El Comienzo
El sol se escondía tras una cortina de nubes que caprichosamente dejaban caer el líquido que portaban, no era precisamente una gran tormenta sino más bien una ligera llovizna. Una joven de cabello y ojos azules se encontraba sentada en una banca vacía que estaba en un parque aun más vacio.
La lluvia no le incomodaba en lo más mínimo pues cada vez que caía una gota sobre su cuerpo esta parecía atravesarla para luego perderse en la banca o en el suelo. Como había llegado ahí? No lo sabía y tampoco le importaba, solo quería estar ahí en silencio y paz bajo la lluvia, solo quería olvidar.
Olvidar a cierto "niño" de ojos azules que un día le había robado el corazón. Sonrió ante la ironía de aquel asunto, ella, la chica más linda de su escuela podía tener al chico que ella quisiera, pero al amor de su vida ni siquiera lo podía ver. Que cruel fue el destino al poner un mundo mágico a su alcance para después cruelmente arrebatárselo de las manos sin consideración alguna. Porque no habían podido regresar a ese mundo? Lo habían intentado tantas veces en estos 4 años pero sin resultado.
Una lágrima recorrió su rostro y de nuevo el dolor de un amor que tal vez no era correspondido surgió. La chica consiguió atraer sus pies hacia su cuerpo, apoyo su cabeza en sus rodillas y abrazo sus piernas fuertemente mientras dejaba caer amargas lagrimas llenas de pena y dolor. Abrazarse a sí misma no ayudaba mucho pero cuando el dolor que llevas dentro nunca lo compartes, ese es el único apoyo que puedes obtener. Es que en verdad dolía, su corazón se cuarteaba un poco mas con cada palpitar que daba, Marina temía al momento en que ya no pudiera mas y por fin su corazón estallara en pedazos.
Entonces alguien acaricio su cabello, al sentir esa carica se asusto un poco, por lo que levanto su rostro rompiendo el contacto y cuál fue su sorpresa al encontrarse con esos bellos ojos azules que tanto la atormentaban. Esos ojos que ahora la miraban con ternura y preocupación.
- porque lloras Marina?- pregunto el "niño" con su siempre voz calmada.
-Clef como es que estas aquí?- pregunto la chica sorprendida.
El mago sonrió y se sentó junto a ella y esta a su vez soltó sus piernas y se acomodo en la banca dejando sus manos en su regazo. No había dejado de verlo a los ojos, ya que Marina tenía miedo que al dejarlo de ver este desapareciera.
- mi corazón me dijo que en estos momentos me necesitabas por eso estoy aquí, dime que te sucede?-
- yo… Clef tengo que decirte algo muy importante, promete que no te enfadaras- de nuevo sus ojos se llenaron de lagrimas, estaba por revelar el secreto mejor guardado de su corazón y por una extraña razón eso le dolía.
-lo prometo, estoy seguro que cualquier cosa que tengas que decirme no puede ser lo suficientemente fuerte para que yo me enfade contigo, puedes confiar en mí- el mago volvió a sonreír y con sus mano seco las lagrimas de la mejilla de la guerrera pues habían logrado escapar de las orbes de sus ojos.
Ese gesto hiso que Marina se quedara sin aliento, el rose de su piel era muy suave, limpiaba con sumo cuidado sus lagrimas, como si ella fuera la cosa más importante de su vida y temiera romperla con un movimiento brusco. Al ver lo mucho que Clef se preocupaba por ella le dio valor para confesarse.
- yo te amo Clef- la frase salió clara y segura.
El mago abrió muy grande los ojos, no se esperaba esa confesión. Enseguida dejo de acariciarla y se levanto con el semblante muy serio.
- lo siento Marina pero para mí solo eres una guerrera mágica y solo eso. Yo no puedo verte de otra forma- hablo el joven en un tono frio y sin siquiera mirar a la chica que seguía sentada en la banca.
