Un fic de Card Captor Sakura Card Captor Sakura y sus personajes
mencionados en este texto son
Copyright (c) CLAMP UNA SOMBRA EN EL PASADO

Por: Darkness

Si no aprendes del pasado estarás condenado a repetirlo eternamente

ADVERTENCIA:

          Este fic maneja el Shonen ai (amor entre jóvenes o niños), Seinen ai (amor entre hombre jóvenes) y el Shojo ai (amor entre chicas), por lo que puede resultar ofensivo para algunas personas.

NOTAS PREELIMINARES:

Se recomienda la lectura previa de "Jugando a Ser Dios", aunque no es muy necesario, sólo si quieren entender los recuerdos de Eriol, quien es Ted y los sentimientos de Keroberos y Yue.

          El fic trata en general de Eriol y su relación con Yue ("¿De quién son las emociones que siento, mías o te Clow?") pero al mismo tiempo es un Eriol/Tomoyo (me gusta la parejita). También  trataré de concentraré un poco en los distinto personajes de la serie, aunque me temo su participación casi nula  -_- U...  Y por muy mal que me caiga la "asalta cunas",  entiéndase: Kaho Misuki (mira que tener el descaro de andar rondando a  Eriol - -*) seré justa con ella .

Ahora bien, las edades, esto es tomando en cuanta que Eriol nació en 1989, Sakura y los demás en 1990 y que la historia de Card Captor se desarrolla entre 1999 y el 2000. Por lo tanto, cuando Sakura conoce a Eriol este contaba con 11 años de edad. Touya y Yukito van a la preparatoria por lo que tienen 17 años... Se deduce que nacieron en 1983 (jeje, o por lo menos Kinomoto =p) ... Ah sí, Touya conoció a Misuki a los 14  ( ¿Cómo es posible que Sakura no se haya enterado si tenía 7 años? Sigue siendo un misterio)  y Kaho en ese momento contaba con 22... cuando se encuentra en Inglaterra con  Eriol es dos años menor. Tedrescher tiene unos 5 siglos....  Tal vez esto quedaría mejor en las notas finales, pero no importa.

Otro detalle es que este fic (por muy raro que se escuche) está basado en otro, llamado "Le Soleil Et Lune" [Copyright (c) Tasumi Ashiru], el cual trata del último día de vida de Clow y una promesa que le hace Yue  ("Master… There is one thing that is immortal: Love" o "I will find you again my love") .

          Bien les hablaré rápidamente de los capítulos puesto que no voy a poner reseña al final: 

El primero (este) "Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo" trata de cómo Eriol va descubriendo sus poderes y recobrando algunos recuerdos y de su primer encuentro tanto con Misuki como con Ted...

El segundo "En la sombra estaban sus ojos" trata de una importante decisión que tendrá que tomar Eriol además de la creación de dos criaturas, así mismo trata de cuando se muda a Japón por un tiempo a llevar a cabo determinados planes pero la cosa se le complica pues la casa donde esta viviendo le trae extraños recuerdos que no logra comprender hasta cierto evento. Mientras tanto la card captor (Sakura) ya ha logrado juntar todas las cartas Clow y se lleva a cabo el "Juicio Final" donde Keroberos y Yue se vuelven a ver, sin embargo el guardián lunar ha experimentado un drástico cambio, cosa que impacta a Kero....

El tercero y último "Yo NO soy Clow!" Un nuevo alumno llega a la escuela Tomoeda y causará algunos pequeños disturbios como pruebas para cierta Niña... además las emociones son cada vez más fuertes e incontrolables, los recuerdos han regresado en su totalidad, los problemas emocionales han comenzado... básicamente sólo eso  y (por supuesto) el final (pero ese no lo voy a decir ^ ^) .

Atte:

Darkness

La Paz B. C. Sur, Septiembre del 2001

"La Paz, ¡Qué hermosa ciudad!

Con sus calles empedradas

Y un calor de la chingada."

Coplas sudcalifornianas ^.^

PRIMERA PARTE:

 "Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo"

Y mi casa me dice: No me abandones, por que tu pasado habita en mí.

Y el camino me dice: Ven y sígueme, por que soy tu futuro.

Y yo digo a ambos: No tengo pasado ni futuro.

Si me quedo aquí, hay una ida en mi estancia; y si me voy allá,

hay una estancia en mi ida. Sólo el amor y la muerte cambian las cosas.

GRIBRÁN JALIL GIBRÁN Oxford Inglaterra, Septiembre 20 de 1995

Ya lo habían intentado todo. Absolutamente todo.  Habían visto a un centenar de médicos, los más prestigiados del mundo. Habían pagado casi una fortuna en un sin números de estudios y análisis científicos. Habían estado mil y un noches en vela esperando.... ¿Y todo para que? ¿Qué habían obtenido? Nada... sólo un estúpido discurso que a resumidas cuentas quería decir : " Su hijo se encuentra perfectamente de salud, pero les recomiendo que vayan a ver a un psicólogo". ¡Un psicólogo! ¡Válgame Dios! ¡Si su niño no estaba loco!.

          Detuvo un momento sus pensamientos   y vio su imagen distorsionada en el reflejo de una maceta de plata; sus cabellos oscuros sujetados en una coleta alta caían en curiosos bucles a la nuca, su rostro descuidado, su frente tenía algunas arrugas, producto de las preocupaciones. ¿Cómo había sucedido todo aquello? Un día lo tenían todo: casa, dinero, felicidad, una familia unida; y sin embargo al otro todo se transformaba en una pesadilla... su mente divagó y regresó a ese día, cuando todo empeoró, el cumpleaños número cinco de su hijo. Antes de esto ya habían sucedido cosas un poco extrañas; como cuando Eriol ( este era el nombre de su niño) "predecía" pequeños acontecimientos (algún fenómeno natural, algún comentario o acción) o cuando "adivinaba" el lugar exacto en el que algo se encontraban, sin embargo, el 23 de Marzo, el niño había entrado en shock... Ese día, mientras los invitados llegaban y seguían llegando, mientras los niños se reunían para jugar; se escuchó un grito. Ella reconoció inmediatamente que se trataba de su hijo y corrió a buscarlo... Lo que encontró en su habitación la sorprendió: hacía frío, a pesar de estar en primavera por la ventana (que por cierto estaban rota)   entraba un viento helado;  la radio y la televisión había explotado al igual que los demás juguetes con algún mecanismo; los cajones de ropa estaban desparramados alrededor del niño, y –lo más extraño- el espejo estaba cuarteado, pero no reflejaba la imagen de su niño, el cual estaba en estado de shock, temblando, los ojos grandes y muy abiertos... Después de eso Eriol tenía un espantoso miedo a los espejos. Le preguntaron que sucedió dentro de la habitación, pero él se negaba a contestar argumentando que "no recordaba". Algunos meses después del incidente, el niño había entrado en algo que ella y su marido llamaban "Trance"; pues en varias ocasiones lo encontraron sentado, los labios azules, pálido y los ojos en blanco... y no reaccionaba... 

Miró a su esposo, el cual daba vueltas de un lado a otro impaciente, él también estaba preocupado... después dirigió su atención al niño sentado junto a ella; balanceaba las piernas lentamente de un lado a otro, pues la silla era demasiado grande para el. Volteo a verla y le sonrió, con aquella pureza única en todos los niños. Los cabellos negros como el azabache revueltos, las manos apoyabas en el asiento, los lentes demasiado grandes para un chiquillo de su edad... le pareció tan pequeño y frágil; inocente victima a la que se lleva a al matadero sin saber siquiera el por qué.  

          Suspiró miserablemente. Aquel era el tercer psicólogo al que acudían, se preguntó qué suerte tendrían ahora... Con el primero, Eriol no abrió la boca para nada, ni tan siquiera para decir su nombre y el psicólogo se desesperó; con el segundo ella habló con su hijo para que respondiera a todas las preguntas que se le hiciera, pero cuando el médico les llamó les dijo que el niño era un mentiroso, pues le había dicho un montón de cosas sin sentido, tales como brujas, enanos, elfos, ángeles, incendios etc. ;  el último había salido corriendo de la habitación y les había gritado, antes de azotar la puerta de la entrada: "Su hijo es un anormal! No necesita a un psicólogo ni a psiquiatra, necesita a un exorcista!". Eso la había enfadado mucho y jamás comprendió por qué lo había dicho, ¿Qué había pasado?...

