la desagradable risa de Foxy resonó entre ellos.

-¡Escucha, sombrero de paja!- comenzó, señalándole con el dedo.- La tercera ronda es combate. ¡Y es imposible que alguien me venza en ella!- continuó el extravagante capitán.- Mas te vale prepararte para cuando me quede con uno de los tuyos…no voy a permitir que me quites a mi bailarina.

-¡Nunca perderé en una pelea contra ti!- le replicó Luffy, furioso por sus palabras

Foxy solo volvió a reír mientras se alejaba.- Mocoso…Una pelea…y un juego…son dos cosas distintas.

No te dejaré tener a ninguno de mis nakamas

…ni que sigas obligando a Nereida a quedarse contigo

¡...aunque me muera!

Fue igual de difícil conseguir tanto que Foxy admitiera su derrota como que permitiera que Nereida recuperara sus cosas. Por fortuna, la combinación de las increpaciones de la bailarina y las amenazas de Nami consiguieron amedrentar lo suficiente al desagradable capitán. Nereida repartió la poca ropa que tenía en un par de bolsas, pero claramente no era lo que más le importaba.

Su prioridad era recuperar sus espadas. Eran toda una pieza de artesanía, de longitud media y ligeras, perfectamente adaptadas al cuerpo esbelto de la morena. Estaban llenad de pequeñas filigranas que, sin embargo, no influían en su terrible filo; como pudo observar Zoro al escuchar el silbido que emitieron cuando Nereida las devolvió a su funda tras comprobar su estado.

También tenían un brillo verdoso que llamó la atención de Robin. La arqueóloga no hizo ningún comentario, guardando sus preguntas para un momento más tranquilo.

Una vez el barco de Foxy se perdió en la lejanía; con los insultos y las amenazas de sus tripulantes desvaneciéndose lentamente en el aire, la euforia estalló dentro del grupo de los sombrero de paja. Aunque siguieran necesitando un carpintero, la incorporación de un nuevo nakama a la banda siempre era un motivo de celebración. Nami estaba especialmente contenta, feliz de tener a otra fémina cercana a su edad en la tripulación. Aunque Sanji no se quedaba lejos en este aspecto.

-Ah, aunque vamos a estar algo apretadas al dormir.- comentó la pelirroja.- ¡Una vez canjeemos el oro, tenemos que comprar muebles nuevos!

-No te preocupes, Nami. Puedo dormir en el suelo.

"¡De eso nada! Una mujer necesita descansar bien para estar guapa. Ya le quitaremos alguna cama a estos mastuerzos"

"¡Oye!"

"¡Le dejaré mi cama encantado a Nereida!"

La conversación se había vuelto más informal en el momento que llegaron a la casa de Tonjit. Luffy había insistido en ir a contarle que habían derrotado a Foxy, y Chopper quería comprobar que Sherry se estaba recuperando bien del disparo.

Desde luego, no esperaban al hombre ridículamente alto que encontraron durmiendo de pie al lado de la casa del nómada. De la misma forma que no esperaban que fuera uno de los almirantes de la Marina.

Aokiji intentó poner algo de tranquilidad entre los gritos y las amenazas de los sombrero de paja, tratando de decir que él no tenía interés en pelear.

-No tengo intención de arrestaros…- empezó a decir el almirante.- Solo estoy aquí para confirmar lo que hace Nico Robin tras el incidente de Arabasta. Solo estoy aquí para reportar-.

La actitud tranquila y perezosa del hombre cambió en el momento que sus ojos cayeron sobre Nereida. Sus cejas se fruncieron con preocupación y algo de tensión, en un gesto de hostilidad.

-Tú…¿qué haces tú aquí?