Marina se sintió morir, había confesando su amor y había sido rechazada de la peor manera, ni siquiera una mirada de lastima le dio, solo había sido terriblemente sincero. Mil veces hubiera preferido que Clef se compadeciera de ella o que incluso se burlara de su amor pero no podía resistir esa crueldad que se había formado en los ojos del hechicero. Se quedo inmóvil, ya no podía hacer nada, todo terminaba y de la peor manera.
Un viento terrible la ataco en esos momentos y como si Clef fuera de humo desapareció dejándola de nuevo sola bajo la lluvia. La cual ya no era una llovizna, se había convertido en la peor de las tormentas, pero lo más espantoso era el viento que la obligaba a cerrar los ojos. Una voz siniestra y llena de odio se escucho a lo lejos.
- lo ves, el solo es un hombre cruel y sin sentimientos. No hiso ni el menor esfuerzo por hacerte sentir bien, solo tomo tu corazón y lo apuñalo sin piedad. Confiaste en él y de qué manera te paga. Que tonta eres, cómo pudiste enamorarte de una persona sin corazón- Marina intento abrir los ojos y ubicar la persona que ahora le hablaba con tanto desdén pero cuando lo consiguió todo lo que vio era obscuridad.
De repente el teléfono sonó, sacando a Marina de la terrible pesadilla que había tenido.
-bueno?- la chica contesto algo intranquila. Ya que no era la primera vez que tenia este sueño, hacía varios meses cada noche sonaba lo mismo, se declaraba ante Clef y este la rechazaba de una cruel manera y al final siempre estaba la voz que no parecía tener dueño.
-Marina! Levántate, no puedo creer que estés dormida a esta hora, tienes que visitarme acabo de llegar de Paris y tú ahí bien dormidota- grito Lucy que estaba emocionada de haber llegado a Tokio.
-Lucy! Que bueno que ya regresaste. Que te parece si en una hora nos vemos en la torre de Tokio?- propuso Marina sentándose en su cama.
-por supuesto, si no te importa llamare a Anahis para que nos encuentre allá-
-claro llámala, me muero de ganas de verlas, adiós nos vemos en un rato- colgaron.
Se dirigió súper feliz al baño olvidando por completo el sueno que había tenido, hacia mucho que no veía a sus amigas y el solo pensar que pronto las vería llenaba su corazón de una felicidad infinita. Cuando se estaba bañando de pronto empezó a marearse, intento salir pero justo cuando abrió las puertas de la ducha una presencia atravesó su cuerpo tirándola y dejándola inconsciente en la tina.
Después de unos minutos desperto a causa del agua que caía en su rostro. Estaba confundida y preocupada pero al sentir que todo estaba normal, decidió dejar el asunto de un lado pues de seguro el desmayo fue provocado por la emoción que sentía de ver a sus amigas.
Notas de la Autora:
Como saben este es mi tercer fic, lo empecé hace dos años pero por causas personales lo deje olvidado, pero ahora que regrese decidí continuarlo y arreglarlo. Ya que desde un principio sentí que este primer capítulo estaba muy flojo.
Hoy se me ocurrió esta pequeña idea y no dude ni por un segundo cambiar el capitulo completamente, al releerlo me he dado cuenta que así debió de haber sido desde el principió, espero a ustedes también les guste este cambio. A las personas que ya leyeron la historia previamente espero que este capítulo se les haya hecho interesante a pesar de que ya han leído los demás capítulos. Gracias a - Mikatsuki no tenshi -, que con tu comentario has hecho que mi estilo de escritura mejorara considerablemente. También gracias a todos los que me leen.
Esperen pronto también el cambio del segundo capítulo, el cual quedara casi igual excepto por unas mínimas correcciones, ah y el tercero tampoco se salvara ya que veo que tiene unas faltas de ortografía jejeje.
Nos vemos y ya saben reciban muchos saludos y abrazos de la muerte, que la inspiración siempre les sonría (^.^)