 El señor  De-Todo-Un-Poco,

mitad cuerdo y mitad loco,

mitad hombre y mitad no

es el que describo yo.

Es además de canijo,

mitad padre y mitad hijo,

mitad pez, mitad conejo,

mitad joven, mitad viejo,

mitad agua, mitad pozo,

mitad pena, mitad gozo.

Caminando –creed que es cierto-

entre dormido y despierto,

un pie arriba y otro abajo

del bordillo con trabajo.

Si por la calle lo ves

del derecho y del revés

siempre mitad y mitad,

nunca sabrás, en verdad,

quién es y qué es lo que es...

          Cantaba el niño para sí, tratando de alejar la marea de pensamientos que se abalanzaba contra el... Estaba nervioso, asustado, inseguro. ¿Por qué tenían que ver a otro médico? ¿Por qué habían abandonado su casa en la isla de Wight  y viajado a Oxford? ¿Por qué soñaba cosas feas? ¿Por qué veía cosas que los demás no? ¿Por qué era tan diferente? ¿Por qué...? ¿Por qué...?... Eran miles de preguntas las que recorrían su cabeza en aquel momento, mientras cantaba, mientras trataba de evitar eso precisamente.

          Deseaba que todo fuera como antes. Antes mamá y papá pasaban mucho tiempo con él y los tres se divertían mucho, pero de un tiempo en adelante se habían distanciado, aunque ellos no lo notaban; antes tenía muchos amigos y un hogar estable en Japón, ahora viajaban mucho y ya no conocía a nadie; antes la noche era lo mejor, ahora no deseaba que llegara pues tendría que dormir, y al dormir vendrían los sueños...   

          Los sueños... a veces no eran del todo malos; veía paisajes de un mundo antiguo (algunos parecidos a los de Inglaterra), extraños seres de distintas formas, hermosos (y a veces temibles) dragones, ángeles, leones, curiosas criaturas que le recordaban a las hadas de sus libros de ilustraciones... pero, también, solía ver fuego, antorchas, cuerdas, barcos que se hundían y una horrenda criatura de ojos verdes-amarillentos como las serpientes... Era en esos momentos cuando se aferraba a la mano de su padre (al cual obligaba a acompañarlo hasta que se durmiera) y le impedía irse.

          Miró a su madre y al ver su rostro preocupado, le sonrió. Sentía que ella era la que más sufría... fue mamá quien insistió en lo del psicólogo después de... lo que había sucedido en la fiesta.

          Agachó la cabeza y los lentes cayeron ligeramente del puente de la nariz. Con un movimiento fastidiado volvió a acomodarlos. Odiaba esos lentes, pero los necesitaba, a veces no miraba bien. Miró con sus hermosos ojos grises la puerta que tenía delante suyo (ignorando a su padre que iba y venía por la habitación) donde esperaba por él el médico. Tampoco le gustaban los médicos, ¿Quién los entendía? O a los psicólogos? Por ejemplo, el último que lo había ido a visitar le había pedido que le mostrase lo que él veía y había obedecido. Le mostró lo que vio en el espejo y no lo soportó.

Volvió a mirar la puerta y le dio la impresión que esta le sonreía con malicia mostrando afilados dientes, burlándose de su miedo y retándole a que la atravesara.

Akira Hiragizawa  caminaba de un lado a otro de la pequeña habitación de espera; no le agradaba en lo más mínimo la idea de llevar a su hijo con un psicóloco... pero  su mujer había estado muy nerviosa después del cumpleaños número cinco de su hijo y si eso la hacía sentir mejor pues tenía que aguantarse.

... Él no creía que fuera un problema psicológico y estaba totalmente convencido de que se trataba de algo más. Sin bien es cierto últimamente habían estado saliendo mucho y no había estado todo el tiempo que deseaba con Eriol, pero todo era por culpa de su trabajo en la empresa unitaria Newport, la cual los habían sacado de Japón y llevado a Inglaterra  primeramente a uno de los condados metropolitanos y después a la Isla de Wight (Nota: Desde las reformas en el gobierno local de 1974, Inglaterra está dividida en 39 condados no metropolitanos, seis condados metropolitanos y el Gran Londres (creado en 1965 como una entidad administrativa separada). Los condados se subdividen en un total de 330 distritos, que a su vez engloban unas 10.000 parroquias. En 1985, los ayuntamientos del Gran Londres y de los seis condados metropolitanos se abolieron y la mayor parte de sus funciones se transfirieron, en el caso del Gran Londres, a los 32 distritos municipales de Londres y a la Corporación de la Ciudad de Londres. La primera de las nuevas organizaciones unitarias se estableció en la Isla de Wight, en abril de 1995).

Continuó dando vueltas por la habitación y volteó rápidamente mientras su hijo le sonreía a su madre, Nixon... Pensó de nuevo en el niño, cuando él lo llevaba a su cama el chico comenzaba a temblar, tenía una gran ansiedad y miedo de irse a dormir, siempre le decía que "soñaría"... 

En ese momento la puerta de la recepción se abrió y una mujer salió anunciando que el niño podía pasar. Eriol alzó la cabeza rápidamente (con el corazón palpitando en la garganta), sus lentes volvieron a caer de su lugar. Nixon lo miró con ternura y miedo acomodando gentilmente los lentes mientras su padre se acercaba y lo tomaba de la mano; "Vamos campeón, no tengas miedo". El chico lo siguió tratando de aparentar valor.

El corto pasillo que llevaba a la habitación del psicólogo le pareció como un tenebroso bosque negro, con miles de rostros alrededor observándole con cuidado, esperando el más mínimo error para lanzársele encima ; la puerta continuaba con su maliciosa sonrisa, lo cual le hizo apretar con fuerza la mano de su padre. El interior le parecía una selva aún más espesa mientras para Akira era  una habitación común y corriente, con un aire muy elegante; las paredes tapizadas con un papel color crema de distintas imágenes de flores, no se encontraban desnudas pues había varios cuadros de diplomas en ellas así como un gran espejo alargado a uno de los costado de un sillón (cosa que asustó más al niño); únicamente la habitación contaba con un sillón alargado tallado en madera, unas cuantas butacas y un escritorio, así como varios archiveros, bajo estos muebles se encontraba una alfombra color pardo,  y las cortinas, ¡eran hermosas!, blancas delgadas casi transparentes con rombos y sobre ella una más grande y gruesa color café. 

En el escritorio de caoba , vestido con un traje de etiqueta , la vista en unas hojas blancas y el rostro cansado pero firme, se encontraba el Dr. Hutschnecker, psiquiatra.   Akira Hiragizawa  lo vi asombrado, era diferente a los demás psiquiatras que él había visto, verlo así le recordó a los viejos reyes de las historias olvidadas, sin embargo para los ojos de Eriol, los ojos de un niño, aquel era un moustro, un carcelero, que venía a arrebatarlo del lado de sus padres. 

- Sr. Hiragizawa?.- Preguntó el Dr. Alzando la vista a través de las gruesas gafas.

- Sí.-

- Y tu debes ser Eriol.- Dijo mirando al niño que se escondía detrás de su padre.- Bien Sr. Hiragizawa, puede confiar en mi, así que le pido de favor que me deje con el pequeño.-

- Eh? Ah! Sí... ¿Ya está enterado de los por menores?.-

- Sí, lo estoy.-

Akira se puso en cuclillas para estar a la altura de su hijo.

- Escucha campeón, te vas a quedar solito con el doc... .-

- No!.- Eriol agitó la cabeza de un lado a otro.

- No campeón... te quedarás y harás todo lo que él te diga.¿Entendido?.-

- ... Vale.-

- Suerte.-

Sin decir más salió de la habitación dejando a tras a un tembloroso niño, que volteó tímidamente a ver el escritorio.

