No soy IchiRukista, soy realista. Me gusta el IchiHime, o mejor dicho, me gustan los sentimientos de Orihime, aunque me apenan. Igual eso es otra cosa. Lo de Ichigo y Rukia me resulta canónico, aunque sé que muchos sentimientos que los fanáticos atribuyen al pairing son veraces. No obstante no voy a entrar en detalles.
Soy consciente de lo vital que Rukia es para Ichigo. En la escena que voy a ficcionar es donde lo noté por primera vez (luego hay de ellas a raudales) y como desde que abrí mi cuenta en tenía la intención de escribir sobre ellos dos se me ocurrió hablar de esto. El título del fic lo tomé prestado del cuento La puerta condenada de Julio Cortázar, aunque lo que escribí no es ni parecido a lo que escribió él. La viñeta es cortita pero las intenciones son las mejores.
Disclaimer: Bleach y sus personajes son propiedad de Tite Kubo.
No fue súbito, hacía tiempo venía madurando esa terrible necesidad de contenerla.
Una mirada compungida, un menester frustrado. Se iría -¿para siempre?- y con ella todo. La cortina de agua a punto de descolgarse con ímpetu, la noche obscura y aciaga. Una riña y una partida inesperada.
El hombre de cabello colorado hizo aparecer una luz en el aire, una luz que se expandió y se expandió hasta formar una puerta, infinita. Y la inquietud sobre Ichigo, sobre Rukia, sobre aquellos dos hombres que se la llevaban.
No quiero que se vaya.
Su cuerpo estático, inmóvil y golpeado, herido. La incógnita interminable de los sucesos presentes. Lágrimas que de repente aparecen en sus ojos, aunque nimias. El corazón que le retumba, de miedo, de tristeza. Rukia que lo abandona.
La llama a gritos.
Ella obedece a su hermano, marcha sin declive. Sólo su mirada la traiciona y voltea hacia él, hacia Ichigo, que no podrá subsistir sin ella. Debe volver a su lugar para morir y él debe quedarse allí para vivir.
Se irá.
Ha aprendido a proteger. Ha aprendido a amar. Ha adquirido valor para luchar y para defender. Sus piernas pesadas le prohiben ponerse de pie y pelear por ella, quien le enseñó todo aquello. Con pasos pavoridos y sumisos ella se encamina hacia su destino inexorable. Ichigo contempla desde el suelo frío su figura que se mezcla con una rutilante luz. La puerta se abre.
"Si te atreves a ir a buscarme yo te juro que te mataré."
Y se quiebra algo dentro de él. Algo que tiene que ver con ella. La necesita. Una brisa estúpida interrumpe y ninguna palabra más. Rukia se marcha, sin lástima pero con tristeza, e Ichigo no lo puede soportar.
Debe quedarse.
La joven que él necesita atraviesa la puerta y se pierde en la nebulosa del infinito. La luz se la traga. El mundo la absorve. El tiempo la olvida. Ichigo la reclama. Una última mirada de adiós -que parece cruel, agónica- y dos corazones turbios. Una mariposa negra y letal cierra el episodio que durante algunos segudos permance trágico.
Se ha ido.
Y la puerta se cierra, como para siempre.
Muchas gracias por leer, las críticas son bien recibidas y se agradecen, sobre todo.
Natali.
