Hola... Aquí les dejo una fumada idea que pasó por mi cabeza... Nada muy largo ni muy bueno, pero no les quita mucho tiempo.


Muérdago

Si algo odiaba Reiji, era tener que pedir favores, y más aún cuando debía pedírselos a uno de los molestos Mukamis... Y peor, al más desagradable de ellos: Pie Grande.

El pelinegro estaba perfectamente consciente de que tercero de sus hermanos adoptivos era en realidad el famoso "Edgar", antiguo amigo de la infancia de Shu, quien protagonizaba los sueños y pesadillas de su hermano, razón por la que lo detestaba más... Obviamente, jamás le diría a Shu lo cerca que estaba de su querido amigo, pues no soportaría verlo feliz.

Suspiró, y siguió caminando. Pensaba hablar con Ruki, según él el más razonable de todos, para pedirle unos gramos de la planta que necesitaba para su pócima; a cambio, estaba dispuesto a dejarles un par de días a Yui, la novia de sacrificio de turno... Realmente, no le importaba; ella era para él sólo una fuente de alimento. Pero no era Ruki quien se encontraba recargado de la pared del jardín, masticando tranquilamente uno de sus cubos de azúcar... El pelinegro soltó un nuevo suspiro, y se acercó.

-¿Se puede saber que hace un Sakamaki en la propiedad de mi familia?-

-Que falta de modales... Necesitaba... Pedirte un favor.- Al decir eso último, el pelinegro tragó saliva.

-¿Qué es lo que quieres?-

El pelinegro soltó el milésimo suspiro del día. Era Yuma el que cultivaba las plantas que necesitaba, así que de cierta forma resultaba conveniente hablar con él, pero aún así, consideraba que su hermano era más razonable.

-Necesito unos gramos de Belladona, y sé que el único que la cultiva cerca, eres tú.-

El pelinegro se veía de muy mal humor, cosa que no mejoró cuándo vio que el Mukami esbozaba una enorme sonrisa. Le parecía graciosos que uno de esos engreídos le pidiera un favor, en especial, tratándose de segundo hijo... Sabía que debía estar tragándose su orgullo, y eso le hizo gracia.

-¿Qué cosa puedes darme que me interese?- Preguntó el castaño con sorna.

-Les ofrezco dos días a la humana, para que le hagan lo que quieran.- Respondió el otro, cortante.

-¿Sólo eso?-

-Tres días, no más.-

Por algún extraño impulso, Yuma miró hacia arriba, como si la respuesta estuviera en el cielo y se fijó en algo que llamó su atención: Muérdago. No era una planta que abundara en la zona, por lo que la pequeña plantita parecía más fuera de lugar que el vampiro que estaba frente a él... Pero al ver esa diminuta cosa, un extraño impulso se apoderó de él.

-Tengo una idea mejor.- Dijo el castaño. Y entonces... Lo besó.

El pelinegro abrió los ojos sorprendido, pero los cerró al instante, dejándose llevar. ¿Qué diablos estaba pasando? A decir verdad, ninguno tenía una idea... Pero ambos disfrutaban como sus cuerpos comenzaban a arder.

Tal vez, la razón de los celos de Reiji a Shu siempre habían sido unas muy distintas a las que pensaba... Esa misma idea cruzó por la cabeza del pelinegro al sentir algo duro rozando su vientre.


Si leen Ninfomanía o Un toque femenino, aviso que si no actualizo pronto es porque estoy con alguien en el hospital.

By: Dessirenya