          -  Escucha Eriol, ese es tu nombre verdad?.-

          - Sí.-

          - Antes de comenzar a hablar sobre ti y el problema que te trae por aquí necesitó hacerte unas preguntitas.-

          El niño asintió.

          - ¿Puedes decirme tu nombre completo?.-

          - Eriol Hiragizawa  Marketing.-

          - Tu edad?.-

          - 6 años con siete meses.-

- ... muéstrame tu mano derecha.-

          Eriol lo miró dudando un poco pero obedeció.

- Perfecto. Ahora señala tu oreja izquierda.-

El niño lo hizo.

- Luego, señala tu ojo derecho.-

Nuevamente obedeció.

El psicólogo lo felicitó y se acercó a su escritorio, abrió uno de los cajones y sacó un fólder del cual extrajo unas láminas a color. Las depositó sobre la mesa. Eriol se acercó y miró las láminas frunciendo el ceño, eran dibujos de rostros humanos, pero al primero le faltaba el ojo, al segundo la nariz,  al tercero los labios y al cuarto los brazos.

- Hay algo que no esta bien es estas caras;.- comenzó a decir Hutschnecker.- no esta completa. Se han olvidado de dibujarle una parte. Mira bien y dime que parte de la cara falta.-

          Eriol lo miró si comprender bien el propósito, pero señaló y dijo las partes que faltaban.

          - Ok. Ahora quiero que me contestes lo mejor que puedas estas preguntas que te voy a hacer, esta bien?.-

          - Vale.-

          - Primero: Cuando llueve en el momento en que tienes que ir a la escuela, ¿qué hay que hacer?.-

          - Tomar un paraguas.-

          - Si ves arder tu casa, ¿qué hay que hacer?.-

          - Mantener la calma, salir a un lugar abierto y llamar a los bomberos.-

          - Si tienes que ir a alguna parte y pierdes el tren, ¿qué  debes hacer?.-

          - Esperar el siguiente tren o volver a casa.-

          El psicólogo apuntó las respuestas del niño y después sacó cuatro monedas del bolsillo: un de 5 centavos, 10 centavos, 20 centavos y 50 centavos. Se las mostró al niño preguntando "¿Qué es esto?".

          - Dinero?.- Eriol levantó una ceja confundido.

          - Sí, pero, ¿Cómo llamas a esta moneda? ¿Qué valor tiene?.-

          - Ah!, esta es de 5 centavos, esta de 10, la otra de 20 y la última de 50.- Dijo apuntando a cada una de las monedas.

          - Bien.- El doctor volvió a garabatear algo en su libreta.- Ahora escucha: quiero decirte algo, y cuando haya terminado, lo repetirás igual que yo. ¿Comprendido?.-

          - Si.-

          - Qué divertido; un ratoncito está en la ratonera.-

           Eriol alzó las cejas: aquello era estúpido. Pero aun así lo repitió.

- Qué divertido; un ratoncito está en la ratonera.-

          - Iremos a dar un largo paseo; dame mi sombrero.-

- Iremos a dar un largo paseo; dame mi sombrero.-repitió el niño.

          - Muy interesante.- murmuró el psicólogo apuntando algo en su lista. Después retiró algunos papeles y sacó dos hojitas.- Me gustaría saber cuántas palabras conoces. Escúchame y cuando haya dicho una palabra, me dirás qué significa. Y también me dirás si desconoces el significado de alguna.-

          Las palabras que Eriol respondió bien fueron: perro, zanahoria, martillo, camión, invierno, arenilla, cartero, cortaplumas, tapón, forro, caramelo, corbata, combustible, viga, holgazán, frasco, curioso, potaje, cordoncillo, platillo, librero, glotón, encía, terminar, ignorar, límite, caldero, sabroso, diligencia, chaqueta, lista, aurora, velador, rural, género, calzada,  hacha, aprender, estribo, flautín, aguacero, brebaje, inerte, jovial, plegar, válido, narra, resistir, insípido, inestable y multar.  Las que desconoció fueron: escarapela, junquillo, empalizada, horquilla, picaporte, levita, oropéndola, falleba, herborizar, crónica, ennoblecer, languidecer, avellano y difamar. En total le leyeron 65 palabras. 

          Después el psicólogo tomó seis hojas de papel blanco. "observa bien" Dijo y ante Eriol plegó la primera en dos, y con las tijeras hizo un pequeño corte en el medio del pliegue. Preguntó entonces: 

          - ¿Cuántos agujeros habrá en el papel cuando lo desdoble?.-

          - Dos.- Contestó rápidamente el niño.

          El doc. negó lentamente con la cabeza y le mostró el papel que tenía un agujero, después tomó otro.

          - Ves.- Dijo enseñándole el papel a Eriol.- cuando hemos doblado la hoja una vez y hemos hecho un corte, recuerdas que había un agujero en esa hoja.  Esta vez la doblaremos dos veces, y veremos cuántos agujeros habrá. ¿Cuantos crees que serán?.- Preguntó mientras hacia los cortes.

          - Dos.- volvió a contestar el niño con seguridad.

          Una vez que le enseñó la hoja con dos hoyos tomó la tercera.

          - Cuando la hemos doblado una vez había un agujero, y cuando la hemos doblada así .- replegó la hoja.- había dos. Y ahora la doblo de nuevo, ¿Cuántos agujeros habrá?.-

          - Pues Tres. Y si la dobla cuatro veces habrá cuatro agujeros.-

          - Muy, pero muy bien.-  Se sentó en el escritorio y tomó agua de un vaso, luego se la ofreció al niño, el cual la negó cortésmente.- Bueno chico, sabes lo que es un Rey?.-

          -Si.-

          - ¿Y lo que es un presidente?.-

          - Si.-

          - Mira nada más que muchachito tan culto!. ¿Y cuales son las tres diferencias entre ambos?.-

          Eriol frunció el ceño pensando. Luego agregó con un sonrisa " Que la realeza es hereditaria, dura toda la vida del monarca y el rey posee más poderes que el presidente".

          - Ok. – Concentró la vista en una de las hojas que tenía en su mano y después miró al chico diciendo.- Escucha y trata de comprender lo que leeré: Un hombre que se paseaba por un bosque se detuvo de pronto espantado y corrió a la comisaría de policía más próxima, a denunciar que acababa de ver en una rama de un árbol un... ¿un qué?.-

          - ¿Un gato?.-

          - Esta vez te equivocaste: un ahorcado.-

          Eriol sintió un escalofríos recorrerlo. ¿Un ahorcado de un árbol? Por alguna razón eso lo asustaba.

          - No importa. Continuemos: Mi vecino acaba de recibir extrañas visitas. Ha recibido primero a un médico, después a un notario, luego a un sacerdote. ¿Qué pasa en casa de mi vecino?.-

          - Alguien está enfermo.-

          - Exacto. Luego: Un indio que había ido a una ciudad por primera vez en su vida, vio a un blanco en la calle y le gritó: "Es bastante perezoso; camina sentado". ¿Sobre qué estaba sentado el blanco para que el indio pudiese decir que caminaba sentado?.-

          - Sobre un burro, o un carro o una bicicleta.-

          - No te preocupes ya casi acabamos. Pon mucha atención a lo que voy a leerte: Supongamos que sean las 6 y 22, es decir, 22 minutos después de las 6. ¿Puedes imaginar dónde estaría el horario?.-

          - Si.-

          - Y bien, supongamos ahora que las  dos agujas del reloj cambian de lugar; que el minutero toma el lugar del horario, y el horario el del minutero. ¿Qué hora sería entonces?.-

          El niño se detuvo un momento a pensar, contó con los dedos, pero no hallaba forma de responder a la pregunta, por lo menos tenía que ver un reloj...

          - No importa.- Dijo el psicólogo sonriendo.- Es demasiado complicado para un niño de tu edad... Ahora sí comenzaremos con la sesión, quiero que me platiques que es lo que pasa contigo...-

          Akira se sentó al lado de Nixon y los dos permanecieron en silencio, cada quien pensando en algo distinto... A ella la asaltaban las dudas acerca del futuro (y la cordura) de su hijo, tenía ganas de correr y sacarlo del consultorio, ignorar todas las cosas que llegaran a decirle, pues quería dedicarle todo su tiempo y cariño al niño, pues sentía que últimamente cuando él más la necesitaba se había alejado demasiado.... mientras tanto, él pensaba en los problemas de su trabajo...

          Sentado sobre el escritorio el Dr. Hutschnecker  jugueteaba con una pluma; golpeando con la punta la madera, alzándola nuevamente y volviendo a golpear, sólo que esta vez con el reverso de la pluma. Hacía esto continuamente. Ya eran las 12 y habían terminado la primera sesión y había dejando a Eriol en la habitación del sillón.

          - ¿Y bien?.- Preguntó Akira un tanto impaciente.

          - Sr. y Sra. Hiragizawa,  aunque es muy poco el tiempo que he estado con su hijo puedo darles una pequeña hipótesis de lo que le sucede, basándome en el tiempo que compartí con él en esta mañana y la información que ustedes me han proporcionado.-

          Los dos, Nixon y Akira, permanecieron callados, conteniendo el aire, esperando el diagnóstico.

          - Pero empecemos por  decirles que me ha sorprendido la increíble habilidad verbal e intelectual que tiene Eriol;  me a contestado con extrema rapidez y facilidad un tests que le he hecho para un niño de 6 años, eso me sorprendió así que me arriesgué he intente con algo mucho más difícil: un test para un muchacho de 14. Y lo ha respondido con una gran cantidad de aciertos, 9 de 10... eso es algo ciertamente extraordinario para un niño de 6 años.- 

          - ... Nosotros jamás lo tratamos como a un niño.- Dijo Akira Hiragizawa con cierto orgullo.

          - Bien. Pero así como es un niño inteligente también es un niño muy imaginativo.-

          - ¿Imaginativo?.- Nixon sintió un poco de inquietud, temiendo que le digiese que su niño era un mentiroso.

          - Sí. A pesar de su inteligencia todavía no sabe diferenciar la fantasía de la realidad. Se deja llevar mucho por sus "fantasías". Muchos niños reaccionan así cuando su mundo se ve amenazado.-

          - ¿Amenazado? ¿De qué forma?.-

          - Ustedes me han dicho que antes de que sucediera la primera manifestación, habían realizado diversos viajes y  lo dejaban solo.-

          - Era por mi trabajo.- Respondió Akira, tratando de justificar el "abandono".

          - Aún así. Niños que están acostumbrados a tener siempre la atención de sus padres suelen hacer CUALQUIER COSA por llamar su atención si es que sienten que los dejarán solos, puesto que esto sería una amenaza contra su mundo interior. En el caso de su hijo  ha sido  esos miedos y extraños sucesos.-

          - Sin embargo, ese especie de trance al que siempre entra, ¿qué explicación?.-

          - Eso NO son trances, se llama autohipnosis, su hijo la logra inconscientemente.- 

          - ¿Y cuando él encuentra cosas perdidas??.-

          - Como ya le he dicho su hijo es muy inteligente; cuando encuentra cosas es por un simple proceso de eliminación, el niño visualiza los lugares que usted ha revisado y deduce de cual se ha olvidado de explorar.- 

- ¿Pero qué puede decirme de los sueños? Eriol tiene un espantoso miedo a irse a dormir, por que "soñará".- Insistió el Sr. Hiragizawa negándose a aceptar que se trataba de un problema psicológico.

- ¿Los sueños? Bien, a veces el miedo a dormir, emana desde dentro, de sueños que son realidades para el niño. Como ha expresado un comprensivo psiquiatra de niños, "si usted se fuese a la cama una noche y se encontrase a un tigre en el cuarto, ¿Le gustaría regresar?" Cierto es que el tigre no se encuentra en el cuarto antes del sueño, pero el niño sabe que en cuanto cierre los ojos aparecerá y amenazará con echarse sobre él. ¿Comprende?.-

- Por supuesto. Sin embargo hemos hablado con él y parece que su miedo es algo más... .-

- Las palabras se usan muchas veces más para ocultar una cosa que para descubrirla. Lo que su hijo hace es un acto inconsciente por llamar su atención... Él mismo se implanta el miedo. Dígame, ¿El niño quiere que lo dejen solo durante las noches?.-

- No.-

- ¿Los quiere a los dos con él?.-

- Sí.-

- Ok. Ningún niño (sin importar que tanta habilidad verbal tenga) posee un vocabulario para expresar los terrores que lo hacen aferrarse a la mano de su padre y que lo hace despertar irritadamente cada vez que el padre trate de escurrirse. No puede explicar por qué necesita oír el mismo cuento, repetido una y otra vez hasta el cansancio. Hasta fechas recientes, no se había tratado seriamente de averiguar las razones, aunque los psiquiatras habían hecho algunas sagaces conjeturas. Hoy en día, los psicólogos describen la renuncia que el niño manifiesta a permitir que le cierren la puerta de la habitación como "una angustia de separación" básica. El niño obviamente no lo sabe, sólo lo siente. Digamos que es un acto del subconsciente, su hijo, Eriol, teme que un día ustedes se vayan y no regresen, es por eso que actúa de esa forma.-

- Eso no puede ser! Ese miedo, esa ansiedad que siente es real!!.-

- Por supuesto que es real, pero lo que lo provoca NO es real.-

- Entonces, como?.-

- La palabra "ansiedad" surge, frecuentemente, en estos días en cualquier discusión sobre perturbación interior. Sigmund Freud, que estudió el problema de la ansiedad con interés, lo definió como "temor internacionalizado". El temor es un mecanismo de la salud. Es un timbre de alarma, un síntoma de peligro inminente.

          Cuando un animal olfatea el peligro, se detiene por unos momentos: ¿pelear? ¿huir? En ese instante siente temor, por que debe tomar la decisión de la cual depende su vida. No sólo siente temor subjetivamente. El sentimiento subjetivo va a veces acompañado de  cambios físicos. El corazón palpita más intensamente, la presión de la sangre sube. Los impulsos corren a lo largo de los nervios.  Los mensajes parten hacia glándulas. Las glándulas adrenales vierten sus hormonas en la corriente circulatoria, vigorizando el cuerpo. El sistema físico en su totalidad se galvaniza en la preparación. Habiendo tomado una decisión, sea la de dar batalla al enemigo o huir de él, en ese instante de alarma el cuerpo se moviliza para poner en acción todas sus defensas.

          El hombre, como animal más complejo, no necesita olfatear el peligro para sentir miedo. Puede sentir temor al leer la noticia de un huracán que se ha desencadenado a muchos miles de kilómetros. Si es empleado o profesor puede temer la pérdida de su trabajo, por causa de un examen de competencia, o por una guerra que amenace al mundo. Tanto si el miedo está justificado por circunstancias externas como si lo está por una amenaza presente, es saludable, como lo es el temor de los animales, por que ello les incita a prepararse para la defensa.

Cuando el peligro ha pasado, el miedo desaparece y el cuerpo sufre relajación. El corazón, la presión arterial, las glándulas y el sistema nervioso vuelve a la normalidad. Este es el temor natural sano; es decir, un mecanismo autoprotector.-

 Paró un minuto y los vio, después continuo con su misma voz cansada:   

-Pero cuando el peligro no existe en realidad, cuando se habla sólo de fantasía, como en este caso, entonces el temor ya no es sano. En este caso se padece temor morboso, ese temor internacionalizado, destructor, que llamamos ansiedad. Se padece entonces un estado difuso de inquietud, un sentimiento general de tristeza, de presión, de tensión.

          Todos estos sentimientos subjetivos son reales, aunque el peligro que los produzca no lo sea. Puede conducirnos a síntomas físicos tales como alta presión arterial, pulso agitado, sin aparente causa orgánica. El cuerpo, en ese instante, está en un estado  permanente de preparación para hacer frente al peligro. Eso se llama estado neurótico, por que no está relacionado con la realidad.- 

          "La  curiosidad mató al gato...."

          Eriol permanecía en la habitación, las manos juntas y la vista clavada en el suelo,  tratando de no ver el espejo a su costado. Sin embargo la curiosidad es muy poderosa. Algo dentro de  él  le insistía que observará.

          "... Sí, pero la satisfacción lo resucitó." 

          Lentamente giró su cabeza  y lo vio de frente.

          Quedó en Shock; su cuerpo sufrió una relación total, inclinándose sobre el sillón hacia delante ligeramente. Sus ojos quedaron en blanco, semiabiertos y su piel se puso tan pálida como si hubiera visto a la misma muerte...  Y cerca estuvo; durante esos momentos su mente voló, fue directo al espejo y se adentró entre sus sombras. Un reino de oscuridad y tinieblas se levantó ante él, quien, al ser un niño, no se dio cuanta que se encontraba en el interior de su mente.

          Estaba solo y perdido en aquel lugar desconocido y sintió miedo.... y el lugar pareció ponerse más tenebroso aún. Entonces se armó de valor dando un paso al frente, y una pequeña luz (apenas un punto imperceptible) apareció entre las sombras... Eriol sintió tanto gusto al verlo que por unos segundos olvidó donde estaba. Y la pequeña luz se movió trasformándose en una delgada línea que continuó moviéndose creando mil líneas más que a su vez se unieron para dibujar formas.

          Delante de los maravillados ojos del niño (donde ya había crecido la determinación) apareció un corredor, del cual sólo veía sus bordes hechos de luz, que avanzaban hasta perderse en la oscuridad. Y a lo largo de este corredor veía el borde de muchas puertas; El deseo y la curiosidad de saber que había más allá fueron tan grandes dentro del chiquillo que comenzó a avanzar, y a cada paso dado una pequeña gota de rocío plateado caía de alguna parte de la nada, emitiendo una pequeña luz que pronto se fundía con las sombras.  Del lado contrario donde caía el rocío se deslizaba otra gota, de oro líquido, que iluminaba con una dulce luz dorada; por lo que era alumbrada por un parpadeo plata y dorado la caminata de Eriol a través de los oscuros pasillos del laberinto de su mente.

          Aquello era tan distinto a la primera vez que estuvo ahí, pues lo único que encontró fue oscuridad y moustros que lo acechaban.... y aquellos espantosos ojos verdes y amarillentos, como los de las serpientes, que tanto lo habían aterrado que rompió el espejo al abrir los ojos escapando de él, en su habitación, durante su quinto cumpleaños.

          La curiosidad lo obligaba a intentar abrir todas las puertas, pero la razón le decía que no lo hiciera; pues detrás de cada puerta se escondía algo, cosas que de alguna manera conocía pero había olvidado, cosas que necesitaban ser recordadas y cosas que eran mejor no saberlas.

          Después de mucho caminar creyó llegar a lo que era el final (aunque sólo era el principio de lo infinito); ahí el parpadeo era muy débil y apenas alcanzaba a iluminar un cubo, del tamaño de un puño, como los complejos de colores que servían de entretenimiento, sólo que este únicamente tenía dos colores: negro y blanco, como un tablero de ajedrez. Las casillas estaban mal puestas, tenía que existir alguna forma de arreglarlo....

          "No debes jugar con lo que no entiendes"

          Una voz (que no era la suya) llegó hasta él, dejando caer el cubo por la impresión.

          "... Pero si quieres yo puedo enseñarte a entender; tal vez no todo, pero si muchas cosas..."

          Aunque la voz era tranquila y dulce el niño sintió el miedo recorrer todas las venas de su cuerpo.

          "... Sólo tienes que venir a mí... "

          Una figura que le extendió una mano se fue haciendo un poco nítida, pero únicamente alcanzaba a ver su silueta... pero el miedo y la duda fueron mayores y Eriol deseó salir de ahí cuanto antes...

          Su cuerpo se desplomó sobre la selva marrón que era la alfombra del consultorio. Tiritaba y sus labios estaban violetas y cortados.

          Poco a poco volvió a tomar conciencia de su ser.

          Cuando dirigió la vista hacia la ventana vio lo que parecía ser un hada.... ¿Acaso sus ojos lo engañaban???? No, la criatura era real.... Por alguna razón obtuvo la suficiente fuerza (algo dentro de él le obligó a correr) para salir a toda velocidad por la puerta rumbo a la calle, siguiendo a la diminuta criatura, que a su vuelo iba dejando pequeños destellos de luz blanca. 

          La hada se detuvo y el alzó las manos logrando atraparla. Con cuidado abrió las palmas, de las cuales salía  una potente luz blanca, y vio una criatura parecida a una mujer, pero estaba hecha de rocío pues su olor era la misma fragancia que suelen tener las hojas de los bosques al amanecer, tenía dos diminutas alas de mariposa; sus cabellos eran de plata líquida y sus ojos... lo reflejaban a él, como el agua clara de un río. 

          De pronto escuchó el sonido amenazadoramente cercano de una bocina, y antes de que pudiese darse cuanta un enorme trailer estaba  sobre él. Cerró los ojos por reflejo, esperando el golpe. Sin embargo lo único que sintió fue una ráfaga de viento, y un cosquilleo en su nariz le hizo abrir los ojos.

          - ¿Te encuentras bien, pequeño?:-

          Se dio cuenta que estaba en los brazos de alguien. Alzó tímidamente la vista encontrándose con el hermoso rostro de una mujer. Era su cabello pelirrojo lo que hacía cosquillas a su nariz.

Ella se sorprendió al ver los ojos grises del niño;  había algo en ellos, algún misterioso poder...

          - ¿Te encuentras bien?.- Le volvió a preguntar y Eriol asintió con la cabeza, por lo que ella lo depositó en el suelo.- Ten más cuidado cuando andes en la calle, De acuerdo?.-

          - Si.-

          - Cuídate.-

          Y ella se alejó.

Eriol continuó viéndola durante un buen rato, de alguna forma maravillado. En eso sintió algo que se movía entre sus manos, las cuales seguían juntas y cerradas. Al volverlas a abrir se encontró con que el hada seguía ahí.

          - ERIOL!!!.-

          La voz de Nixon llegó desde dentro del consultorio.

          - Aquí estoy mami.-

La mujer que había salvado a Eriol caminó rumbo  al All Souls College, la Universidad de Oxford. Aquella era la  institución más antigua de enseñanza superior en el mundo de habla inglesa. Estaba integrada a 35 centros dotados de estructura y actividades propias. Y durante todos su años de vida Numerosos personajes relevantes habían estado ahí.

          Se detuvo frente a las grandes puertas y observó con cuidado la arquitectura; no importaba cuando la mirara, nunca dejaba de asombrarla: las paredes del color de un durazno claro se levantaban imponentes a lo largo del lugar, terminando en lo alto con distintos picos;  las ventanas, de forma circular estaban enrejadas, con diversos tallados de piedra en los costados; las tejas del techo eran de un verde oscuro, como la hierba durante una noche sin luna. Verlo de fuera le daba la impresión de que estaba delante de un hermoso castillo del mundo antiguo. ¿Cuántas historias no había encerrado aquel lugar mítico?.

          Ella estaba ahí para terminar su carrera, deseaba ser maestra. Llevaba en Inglaterra apenas un año, le gustaban los viajes y tenía una enorme facilidad en los idiomas, y eso le abrió muchas puertas... y una de ellas fue la del All Souls College. Cuando revisó la oferta se emocionó mucho, pero al mismo tiempo se entristeció, pues dejaría a su padre solo (no tenían más familia que el uno al otro) administrando el templo Tsukimine, en Tomoeda, una región de su natal Japón. Sin embargo él le insistió que no desaprovechara semejante oportunidad y logró convencerla que dejara su trabajo de sacerdotisa y viajara a aquel colegio...

          Ajustó la maleta que colgaba de su hombro y se dispuso a entrar, junto con los demás alumnos que continuamente llegaban. En ese momento alguien la llamó.

          - Eh! Misuki!.- La mujer se dio la vuelta y sonrió al ver a un joven que se detenía respirando agitadamente, producto del cansancio de una carrera. Apartó con una mano los cabellos rubios que le caían en el rostro, ocultando sus ojos verde-grisáceos.

          - Buen Día Tedrescher.-

          - Buenos días Kaho. Por poco no llegaba!.- Contestó él enderezándose.

          - Se te hizo tarde nuevamente.-

          - Je, me quedé dormido.- Dirigió su vista hacia el instituto.- ¿Entramos?.-

          - Por supuesto.-

          Ambos entraron. Atravesaron un largo pasillo, cuyos azulejos reflejaban todo cuanto los tocaba.

          - ¿Sucede algo?.- preguntó el joven de cabellos de oro, al darse cuanta que la mirada de la mujer estaba fija en el.

          - Es que todavía no puedo creer cómo lo haces.-

          - ¿Hacer qué?.-

          - Como te mantienes tan joven a pesar de tus años.- La mujer escondió una risita divertida.

          - Oh ya ves. La cirugía en estos días.-

          - Ya!. Di la verdad.- Ella dio un amigable codazo al hombre.

          - Je, je, je. Cuando tengas un poco más de poder tu también podrás hacerlo... .- Alzó la vista al cielo.- ¿Sabes una cosa? Extraño mucho mis días dorados... creo que ya no viviré mucho tiempo más, comienzo a fastidiarme.-

          - Oh vamos, este no es el Ted que conozco.- 

          - Puede ser, pero extraño cuando yo era conocido como el mejor ilusionista del siglo.-

          Dieron vuelta a un corredor y se detuvieron en una pequeña maceta frente a un salón de clases vacío. 

          - No es tan tarde como pensábamos, todavía no llegan.- Dijo Misuki entrando al salón.

          - O tal vez ya se fueron.- Contestó Ted enseñándole a la mujer su reloj, eran las 12 pasadas.- Recuerda que teníamos laboratorio a esta hora, ya no podremos entrar... por cierto Kaho, quisiera hablar contigo sobre un asunto un tanto delicado.-

          - ¿Un asunto delicado?.- Ella lo miró con curiosidad.

          - Así es. Será mejor que nos sentemos.- Señaló unas bancas debajo de un árbol de mango. Misuki asintió y ambos se sentaron.

          - Mira.- Comenzó el ilusionista tomando un poco de aire.- Lo que te voy a contar es un secreto. Nadie lo sabe excepto yo y próximamente tu, si prometes no divulgarlo.-

          - No te preocupes, sabes que puedes confiar en mi.-

          - Bien, eso quería escuchar. ¿Ahora, por donde empezamos? (Ah! Ya sé!). ¿Tu conoces el trabajo de Read Li, verdad?.-

          - Por favor! ¿Quién no conoce (si es que realmente estudia la magia) las cartas Clow o a los famosos guardianes?.-

          - De acuerdo, dime todo lo que sepas sobre el.-

          - Tu sabes que la información es escasa. Solamente en los datos de los libros que se han dedicado a esto (y en los que él mismo ha dejado) dicen que fue miembro de la dinastía Li, por parte materna y por parte paterna a unos hechiceros del norte de Gran Bretaña. Vivió durante 100 años, se dice que recorrió el mundo logrando adquirir mucha sabiduría. Revolucionó el campo de la magia con sus conjuros y por el hecho de juntar la magia occidental con la oriental... pero es mayormente reconocido por la creación de seres vivos a partir de su energía, a los que nombró "guardianes", tanto de él como de unas extrañas cartas mágicas, las cuales se les nombró más adelante "Cartas Clow"  (en honor a él)... sin embargo   según se dice (de esto no hay mucha información) un día decidió morir en Japón, sin razón aparente, y las cartas y los guardianes desaparecieron junto con él... .-Frunció el ceño tratando de recordar algo más.

          - Sabes mucho.-

          - Por supuesto. Desde que era adolescente me llamó mucho la atención su trabajo... realmente tenía deseos de conocerlo, es una verdadera lástima que haya muerto. De hecho fue por el por lo que me inicie en esto de la magia.-

          - Pues no te perdiste de nada.-

          - Eh!?!? ¿Qué quieres decir? ¿Acaso lo conociste???.-

          - Por supuesto.- le mostró su sonrisa traviesa.

          - ¿Y se puede saber por qué no me lo dijiste Tedrescher Allen?!.- Le dijo ella reprochándole con una mirada divertida.

          -  Oh, no creí que fuera importante.-

          -  Y dime pues, ¿Cuál es el secreto y qué tiene que ver Clow Read?.-

          -  El secreto es simple: Clow  REENCARNÓ.-

          - ¿Eh??.- Misuki abrió grandemente los ojos.

          - ....  Sabes lo que sucedió en 1989?.-

          - La caída del muro de Berlín en Alemania?.- preguntó ella dudosa.

          - A parte de eso. Me refiero al plano astral y a la posición de las estrellas.-

          - Ah! Si, si. El año de la serpiente (según el calendario chino), hubo una increíble liberación de energía que afectó a las cuatro dimensiones; el ancho, el largo, el volumen y el tiempo.-

          - Así es, se creo un túnel del tiempo. ¿Recuerdas que en ese año varias personas (con poderes o no) experimentaron un cambio en el plano, de pronto escenas del pasado, de batallas o sucesos, aparecieron delante de sus ojos,  muchos sufrieron lo que es la "combustión instantánea"  y mil un cosas más?.-

          Ella hizo un movimiento afirmativo.

          - Muchos magos sintieron esta perturbación y esperaron ansiosos algún suceso, sin embrago no aconteció nada... o por lo menos eso creyeron ellos, pues nació un niño.-

          - ¿Un niño?... Eso significa... .-

          - Que la reencarnación debe tener por lo menos 6 años.--

          - Pero, ¿Cómo? ¿Cómo pudo reencarnar?.-

          - Cómo te explicaré?... ¿Conoces la Vida Latente?.-

          - Es un término de la biología.-

          - Exacto. Según dice una semilla puede reducir al mínimo sus condiciones de vida, para que cuando exista los factores exteriores necesarios pueda nacer. Pues ocurrió algo parecido:  según esto su alma se quedaría en un "plano astral" de cierta forma "dormido" hasta que las condiciones del universo estuvieran a su favor, entonces "renacería" : esas condiciones se sucedieron en 1989.-

          -  Pero, ¿Para qué me dices todo esto?.-

          - Por que necesito que me ayudes a encontrarlo.-

          - ¿Qué?? ¿Por qué?.-

          - ¿Qué por qué?? ¿Sabes lo que podemos lograr si entrenamos a ese niño correctamente??? ¡Podremos hacer que su poder sea mayor incluso al de Clow!!!... Entonces qué? ¿Me ayudaras a encontrarlo?.-

          - Por supuesto que sí!!.- Sus ojos brillaron.

          - Entonces es un trato. ¿Vale?.-

          Kaho asintió y ambos estrecharon las manos.

Pasaba rápidamente por los túneles, creando a veces Luz y a veces oscuridad ...Luz y oscuridad.... Luz y oscuridad... Ahora que lo recordaba la oscuridad estaba unida con pequeños hilos de luz y la  luz con pequeños hilos de oscuridad. Qué curioso, ne?... Si era sí eso significaba que el camino hacia la luz comienza desde las tinieblas y los que equivocadamente buscan la oscuridad comienzan desde la luz....

A su lado Nixon apoyaba la cabeza contra el cristal de la ventanilla, respirando lentamente, casi dormida. Él la miró y colocó una de sus manos sobre la rodilla de la mujer, sonriéndole. Ella le regresó la sonrisa.

          - No te preocupes.- Dijo Akira volviendo la vista a la autopista.- Todo está bien.-

          - No.- Ella movió negativamente la cabeza.- No está bien, tu lo sabes... Lo que dijo el psicólogo... .-

          - No tiene importancia.-

          - Por supuesto que sí! Nuestro hijo-.

          -Basta. Él está bien.-

          Nixon guardó silencio y volvió a recargar la cabeza contra la ventanilla.

          En el asiento de atrás Eriol miraba a la criatura plateada que traía entre sus manos. Era tan pequeña como una luciérnaga y tan brillante como una estrella; se agachó lentamente hacia ella y le murmuró: "¿Cómo te llamas?". La hadita volteó a verlo pero no dijo nada. 

          - "Anda, dime tu nombre, por favor".- Volvió a murmurar, pero esta vez con una dulce sonrisa en su rostro, una sonrisa que ni él mismo se conocía.

          La criatura lo miró con curiosidad unos momentos y después soltó una pequeña risita divertida, saliendo de sus manos se paró sobre la punta de la nariz del niño.

          - "Entonces no me dirás tu nombre?".-

          Ella negó con la cabeza y lo miró fijamente; lo que ella pensó en ese momento nunca lo supo. 

          Entonces el carro se detuvo.

          - Llegamos Eriol.- Anunció la voz de su padre.

          - Sí.-

          Cuando recién llegaron a Oxford decidieron instalarse en una "pequeña" casa  situada en medio de la ciudad (en la avenida Buckingham) , la cual alquilaron. Era agradable a la vista; dos pisos, un jardín amplio con diversas flores, sus puertas y ventanas al estilo modernista, así como las rejas y la barda.

          Su cuarto estaba en el segundo piso al lado izquierdo. Estaba decorada especialmente para un niño: el papel tapiz era azul claro con dibujitos de planetas y estrellas;  del techo colgaban (suspendidos de un pequeño hilo casi invisible)  una representación en miniatura del sistema solar; su cama tenía forma de un nave espacial y en sus colchas estaban dibujados distintos (y graciosos) extraterrestres que no eran más que una burla de las películas de ciencia ficción; a su costado tenía un pequeño buró en el cual había unas cuantas cáscaras de nueces partidas a la mitad y una lámpara, que al prenderla se formaba con la luz las imágenes de miles de estrellas (puntos luminosos) sobre la pared y el techo, acompañando así al sistema artificial. Contaba también con un armario, un espejo de cuerpo entero (al cual habían cubierto con una manta) un sillón inflable, una televisión  y muchos juguetes acomodados en diversas cajas...

          A Eriol no le gustaba aquel cuarto. Desde que lo vio no le había gustado: lo hacía sentir fuera de ambiente, como si él no perteneciera a ese lugar. Todo tenía un orden (inclusive la cama en forma de nave espacial) menos él.  Junto a él no debían de estar naves espaciales, ni estrellas, ni planetas, ni extraterrestres, ni nada moderno... Alguna vez había imaginado estar rodeado de cosas antiguas; paredes de madera, cortinas aterciopeladas, una chimenea, un hermoso sillón rojo y rodeado de magia...  

          Agitó su cabeza y se acercó a la ventada; desde ahí alcanzaba a ver un parque, de césped recortado, un caminito de piedra roja bordeado de estacas blancas, con una que otra  banca para sentarse. Además también contaba con juegos y muchos árboles.  

          - Qué bonito.- pensó con un suspiro.

          Con un salto se lanzó a la cama y dejó libre a la hada que todavía tría entre sus manos.

          - ¿Por qué no quieres decirme cómo te llamas?.- Le preguntó con inocencia.

          La criatura ignorándolo se pudo a curiosear por el cuarto; caminado sobre los juguetes, revoloteando entre los planetas y jugando junto a la ropa. Era muy divertido observar a una criatura tan curiosa y linda.  

          - Como no me quieres decir tu nombre, yo te pondré uno.- Le dijo al momento se sonreírle  y acomodar los lentes sobre el puente de su nariz.- De ahora en adelante te llamarás Evein, que el nieve al revés, puesto que eres entre blanca y plateada. Y me gusta mucho la nieve!. Seremos muy buenos amigos.- 

          - Eriol, mi vida, ¿Con quien hablas?.- Preguntó Nixon detrás de la puerta.

          - Con nadie mami.-

          - Bueno, pronto estará lista la cena.-

          - Hoy no cenaré, muchas gracias.-

          - Estas seguro?.-

          - Sí.-

Cuando escuchó que su madre se había alejado, el niño suspiró aliviado y quitándose los lentes le dijo al hada:

          - Debemos tener cuidado, mami no debe darse cuanta que estas aquí, ni tampoco papá.-

          La criaturita movió su cabeza graciosamente viéndolo con atención, para después acomodarse dentro de una de las cáscaras de nuez que se encontraban sobre el buró junto a la cama del niño.

          Eriol se sonrió. Pero al enderezarse no pudo evitar echar una rápida mirada la espejo, regresando la vista precipitadamente. 

          "No lo mires, no lo mires, no lo mires" Se decía, cerrando los puños sobre la colcha; hasta que el deseo de mirar se fue desvaneciendo. 

          Nixon se retiró rumbo a la sala un tanto preocupada: estaba segura de haber oído que su hijo hablaba. ¿Y si estaba hablando solo? ¿Y si el médico tenía razón? ¿Y si su hijo estaba loco??. No, no. Los niños comunes y corrientes hablan solos... Oh por Dios! Pero si su niño no era un chiquillo corriente! Eriol nunca había sido como los demás. 

Las mayoría de las mujeres se quejan de que sus hijos sean inquietos y traviesos, que no las obedezcan, que al jugar llegaran a casa llenos de heridas y raspones, sucia la ropa por el lodo y mil un cosas de las que suelen embarrarse los niños... Ella  hubiera dado todo por que su hijo fuese así.... por que jugase, se ensuciase, fuese inquieto, la hiciera rabiar: ¡Que se comportase como un niño normal!. Que no fuera tan obediente (eso era bueno, pero... ), que no fuera tan calmado, que no se la pasara la mayor parte del tiempo leyendo (sí, sabía leer a su corta edad), tuviera miedos...       

Seis semanas después...

          El viento acariciaba con cariño su rostro, el cual mostraba una sonrisa melancólica y una dorada barba. Nunca imaginó que tratar de encontrarlo le resultaría tan difícil.  Misuki y él habían estado trabajando durante semanas en la búsqueda de la reencarnación de Clow; pero el destino era muy cruel, el tiempo corto, el mundo muy grande y muchos eran los nacidos en 1989... Todos estos factores se habían juntado para impedirles la rapidez de su búsqueda, además de que la habían comenzado demasiado tarde. 

          Empujó su cuerpo ligeramente para adelante. Se encontraba en esos momentos en uno de los columpios de parque cerca de la  Av. Buckingham. No había casi niños, pues era 31 de Octubre, la noche de "brujas" y los niños se estaban preparando para ir a pedir dulces (y de hecho algunos ya andaban en las calles)... ¡Que extraña era la vida en el siglo XX! Sí, muy extraña, y pensar que allá en el siglo XVII se hubiera mandado a la hoguera o la horca a todo aquel que fuera diferente (aplicándole injustamente el título de "bruja"),  ahora había un día en el cual los niños y jóvenes podían mofarse de esto y vestirse de duendes, brujas, hechiceros, seres deformes y grotescos y gritar a los cuatro vientos que eran seres anormales y diferentes... Y sin embargo a nadie le importaba.

El 31 de Octubre era un día de burla...      

          Pero ya no había que pensar en eso... tenía otros problemas en mente, como por ejemplo el hecho que su querida Bell no había regresado a él, y ya casi pasaban siete semanas desde que se fuera.

          Los mechones de su cabello corto se mecían rítmicamente bailando con el viento mientras él entonaba una vieja canción, preveniente de la época en la cual conoció a su menor amigo, hacia ya más de cinco siglos...

- Bebe, canta, sueña, siente que el viento ha sido hecho para ti...-

          Durante esas seis semanas había sido un ir y venir con el psiquiatra. Había pasado ya un mes desde que asistía a sus consultas y él no sentía que lo estuvieran ayudando, pensaba que el Dr. Hutschnecker estaba incluso más loco que lo que creía parecer que estaba él ante sus padres.

          En cuanto a Evein, Eriol la había logrado ocultar muy bien, en ese tiempo el hada no se había separada de su lado (aunque a él le parecía que lo estaba vigilando), además le daba la impresión que mientras ella estaba con él los sueños dejaban de acosarlo.

          ... De lo que el niño no se daba cuenta era de que algo dentro de él iba despertando lentamente...

La noche del 31 de Octubre Eriol quería salir a pedir dulces, así que le insistió tanto a su madre que esta optó por fin por llevarlo. Le compró un disfraz de brujo (irónico destino) con su sombrero puntiagudo (con estrellas doradas) color violeta al igual que la túnica, e incluida una larga barba blanca de material sintético. Así pues salió con su madre y con Evein escondida en sus hombros, bajo la sombra del gorro puntiagudo, a  las calles. 

          Cuando pasaron por el parque que estaba cerca de su casa la hadita plateada salió de su escondite y voló. Eriol advirtió este y sin que su madre se diera cuanta se alejó a dota velocidad de ahí.

Corrió detrás de la criatura con todas sus fuerzas tratando de alcanzarla, pero en vano fueron sus esfuerzos pues el hada se perdió. Se detuvo y con la cabeza gacha comenzó a caminar cruzando un pequeño parque... y fue entonces cuando el viento trajo hasta él una melodía que se trasformó en una canción, la cual Eriol siguió hasta llegar a un columpio, en cual se balanceaba un hombre....

          - Bebe, canta, sueña, siente que el viento ha sido hecho para ti...-

          Fue extraño. Él conocía esa canción de algún lado y su lengua se movió inconscientemente recitando.

          - ...Vive, escucha y habla, usando para ello el corazón.-

          El hombre que se colúmpiese se detuvo sorprendido mirando al niño parado junto a él. Pero lo que sus ojos vieron no fueron a un niño, si no un rostro conocido, unos ojos grises que lo conocían a él y una sonrisa llena de ternura.

          - ¡¿¡¿Clow?!?!.-

          Ante la repentina reacción del hombre de cabellos rubios Eriol despertó del especie de ensueño en el cual había caído al momento que se le escapó el hada.

          - ¿Q-quien es usted???.- Preguntó.

          - ¡Soy yo Ted... .- Se detuvo, pues la imagen que creyó ver antes se había trasformado en la de un chiquillo temeroso.-  ¿Cuál es tu nombre pequeño?.-

          - Eriol. Hiragizawa Eriol, señor.- Dijo con una  leve inclinación de cabeza.

          En ese momento apareció la criatura de plata que Eriol había estado siguiendo.

          - Evein!.-

           Ted volteó a ver la criatura que rápidamente fue volando hasta sus hombros.

          - ¿Dónde te habías metido Bell?.- Le preguntó ofreciendo su dedo índice par a que la criatura se sentara.

          - ¿ Tú sabes que es eso????.- Eriol lo miró con asombro.

          -  Claro. Es mi amiga, ¿verdad Bell?.-

- Si.-

Ante el asombro del niño, la hada habló. Algo que no había querido hacer desde que él la encontrara.

          - ¿Hablas????.-

          - Por supuesto.- Su voz era claro y melodiosa, como una cascada de agua dulce y cristalina. Eriol nunca en su vida había oído algo parecido.  

          La diminuta hada se acercó al oído de Ted y le murmuró algo, con lo cual el ilusionista se sorprendió.

          "Vaya, vaya" Musitó, viendo al chico de frente.- Dime, Eriol, ¿Qué edad tienes? ¿cinco o seis?.-

          - Seis, señor.-

          El hombre se sonrió divertido.

          - Es suya era criatura señor?.-

          - Sí lo es.-

          - Y se llama Bell?.-

          - No.- Intervino la bella hada.- Mi nombre es tal largo y complicado que la mente de los seres mortales no podría comprenderlo ni pronunciarlo nunca. Por lo que sólo digo las primeras cuatro letras.-

          - Ya veo. Donde la consiguió, señor?.-

          - Es una vieja compañera de viajes. Por cierto niño, hace rato dijiste algo: "Vive, escucha y habla, usando para ello el corazón" ¿Dónde lo aprendiste?.-

          - ¿Yo dije eso señor?? No, no lo recuerdo.- Eriol frunció el ceño lentamente.- ¿Es algo malo?.-

          - No, al contrario. Esa canción la compusimos un amigo mío y yo hace ya largos años.-

          - ¿De verdad???.- El niño se sentó en el columpio que se encontraba al lado del ilusionista y lo observó interesado.

          - Sí.-

Agradable. Sí, muy agradable. El hombre que había conocido en el parque era muy agradable... ¿Cuál era su nombre?? Oh Si, Tedreschers.

          La pequeña hada había decidido quedarse con él, era una lástima pues ya se había encariñado con ella, pero lo bueno fue que Ted le ofreció  que lo visitara en su casa al día siguiente. ¡Eso sería muy divertido! Claro, ni mamá, ni papá debían enterarse, sería difícil engañarlos pero no imposible.

          Sonrió divertido al momento de ponerse su pijama y arrojar el extraño traje de día de brujas.

          - Eriol... .-

          Alzó la cabeza. ¿De donde provenía el sonio?.

          - Eriol... .-

          Detuvo su respiración. Parecía que quien lo llamaba era el espejo, el cual seguía cubierto con una manta.

No, eso era imposible... ¿o no?

          - No tengas miedo, no tengas miedo.-

Se repetía constantemente obligando a cada uno de sus músculos a moverse.

          - No tengas miedo, no tengas miedo.-

          Su mano temblorosa se acercó a la  manta que cubría el espejo y de un tirón la quitó. Cerró los ojos con fuerza temiendo cualquier cosa, pero no sucedió nada: lentamente los abrió, todavía receloso.  

          Lo único que encontró ahí delante fue su propia imagen reflejada en un espejo común y corriente.

          - Eres un niño tonto Eriol, nunca hubo nada ahí.-

          Fue entonces que volvió a caer en una especie de trance... lo que lo obligó a regresar al mundo de oscuridad.

          - Basta!!! No quiero estar aquí!!!.- Volviendo a cerrar los ojos.

          - No temas. Ten el valor para abrir los ojos.- Escuchó otra vez la misma voz...

          - ¿Quién????.-

          - Sólo ábrelos, prometo que te llevaras una agradable sorpresa.-

          - No! Dime quien eres!.-

          - Niño, mi niño, abre los ojos y sabrás quien soy.-

          Obedeció. Sentía que tenía que obedecer, que no era algo malo, al contrario, y esa voz le hacía sentirse tan bien y con el suficiente valor como para abrir los ojos dispuesto a enfrenarse a la oscuridad... Más cual no fue su sorpresa al encontrarse en un lugar totalmente diferente al esperado: era un campo de arena limpia, suave y fría, la misma que se encentra en las playas; escuchaba el murmullo de las olas al romperse contra una roca, sin embargo no veía ninguna ola ni piedra; al clavar la vista en la arena pudo distinguir (con gran asombro) que se dibujaban ondas de agua; y el cielo (oh! Por Dios el cielo!) , era como si estuviera viendo la superficie del mar en el fondo del océano...

          - ¿Dónde estamos???.-

          - En el interior de tu mente.-

          - ¿Qué? ¿Quién? Muéstrate.-

          La arena delante suyo, comenzó a levantarse en forma de un pacífico torbellino, como cuando el viento juguetea con las hojas caídas de los árboles, y esa arena adquirió la figura de un hombre...   

          - Pero!... Tu... tu.... Yo te conozco... .-

          - Claro que me conoces. Soy una parte de ti.-

          - Una parte de mi?.-

          -Durante mucho tiempo he dormido en lo más profundo de tu ser. Siempre he intentado comunicarme contigo, pero tu me tenías demasiado miedo.-

          - Dime quien eres... .-

          - Yo?.- Se sonrió.- Fui Clow.-

FIN

De la primera parte.

BIBLIOGRAFÍA:

SECCION DE TESTS AL SERVICIO DE LA PSICOLOGÍA INFANTIL, G. Collin.

LA VOLUNTAD DE VIVIR, Arnold A.  Hutschnecker

EL SUEÑO, Gay Gaer Luce y Julius Segal